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Iceta, el bono cultural y el populismo

El desequilibrio entre solicitantes del Bono Cultural (en torno al 56% de los jóvenes) y el gasto efectivo de su presupuesto (un 1,7%) «es escandaloso», según Xavier Dilla, y responde a «las numerosas deficiencias técnicas del operativo».

Miquel Iceta durante una intervención en las Cortes. CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

XAVIER DILLA // Es moneda corriente en los grandes medios de comunicación –y en los círculos políticos y económicos con los que se retroalimentan– hablar de partidos y tendencias populistas para referirse a todo aquello que no sea el PSOE y el Partido Popular. Como fuerzas consolidadas que han pervivido más allá de la Transición, para muchas voces opinadoras ambos tienen un «pedigrí democrático» que al parecer no admite discusión. Curioso, porque difícilmente se puede ser más populista que llamando Popular al partido que en la práctica defiende con éxito los intereses de las clases más poderosas del país. Un partido, además, que en su momento puso objeciones* a la Constitución de 1978, a la que ahora, en cambio, ha convertido en intocable y sacrosanto catecismo. La mala memoria, ya se sabe. La misma que olvida la existencia de un partido como la UCD de Adolfo Suárez, que duró menos que lo que ha durado Ciudadanos, pero que desde el gobierno contribuyó más que el PP (entonces Alianza Popular) a la construcción de la actual España democrática. Lo de la derecha civilizada parece que se va perdiendo…

Todo esto viene a cuento de que la etiqueta de populista es fácil de poner pero más difícil de justificar. Y que el reparto casi nunca es equitativo. Por poner un ejemplo sangrante, cabría considerar como populista el Bono Cultural Joven que el Ministerio de Cultura lanzó el año pasado con la mejor de las intenciones y que renueva este año.

Iceta, el bono cultural y el populismo
Campaña promocional del Bono Cultural Joven. MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE

Consiste el bono en una ayuda de 400 euros para gasto cultural destinado a cualquier joven nacido en un año determinado (2004 para el bono de 2022, 2005 para el de este año). Del semifracaso del bono se ha hablado algo, más bien poco, en los grandes medios, sin duda menos que de las trifulcas en el poder judicial, que no son en absoluto irrelevantes. Pero da que pensar que lo que concierne a una cúpula judicial con una acusada orientación conservadora e inmovilista sea más importante que lo que tiene que ver con las generaciones que sacarán adelante el país en las próximas décadas. Tal vez habría que ir cambiando de protagonistas en las noticias, aunque sólo sea por no aburrir con los temas sempiternos.

Los datos anunciados sin muchas alharacas por el ministerio en el balance de la primera campaña del Bono Cultural resultan bastante discretos: una ayuda pública destinada a medio millón de personas y con un fondo de 210 millones de euros se ha concretado en 281.000 solicitudes (menos del 60%, que es poco pero no está mal, dado que se anunció en julio) y un gasto real de 3,6 millones (un ridículo 1,7%). El desequilibrio entre solicitantes de la ayuda y receptores efectivos de la misma es escandaloso y tiene una explicación: tras plazos de hasta tres meses de espera para conseguir acceder al bono, muchos jóvenes no han podido gastar luego ni un euro a causa de las numerosas deficiencias técnicas del operativo.

Basta echar una ojeada a los comentarios de los tuits de twitter.com/bonocultural para conocer las desventuras de quienes quieren comprar un libro, una entrada para un espectáculo o un juego digital, tanto presencial como virtualmente, y ven rechazadas sus peticiones por todo tipo de fallos técnicos. O la apasionante inmersión de esta generación en la tradicional burocracia hispánica cuando intentan en vano solucionar por teléfono o por vía digital los problemas que encuentran. Para mayor vergüenza, el bono forma parte de las iniciativas cubiertas por los fondos Next Generation aportados por la Unión Europea con el compromiso de mejorar la resiliencia y la optimización digital de los servicios públicos. Casi parece cachondeo.

Sin contacto con los beneficiarios

El ministro Iceta dijo en su momento que «el mecanismo [para acceder al bono] no es sencillo, es verdad, porque se trata de una subvención personalizada que va a las personas que tienen que solicitarlo, que se tienen que identificar y que se va a utilizar en muchos lugares», pero le desmienten otras prestaciones públicas en que la Administración sí se pone en contacto directo con las personas beneficiarias (por ejemplo, algunas de las sanitarias, como los mensajes que reciben quienes, por edad, tienen derecho a someterse a controles relacionados con el riesgo de determinados tipos de cáncer).

¿Por qué el Ministerio de Cultura no es capaz de dirigirse directamente a todos los usuarios potenciales del bono, sin discriminar, así, a quienes por disponer de menos recursos tal vez no tengan conocimiento de su existencia? Tal como está planteado actualmente, el bono resulta más asequible (pese a sus enormes deficiencias técnicas) a los grupos sociales mejor situados y que no sufren la brecha digital.

Subir el salario mínimo interprofesional dos veces en un mandato no es populismo: es una medida universal que beneficia a quienes menos cobran. Dudo que pueda decirse lo mismo del Bono Joven Cultural. A Miquel Iceta y a los responsables de su ministerio les iría bien tener más contacto con la realidad de los jóvenes de este país y, antes de lanzar medidas sin duda loables, saber si se dispone de los medios técnicos imprescindibles para llevarlas a cabo y para hacerlo, sobre todo, con la mayor equidad y sentido inclusivo. Si no, que no se extrañen si los chicos y las chicas que ingresan cada año en el censo electoral se desentiendan de la política, o si les da por pensar que, por mucho pedigrí democrático que exhiba el PSOE, también sabe ser perfectamente populista.

* De los 16 diputados de Alianza Popular en 1977, cinco votaron en contra de la Constitución y tres se abstuvieron.


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Comentarios
  1. Me río por no llorar cuando hablais de la «actual España «DEMOCRATICA»
    Yo veo en la mayoría de lxs jóvenes de este país la mayor cuota de inmovilismo.
    Para fiestas y botellón no hace falta animarles.
    Mucho tienen que cambiar las cosa y ellxs para que intenten siquiera sacar adelante el país.
    Muchxs de los que no encuentran su sitio en este sistema depredador e inhumano se suicidan. Es la primera causa de muerte entre la juventud española.
    Hoy son una minoría en este país lxs chavales y chavalas que luchan por los derechos y las libertades del pueblo.
    Julio Anguita decía que era el resultado de «haberlos criado en cajas de algodón».
    Lo opuesto a como nos criamos la mayoría de mi generación, en la posguerra, en el medio rural y en la penuria.
    La penuria desarrolla la voluntad, la resistencia, a tomar conciencia de las injusticias.
    —————————–
    Prácticamente todo el arco parlamentario ha elegido avanzar en la destrucción de los sistemas de protección social: sanidad, pensiones, educación, atención a los mayores, etc. mientras alimentan la guerra entre dos bloques imperialistas.
    Basta ya de silencios: contra las guerras, por la negociación y un alto el fuego inmediato.
    Esta guerra no es nuestra guerra, es una guerra de los poderosos contra los trabajadores/as y los excluidos. ¡Que se maten entre ellos!
    Como defienden los zapatistas, “no apoyamos a uno ni a otro Estado, sino a quienes luchan por la vida en contra del sistema”.

    GASTOS MILITARES PARA GASTOS SOCIALES.
    Nuestro Sistema Nacional de Salud está en riesgo. Llevamos meses denunciándolo. Y aún más la Atención Primaria, que la pandemia ha puesto al límite.
    Día de la Lucha contra la Depresión:
    La Atención Primaria es clave en la detección temprana y tratamiento de problemas de salud mental y en la prevención del suicidio.
    Más de 1 de cada 4 de sus pacientes acude por problemas de salud mental.
    Depresión y ansiedad, los trastornos más frecuentes, se tratan principalmente en este nivel.
    Estos dos últimos años, las autoridades sanitarias centrales y autonómicas no han dejado de subrayar en sus discursos la importancia de la Atención Primaria y la necesidad de reforzarla.
    Pero la realidad es muy diferente: la mayoría de los presupuestos de las Comunidades Autónomas no cumple la promesa de reforzar significativamente su financiación. La inversión dedicada en el conjunto de Comunidades con datos de Atención Primaria desglosados es del 14,7%, muy lejos del 25% que recomienda la OMS. Y esto es un incumplimiento de su obligación inmediata de garantizar una mejora continua y sostenida del disfrute del derecho a la salud.
    Es urgente que el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas refuercen la Atención Primaria y evalúen las medidas adoptadas frente a la pandemia. Sin lecciones aprendidas, la atención sanitaria está en bucle.
    DEFIENDE NUESTRA ATENCIÓN PRIMARIA. TU SALUD ESTÁ EN JUEGO
    https://www.es.amnesty.org/actua/acciones/coronavirus-personal-sanitario-mar20/

  2. Por suerte, hay partidos políticos, como Unidas Podemos; y diarios independientes, como La Marea, dispuestos a defender la Constitución y al Jefe del Estado.

  3. En el tema del bono las dificultades son para los receptores de esa subvención y también para el pequeño comercio involucrado en la gestión cultural. En mi librería SAGA LIBURUDENDA no hemos conseguido aún realizar ninguna transacción con ningún cliente beneficiado por el bono. No hay modo de que desde el ministerio nos atiendan y den una respuesta a llamadas, mensajes, correos,…

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