Sociedad

Hernán Álvarez: “La inteligencia la usamos para ser optimistas y cambiar el mundo”

Suscriptor de 'La Marea', explica en el décimo aniversario de la revista cuáles son sus principales preocupaciones. Ya puedes acceder a LaMarea92 | Nuestra agenda eres tú.

Hernán Álvarez, en Badajoz. FÉLIX MÉNDEZ

Puedes leer ya LaMarea92 | Nuestra agenda eres tú, un número conmemorativo por los diez años de La Marea.

Son las 20.30 de la tarde en un Badajoz donde por fin ha parado de llover tras varias horas de aguacero. Me reúno con Hernán Álvarez Gaitán, delegado de la Universidad de Extremadura y líder estudiantil de 23 años, en la terraza de una cafetería en la que –por ser domingo, dicen– no hay café ni leche. Hernán, quien también es portavoz del grupo Acho Badajoz, un colectivo de jóvenes que promueve iniciativas para mejorar el entorno urbano, se queja: quería un Cola-cao. Nos ofrecen cerveza pero, al final, él se pide una botella de agua y yo un té. Entre sorbos me cuenta que está estudiando su segunda carrera, Periodismo (la primera fue Comunicación Audiovisual), mientras trabaja a tiempo completo como fotógrafo y manager de redes sociales de Ricardo Cabezas, el candidato a la alcaldía con el PSOE y vicepresidente de la Diputación. Además, es fiel lector de La Marea y suscriptor desde hace años.

¿Cuándo y por qué te hiciste suscriptor de La Marea?

Me suscribí en primero o segundo de carrera porque vi que había una promoción del 50% para estudiantes de Periodismo. Yo estaba en audiovisuales, pero les hablé por Twitter y les dije: “Oye, ¿para los de audiovisuales también? Y me dijeron ¡sí, venga!”. Y me suscribí un año, digital. Cuando acabó estuve 2 o 3 años sin suscribirme, luego pasé otra vez a digital, y hace un año he renovado en papel para aportar un poquito más, y ahora en el crowdfunding también he aportado. Lo hice porque me gustaban las cosas que escribían y el rollito. La persona de referencia que tenía era Antonio Maestre y, como delegado de mi facultad, lo traje a dar una charla, y me gustó bastante. También hice que la Universidad de Extremadura se suscribiese a La Marea como servicio a los estudiantes.

Por otra parte, Magda Bandera y otra compañera dieron un taller de periodismo con enfoque de género aquí y, en general, cuando he tenido contacto con el equipo me ha gustado mucho lo que hacen. La última vez que me he suscrito ha sido por mi trato cercano con Dani Domínguez y su trabajo de periodismo de investigación. Aparte de aportar a un medio independiente, que creo que es necesario, me gusta que La Marea haga un periodismo que amplía un poco más, con un enfoque… más allá de la actualidad, más atemporal, aunque saquen exclusivas de temas recientes, pero la revista hace reportajes como La extrema derecha en Europa, o de Siria, que te lo lees y dices “¡hostia! Pues ahora sé más de este tema gracias a este reportaje”, o cosas que en el día a día no entran, por ejemplo, lo que has publicado tú, la huelga de los trabajadores del New York Times, pues eso en una tele no lo ves, o en otros medios es complicado, y La Marea lo saca.

¿Te sirve estar suscrito a La Marea para lo que tú haces como delegado de la universidad, les ves utilidad dentro de tu vida diaria?

Utilidad práctica de que lo utilice como herramienta, no. Utilidad personal de que consumo más información, sí. Y estoy suscrito también por aportar al proyecto… porque creo que aporta a la sociedad en general, y está bien hecho así.

Tu revista, ¿circula en tu casa, la lee otra gente, la prestas?

Sí, la mía que llega a casa la comparto con mis padres, que también siguen La Marea y, de hecho, en el crowdfunding yo puse y luego puso mi madre. Luego, a veces, me la llevo a la Universidad y la tengo allí en el consejo de estudiantes para quien la quiera hojear.

¿Hay algún aspecto que mejorarías? ¿Cosas que eches en falta?

Sí, lo audiovisual, pero entiendo que no es una revista enfocada en lo audiovisual, aunque luego hay cursos que son un montón de vídeos, como La Uni Climática. Pero entiendo que con la plantilla y con las limitaciones que hay, es complicado. Si tuviera que potenciar algo sería lo audiovisual, porque al final es contenido muy interesante, y considero que es la mejor manera de que llegue a la gente.

¿Qué tiene que pasar de aquí a 10 años para que sigas siendo suscriptor?

A nivel de la revista, que se mantenga, que sobreviva, de ahí los crowdfundings. También, que siga haciendo contenido independiente, riguroso, periodismo de investigación del bueno y, mientras la revista siga, pues a tope con ella. A nivel personal, mientras que yo tenga trabajo… o incluso si ahora lo perdiese, mientras no tenga problemas económicos, o si se diese esa situación pues me paso a digital, pero mi intención es seguir con la revista, a no ser que me enfade con Dani Domínguez de golpe (risas). ¡Es broma! Seguiré apoyándola 10 años, vamos, es suscripción fija. 

¿Qué problemas sociales son los que más te preocupan?

Yo siempre me he centrado en los problemas de la juventud, en el ámbito educativo y en el estudiantil. No sé si son los más importantes, pero son los que a mí más me han preocupado, unido a la justicia social y al cambio climático. Y es verdad que La Marea tira por ahí, hace muchos artículos de cambio climático, tiene los cursos de la Uni Climática, que lleva varias ediciones. A nivel universitario, entiendo que es un tema que no interesa pero, por ejemplo, en La Marea yo publiqué un artículo hablando de una ley que quería hacer el Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, con el ministro Manuel Castells, que no le gusta a ningún universitario en general, y La Marea fue el medio que lo sacó. Se atrevió, porque no dependen de nadie. Bien por La Marea, porque otro medio igual no lo hubiese publicado al ser algo molesto hacia el Gobierno.

Hernán Álvarez. F. M.

¿Cómo ves el mundo de aquí a diez años? ¿Qué crees que puede pasar?

Yo quiero ser optimista. Esto que decía… creo que era Gramsci: “Pesimismo del intelecto y optimismo de la voluntad”. Yo me quedo con el optimismo de la voluntad; con el pesimismo de la inteligencia no, porque la inteligencia la usamos para ser optimistas y para cambiar el mundo. Yo confío en que en 10 años el mundo esté mejor. En general, a nivel de igualdad entre hombres y mujeres, de feminismo, de justicia social, de cambio climático; eso es lo más urgente. Confío en que estemos mejor, porque los gobiernos tendrán que darse cuenta de que solo hay un planeta, y de que hay que cuidarlo, y revertir todas las políticas que se están haciendo. Y también confío mucho en la juventud; creo que la juventud avanza, y que hay debates ideológicos, a nivel nacional o mundial, que la juventud tiene completamente superados, y que eso empuja a que dentro de 10 años estemos mejor. 

¿Qué debates?

A nivel nacional, por ejemplo, creo que hay cosas con las que los partidos políticos hacen mucho ruido, como temas de igualdad, la ley trans, el cambio climático, derechos LGTBI, que entre los jóvenes, quitando al chaval más rancio entre los más rancios, está superado. Yo conozco a gente, amigos del colegio, compañeros, que votan a Vox, pero que del tema del cambio climático o los derechos LGTBI no dudan en ningún momento. En una clase en la Universidad puede haber gente de Vox, del PP, pero en esa clase estoy seguro de que todo el mundo está a favor de las personas trans, de los derechos LGTBI, y de que solo hay un planeta. Al final, por relevo generacional, se irá avanzando en ese sentido. 

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Comentarios
  1. Ya veo que eres muy optimista, Hernán, dichoso tú.
    «La inteligencia la usamos para ser optimistas y cambiar el mundo»:
    Llamamiento a la solidaridad por Pablo González tras diez meses encarcelado en Polonia en durísimas condiciones.
    La familia y el entorno del periodista vasco crean la asociación #FreePabloGonzález para dar soporte a su defensa legal y coordinar las diferentes acciones en defensa de sus derechos. «Hasta ahora hemos tirado de los ahorros de familiares y personas cercanas, pero la situación ha llegado a tal punto que nos vemos obligados a solicitar ayuda a la sociedad», ha explicado su pareja Oihana Goiriena.
    La asociación está dada de alta en el Registro General de Asociaciones del País Vasco. Se trata de una organización sin ánimo de lucro con los objetivos de servir como altavoz de denuncia de esta injusta situación, así como coordinar una campaña de crowdfunding para ayudar a hacer frente a los gastos que genera la defensa del periodista.
    La mayor parte de las aportaciones que se realicen se destinará a cubrir el coste de la defensa legal de González. Además de la remuneración de los diferentes equipos legales, se sufragará las dietas y gastos de desplazamiento de sus representantes -la prisión de Radom en la que está preso se encuentra a 100 km de Varsovia, y sus representantes se desplazan allí con regularidad-, así como los diferentes trámites burocráticos necesarios para su defensa.
    Otra parte de los fondos recogidos se destinará a la manutención de Pablo en prisión. Tal y como él mismo ha detallado en cartas recibidas por sus familiares y amigos, la alimentación que le proporcionan en prisión es bastante deficitaria. De hecho, en una carta fechada el 10 de noviembre -dos días después de recibir el premio José María Portell a la Libertad de Expresión-, Pablo contaba que ha perdido más de 20 kilos. “Me faltan proteínas; las que consumo las compro con el dinero que me ponen de fuera”, escribió.
    Las aportaciones económicas se pueden realizar mediante transferencia bancaria a esta cuenta de Kutxabank: ES31 2095 0043 1091 2213 9880. Desde la Asociación #FreePabloGonzález se solicita que, una vez realizada la aportación, se envíe un email a la dirección freepablogonzalez@gmail.com, con los datos básicos de contacto para que en las próximas semanas se pueda agradecer personalmente a todas aquellas personas que ayuden a Pablo.
    Las autoridades polacas no han respetado los derechos humanos básicos de toda la ciudadanía europea. Ante esta situación, el Gobierno español se mantiene tibio y equidistante, cómplice de las inhumanas condiciones en las que Polonia mantiene a un ciudadano europeo, que además es periodista.
    Cartas a Pablo
    La dirección a la que se pueden enviar es:
    Pablo González Yagüe, s. Alexia
    A.S. Radom
    ul. Wolanowska 120
    26-600 Radom
    Polonia/Polska
    «Sigo intentando sacar lo positivo de todo esto (…) En los peores momentos, siempre llegan cartas y la cosa se ilumina», afirmó Pablo en una misiva.
    https://arainfo.org/llamamiento-a-la-solidaridad-por-pablo-gonzalez/

  2. Veo que los que escriben en La Marea tienen estudios de comunicación audiovisual y periodismo. Estas disciplinas se ocupan de cómo procesar la información y cómo presentarla. Estas personas tienen opiniones ya establecidas sobre temas como las personas trans y los derechos LGTBI, y sin duda alguna también tienen opiniones ya establecidas sobre Palestina, el imperialismo norteamericano y muchas cosas más. Pero durante sus estudios jamás han leído libros sobre la sexualidad (fenómeno enraizado en la biología, y específicamente en la reproducción de los seres vivos, pero que en las sociedades humanas además han asumido aspectos sociales). Tampoco han hecho estudios de historia socioeconómica ni de geopolítica que les orientaría sobre la naturaleza cambiante de los imperialismos, ni han estudiado la historia del Medio Oriente, cuna de civilizaciones que desde hace milenios ha sido puente para las migraciones entre África y Asia y ha sufrido invasiones y migraciones persas, romanas, bizantinas, árabes, francesas, británicas y judías.
    ¿Con qué derecho estas personas nos aleccionan sobre temas que jamás han estudiado, y cuyas opiniones pertinentes están formadas fundamentalmente por propagandistas partidarios?

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