#UnaMareaDeLibros
#UnaMareaDeLibros | La muerte que ronda a los maquis
"El libro 'Maquis' (Piel de Zapa, 2022) de Alfons Cervera es desolador, y al mismo tiempo reivindicativo", opina el autor.
Una reedición puede ser una oportunidad de descubrir un libro que te habría gustado leer pero que vas posponiendo, sepultado por el aluvión de novedades. Me sucede con Maquis (Piel de Zapa, 2022), de Alfons Cervera, novela que tenía en la recámara del cerebro pero que por un motivo u otro nunca abordaba.
Han pasado veinticinco años desde que se publicó por primera vez, y aprovecho su reedición conmemorativa para adentrarme en esta historia que es a la vez deudora de la tradición realista y de corrientes literarias experimentales y que fue un hito de la literatura que buscaba le recuperación de la memoria colectiva, en una época en la que en España no se hablaba mucho del asunto.
La novela se resume de forma muy fácil: varias voces narran la vida y, sobre todo, la muerte o su cercanía en un pueblo bajo la dictadura franquista. Oímos la voz de quienes aún creen o quieren creer en la derrota del franquismo, desperdigados por el monte, cometiendo atentados y escondiéndose; también las voces de las mujeres y los hijos; y las de los guardias civiles empeñados en acabar con los rebeldes. Las escenas se superponen, de forma que al principio parece desordenada, hasta que va quedando claro el rompecabezas de biografías, sufrimientos, crímenes, torturas. La sangre y la violencia atraviesan cada pieza.
¿Puede una novela ser realista y poética a la vez? ¿Y realista y fantasmagórica? Sí, claro, puede, pero no es fácil que se desenvuelva igual de bien en los diferentes registros. Maquis lo hace, hasta el punto de que, mientras la leía, no podía parar de pensar en Pedro Páramo. En la novela de Cervera los muertos hablan, pero también mientras están vivos parecen habitar una región alejada y fantasmal, y así lo piensa algún personaje:
«Pero es que ya estamos muertas, Guadalupe, que ya estamos más muertas que los muertos de la guerra y no nos damos cuenta…
-…si fuera verdad los civiles no nos pegarían como nos pegan porque nadie les pega palizas a los muertos, a los muertos se les entierra y en paz».
La historia alterna monólogos y diálogos, reflexión y narración, con la aparición también de un narrador omnisciente que va saltando de uno a otro para trenzar el hilo que los une. Todo ello en un lenguaje que mezcla la filosofía con la blasfemia, la poesía con la descripción cruda. Un par de ejemplos, para que se hagan una idea:
«Yo nunca perdí la esperanza en que saldríamos con bien de esta aventura y ahora, a pesar del cerco implacable, aún veo en la lejanía la seguridad de que la muerte no puede acabar con todo, con los años que pasamos en el Cerro, con la memoria que siempre recordará lo que hicimos para que la vida no fuera una mierda disfrazada de banderas y consignas…»
«Es que morirse tan pronto no te da ni para conocer a la muerte, Justino, a lo mejor es eso, que el crío no sabía que se estaba muriendo y por eso no se quejaba de nada ni lloraba».
«Manuel ha salido al pasillo por donde entró el disparo que acaba de matar al maestro y respira el olor de la sangre y la espesura negra del silencio. Huiele además a grama húmeda y a cagada de gato…»
No espere héroes sin tacha quien lea esta novela. En ella no hay idealización, solo ideales. Cada personaje está atravesado por el rencor, el deseo de venganza, una rabia que los recorre como una corriente eléctrica: «En el monte nos hacemos más crueles» Y en el pueblo lo que se multiplica son la tristeza y la desesperación. Los niños envejecen más deprisa y las mujeres se vacían de deseo, sólo tienen cuerpo para el hambre y para los golpes. Unas oyen los gritos de sus maridos torturados, otras las de aquellos a quienes torturan sus maridos.
«Y así, muerto a muerto, venganza a venganza, se va rompiendo el alma de este pueblo, como si los pueblos tuvieran alma en vez de tuberías sarnosas por debajo de las casas…»
Maquis es un libro desolador, y al mismo tiempo reivindicativo. Porque el sufrimiento que recrea y reconstruye no fue causado por una catástrofe natural, a la que nada puede reclamarse, sino por una dictadura bestial, a la que solo se podía oponer una bestial resistencia. Recordarlo es una tarea política; lo excepcional es que la memoria produzca novelas de tanta calidad como Maquis.
—————-
Maquis
Alfons Cervera
Piel de Zapa, 2022