Opinión
Neoliberales por Dios y por la Virgen
Pablo Batalla escribe sobre cómo, entre las distintas salidas a la crisis del capitalismo neoliberal, hay quien ensaya, también en España, un neoliberalismo juche aparejado al fanatismo religioso
El nuevo candidato del PP a la presidencia del Principado de Asturias, Diego Canga Fano —exasesor del expresidente socialista Javier Fernández, a quien el resto de España recordará como director de la gestora que defenestrara con malas artes al primer Pedro Sánchez— se estrena ofreciéndonos una estampa triple que compendia los tonos que van a caracterizar, en los próximos años, al gran partido de la derecha española, conjurada, a su teórica izquierda, la competencia de Ciudadanos y un tanto agotada la de Vox a su derecha, con independencia de que el virus del posmofascismo hispano pueda abatir sobre nosotros, en el futuro, una segunda ola. Lo primero que ha hecho Canga —a quien se le organizó un delirante boato de desembarco en el Aeropuerto de Ranón— ha sido visitar en Covadonga al arzobispo de Oviedo, el ultramontano Sanz Montes, líder informal del ala más ultra de la Iglesia española, y pedir después veinte minutos para rezarle a la Santina con recogimiento; colgar en Twitter, con motivo del Día de la Constitución, una fotografía de su jura de bandera; alabar como su gran maestro a Antonio Tajani, vicepresidente de Giorgia Meloni, y enunciar en Gijón un programa ultraliberal, de corte ayusista.
Vivimos, en el mundo, una de esas «épocas interesantes» contra la cual nos advierte un célebre proverbio chino, fascinantes para los historiadores del futuro, inquietantes para quienes las habitan. Un momento de policrisis y transición: las de un capitalismo neoliberal cuyo agotamiento se expresa ya en guerras y grandes turbulencias políticas hacia otra cosa que no sabemos cuál será, y no significará necesariamente un cambio a mejor. Colocada en ese tránsito histórico, la élite capitalista —las varias y no siempre bien avenidas élites capitalistas— tienta diferentes salidas en función de cuál decida que deba ser su prioridad, si la paz social o la maximización de beneficios a toda costa. La reordenación del capitalismo occidental se ensaya para Xan López en uno de esos gráficos de cuatro cuadrantes alumbrados por los cruces entre dos ejes, que en este caso serían aislamiento/cooperación y conservadurismo/progresismo. El keynesianismo nostálgico y la mundialización socialdemócrata serían los cuadrantes progresistas de ese menú de posibilidades en el que las conservadoras son el ordoliberalismo 2.0 y lo que López, en un hallazgo semántico sublime, denomina neoliberalismo juche.
El bolsonarismo, también el putinismo, ofrecen el ejemplo más descarnado de esta última vía consistente en refugiar el neoliberalismo en un solo país; en confinarlo a un redil ultranacionalista, cuyas vallas también se vean reforzadas típicamente con el blindaje del fanatismo religioso. De la religión de cada sitio: el pujante evangelismo en Brasil, la ortodoxia en Rusia o el catolicismo en España, siguiendo la receta estadounidense de los hermanos Koch. Se daban cuenta estos oligarcas de la impopularidad de una utopía neoliberal desnuda; de lo inevitable de esos momentos Polanyi en que los pueblos sobre los que aquella se abate ponen frenos espontáneos a la expansión del mercado.
El neoliberalismo es una utopía, pero carece de fuerza utópica y discursos de legitimación: nadie daría su vida por el mercado, no existe la estatua o la tumba del consumidor desconocido, «ningún arco del triunfo —escribe César Rendueles en Sociofobia— conmemora las batallas en las que ha vencido la United Fruit Company. Ningún sacerdote hace abracadabra en una lengua muerta para que aceptemos la transustanciación de la riqueza especulativa en bienes y servicios tangibles». Los Koch dieron con la receta para solventar esta carencia: asociarse cínicamente a movimientos religiosos que sí posean esa resonancia de lo trascendente, de la santa cruzada. Ambas partes obtienen algo. Los neoliberales, las masas movilizadas de las que, por sí solos, no pueden disponer; los religiosos, conquistas legislativas como la penalización del aborto o leyes anti-LGTB, que las élites agnósticas pero amorales que las aprueban saben que no les afectarán. Siempre habrá un Londres al que los millonarios puedan enviar a sus hijas a abortar; siempre podrán vivir su homosexualidad con naturalidad en las fortalezas herméticas que habiten.
En España hubo conatos de este pacto en los años de Zapatero, con las movilizaciones episcopales, bendecidas por el PP, contra el matrimonio homosexual o la nueva ley del aborto; pero fueron contraproducentes para un partido que no conocía su país: una España que arrastraba todavía los anhelos de modernidad y europeísmo que habían determinado, para bien y para mal, la forma de su Transición. El para mal fue ser desagradecido, injusto, cruel, con quienes durante cuarenta años lo dieron todo por la democracia, y no premiarles los servicios prestados impulsando la ruptura democrática que había sido su combate. Pero había el para bien de abrazar, con una simpatía sin mucho parangón en el mundo, cualquier transformación social que nos alejase del país sórdido y aislado que había sido la España franquista, hasta el punto de volvernos pioneros en algunas conquistas civilizatorias. Todavía a día de hoy, por ejemplo, los discursos antiinmigración, que sí se expanden con facilidad en otros países europeos, pinchan en hueso, fuera de reductos muy concretos, en una sociedad que continúa apreciando en la llegada de migrantes —en ser un país al que la gente quiere venir, en lugar de uno del que sus habitantes procuran irse— la prueba de su conquista del desarrollo y la modernidad.
El juche nacionalcatólico es hoy por hoy una estrategia llamada al fracaso, practíquelo Diego Canga en una Asturias en la que se espera una victoria más o menos aplastante del socialista Adrián Barbón o una Isabel Díaz Ayuso candidata a las generales. Pero merece la pena estar atentos a la evolución de esta amalgama que podrá no ser fracasada indefinidamente, en un mundo en que las turbulencias irán acrecentándose, y el repliegue hacia el ensimismamiento culturalista, e incluso la vuelta de la religión, siendo una tentación cada vez más seductora.
Para esta gente, todos somos comunistas o anarquistas y ateos. Y judeo-masones, en franco contubernio. Cualquiera que luche por la laicidad del Estado, en el fondo, socaba los privilegios de la jerarquía religiosa que, normalmente, es un aliado principal de las élites económicas. Y si hay algo que jode al privilegiado es perder sus privilegios.
Los primeros avances laicistas en Francia se dieron con la revolución de 1789, pero no fue hasta el 9 de diciembre de 1905 en que se aprobó la separación entre la iglesia y el Estado francés. Un hito. También fue un 9 de diciembre, esta vez de 1931, en que el Presidente de las Cortes Españolas, Julián Besteiro, promulgó la Constitución de la República Española, la única norma constitucional, verdaderamente laica que ha existido en España. Otro hito. Es por eso que Europa Laica fijó la fecha del 9 de diciembre para conmemorar el día del laicismo y la libertad de conciencia.
Todo cambio social genera resistencias. El video muestra la resistencia al cambio de la iglesia francesa y el movimiento social de oposición que generó.
En España no hizo falta la aprobación de la Constitución republicana para que la iglesia se posicionase radicalmente en contra del porvenir.
El golpe del 36 y la victoria militar, declarada cruzada, significaron un enorme paso atrás para la consecución de un Estado Laico. La escuela republicana, tras la depuración e incluso asesinato de muchos de sus maestros, dejó paso a una educación inspirada en los principios nacional-católicos y en manos de las congregaciones religiosas. Una educación que queda muy bien retratada en un fragmento de la película del milagro de p-tinto.
Aunque parezca una situación arcaica, que a algunos nos trae recuerdos de la infancia, el visionado de la película “las niñas” muestra que la práctica de los concertados modernos se ha actualizado a los tiempos que corren, pero el adoctrinamiento permanece.
Todas las reformas educativas han mantenido la religión en la escuela (debido al Concordato). Pero es que, además, la vía de los conciertos educativos, abierta por el Psoe en los 80, asegura la presencia de las órdenes religiosas en la educación permitiéndoles mantener tanto su influencia ideológica y social, como una fuente enorme de recursos públicos y privados.
tras la muerte de Franco, la iglesia Católica no ha tenido necesidad de intervenir decisivamente en el ámbito político. Sus pilares fundamentales nunca han sido cuestionados y sus intereses han sido adecuadamente representados por el bipartidismo.
La financiación pública se ha mantenido por la vía de la casilla del IRPF.
El patrimonio inmobiliario se les ha regalado por la vía de las inmatriculaciones y su mantenimiento es asegurado por las subvenciones debido a su carácter de patrimonio histórico artístico….
https://mhuel.org/?p=4318
2022: laicismo en declive y continúa intolerancia contra ateos (De Avanzada)
La investigación de Humanists International expone que sólo el 4% de la población mundial vive en sociedades que son verdaderamente laicas, donde existe una clara separación de las autoridades religiosas y políticas, que no discriminan a ninguna religión o comunidad de creencias.
El Informe sobre la Libertad de Pensamiento de Humanists International, que ya va por su 11ª edición, pone al desnudo los efectos de la ausencia de laicismo estatal sobre los no-religiosos, exponiendo que, cuando este es puesto en tela de juicio, los no-religiosos son susceptibles de enfrentarse a las más graves violaciones de sus derechos humanos.
Según las investigaciones de la organización, el 70% de la población mundial vive en países donde la expresión de los valores humanistas está severamente reprimida; donde la plena realización del propio derecho a la libertad de religión o creencia es imposible. El resultado: penas severas para la apostasía; mayor probabilidad de que se perpetúen prácticas tradicionales nocivas; nacionalismo religioso que afianza los valores conservadores en la sociedad.
A través de 10 capítulos por países, la Edición de Países Clave de este año demuestra la progresiva supresión del principio de laicismo en todo el mundo, y con ello un declive en la protección de los derechos humanos….
https://laicismo.org/2022-laicismo-en-declive-y-continua-intolerancia-contra-ateos/274145
Siempre han cabalgado juntos. Oligarquía y religión. Siempre. En gran parte por la iglesia y sus feligreses se perdió la guerra del 36/39, mal llamada guerra civil pues fué una guerra de clases: la oligarquía contra el pueblo.
¿Desarrollo y modernidad?: en algún momento, décadas atrás, puede que hubiera algo de ello. Volvemos otra vez y en todos los aspectos a la España que ha de helarte el corazón. Por lo visto al «desarrollo y a la modernidad» es lo que les vá.
Del Manifiesto de Europa Laica ante el Día Internacional del Laicismo y la Libertad de Conciencia, 9 de diciembre:
Europa Laica exigimos en nuestro país, una vez más, la denuncia y derogación de los Acuerdos de 1979 con la Santa Sede, así como los de 1992 con las confesiones minoritarias. Existe una mayoría parlamentaria suficiente para ello por lo que el gobierno de coalición PSOE-UP junto con los partidos progresistas no deberían mirar para otro lado. Porque toca ya reconsiderar el papel de la Iglesia Católica en España, una asignatura que sigue pendiente desde la Transición.
llamamos la atención sobre el imparable avance de los grupos de presión fundamentalistas ultra-religiosos en conjunción con el auge de fuerzas de ultra-derecha. Esta deriva, con su creciente influencia política internacional, ha sido especialmente visible en procesos legislativos llevados a cabo en América Latina; también en algunos gobiernos europeos, como los de Polonia, Hungría o Italia, que de forma progresiva y en perfecta sintonía, están poniendo en peligro derechos civiles y sociales. Las cláusulas de conciencia de corte clerical, cada vez más extendidas, también está obstaculizando, sino impidiendo, el acceso a derechos en un buen número de países, principalmente en el campo de los derechos sexuales y reproductivos.
A su vez, las políticas privatizadoras y de recortes gubernamentales por todas partes, con dejación de la responsabilidad estatal, supone que la prestación de servicios públicos y de asistencia social sean capturados por dichas fuerzas, disfrazadas o a las claras, generando el caldo de cultivo para incrementar su influencia y capilaridad en los estratos sociales más desfavorecidos. El mercado de la caridad y el proselitismo ligado a esta injerencia está presentes por todas partes, también en nuestro país, sin que exista una voluntad real de las fuerzas políticas y la Administración de garantizar una defensa efectiva de lo público desde el interés general, no particular…..
https://laicismo.org/manifiesto-de-europa-laica-ante-el-dia-internacional-del-laicismo-y-la-libertad-de-conciencia-9-de-diciembre/273909
No veo mal la apertura hacia una sacralización no-monoteísta de la naturaleza y una religión ecológica. La deriva de la educación pública se nos va de las manos con las tecnologías y las empresas privadas.