Opinión

Queridos payos mierdarracistas

La autora de 'Resistencias gitanas' denuncia cómo los ataques contra el pueblo gitano no son castigados "con justicia".

Manifestación convocada por la Asociación para el Desarrollo Gitano en Madrid en 1978, con objeto de llamar la atención sobre sus problemas. EFE

Este artículo fue publicado en #LaMarea90. Puedes conseguir la revista aquí.

De Peal de Becerro o de donde coño quiera que seáis, o asumís vuestro mierdarracismo o jamás acabaremos con el dichoso problema del acendrado racismo, tan español, tan de Andalucía, tan de Jaén, tan de Peal de Becerro… Sí, efectivamente, el problema del racismo es vuestro. Nosotros, tal como decía el pobre Salman Rushdie, tan solo lo sufrimos. Nosotros siempre podremos escapar, refugiarnos y vivir en lugares más amables pero vosotros tendréis que seguir soportándoos los unos a los otros.

No sois mejores que los mierdarracistas nazis que se creían que gobernarían el mundo durante mil años, los chulos engreídos, y acabaron sucumbiendo en tan solo doce. Eso sí, hicieron mucho mal: acabaron con el 80% de la población gitana en algunos lugares de Europa. Pero nosotros seguimos vivos y felices.

Tampoco sois mejores que ninguno de los reyes de España que, desde los Católicos, nos han intentado exterminar con sus más de 230 leyes antigitanas. Ni siquiera el Marqués de la Ensenada, con todo el poderío del Estado y el apoyo de la Iglesia, consiguió acabar con nosotros. De hecho, cada día seguimos maldiciéndolo a él y a toda su ralea. También, por supuesto, maldecimos al Rey y a la Iglesia por su responsabilidad en la Gran Redada de 1749 que se se llevó por delante las vidas de ni sabemos cuántas de nuestras antepasadas y antepasados. Pero aquí seguimos, cantando, bailando, festejando la vida y el amor.

No, queridos mierdarracistas, no vais a conseguir vuestro propósito; y sí, tendréis que vivir asquerosamente compartiendo vuestras mierdas racistas con otros seres igual de indeseables que vosotros.

¿Por qué los mierdarracistas de Peal de Becerro ahora -y antes los de Torredonjimeno, Martos o Mancha Real- decidieron tomarse la justicia por su mano ante un suceso de lo más habitual del mundo (por desgracia, el ocio está planteado como una competición machista y patriarcal de a ver quién se emborracha/droga más, viola más y comete la violencia más tremenda, y en ese desfase de cada finde suceden por todas partes hechos lamentables como la muerte del vigilante de seguridad de Peal) en lugar de echarse a las calles y darse, por ejemplo, un tripazo contra el suelo? Porque sabían que podían hacerlo y no les iba a pasar nada. Podían atacar a las inocentes e indefensas familias gitanas y sabían que resultarían impunes. La experiencia histórica de su entorno (en esa comarca ha habido varios pogromos) les alienta y les inspira: los perpetradores de los ataques antigitanos no han sido castigados con justicia (sí, sí, la justicia paya es siempre antigitana, pero de eso hablaremos otro día) en ninguno de los casos.

¿Por qué mierdas el alcalde de Peal, David Rodríguez Martín ¡del PSOE! (¡qué vergüenza que no abandonen ese partido todos los militantes gitanos!) no puso todos los medios posibles para evitar el pogromo? Pues porque se sabe tan impune como lo han sido los alcaldes de Torredonjimeno, Mancha Real o Martos.

¿Por qué la subdelegación del Gobierno no tomó las medidas oportunas para evitar que se llevase a cabo la manifestación de los mierdarracistas justicieros? ¿Por qué las fuerzas del orden no evitaron el destrozo de los bienes y de las viviendas de las familias gitanas? Espero que estas preguntas se las plantee la Fiscalía y actúe en consecuencia. De otro modo, la Fiscalía estará una vez más contribuyendo a la impunidad de los crímenes antigitanos.

¿Por qué no ha habido una reacción contundente ni de la Junta de Andalucía ni del Gobierno? Creo que esta es la verdadera cuestión que hay que analizar, y quizás así entenderemos cómo y por qué, después de 44 años de que España se haya constituido en un Estado democrático, social y de derecho, la población gitana, la ciudadanía gitana española, sigue siendo discriminada cada día y, como consecuencia de esa discriminación, un 98% de sus miembros se halla en riesgo de exclusión. Evidentemente, la cuestión gitana no forma parte de la agenda de ningún gobernante (actual o pasado) de ninguno de los niveles (europeo, estatal, autonómico, local) excepto para aportar algún toque folclórico: véase el gasto destinado en los presupuestos y se comprenderá la relevancia que nuestros mandamases le dan a nuestros problemas.

¿Por qué ningún partido político ni sindicato ni asociación vecinal ni feminista ni deportiva ha levantado la voz contra estos actos racistas? Porque el antigitanismo es el racismo más extendido socialmente y porque ninguno de estos movimientos ciudadanos se siente interpelado por nuestros problemas ni por el racismo más allá de algún que otro acto marginal y minoritario.

Para finalizar: ánimo, el antigitanismo y el racismo se curan. Para ello, lo primero que tenéis que hacer es que, la próxima vez que os venga la gana de quemar una casa de una familia inocente, os peguéis fuego vosotros mismos; así entenderéis que el incendio de personas inocentes no es la solución a ninguna injusticia. Segundo, cuando consideréis que ha habido un grave crimen en vuestro entorno, id a denunciarlo ante la justicia y pedid que sea eficaz, tal y como lo ha sido en este caso, en el cual antes de 24 horas la policía había detenido y presentado ante el juez a los supuestos autores. Y tercero, si no os gusta vivir en lugares donde también residen familias gitanas, marchaos, aquí sobráis: esta sociedad no necesita para nada vuestro mierdarracismo.

Queridas autoridades racistas por acción o por omisión, en efecto, es posible tener una sociedad mejor, en la que nadie sufra por su condición identitaria. Pero para ello, aunque sea por una vez, tenéis que currar seriamente e invertir igual que lo haríais para construir rotondas o aeropuertos: el racismo fue culpable de la muerte de un millón y medio de personas gitanas durante el nazismo, pero se llevó por delante las vidas de 70 millones de payos. Echad cuentas y veréis que os interesa más que tengamos esta fiesta en paz.

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Comentarios
  1. Mi primera infancia, hasta los cuatro años vivi en un barrio lleno de gitanos, en los años 60. jugabamos todo el dia en la calle, todos juntos. Solo cuando fui adulta supe que mis amigos eran gitanos. mi familia nunca hizo distinción y las suys tampoco. Aun recuerdo con pesar cuando en la escuela si nos ensuciabamos la ropa nos decian que pareciamos gitanos,

  2. Estoy de acuerdo, y le doy toda la razón a la autora de este texto. Mirándolo desde el punto de vista de un gitano, ella se expresa desde un sufrimiento de siglos. No es eso ninguna mentira, el pueblo gitano en Europa ha sido perseguido de forma atroz, desde casi su llegada a esta zona del mundo. Y aún así, se sigue justificando esa atrocidad, aún así se sigue considerando culpables a las víctimas.

    Ya digo, en ello toda la razón al activismo gitano actual. Pero, el problema de ese activismo, como todo activismo, es que busca la paz a través de la guerra. Juega en el mismo nivel de conciencia que los «mierdaracistas». Y tal y como dijo Einstein: «Ningún problema puede ser resuelto desde el nivel de conciencia en el que se creó».

    Este tipo de activismo, o incluso todo activismo tiene su razón de existir, pero ningún activismo va a conseguir instaurar la paz, la justicia, la hermandad y la consciencia humana. ¿Porqué? Porque el activismo surge del nivel de conciencia de sentirse víctimas, de tener un enemigo contra el que luchar, y darle todo el sentido a esa lucha, a ese ganar terreno, a ese «conquistar derechos», que sí, que está totalmente justificado, pero nunca va a ser la solución.

    Termino; la «violencia» con la que habla la autora, está moralmente justificada, incluso como «estratégia político-pedagógica», pero me temo que no es el camino, ni como pueblo, ni como individuos. Justificar nuestra violencia no nos da paz y por tanto no trae paz ni justicia al mundo. No nos hace más justos, ni más cuerdos, ni más valientes, ni más humanos que otros a los que de partida consideramos enemigos, el mal, nuestro mal.

    La oscuridad no se ilumina desde la oscuridad, sino desde la luz. Ante la inconsciencia la consciencia. La guerra solo puede ser vencida desde la paz. No hay otra, como diría aquél: no hay un camino hacia la paz, la paz es el principio, y si no partimos desde el principio nunca alcanceros el fin.

    Saludos fraternales a todos, a todos los humanos que lean este texto.

  3. El titular, que no se si es de la autora, ¿lleva un adjetivo explicativo o especificativo? En este ultimo caso, estoy plenamente de acuerdo. En el primero, me siento muy ofendido.

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