Opinión

Juzgar con perspectiva de género en el procedimiento laboral

"Pues mira, iremos a la vía penal si lo creemos oportuno, por supuesto. Pero resulta que, ante un despido por acoso sexual en el trabajo, la vía es la jurisdicción social", reflexiona la abogada Rocío Mendoza.

Protesta en el barrio madrileño de Malasaña. ÁLVARO MINGUITO

Hoy no vamos a iniciar estas palabras haciendo mención expresa a los tratados de derechos humanos de las mujeres ratificados por el Estado español y parte de nuestro ordenamiento interno. Hoy no vamos a recordar la legislación estatal y europea, e incluso andaluza, en materia de género e igualdad. Es sobradamente conocida.  

Si te toca el culo tu jefe o tu compañero, te invitan a que te acuestes con tu jefe para obtener un ascenso sabiendo que, además, eres madre y estás en solitario al frente de tu casa y tus hijxs… Cualquier acto que se produzca en el contexto y marco de las relaciones de trabajo, es acoso sexual y, por tanto, implica discriminación y conculcación del principio de igualdad.

Las consecuencias son que tenemos derechos las trabajadoras y obligaciones la patronal y obligaciones todos los poderes públicos de aplicar el Derecho y la Ley conforme los artículos 1,14,9.2,10,9.6 CE y en los arts. 3,6, 19 y 30 de la LO 4/2015 de Igualdad. Es decir, todos los poderes públicos están obligados a cumplir los mandatos legales de velar por la supresión de estereotipos y promover la ausencia de cualquier forma de discriminación de justicia por razón de las causas previstas en esta ley, incluyendo el procedimiento laboral. 

Sin embargo, cuando acudes a sala demandando a una empresa o empleadores por despido con violación de derechos fundamentales por acoso sexual en el trabajo, fiscales, juezas y jueces… «¡Señora letrada, vaya usted a la vía penal!«.

Pues mira, iremos a la vía penal si lo creemos oportuno, por supuesto. Pero resulta que, ante un despido por acoso sexual en el trabajo, la vía es la jurisdicción social y, a mi entender, en el ámbito laboral no se aplica el enfoque de género. Esto justifica las pocas demandas existentes en materia laboral y la gran escasez de datos en la materia, entre otras muchas cosas y contexto que no vienen al caso. Lo que sí viene al caso es que las víctimas de acoso sexual en el trabajo sufren una fuerte violencia institucional que las revictimiza una y mil veces. Además, los factores de riesgo aumentan si eres pobre e inmigrante y trabajas en el ámbito de los cuidados (o de forma irregular).  

En efecto, juzgar con perspectiva de género no significa favorecer a las mujeres. No. Esta idea es lo que interesa al patriarcado que nos quede en el imaginario social, dejando de lado que el modelo de mercado capitalista/competitivo en el cual vivimos es corrupto y depredador por naturaleza y es donde hunde sus raíces el patriarcado.  

Los mandatos legales de género son de obligado cumplimiento. Y cuando hablemos de la imperiosa necesidad de  juzgar con enfoque de género, debemos hacerlo con la clara convicción de que se trata de un método científico de análisis de la cuestión litigiosa y que debe desplegarse en aquellos casos en donde se involucren relaciones de poder asimétricas o patrones estereotípicos de género que exigen la integración del principio de igualdad en aplicación e interpretación del ordenamiento jurídico, todo ello para la búsqueda de situaciones equitativas ante situaciones desiguales de género.  

Juzgar con perspectiva de género no significa favorecer a las mujeres, sino consolidar la transversalidad de la metodología de género y considerarla como una herramienta novedosa de transformación social para garantizar la efectiva salvaguarda de los derechos de las mujeres ante la necesidad impostergable de reconocer la diversidad de género y aplicar los estándares internacionales de género. Por tanto, hacer visible las distintas relaciones de poder ante una cultura jurídica patriarcal.  

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Comentarios
  1. JUSTICIA Y REPARACION
    Una comunidad refugiada se enfrenta a un gigante tecnológico de Silicon Valley. Grupos de la etnia rohinyá piden una reparación por el papel desempeñado por Facebook en las atrocidades de Myanmar.
    En 2017, más de 700.000 personas rohinyás se convirtieron en refugiadas tras huir de la violencia extrema y de los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante una campaña de limpieza étnica de las fuerzas armadas de Myanmar. Facebook (propiedad de Meta) contribuyó a la violencia y a la discriminación de estas personas con la difusión y amplificación de contenido contra la comunidad rohinyá en su plataforma.
    Sin embargo, la multimillonaria empresa ha rechazado todas las peticiones de la comunidad rohinyá de que proporcione un resarcimiento significativo. Ahora, un grupo de jóvenes rohinyás de Cox’s Bazar, en Bangladesh, ha presentado una denuncia por violaciones de derechos humanos contra Facebook en Estados Unidos por el papel de la empresa en los abusos perpetrados contra su comunidad y ha pedido una inversión de un millón de dólares estadounidenses en proyectos educativos en el campo para personas refugiadas.
    Firma ya la petición a Meta para que asuma su responsabilidad.
    https://www.amnesty.org/es/petition/pide-a-meta-que-repare-a-la-comunidad-rohinya/

  2. Vivimos en una democracia de muy baja intensidad, con los índices de participación asociativa más bajos de Europa. Algunos autores dicen que es porque España, Grecia y Portugal somos mediterráneos, ¿No será porque tuvimos los tres países dictaduras muy longevas? Además, los constituyentes tenían miedo a la participación y se ha conseguido ahogar todos los intentos de tener unos niveles de participación europeos. Había y hay miedo a los niveles de participación asociativa, política, juvenil y sindical de la II República. En este libro «Nietas de la República» documento un gran ejemplo de lo que afirmo.
    Hubo un momento extraordinario e histórico de la participación de las mujeres en la vida colectiva y es cuando las chicas se hacen con la dirección de la Juventudes Socialistas Unificadas porque los chicos van al frente. Algunas incluso fueron al frente: las milicianas. Una revolución brutal. Esto está descrito en el libro de Teresa Pàmies “Cuando éramos capitanes”. Pàmies fue de la JSU y gran escritora casada con Gregorio López Raimundo el gran líder del PSUC nacido en Tauste. (Jordi Serrano Blanquer, historiador y rector de la Universitat Progressista d’Estiu de Catalunya (UPEC)

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