Política
Un alcalde del PP resta importancia a que un concejal exhiba un águila franquista en su perfil de WhatsApp
“Es de carácter privado”, respondió el alcalde de Zarzalejo al anterior regidor y a una vecina, que enviaron quejas advirtiendo de los hechos.
El concejal del Ayuntamiento de Zarzalejo (Madrid) Manuel de Dompablo Cortés (PP) muestra en su perfil de WhatsApp una fotografía suya luciendo un delantal con el águila de San Juan, símbolo de la dictadura franquista. «Es de carácter privado», fue la respuesta que el alcalde de la localidad, Rafael Herranz, envió a principios de noviembre al anterior regidor y actual miembro de la oposición, Martín Rodrigo González (Ahora Zarzalejo), quien planteó la queja a través de dos instancias, una en agosto y otra en octubre. Es la misma respuesta que ha recibido también otra vecina del pueblo, que presentó otro escrito de queja en agosto, en el que solicitaba lo siguiente: «Ante la sensibilidad de vecinos de este pueblo y en su nombre se le inste a quitarla».
Rodrigo quiso contactar el pasado verano con Manuel de Dompablo Cortés, concejal de infraestructuras, limpieza, servicios jurídicos y servicios generales, para transmitirle un asunto sobre la piscina municipal. Al buscar su teléfono, se percató de la imagen que el edil estaba usando. «Cualquier interacción a través de este canal de mensajería instantánea, sea con la vecindad o proveedores o distintas personas vinculadas a la gestión de nuestro Ayuntamiento, deben sufrir el malestar que pudiera generar esta exaltación de un símbolo de una dictadura contraria a nuestro actual Estado de Derecho«, manifestó Rodrigo González. «[Estos símbolos] son contrarios a la Constitución española, ofenden a las víctimas de esta dictadura y plantean una contradicción grave entre la jura que este cargo electo ha hecho de dicha Constitución y la exaltación de un símbolo autoritario y antidemocrático», argumentó.
Según la consideración del alcalde, por el contrario, este hecho no incurre en infracción u acto punitivo alguno: «Lo que un miembro de esta Corporación pueda exhibir en SU PERFIL de WhatsApp y en su teléfono personal es de carácter estrictamente privado, por lo que, en aplicación del art. 35.6 de la Ley 20/2022 de Memoria Democrática, no incurre en infracción u acto punitivo alguno«, expresa en las cartas remitidas a Rodrigo González y a la otra vecina del pueblo. «Ni desde esta Alcaldía ni desde esta Entidad Local que presido se considera que se debe realizar actuación alguna que suponga la intervención en el ámbito personal y privado de ninguno de los miembros de esta Corporación», añade.
Tras varios intentos para contactar con el concejal y el alcalde, mediante correos electrónicos remitidos al Ayuntamiento de Zarzalejo y al Partido Popular de Madrid, este medio no ha obtenido respuesta hasta el momento de la publicación de este artículo. Tampoco ha respondido, tras varios intentos por diversos canales, la Secretaría de Estado de Memoria Democrática para valorar el hecho.
La prenda con la simbología franquista que lucía el edil se encuentra a la venta en varias tiendas en línea de parafernalia nazi y fascista, todavía hoy legal en España.
A este alcalde habría que ponerle en el mismo pueblo, pero en la época en la que esa bandera ondeaba en los balcones de los pueblos del valle de Guadarrama, en los que reinaba las largas listas de fiado en sus comercios , y en los que se servía a los señoritos de la capital en los veranos, rindiendo les plitesia por cuatro duros, por mucho que ondease su sanguinaria bandera, y por muy alcalde que se creyese.
A ver si le gustaría tanto la miseria que reivindica el pavo.
Monarquía anacrónica y corrupta.
Breve y magnífica exposición de un diputado del BNG que llama corrupta a la monarquía borbónica y le espetan dictatorialmente que está prohibido decir eso y que le retiran la palabra.(vídeo)
https://insurgente.org/un-diputado-del-bng-llama-corrupta-a-la-monarquia-borbonica-y-le-espetan-que-esta-prohibido-decir-eso/
Sin temor, Miquel, como tiene que ser.
Que no te callen la sinrazón y las amenazas de matones revestidos con la prepotencia que da la ignorancia.
El “Generalísimo” murió en la cama absolutamente tranquilo en cuanto a quién controlaba ese cortijo que fue suyo y de sus adláteres desde 1939 hasta su desaparición física.
Ha habido mucha mistificación con nuestra sacrosanta Transición, pero lo cierto es que había mucho que ganar. El país, aún muy autárquico, tenía muchas acciones de grandes empresas que pasarían a manos privadas; un botín nada despreciable y una buena razón para traer el liberal sistema económico de las «democracias» occidentales a nuestros lares.
Precisamente por ese desequilibrio político al que aludía, no hubo comisiones de la verdad, no hubo condena al franquismo ni depuraciones: el sistema judicial y represivo pasó intacto a la naciente «democracia», bien vigilada y amenazada, además, por los espadones del dictador.
La llamada Transición vio muchos esfuerzos populares por parte de los antifranquistas para conseguir las mayores libertades posibles, pero quienes seguían teniendo la sartén por el mango iban haciendo las concesiones que consideraban estrictamente necesarias para el proyecto con cuentagotas.
La Transición fue sangrienta y poco tenía que enseñar a países que, tras sufrir dictaduras, tomaron medidas en cuanto les fue posible, para resarcir a sus sociedades; en España eso nunca se hizo, y no porque hubiera una reconciliación social real, no se hizo porque el régimen exigió, como condición indispensable para los cambios institucionales, la imposición de una absoluta impunidad.
Los que torturaban podían dormir tranquilos; los perseguidores furibundos de los que luchaban por las libertades de todos pasaron, por arte de magia, a convertirse en los adalides de las mismas; los jueces, que miraban para otro lado ante los malos tratos a los reos, y que dictaban sentencias de muerte eran, de un día para otro, los vigilantes del cumplimiento de las libertades democráticas; los militares, mejor tratados que durante toda la dictadura, seguían siendo igual de franquistas, pero cada vez amenazaban menos la democracia, habían entendido en qué consistía la jugada….
https://arainfo.org/sobre-la-nueva-ley-de-memoria-historica-democratica-de-donde-venimos-y-adonde-vamos/
Lo que resulta evidente es el valor que para algunos grupos y personas tiene el significado de fascismo que, de esta manera, se representa en sus símbolos. Unos se sienten orgullosos, bien por ignorancia supina de lo que representó en la historia bien porque no encuentran fractura moral en lo que la ideología hizo, de dichos símbolos, mientras otros gazapean con disimulo sobre dicho significado para acaparar un voto que en lugar de rechazar prefieren utilizar (estos no van a irse a la izquierda con facilidad a menos que cambien mucho las cosas).
Oír a estos gaznápiros hablar de patrias, honestidad, honor, y entrega, bajo los principios representados en semejantes símbolos, solo es equiparable con la forma en la que sus representantes manejan, precisamente, el rellenando de la ignorancia que ocultan la imágenes vacías de los mismos.