“Abro hilo”. Esta frase, en nuestros días, antecede a la explicación de una historia narrada en varios tuits. Siempre existe la tentación, en el universo digital, de cortarlo, enredarlo, manipularlo. Hace veinte años, en los tiempos del Prestige, la palabra hilo también adquirió otro significado.
Mariano Rajoy, entonces vicepresidente del gobierno de José María Aznar (PP), eligió este término para referirse a las 16.000 toneladas de chapapote que, por aquellos días, el petrolero vomitaba frente a la Costa da Morte: “Unos pequeños hilitos. Hay cuatro en concreto, regueros solidificados con aspecto de plastilina en estiramiento vertical», dijo. Entonces, el hilo pasó de ser una hebra delgada a un material completamente moldeable. Como la mentira que, forjada con palabras, eufemismos o silencios, aparenta ser una verdad.
Las huellas del Prestige es un reportaje multimedia que, dos décadas después, desbroza los hilos que un día abrieron la mayor catástrofe medioambiental en España. Ya puedes disfrutar de los cinco capítulos que lo componen en Prestige.lamarea.com.
Textos y edición de audios: Lucía Abarrategui, Sergio Pascual y Lolo Rey
Fotografía y vídeos: Brais Lorenzo
Diseño: Daniel Paíno
Desarrollo: Javier Casajús
Producción: La Marea
Según los medios, un buque petrolero cargado con 77.000 toneladas de fuel presentaba una vía de agua y navegaba escorado arriesgando su estabilidad y amenazando con un posible derrame de petróleo en la costa gallega, una de las zonas más ricas, diversas y productivas del Atlántico.
El desenlace terminaría convirtiéndose en la mayor catástrofe ambiental de este país, afectando a 1.137 playas y 2.980 km de litoral, no sólo de España sino también de Portugal y Francia.
En pocos días el fuel del Prestige llegó a la costa y con el fuel llegó también el bloqueo informativo y la desinformación. En los días consecutivos la comunicación oficial y la cruda realidad parecían vivir en universos paralelos. Mientras el Gobierno aplaudía su buena gestión que, según ellos, había logrado controlar y minimizar el impacto; la costa se teñía de negro, a tierra llegaban cientos de aves recubiertas de petroleo y las personas se tiraban con lo puesto a las playas en un intento desesperado de quitar esa capa negra, viscosa y maloliente que lo cubría todo y se pegaba a todo.
la información oficial que se empeñaba en trasladar una realidad totalmente distorsionada.
Para la memoria colectiva quedaron los “hilillos de plastilina” pero los intentos de minimizar lo que estaba sucediendo en Galicia fueron una constante durante toda la crisis del Prestige.
Los medios de dentro y de fuera asistían estupefactos a un espectáculo de desinformación por parte del Gobierno central y del de la Xunta.
El fuel del Prestige en los fondos del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, declarado apenas unos meses antes. La mayor catástrofe ambiental de este país acababa de empezar porque las consecuencias del vertido han durado muchos años. Y sin embargo, las lecciones aprendidas no fueron suficientes.
En 2022, la dependencia de los combustibles fósiles es aún enorme. La flota mundial de buques petroleros ha duplicado su capacidad en estas dos décadas… aún falta mucha ambición política para poder creernos aquel ya famoso Nunca máis que nos movilizó en 2002.
Documental completo de la catástrofe:
https://www.youtube.com/watch?v=P7ZAP2nJ3-w
mUY ACTUAL