Opinión
Los abuelos que se pelearon según Feijóo: el caso Inda
"Esta es la historia de los abuelos que se pelearon. Y entre los nietos, hay quien sigue negándose a que los abuelos que yacen enterrados tengan su lugar de memoria", escribe Antonio Maestre.
El moderado Alberto Núñez Feijóo está molesto con la nueva Ley de Memoria Democrática. Lo ha expresado diciendo que hay que dejarlo estar porque lo que ocurrió es que los abuelos se pelearon hace 80 años. Lo cierto es que algunos sufrieron las hostias y otros hicieron negocio con la sangre derramada.
El régimen franquista se encargaba de otorgar concesiones de negocios a los afectos al golpe de Estado. Para ello, era necesario que se realizara un informe de “buen comportamiento”, un eufemismo para decir que debías ser afecto al “movimiento nacional”. Lógicamente era imposible conseguir una concesión de un negocio si eras republicano, así que hacer negocio durante el franquismo estaba reservado para los abuelos que ganaron la contienda, que suelen ser los abuelos de los que opinan como Feijóo.
Un ejemplo mediático sirve para comprender dónde estaban los abuelos de cada uno. En Leiza, Navarra, había dos minas. La mina Conchita y la mina San Pedro. En 1937 se realizaron dos solicitudes al gobernador civil franquista para la concesión de esas dos explotaciones. Estaban firmadas por Narciso Inda Zabaleta, abuelo de Eduardo Inda. Un documento fechado en Pamplona el 17 de agosto de 1937 decía lo siguiente:
“El que suscribe, Narciso Inda Zabaleta, mayor de edad y vecino de Pamplona, con cédula personal que exhibe, a V.S: respetuosamente expone: que en el paraje llamado Charagorri, término municipal de Leiza y lindando a los cuatro puntos cardinales con terrenos comunales, desea adquirir 24 pertenencias de mineral de hierro con el nombre de Paquita”.
Narciso Inda Zabaleta tenía un local de tejidos y confección llamado Casa de Saldos, que heredó de su padre Narciso Inda Iraizoz y que abrió en 1897. Afiliado requeté desde el 9 de abril de 1937, su comercio servía como lugar de reunión de los carlistas, donde se guardaban armas para el triunfo del golpe de Estado.
Sellado el 8 de septiembre de 1938, la delegación de orden público de Navarra realizó el preceptivo informe de “buen comportamiento”. Decía lo siguiente:
“En contestación al atento escrito de V.S.I de fecha 25 de agosto último, en el que se interesaban informes de Narciso Inda Zabaleta, tengo el honor de manifestar a V.S.I que según me notifican los funcionarios a mis órdenes dicho individuo observa buena conducta, moral, pública y privada”.
Y añade: “Perteneció al partido Nacionalista Vasco y en la actualidad tiene carnet de afiliado requeté desde el 9 de abril de 1937. Está considerado como persona afecta al Movimiento Nacional, y en el comercio que tiene establecido en Calceteros 6, se reunían personas que hablan de darle impulso, guardando armas para los elementos carlistas y refugiándose en él personas perseguidas por las izquierdas, enlaces y otros que coadyudaron a la causa nacional. Está en buena posición económica y en mayo de 1930 fue denunciado por escándalo y falta de consideración a los agentes de la autoridad. Dios salve a España. Pamplona 5 de septiembre de 1938. El delegado de orden público”.
El franquismo le devolvió los favores al abuelo de Eduardo Inda. Le otorgó las concesiones de las minas Paquita y San Pedro por ser un digno representante de los que ganarían la guerra.
En minas yacieron muchos abuelos que no pelearon, porque nunca quisieron pelear. En la mina Terría en Valencia de Alcántara (Cáceres) fueron enterrados 48 ciudadanos inocentes asesinados por los falangistas. Las minas eran un lugar predilecto donde arrojar a represaliados en toda España, también ocurrió en la de La Paloma de Zarza la Mayor, donde fueron asesinados 18 republicanos extremeños.
Las minas fueron un lugar donde podías ser arrojado tras ser fusilado o un lugar con el que podías ganar dinero por favorecer el golpe. Esta es la historia de los abuelos que se pelearon. Y entre los nietos, hay quien sigue negándose a que los abuelos que yacen enterrados tengan su lugar de memoria.
NO LE LLAMEIS GUERRA CIVIL. NO HUBO DOS BANDOS, HUBO UN BANDO QUE QUISO ACABAR CON LA DEMOCRACIA.
NO HEMOS DE CAER EN LA MENTIRA DE LOS DOS BANDOS, DE GUERRA CIVIL, DE GUERRA ENTRE HERMANOS…
Sí, esos mismos que salen con la bandera de España, cuando se manifiestan contra el matrimonio homosexual, contra los derechos y libertades de las mujeres a decidir, son los que dan a entender que España es Una, es Grande y es Libre, sí, esos xenófobos y machistas a los que nunca veo defendiendo con la bandera, ni a la cultura ni a la sanidad.
Son los mismos ideológicamente que hace 80 años dieron un golpe de Estado, que metieron en la cárcel, reprimieron, fusilaron y asesinaron, consiguiendo que España sea el segundo país del mundo con mayor número de desaparecidos y de muertos por el genocidio que supuso aquel golpe de estado a la democracia durante la II República.
No hemos de olvidar a las miles de mujeres represaliadas, a los más de 30.000 bebés desaparecidos, a los más de 190.000 fusilados acabada la guerra, a los más de 114.000 desaparecidos que hay que sacar de las cunetas.
Ellos han conseguido crear un relato para engañarnos y hasta han conseguido que hablemos de guerra civil, de bandos, de guerra entre hermanos y no es cierto.
No hubo una contienda, lo que hubo fue un golpe de Estado antesala de una feroz represión y de 40 años de dictadura, no hemos de caer en la mentira de los dos bandos, pues ningún Estado democrático puede igualar a los asesinos con sus víctimas, pues no es lo mismo el torturador que el torturado, no es lo mismo la cultura y la educación que la violencia y el terror, no es lo mismo un dictador golpista que aquellos que fueron los legítimos defensores de la democracia y del orden constitucional.
Es una vergüenza que un país pueda llamarse democrático con tantos miles de muertos en las cunetas, y que no haya sido capaz de anular los juicios sumarísimos durante la dictadura, sin garantías ni respeto a los derechos humanos.
Por ello hemos de denunciar a esa prensa que es correa de transmisión de propaganda confundiendo a la población, creando un relato del odio y del miedo, por eso estoy preocupado.
Andrés Barés Calama (Salamancartvaldia.es)
Al menos a tu abuelo se le podía acusar de tener un carnet. A mi me obligan a financiar el derecho de Vox a presentarse a las elecciones y no he hecho nada malo.
A mi abuelo lo asesinaron después de la guerra por tener un carné de juventud socialista escondido y un hijo de la gran put4 se chivo por dinero y envidia .Lo condenaron a MUERTE el CARNICERITO DE MALAGA ARIAS NAVARRO lo mandaron a un campo de concentración en Ciudad Rodrigo lo metían al alba con el agua congelada en una alberca una y otra vez hasta qué morían de pulmonía y de hombre eso es para FEIJOOODER