Sociedad
Las herencias, la principal avería del ascensor social
Según un estudio, las herencias explican el 42% de la desigualdad de la riqueza en Italia, el 48% en Canadá, el 61% en EEUU y el 66% en España.
Joan Cascante Agudo // España es el cuarto país de la OCDE en el que es más fácil mantenerse entre el 20% más rico mientras que las probabilidades de seguir siendo pobre superan en diez puntos a la media de la organización. La movilidad social debería permitir que individuos nacidos en orígenes humildes tengan la capacidad de ubicarse en otro punto de la distribución de la riqueza. Para que se produzca, es necesario que los elementos estructurales que eviten que exista una igualdad de oportunidades se corrijan con inversión pública y políticas sociales.
La educación sigue siendo un vehículo eficaz para la promoción social. Cuatro de cada diez personas con padres con bajo nivel de formación solo tienen la educación secundaria, doce de cada cien tienen un grado superior y dos de cada cien un nivel de estudios de máster o superior, según datos de la OCDE, que afirma que cuanto más inversión pública mayor movilidad educativa hay. Sin embargo, España es el quinto país por la cola de la Unión Europea en inversión educativa y tiene un sistema que muestra una elevada segregación por origen socioeconómico con Madrid y Catalunya al frente con un 27,1% y un 24,86%, respectivamente.
Las políticas públicas son uno de los pilares en el impulso de la movilidad social y no solo para los hogares en pobreza extrema. En España, entre 2008 y 2015, la pérdida de la renta media de los hogares más pobres fue de un 21% mientras que los más ricos sólo lo hizo un 2,1%. España tiene mayor desigualdad porque dispone de menos políticas redistributivas. Mientras que la Unión Europea tiene una media de reducción de la desigualdad por transferencias sociales del 40,2%, nuestro país se sitúa en el 31,9%. Otro de los problemas reside en el mercado laboral. Según Save the Children, existe una elevada tasa de sobrecualificación, ya que el mercado español ofrece trabajos poco calificados con sueldos más bajos.
Sin embargo, no somos una excepción en la desigualdad social. En 2016, tras una gestión neoliberal de la crisis, el 1% más rico de la población mundial acumulaba casi tanto como el resto de la población, según datos de los servicios financieros Credit Suisse. Además, se llevaba también la mitad del crecimiento de bienestar global. La riqueza de setenta y dos personas correspondía a la de la mitad más pobre de la humanidad, es decir, a la de tres mil quinientos millones de personas, mientras que el año anterior debían juntarse las ochenta más ricas o en 2010, las trescientas ochenta y ocho.
Las herencias determinan el 70% de la riqueza en España
La desigualdad condiciona el presente, pero también el futuro, puesto que es hereditaria. Una explicación a porqué el ascensor social no funciona desde hace décadas. La movilidad social también se ve afectada por las herencias. El ideal meritocrático, según el cual, cada uno llega a donde le lleva su esfuerzo es un mito de gran creencia popular. «El éxito económico se hereda», afirma La movilidad intergeneracional de la riqueza y el papel de la herencia (2016).
Pertenecer a un grupo u otro según la riqueza se ve influenciado por la riqueza familiar que se transfiere desde los mayores a los más pequeños en bienes, acciones o dinero. Según el estudio Herencias y desigualdad de la riqueza de Pedro Salas-Rojo y Juan Gabriel Rodríguez, las herencias explican el 42% de la desigualdad de la riqueza en Italia, del 48% en Canadá, el 61% en Estados Unidos y el 66% en España. Además, el estudio expone que la educación de los padres, el tamaño de la familia, el tipo de escuela, la ocupación del padre y el entorno cultural son, por orden, los factores más decisivos en la desigualdad de renta.
El Gobierno central reconoce el peso de las herencias en la desigualdad social: “Se estima que determinan el 70% de la desigualdad de la riqueza en España”, señala en el Plan 2050. Para corregirlo, el estudio de Salas- Rojo apunta a una política fiscal homogénea sobre el impuesto de Patrimonio y el de Sucesiones y Donaciones y menciona que «es problemático que sea de competencia autonómica», ya que en la realidad la competición entre los distintos territorios genera dumping fiscal como en la Comunidad de Madrid por su eliminación. En un intento de corregir la desigualdad, el Plan 2050 contempla una «herencia pública universal», una dotación económica que todos los jóvenes recibirían al cumplir cierta edad, para adquirir una vivienda, financiar un negocio o completar la formación.
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