Internacional | Política
Congresistas demócratas piden a Biden un ‘alto el fuego’ en Ucrania
30 diputados progresistas demandan acentuar los esfuerzos diplomáticos y relajar las sanciones a Putin ante el riesgo de escalada, hambre y pobreza global. La carta ha sido retirada 24 horas después de su publicación.
Las desgracias nunca vienen solas o, como reza el refrán estadounidense, when it rains, it pours; es decir: cuando llueve, diluvia. Hartos de ponerse pingando deben de estar en la Casa Blanca, donde hace unos días se desató una tormenta política después de que 30 congresistas demócratas pertenecientes al Caucus progresista publicaran una carta instando al presidente Joe Biden a reconsiderar su posicionamiento estratégico respecto a la guerra de Ucrania.
El grupo, liderado por la diputada Pramila Jayapal, fue inmediatamente receptor de numerosas críticas dentro del partido, lo cual los obligó a retirar la misiva –que puede leerse aquí– apenas 24 horas después de hacerse pública, y forzó a los distintos signatarios a dar explicaciones. Así, Jayapal afirmó que se trataba de un texto escrito “hacía unos meses” que su personal administrativo lanzó sin haber sido confirmado, lamentándose de que se hubiese equiparado a “la negativa de los republicanos a apoyar la justa defensa de la soberanía de los ucranianos”. A pesar de la rectificación, la carta, fechada el 24 de octubre, demuestra una división dentro del seno demócrata que podría perjudicarles a tan sólo dos semanas de las elecciones de media legislatura.
En ella puede leerse cómo los y las congresistas, entre quienes se encuentran reputadas voces situadas a la izquierda del partido como Alexandria Ocasio-Cortez e Ilhan Omar, enfatizan la necesidad de acentuar los esfuerzos diplomáticos ante el riesgo de escalada, pobreza y muerte para millones de personas en todo el mundo, no solo Ucrania. Concretamente, piden “redoblar los esfuerzos en búsqueda de un marco realista para el alto el fuego”, con “incentivos para finalizar las hostilidades”, incluyendo algún tipo de “relajamiento de las sanciones” a Putin.
La alternativa, aseguran, sería un “conflicto prolongado” de consecuencias catastróficas, entre las que citan la subida del precio del trigo y los fertilizantes, que podría desatar hambrunas en múltiples países. Además, alertan de cómo la conflagración ha contribuido a los altos precios del gas, los alimentos y la gasolina también en Estados Unidos, y subrayan su responsabilidad como representantes de la ciudadanía, cuyos impuestos están sufragando los gastos de asistencia militar a la nación invadida.
Estas advertencias se producen en un momento crítico, con la inflación disparada al 8,2% y las reservas de diésel en su nivel más bajo desde 2008: apenas tienen stock para 25 días, según Bloomberg. Si bien esta es la primera carta que recoge una preocupación colectiva por la gestión directa de la guerra por parte del país norteamericano, en febrero 10 senadores demócratas ya advirtieron del alto coste de la energía en casa, e instaron al presidente a limitar las exportaciones de gas natural, de las que depende en buena medida Europa.
Biden ya era consciente de la mala pasada que puede jugarle en los comicios la carestía de la energía, especialmente la gasolina y el diésel. En unas declaraciones recientes, el mandatario recalcó la premura por incrementar la producción petrolífera, y señaló directamente a las empresas energéticas, que no deberían utilizar los beneficios para revalorizar sus acciones, sino para aumentar la capacidad productiva. A pocas semanas de que la OPEP anunciase una reducción de su producción, lo cual fue duramente criticado por el presidente de EEUU.
Con su popularidad en caída libre y unas encuestas poco halagüeñas que sugieren la pérdida de una o las dos cámaras del Congreso, Biden ha tenido que escuchar también las quejas de líderes europeos como Emmanuel Macron, quien le ha recriminado la venta de gas a “precios récord”, un reproche que secunda Alemania. Entretanto, crece en el ala más conservadora un cuestionamiento de los abultados presupuestos destinados a proveer ayuda humanitaria y, sobre todo, armas a Ucrania, los cuales han alcanzado los 66 mil millones de dólares. El líder de la minoría de la cámara de representantes, el republicano Kevin McCarthy, quien está en las quinielas para sustituir a la portavoz Nancy Pelosi, no dudó en expresar hace unos días su oposición a enviar “un cheque en blanco” a Ucrania mientras la gente se encuentra en mitad de una recesión.
Así, la carta emitida por los 30 congresistas viene a añadir otro jarro de agua fría a las políticas de Biden, y ya se está especulando con que pueda ser usada para la propaganda del Kremlin. Asfixiado por una inflación galopante, una crisis energética que aviva la fuerza de las protestas en Europa y compromete a sus líderes, y un partido republicano al que no parece pasar factura ni los desmanes golpistas de Trump, ni la reciente derogación del aborto por parte del Tribunal Supremo, Biden se enfrenta a unas urnas poco favorables. Es difícil saber si diluviará, pero, siguiendo con las metáforas pluviales, desde luego lloverá sobre mojado: un descontento generalizado, proveniente de varios flancos del espectro político y, cada vez más, del otro lado del Atlántico.
usa es un pais enfermo que esta enfermando al mundo, apesta y la otan tambien.
hartos de su hipocresia
El » gobierno» payasesco de Ucraina, en esta guerra contra Rusia qué él mismo montó , esta sometido a dos fuegos, uno es «fuego amigo» y viene de USA y de la UE. El otro es fuego de verdad y lo manda el Loco Putin. El fuego amigo de la UE y el de USA van a parar directamente a un » black hole» para el dinero, tanto del que sale del Estado ucraniano (lo qué queda de él en realidad), como el qué
viene de la UE (lo qué queda de ella en realidad) y de USA. El agujero negro financiero lo ha montado Zelensky y sus amigotes de la Cruz Gamada de Hitler, la Cruz Gamada del Batallón Azov en éste caso, varios de ellos ministritos de Zelensky. El «fuego amigo» qué envía la UE- qué tambien termina en el black hole ucraniano, a no olvidarlo- llega a Ucraina de la mano de tres condones – condones de la Reserva Federal de USA quiero decir-
Pitecanthropus Burrell, Von der Leyen y Stoltemberg. El fuego europeo y de USA va en la forma de Euros en masa y armas de facil reventa. Pero, ojo al piojo, todos los billones que » donan» USA y la UE, no son regalos, son entregas de plata a cuenta. A cuenta de TODAS las riquísimas «tierras negras» y todas las otras riquezas qué atesora Ucraina. Una vez dueños de las tierras negras, del uranio, litio y otros minerales basicos, ucranianos, los sionistas de la Reserva Federal habran cumplido su sueño dorado: controlar a Europa, y hacerlo sin disparar un solo tiro, es decir, hacerlo por el estomago. En efecto, de Ucrania vienen casi todo el trigo y otros alimentos qué consume Europa. Lo único qué los de la Reserva Federal y los de la RAND de Kissinger- qué son la misma cosa- no podrán obtener será el «Gran Israel» qué les prometió, publicamente, el igualmente grande, Zelensky. Y no lo podrá hacer por qué allí, en las tierras qué el tipo destinaba a su Gran Israel, ya se metieron los rusos y de allí no los saca nadie. ¿ Y a todo esto, qué reciben los ucranianos a cambio de regalar su país a unos y a otros? NADA.
Por qué Ucrania (Altamarea, 2022), de Noam Chomsky, un libro en el que el gran pensador estadounidense desgrana las agendas ocultas y los intereses de EE UU tras el conflicto entre Moscú y Kiev.
«¿Quiénes patrocinan el terrorismo?» Una intervención implacable de la eurodiputada Clare Daly (del Partido socialista de Irlanda)
https://insurgente.org/quienes-patrocinan-el-terrorismo-una-intervencion-implacable-de-la-eurodiputada-clare-daly/
“El régimen de Kiev está ocupado por la OTAN y colonizada por el liderazgo estadounidense, donde se dan órdenes a Kiev desde Washington, y las fuerzas ucranianas están dirigidas por el Pentágono”.
Lo dice el presidente de la Duma Estatal de Rusia; pero yo también lo tengo claro.