Política

Nazismo subliminal

Camisetas, banderas, tatuajes... Algunos símbolos fascistas se cuelan en los medios sin que se explique qué significan y dando voz a los discursos de odio de quienes los exhiben

Varios programas de televisión han dado voz a personas que portaban simbología neonazi y de ultraderecha este verano. Por falta de documentación o de celo profesional, Espejo Público (Antena3) presentó como “testigo” de una “reyerta entre narcos” en Marbella a un individuo que vestía una camiseta con simbología nacionalsocialista. También su discurso era claramente xenófobo y racista: “Dicen que son de origen holandés, pero de holandés nada, no son nativos. Son gente que viene de los países islámicos, emigrantes que viven en el centro de Europa como Holanda o Países Nórdicos”, soltó en directo en uno de los matinales con más audiencia de la televisión el pasado 19 de julio. Las críticas en redes sociales fueron inmediatas, hasta el punto de que el programa de Antena3 publicó un mensaje en Twitter en el que se desvinculaba de las declaraciones: “Lamentamos y condenamos cualquier expresión de racismo o discriminación”, aseguraron.

Sin embargo, horas después de la polémica intervención, Ana Terradillos, presentadora de Cuatro, volvió a dar voz al mismo testigo en horario de tarde. Lejos de amilanarse, reiteró su discurso: “Los titulares [de los medios] están mal. Son inmigrantes de países islámicos, pueden tener el pasaporte de Holanda, pero no es nativo. Por lo que lo correcto sería decir: ‘Un ciudadano nacido en Holanda de origen marroquí, sirio o afgano’, eso sería hablar con propiedad. Porque no es un holandés nativo”.

Este es solo el último suceso en el que una cadena de televisión cede su micrófono a una persona de ideología neonazi que hace ostentación de la misma a través de símbolos de diversa índole. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado que las banderas del batallón Azov se hayan colado a menudo en los medios sin que se expliquen las vinculaciones neonazis de este grupo militar ucraniano.

Uno de los casos más sonados ha sido el del corresponsal de guerra Óscar Mijallo, de TVE. En la web de la televisión pública puede verse un reportaje titulado Una red de voluntarios ayuda al ejército de Ucrania, en cuya descripción escrita no se incluye referencia alguna a la simbología nazi expuesta de manera ostentosa en la sala donde han grabado a las personas entrevistadas. Aunque el periodista hacía una escueta referencia a su significado al inicio de dicho reportaje, la obvió por completo cuando difundió en sus redes personales un clip en el que destacaba la labor de las voluntarias ucranianas que “tejían redes de camuflaje para proteger a los blindados”. A ellas, las llamaba las “chicas de oro del Ejército de Ucrania” en un tono que fue criticado por normalizar su ideología al no señalarla ni ofrecer contexto.

Pero no solo la televisión da cabida a este tipo de símbolos sin ninguna explicación sobre su significado. El pasado mes de junio, una competición de deportes de contacto que se iba a celebrar en Marbella, trató de eliminar la simbología ultra de los tatuajes de uno de los competidores [ver cartel arriba].

La simbología nazi puede ser difícil de identificar cuando se viste de numerología. Así ocurrió con un participante del programa de citas First Dates, en Cuatro, cuyos tatuajes también ocultaban mensajes neonazis.

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Comentarios
  1. Ucrania es la única nación del mundo que tiene en el interior del ejército, perfectamente encuadrados, a grupos paramilitares de ideología claramente nazi como el Azov, el Aidar y así hasta más de 30 batallones. El número de soldados paramilitares de ideología nazi encuadrados en operaciones del ejército pudiera rondar los 100.000 efectivos.
    En los 8 años de guerra contra el Donbass los crímenes de guerra perpetrados por estos batallones nazis han causado alrededor de 14.000 civiles muertos.
    En los meses recientes, los tiros en la nuca, tortura, asesinatos, secuestro de miles de civiles como escudos humanos en la acería de Azovstad, en las ciudades de Irpin y Mariupol, en el hospital materno-infantil de Mariupol.
    Los medios informativos occidentales, como si estuvieran uniformados, han hecho un periodismo de color amarillo asqueroso. La propia censura radical ha partido y parte de la OTAN, de EEUU y de los medios occidentales.
    (Ucrania, aproximación a una guerra falseada-Cuadernos para el debate- Carlos Tundidor)
    ———————————————

    24 octubre: UCRANIA. El gobierno títere de la OTAN prohíbe otro partido (ya van 12): El Partido Socialista.
    «Las actividades de doce partidos prorrusos han sido definitivamente prohibidas en Ucrania a iniciativa del SBU», ha publicado el propio organismo de seguridad este sábado en su canal de Telegram. La decisión ha sido tomada por el Tribunal Administrativo de Casación de Ucrania, parte del Tribunal Supremo de Ucrania, que ha rechazado el recurso del Partido Socialista de Ucrania.
    El PSU se suma así a un listado de doce partidos ilegalizados que incluye al Bloque de Oposición, Socialistas, Partido Justicia y Desarrollo, Nashi, Estado, Bloque de Vladimir Saldo, Oposición de Izquierda, Partido Sharia, Unión de Fuerzas de Izquierda, Plataforma de Oposición-Por la Vida y Partido Socialista Progresista de Ucrania. Siempre con la excusa de ser pro-rusos.
    (Insurgente.org)

  2. ¿Gente de los países islámicos nazis? no me cuadra, nada, nada, nada….

    Zaporiyia y las medias mentiras, Carlos Tundidor Diaus.
    Una prueba del nueve que mi sentido común pone en marcha, casi siempre, es el contraste de una noticia con los voceros florentinianos y Cía. Si los Antonios de la sexta, los Ristos de la cuatro, las Anas Rosas de la cinco, los Carlos de la Cope, las Ángeles de Prisa y algunos/as más de cuyos nombres ni quiero acordarme, se ponen de acuerdo y todos la dan de manera uniforme es que hay tomate. Tomate y medias mentiras, medias verdades, como queramos decirlo, como dice Risto de ellos mismos: ‘Todo es mentira’. Y, efectivamente, todo habrá sido tergiversado como buenos periodistas del régimen. Creo que darle la vuelta a “su” noticia es la mejor manera de acercarse a la realidad. Y no falla, oiga.
    Hoy, muchos son bolso-receptores que no periodistas.
    Ha tenido que ser la misión especial de la ONU, poco rusófila al parecer, la que haya tenido que decir al mundo que está todo correcto en Zaporiyia, aunque con solo un reactor funcionando. Supongo que, ahora, cuando el personal de la delegación ha decidido, con la conformidad rusa, quedarse indefinidamente en la central, irán terminándose las noticias en torno a la central. Espero que, también, los cañonazos de los ucranianos de Zelenski. Aunque de esto último no estoy tan seguro. El personaje de Zelenski, al que la Historia, con más cautela, pausa y precisión que la actual precipitación retratará, es uno de los que, al menos así lo creo, piensa “o yo o el diluvio”. Por cierto, nadie cuenta que, en la Ucrania de Zelenski, los partidos de izquierda, las organizaciones zurdas, están ilegalizadas por decreto. A cambio, las de extrema derecha y las nazis disfrutan de la versión “Ancha es Castilla” en ucraniano.
    En esta guerra de la OTAN y USA contra Rusia creo que pocos quieren la paz.
    Sobre todo de los protagonistas. Los Estados Unidos porque están haciendo un negocio de los de “Alí Babá”, vendiendo su gas a precios de fábula y porque las empresas armamentísticas (de las cien mayores del mundo, cuarenta, y de las primeras, son norteamericanas) están diciendo eso de “no pares, no pares”. El señor Zelenski, el amigo íntimo de batallones fascistas como los de Azov y otros hasta un total de una veintena, porque sabe que es así como seguirá gobernando. En el momento de un alto el fuego y elecciones medianamente libres y sin golpes de estado, al señor Zelenski se le habrán acabado los pollos de corral y tendrá que conformarse con los de granja.
    https://arainfo.org/zaporiyia-y-las-medias-mentiras/

  3. ¿Y el burka obligatorio, la sumisión al marido, la Sharia, los matrimonios con niñas, el Coran y la obligacion de matar infieles. no son simbolos nazistas? Vamos, queridos, que a los niños no los trae la cigüeña.

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