Opinión

Capitalismo versus comunismo. No hay más

"El comunismo al que aspiramos, como dice Fréderic Lordon, no es el de la grisura y la uniformidad, sino el de la libertad y la alegría", escribe Ovejero.

Un detalle de la portada de 'El capitalismo o el planeta', de Fréderic Lordon.

«El fascismo no es lo contrario de la democracia, sino su evolución en tiempos de crisis». La frase es de Bertolt Brecht y, si la creemos, quizá nos sorprendamos menos de la deriva ultraderechista de los últimos tiempos que acaba de concretarse en la debacle de Suecia e Italia. Cuando el capitalismo no puede imponer sus deseos en situaciones de relativa libertad, prescinde de ella y saca a la calle a sus mamporreros más virulentos.

Si ya parecía difícil reunir fuerzas frente al capitalismo de piel de cordero, aún lo parece más cuando una proporción tan elevada de la población decide entregar a los bárbaros las llaves de la ciudad; aunque, en realidad, los bárbaros no estaban a sus puertas sino que eran los lacayos de los consejos de administración ¿Cómo mantener no ya el optimismo, pero sí al menos aquella esperanza sin optimismo de la que hablaba Terry Eagleton?

La esperanza exige imaginar un futuro, pero el futuro ha sido colonizado por el desaliento. Casi toda la literatura futurista se ha volcado hacia distopías en las que oprimidos y explotados combaten entre sí y cuya salvación depende de un héroe redentor. Por eso es estimulante un libro como Radicalizado. Cuatro distopías muy actuales, de Cory Doctorow (Capitán Swing, trad. de Miguel Temprano), que desmonta la idea de la salvación individual o de un pequeño grupo heroico tan del gusto de Hollywood, y muestra que el futuro ya está aquí y no podemos esperar para defendernos de él. 

Así, en su primer relato, Pan no autorizado, las empresas de electrodomésticos han desarrollado sistemas para que solo se puedan usar sus productos (comida preparada para hornos, por ejemplo) y es delito modificar su programación para que acepten otros productos, lo que no es más que una versión tecnológica de algo que ya sucede en otro ámbito: los agricultores que compran ciertas semillas patentadas no pueden usar luego las de su propia cosecha, sino que tienen que volver a comprarlas y con ellas los plaguicidas de la misma empresa. 

El tercer relato, Radicalizado, plantea la siguiente pregunta: ¿es la violencia la respuesta a un sistema de seguros de salud que condena a muerte a los asegurados no rentables, por ejemplo, decidiendo que la terapia que puede salvarles la vida no está cubierta, aunque el médico considere que sí? Esa gente que ahorra dinero a la empresa sacrificando incluso a niños, ¿merece vivir? Preguntas para las que no hace falta trasladarse al futuro: los sistemas privados de salud muestran ya hoy esa brutalidad.

Merece la pena leer estos cuatro relatos que plantean diversas formas de violencia con las que se manifiesta el capitalismo presente, y que ridiculizan las historietas que predican la resignación o fantasías liberadoras que, en lugar de atacar al sistema, pretenden alojarse en sus grietas.

Pero, obviamente, las vías de acción para transformar la realidad no pasan solo ni principalmente por incidir sobre sus representaciones. Sin la acción política, la literatura crítica se queda en reflexión impotente o consuelo. Por eso me alegra haber leído en paralelo El capitalismo o el planeta, de Fréderic Lordon (Errata Naturae, trad. de Silvia Moreno). ¿Os resumo en una sola palabra la propuesta de Lordon? Comunismo. Y, si amplío un poco más: un comunismo inteligente, práctico, integrador, descentralizador, que enarbola las banderas de todas las formas de opresión, y que por supuesto nada tiene que ver con las versiones malsanas de comunismo/socialismo/estalinismo que nos ha dado la historia.

Lo que maravilla de este ensayo es que no es una mera declaración teórica ni ética; las vías que propone son prácticas, concretas y tiene en cuenta las objeciones y los riesgos de cada una de ellas. Sus ejes: negociar con el capitalismo o esperar que se transforme por razones éticas es inútil, sobre todo ahora que su hegemonía es tal que no necesita hacer concesiones; si no derrotas al capitalismo, el capitalismo te derrota a ti, y de paso destruye el planeta. Y el segundo eje: para enfrentarse a él es imprescindible liberar a la gente de su dependencia material, esto es, implantar el salario mínimo vital y, más revolucionario y que exigirá el empleo de mucha más fuerza, la abolición de la propiedad privada de los medios de producción. 

Este ensayo me da la esperanza sin optimismo que mencionaba antes, sobre todo porque las medidas que propone no están encaminadas a la austeridad y la renuncia: su objetivo es alcanzar formas de vida que combinen el trabajo útil, el placer y un lujo que no consiste en consumir sin freno sino en la belleza y la calidad de lo que consumimos. El comunismo al que aspiramos, insiste el autor, no es el de la grisura y la uniformidad, sino el de la libertad y la alegría.

Merece la pena examinar sus propuestas. 

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Comentarios
  1. ¡Que lejos estamos del comunismo!. el sistema se ha empleado a fondo en demonizarlo y la inconsciencia colectiva se ha dejado manipular.
    Dejo aquí una anécdota que he vivido hace un par de semanas:
    Había dos hombres pidiendo en la calle, personas sin hogar, les dí unas monedas y les comenté: esto es el capitalismo, si el sistema fuera comunista no estariais pidiendo. Los pobres ignorantes se escandalizaron como si les hubiera mentado al diablo.

  2. FREI BETTO. ¿Salvará el capitalismo a la humanidad?
    Estoy convencido de que ni la humanidad ni la naturaleza tienen salvación bajo el capitalismo. Y tengo la esperanza de que, un día, la humanidad considerará que es un sistema inhumanamente abominable.
    Nuestra era puede definirse como el capitaloceno. Hoy día, el poder del capital habla más alto que el derecho a la vida de los seres humanos y la naturaleza. La apropiación privada de la riqueza se considera un mérito y un derecho, protegidos por las leyes y la policía.
    Los más ricos son envidiados, cortejados, adulados y admirados, mientras que los más pobres son menospreciados, rechazados y excluidos.
    De los 7,9 mil millones de personas que habitan este planeta devastado por el capital, 857 millones padecen hambre (de la cual 24,000 mueren cada día); 780 millones sobreviven en la miseria; 785 millones no tienen acceso a agua potable; y más de 3,000 millones viven en la pobreza.
    En 2021, en pleno auge de la pandemia, la fortuna de las 500 personas más ricas del mundo creció en más de un billón de dólares.
    La mayoría de los supermillonarios controla los medios de comunicación, en especial los electrónicos. O sea, fabrican las ideas que pueblan las mentes de mucha gente. Esos diez hombres tienen también poder para detectar cada uno de nuestros pasos y registrar nuestras preferencias. Poseen más poder que casi todos los jefes de Estado. Tienen un inconmensurable poder electoral, ya que en Estados Unidos se permite el financiamiento privado de las campañas políticas.
    Vivimos en el sistema capitalista, que instauró la naturalización de la desigualdad social, la convicción de que la naturaleza existe para ser explotada, la creencia en que todos son libres para ascender de la pobreza a la riqueza (la meritocracia), el poder de dictar leyes y monitorear gobernantes y, como explica Max Weber, el precepto de que poseer una fortuna es señal de la bendición de Dios…
    https://insurgente.org/frei-betto-salvara-el-capitalismo-a-la-humanidad/

  3. ¿QUÉ OPINABA ANTONIO MACHADO SOBRE EL FASCISMO Y LA UNIÓN SOVIÉTICA DE SU ÉPOCA?
    El escritor y poeta español Antonio Machado fue hasta su muerte, un gran admirador de la experiencia política soviética de la década de los 20 y los 30 del pasado siglo, Un hecho por cierto, que en los tiempos que corren suele ocultarse de manera deliberada. «La Rusia actual- escribía en aquellos años- nace con la renuncia a todas las aspiraciones y ambiciones del Imperio, rompiendo todas las cadenas, reconociendo la libre personalidad de todos los pueblos que la integran». Asimismo, en el artículo suyo que reproducimos, augura cuál iba a ser el final de las dictaduras fascistas de Alemania e Italia.
    Moscú -resumamos en este claro nombre toda la vasta organización de la Rusia actual- aunque saluda con el puño cerrado, es la mano abierta y generosa, el corazón hospitalario para todos los hombres libres, que se afanan por crear una forma de convivencia humana, que no tiene sus límites en la frontera de Rusia. Desde su gran revolución, un hecho genial surgido en plena guerra entre naciones, Moscú vive consagrado a una labor constructora, que es una empresa gigante de radio universal.
    La fuerza incontrolable de la Rusia actual radica en esto: Rusia no es ya una entidad polémica, como la fue la Rusia de los zares, cuya misión era imponer un dominio, conquistar por la fuerza una hegemonía entre naciones. De esa unidad, que todavía calienta los sesos de Musolini, ese monstruo endiosado, se curaron los rusos hace veinte años.
    La Rusia actual nace con la renuncia a todas las aspiraciones y ambiciones del Imperio, rompiendo todas las cadenas, reconociendo la libre personalidad de todos los pueblos que la integran. Su mismo ejército, el primero del mundo, no solo en número, sino sobre todo, en calidad, no es esencialmente el instrumento de un poder que amenace a nadie, ni a los fuertes ni a los débiles, responde a la imperiosa necesidad de defensa que le impone el encono de sus enemigos; porque contra Rusia militan las fuerzas al servicio de todos los injustos privilegios del mundo…
    https://canarias-semanal.org/art/33251/que-opinaba-antonio-machado-sobre-el-fascismo-y-la-union-sovietica-de-su-epoca

  4. El comunismo que ha conocido nuestro planeta (unas 30 experiencias, si no me equivoco) corresponde al esas versiones malsanas, como las denomina el autor del artículo.
    La versión comunismo 2.0 que propone es algo desconocido.
    Opino que lo mejor sería no denominarla comunismo, ya que sin totalitarismo, sin opresión ni terror sería algo completamente distinto, no una simple versión mejorada.

  5. José, soy el de las clases medias, la pluralidad y diversidad es importante.En esta ocasión quiero felicitarte por tu artículo, me parece muy bueno y oportuno. Aprovecho para compartir con todos vosotros una pequeña joya.

    DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
    PREÁMBULO
    tercer considerando
    Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea competido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión.

  6. También merecería la pena que José Ovejero se leyera el viejo libro «La economía del socialismo factible» de Alec Nove, con su crítica a aspectos fundamentales del pensamiento de Marx sobre el tema.

  7. Me han dado ganas locas de leer los libros que comenta José Ovejero.
    Una propuesta teórica que estoy estudiando y que se llama «marxismo hegeliano»
    también introduce entree sus ejes de actuación la noción no utópica ni «ilustrada» ni «rousseauniana» de comunismo, que no sería el paraíso del catolicismo realizado en la tieerra, sino «sencillamente» una sociedad en la que se ha superado la lucha de clases.
    https://www.youtube.com/watch?v=mpX-zBXio8E
    https://parafernaliasmatematicas.blogspot.com/2022/09/un-nuevo-instrumento-para-comprender-la.html
    https://drive.google.com/file/d/1MKXlZSBUHwvTUCoFULsFf6_kCnlIPV6E/view?usp=sharing

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