Cultura
“Este es un experimento basado en la cooperación, veamos si este espíritu es contagioso”
Entrevista a harriet c. brown, editora de Relatos lumbung
Desde mediados de junio hasta septiembre se celebrará en Kassel, Alemania, la documenta 15, uno de los acontecimientos del arte contemporáneo más importantes y esperados –es quinquenal–. Esta nueva edición tiene la particularidad de que está comisariada no por una sola persona, sino por un colectivo de origen indonesio llamado ruangrupa. Y es precisamente a partir de la idea de trabajo colectivo –y en concreto del concepto de lumbung, un término indonesio para referirse a un granero de arroz comunal– de la que parten tanto las propuestas artísticas como las publicaciones que se generan en torno a este evento.
Entre ellas encontramos Relatos lumbung, un libro en el que han participado siete autores y ha sido publicado paralelamente por ocho editoriales en siete idiomas (en español, la encargada ha sido consonni; y en euskera, Txalaparta). Hablamos con su editora, harriet c. brown –un ser-en-común conformado por distintas individualidades– sobre el proceso y el resultado de este trabajo.
¿Cómo fue el proceso desde que ruangrupa contacta con ustedes —harriet c. brown— hasta que se pone en marcha Relatos lumbung y cómo surge la idea de la publicación?
El proceso se resume en mucha diversidad. Muchas personas en la interlocución, muchas reuniones de zoom. Esta edición de documenta es muy honesta con sus propósitos y objetivos y todo es asambleario, lo que obviamente ralentiza la toma de decisiones y alarga los procesos, pero, al mismo tiempo, enriquece mucho los proyectos y aumenta los puntos de vista. Este libro y el proyecto que lo sostiene surgen en una conversación grupal online en febrero de 2021, en plena pandemia. El equipo curatorial contacta con consonni. Les muestran el plan de publicaciones que tenían en mente para invitarles a ser las editoras artísticas de tres de esas publicaciones oficiales, entre las que estaba la idea de analizar las cosmologías lumbung: rastrear y registrar en un ensayo escrito desde la antropología y desde una única voz las diferentes formas de referirse a lo colectivo en diversos territorios. A consonni le pareció sugerente, pero propusieron darle la vuelta. Hacer lo que el equipo curatorial está haciendo en documenta: no solo usar lo colectivo como tema sino también como protocolo de actuación. Convertir el libro en un proyecto colectivo con diferentes editoriales que implicaran sus redes de trabajo y propusieran diferentes voces que pudieran escribir desde la ficción.
Tanto la documenta 15 como este libro tienen como columna vertebral la idea de lo colectivo, que han puesto en práctica con la edición de Relatos lumbung. ¿Qué diferencias hay entre trabajar en un equipo en el que las identidades individuales se diluyen y hacerlo colectivamente, pero manteniendo las identidades individuales?
Aunque a veces pueda haber conflicto y disparidad de opiniones, ese espacio intermedio es un espacio de reflexión y aprendizaje muy potente. Como dice la politóloga feminista Jo Freeman en su emblemático La tiranía de la falta de estructuras, es importante formalizar y evidenciar la estructura, ya que en cualquier unión se dan siempre relaciones de poder y jerarquías. Lo delicado es que a veces esa estructura es informal y, bajo una supuesta horizontalidad, acaba sucediendo que quien toma las riendas es quien más carisma tiene. Lo fundamental –dice Freeman y para consonni ha sido un aprendizaje durante años– es formalizar la estructura y evidenciarla, repartir tareas y definir colectivamente el lugar de cada cual en el grupo. Al final, la labor de consonni ha sido la de gestarme de forma colectiva, estructurar ese ser-en-común que represento como harriet c. brown. Contar con el colectivo ruangrupa, todo el equipo artístico, cada editorial y hasta el equipo legal de documenta ha sido un aprendizaje. Cada editorial propone su ecosistema habitual de producción y distribución. Plantea quién puede en cada territorio hacer uso de la ficción para recrear de maneras inéditas la idea de lo común, del trabajo colectivo.
En el arte y la literatura occidentales estamos acostumbrados a la autoría individual. Cuando hablamos de la obra de un autor solemos dejar en un segundo plano otras formas de operar. ¿Cómo contribuye el ser-en-común a la creación de una genealogía colectiva que rompa con las lógicas de creación a las que estamos acostumbrados en occidente y sobre la que seguir construyendo?
Creo que el principio básico es que nadie vive solo. Aprendemos mucho los unos de los otros. Como artista o autor, no solo aprendemos de las obras de los “genios” que vemos, admiramos y estudiamos, sino que sobre todo nos inspiramos en la gente corriente. Hay un libro del historiador Clifford D. Conner titulado A People’s History of Science (Una historia popular de la ciencia) que muestra cómo la gente corriente participa en la creación de la ciencia. Aunque las contribuciones de algunos individuos “geniales” fueron importantes y valiosas, en realidad fueron personas anónimas las que construyeron el grueso de las pruebas empíricas que proporcionaron la inspiración y los datos necesarios para las contribuciones teóricas de esos pocos individuos. Podemos decir lo mismo del arte y de la literatura.
Habitualmente no pensamos que un libro es un trabajo colectivo porque hay partes del proceso que están invisibilizadas (corrección, maquetación, traducción…)
Para este proyecto se ha publicado un libro simultáneamente en varios idiomas y en varios países, lo que pone de relieve esta dimensión. ¿Cómo ha sido el proceso de traducción y la coordinación entre las editoriales de los distintos países?
Fue un proceso nuevo para todos. Primero, por la cantidad de idiomas que se cruzan en este proyecto. Después, por la imposibilidad de realizar traducciones directas en casos muy específicos. Sabíamos que necesitaríamos confiar en compañeros editores desde el principio, y creo que esa confianza mutua fue la base de todo. Cada editor preparó una lista de referencias de traductores para ayudar a colegas y, en casos específicos, además se regaló su traducción para que sirviera de puente. Finalmente, hubo muchos intercambios al revisar las traducciones, detalles, dudas, resolución de problemas… en reuniones virtuales y muchos correos electrónicos.
Cada una de las ediciones del libro tiene una cubierta distinta. ¿Buscaban que cada edición tuviese una personalidad? ¿La decisión de qué diseño llevaba cada edición se tomó colectiva o individualmente?
Sí, ser común no significa borrar tu propia personalidad. Estas ocho editoriales tienen sus propios estilos en el diseño. Además, operan en distintos contextos y mercados. Así, aunque los diseños se compartieron, la decisión corresponde a cada editorial. Ellos saben lo que funciona mejor en su contexto, para sus lectores.
¿Cómo es posible recuperar el concepto de trabajo colectivo, tan presente en las zonas rurales de distintos lugares del planeta, en las zonas urbanas en las que vive la mayor parte de la población mundial, pero en las que se promueve constantemente lo individual?
En realidad, muchos de estos conceptos siguen vivos hoy en día, también en las ciudades, y se han adoptado desde el activismo. Por ejemplo, en los momentos más duros de la pandemia se aplicaron protocolos de auzolan / tequio / mutirão, acciones colectivas de apoyo mutuo. También en las ciudades. Lo urbano mira inevitablemente a lo rural, que es de donde viene. En este mundo devastado, con el cambio climático marcando el rumbo, rescatar estrategias más conciliadoras con el entorno natural en el que la humanidad se inscribe parece inevitable. Como dice la antropóloga y activista ecofeminista Yayo Herrero, la cultura occidental se divorció de la tierra y los cuerpos hace mucho tiempo, creando una cultura como la capitalista de desprecio y destrucción. Este libro pone de manifiesto cosmologías de lo común desde diferentes territorios creando estrategias colectivas para imaginar opciones para la acción colectiva.
La documenta es una de las citas más importantes del arte contemporáneo. ¿Cómo han vivido la participación en un evento como este con un proyecto editorial y cómo creen que enriquece la convergencia entre las artes plásticas y el mundo del libro a ambos mundos?
Es muy esquizofrénico, porque en el mundo del arte se valora documenta como la cita importantísima que es. Sin embargo, en el mundo de la literatura en muchos casos ni se conoce. El mundo del arte también desconoce cómo funciona el mundo del libro y cuáles son sus lógicas y su trascendencia. Quiero creer que contribuiremos a expandir el trabajo de documenta más allá del mundo del arte y que al mismo tiempo podremos mostrar el poder de la ficción en la transmisión de ideas y reflexiones. Al final, aquellas editoriales con un pie en el arte y un pie en la literatura pueden percibir de forma más completa el impacto del proyecto y del libro en ambos mundos.
Muchas personas sienten que el arte contemporáneo está muy alejado de ellas y que es algo que no les interpela. ¿Creen que un proyecto como este libro, las otras publicaciones de la documenta y la propia documenta pueden hacer el arte contemporáneo más accesible?
El mundo de la literatura se debe más a su público porque depende de él. El mundo del arte depende más de las instituciones y del coleccionismo. El arte y la literatura son dos lenguajes y dos expresiones muy alejadas la una de la otra; tienen sus códigos, sus canales y sus públicos. En ese sentido, las publicaciones que se desarrollan en las instituciones artísticas muchas veces carecen de distribución y, por tanto, no importa su alcance. Este proyecto lumbung muestra el interés de dirigirse a un público. A ocho públicos concretos. Cada editorial tiene su público lector y cada edición lo apela. Habrá parte del público que quiera saber más sobre documenta y habrá quien se quedará solo con la experiencia de la lectura, que ya es mucho. Cada cual verá cuánto quiere investigar. A veces es bonito y poderoso no “entenderlo” todo. Cada cual leerá un mismo libro desde su rincón, en su idioma, con su experiencia y lo percibirá de muy diferente manera. Este es un experimento basado en la cooperación, veamos si este espíritu es contagioso.
¿Cómo encaja un proyecto como este, situado y comprometido, dentro del marco de una industria como la editorial, que cuenta con un volumen de producción inasumible y deslocalizado y que provoca un impacto ambiental muy importante?
Desde documenta hay un claro compromiso por la sostenibilidad. Señalas muy bien que la industria es bastante contaminante. Pero esto también obedece a las lógicas del sistema económico, centrado en la acumulación; de riqueza, sí, pero también de los bienes simbólicos. La precarización del trabajo y el uso de materiales contaminantes se enmarca en la siempre necesaria reducción de costes para aumentar las ganancias. En ese sentido, el hecho de que el libro sea publicado en múltiples ediciones a cargo de distintos sellos editoriales ayuda a una distribución no solo del trabajo, sino también de los beneficios, y a cierta reducción de las emisiones (pensemos en lo que se ahorra en transporte, por ejemplo). Es común ver como una opción para contener el impacto ambiental de nuestro consumo el recurrir a la producción local; en términos de industria, nos gusta pensar que la edición independiente es algo así como el mercado local de saberes depositados en forma de texto. Por último, lo que quizás responde de mejor manera la pregunta es el tipo de discursos que este proyecto busca poner en circulación: la recuperación y actualización de saberes en los que el mundo es entendido como una red que solo es posible sostener a través de la cooperación de los involucrados. La meta última de este proyecto es llamar la atención sobre la posibilidad de lo común, la potencia vital que contiene y resguarda una concepción del mundo en la que no es posible entender el beneficio individual sin compromiso colectivo, donde cuidarme es cuidarte: cuidarnos. La debacle ambiental no se detendrá mientras no se desechen las lógicas de la acumulación, competencia e individualismo.
En la introducción hablan de que la lectura puede ser una práctica liberadora que ayude a crear una ciudadanía crítica. ¿Cómo pueden los libros resquebrajar la lógica productivista del capitalismo y crear una sociedad más amable desde la que construir en común y hacer de nuestras vidas algo más vivible?
En los Encuentros Internacionales de la Edición Independiente organizados por la Alianza Internacional de Editores Independientes en Pamplona en noviembre 2021, se hace una declaración a favor de una edición y una bibliodiversidad independiente, decolonial, ecologista, feminista, libre, social y solidaria. Se apuesta por el carácter cultural, social y político del libro, y se presenta la lectura como práctica liberadora que conforma una ciudadanía crítica que toma parte de manera activa y consciente en su comunidad. Este es el espíritu que impregna este libro. Las editoriales independientes que forman parte de este proyecto son sobre todo interdependientes. Editoriales para estar-en-común. Vandana Shiva, como embajadora de la bibliodiversidad, habló en Pamplona de la necesidad de lo pequeño, de la grandeza de pequeñas editoriales organizadas en redes vibrantes de ayuda mutua. Por eso, más importante que el objeto libro visible, es la red que se ha construido a raíz de su producción, basada en la cooperación. Al final, cualquier libro es un trabajo colectivo. Desde su producción hasta su recepción. Ahora comienza otro momento de comunidad, que es cuando se lea en tantos idiomas distintos. Necesitamos palabras, relatos orales y escritos, plurales y diversos para vivir.