Sociedad

Agricultores en Valdecañas: “No hay ni ilusión ni futuro”

El pasado año, los desembalses de Iberdrola, les impidió regar durante una semana. Este año, un fallo en las bombas, les ha dejado sin agua 15 días

José Antonio, agricultor de Peraleda de la Mata (Cáceres), observa la planta de captación del embalse de Valdecañas. LORENA M.

José Antonio Pérez es “un agricultor cabreado”. Así se define mientras posa para una foto delante de la captación de agua del embalse que abastece a los regantes de Peraleda de la Mata, en la provincia de Cáceres. Su enfado no es nuevo, sino que dura ya varios años, desde que empezaron a sucederse de manera continua los cortes de agua que obligan a parar el riego de los cultivos de la zona como consecuencia de la bajada del nivel del pantano de Valdecañas. Él, que toda la vida se ha dedicado a la agricultura, asegura no haber conocido nunca una situación como esta de falta continua de riego.

El último corte ha durado dos semanas, en el mes de julio y en plena ola de calor. En este caso, fue consecuencia de un defecto de fabricación de las bombas sumergibles que se instalaron el año pasado cuando Iberdrola bajó las reservas de agua del embalse y les dejó sin suministro. Un problema tras otro que está terminando de colmar la paciencia de quienes viven de cultivar maíz, pimientos o tabaco en ese entorno.

Hace exactamente un año, lamarea.com comprobó in situ cómo los desembalses masivos de Iberdrola habían afectado a las poblaciones del entorno de Valdecañas. En ese momento, José Antonio aseguraba que la eléctrica quería “un pueblo muerto”, una zona desértica y despoblada que no oponga resistencia a sus negocios. En la actualidad, el pantano se encuentra al 28% de su capacidad, siete puntos más que hace un año; sin embargo, el alcalde de Belvís de Monroy, Marcos Pascasio, asegura que desde Iberdrola ya le han avisado que la compañía va a desembalsar agua para producir energía hidroeléctrica.

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Terreno de regadío en el término de Peraleda. DANI DOMÍNGUEZ

El agricultor se sube a su camioneta para llegar hasta la toma de agua. Durante el camino, los tonos amarillos son la norma; un aspecto cromático que sorprende en una zona con 1.500 hectáreas de regadío, una extensión muy pequeña si se compara, por ejemplo, con el nuevo proyecto de Tierra de Barros, que ocupará diez veces más. “La gente ha optado por abandonar los cultivos y esto se ha convertido en un regadío de secano porque no es rentable. Ya no hay ni ilusión ni futuro”, explica mientras conduce. A través de las ventanillas del coche se suceden unas parcelas completamente secas a pesar de que los sistemas de riego están montados. Pérez asegura que se trata de explotaciones “pequeñas”: “Somos muchos propietarios pero de pequeñas superficies”.

Una estación de bombeo en mitad de la nada

José Antonio detiene su coche en la puerta del recinto de la estación de bombeo de agua. Allí, un antiguo cartel y una fotografía muestran la ubicación de la planta de captación, inmersa dentro del pantano y de la que salen unos tubos gigantescos que se adentran en la tierra. En la actualidad, la situación es bien diferente, ya que la estación se encuentra fuera de las aguas tras el descenso de las reservas. Así, una de las colas del embalse que llegaba hasta la población, ahora es un enorme desierto por el que caminan unas ovejas que buscan algunos pequeños brotes enterrados.

Una situación que se repite año tras año desde 2019. Ante ello, la Junta de Extremadura tuvo que invertir 1,4 millones de euros en “Actuaciones de emergencia” para la creación de una nueva infraestructura que permita captar el agua desde más adentro del embalse. “Ahora tenemos que gastar más energía para bombear desde más lejos, y más energía, más gasto”, se queja José Antonio. A ello, hay que sumar el aumento del precio de la electricidad: “Hemos pasado de pagar en mayo del año pasado 4 céntimos por metro cúbico a pagar 10 céntimos este último mayo, un mes en el que apenas se riega. No nos queremos ni imaginar las facturas de junio y de julio que hemos tenido que tirar las bombas flotantes. Esto no es rentable”, reniega.

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Cartel de la Comunida de Regantes de Peraleda de la Mata con una foto de la situación normal de la planta de captación inmersa dentro del embalse. D.D.

En la actualidad, sin embargo, los agricultores no tienen restricciones de agua: “Como quedan tan pocos que estén regando este año, pues hay agua suficiente para ellos. Pero no sabemos qué pasará en los próximos meses si Iberdrola sigue turbinando”.

Pérdidas que se acumulan

Unas cabras se comen lo que queda de maíz en la parcela del “vecino Juan”, otro agricultor de la zona que tiene 12 hectáreas. El último corte de agua en plena ola de calor le ha obligado a recoger la cosecha más de un mes antes de lo normal para evitar todavía más pérdidas. “Él ha preferido coger algo ahora a esperar a septiembre y no recoger nada. Pero ha sido un desastre y con lo que han dado, no paga ni el transporte. Está que trina”, explica José Antonio, que ha vuelto a hacer una parada con su coche.

Según este agricultor, de las 1.500 hectáreas de regadío que tienen en esa parte de la comarca, solo se están regando 200. Él, por ejemplo, ha decidido no sembrar este año después de varias temporadas de fiasco por los cortes inesperados de agua. “He acertado totalmente, porque si no, le habría metido a la tierra 15.000 euros para no sacar nada”, asegura.

Javier tiene una explotación familiar con vacas y ovejas de carne. Durante los casi 20 días que duró el último corte de suministro ha tenido que comprar tres cubas de 8.000 litros de agua por 300 euros cada una. “El año pasado nos avisaron y pudimos reaccionar, pero es que este año nos ha pillado completamente desprevenidos y no hemos podido ni llenar charcas ni nada”, explica por teléfono mientras se queja de que los cortes cada vez se producen antes: “Aquí siempre hemos tenido agua para todo el verano, pero en los últimos años no. Yo el año pasado tuve que gastar 1.500 euros más en comida para el ganado porque no pude regar la parcela”.

Planta de captación de agua de los regantes. Al fondo, una de las colas del embalse completamente seca. DANI DOMÍNGUEZ

José Antonio cree que el objetivo final de Iberdrola es sembrar todo el término municipal de placas solares. Una opción que muchos agricultores y ganaderos aceptarían: vender sus tierras a la eléctrica para la creación de un enorme huerto solar como ya sucede alrededor, donde la compañía tiene una importante infraestructura gracias a la presa y la central nuclear de Almaraz: “La gente no tiene ilusión y lo que quiere es vender. Es que ya son tres años que nos quedan sin agua”, se queja.

El reparto de culpas

“Dicen que Iberdrola está gastando más para producir pero también es verdad que ellos están en su cota, o sea que no debería haber problema”. Javier no tiene muy claro de quién es la culpa de la falta de agua, aunque también añade que la planta de abastecimiento no está localizada en el lugar que debería estar.

José Antonio, como hace un año, insiste en la necesidad de crear una mesa de diálogo en la que puedan sentarse los diferentes actores que utilizan el agua del pantano para tomar decisiones en común que permitan que todos puedan seguir abasteciéndose de él. La  misma propuesta que hace el alcalde de la vecina localidad de Belvís de Monroy, Marcos Pascasio: “Además de subir la cota de agua máxima hasta la que Iberdrola puede turbinar, deberíamos tener alguna potestad de gobierno sobre las aguas que inundan nuestro término municipal. No puede ser que un solo actor tenga todo el poder sobre el pantano”.

Cola del embalse de Valdecañas seca. DANI DOMÍNGUEZ

Pascasio, por su parte, culpa -además de a la eléctrica- a la Confederación Hidrográfica del Tajo, al Ministerio de Transición Ecológica y la Junta de Extremadura por no haber hecho nada desde que el año pasado se produjeran los primeros problemas para evitar que la situación se suceda este año: “Ahora mismo no hemos sufrido cortes porque alargamos la bomba de extracción dos metros más hace un año, pero no sabemos qué pasará en los próximos meses”.

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Comentarios
  1. Adaptar la ley de suelo a las ilegalidades urbanísticas.
    Las comunidades autónomas quieren reactivar la burbuja urbanística y firman un manifiesto para pedir ‘seguridad jurídica’. Las autoras del texto explican que este es un intento más, el tercero, de tumbar la Ley de Suelo y Rehabilitación para volver a impulsar el ladrillo y ‘legalizar’ construcciones condenadas por los tribunales, como el caso de Valdecañas.
    Durante los últimos meses se ha conocido una nueva petición para que se modifique la Ley de Suelo y Rehabilitación de ámbito estatal. En esta ocasión ha partido de la Junta de Extremadura, apoyada por otras doce comunidades y las dos ciudades autónomas. Algunos motivos son conocidos, como el que reclama mayor seguridad jurídica y recortes en la acción pública, pero también hay novedades claramente dirigidas a la reinterpretación de las decisiones del Tribunal Constitucional.
    La sobredimensionada actividad urbanística es una característica del Estado español. Pocos lugares escapan a ella. No es algo nuevo, desde 1956 con la aprobación de la Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana, la construcción ha sido uno de los sectores económicos más activos, muy ligado al turismo y a la inversión financiera en la época más reciente.
    La transformación del territorio asociada a la construcción ha generado importantes cambios socioecómicos y también graves impactos ambientales, destrucción del paisaje, de buena parte del litoral, de zonas de montaña o del patrimonio cultural. Los informes del Observatorio de Sostenibilidad en España (OSE) tuvieron gran relevancia para visualizar el alcance del efecto devastador de esta actividad….
    https://www.ecologistasenaccion.org/202674/adaptar-la-ley-de-suelo-a-las-ilegalidades-urbanisticas/

  2. Mientras Iberdrola turbina y genera energía eléctrica con este bien cada vez mas escaso que es el agua los aerogeneradores de su parque eólico, pese a tener viento, esta parados. Y el viento es gratis!!!. Quien lo entiende?.

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