Sociedad
Miguel Delibes de Castro: “La sequía es un problema de Estado y de gobiernos, en plural, pero también de la ciudadanía”
El biólogo y presidente del Consejo de Participación de Doñana asegura que el presidente de la Junta lo ha "tranquilizado" con respecto a la propuesta de regadíos.
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El biólogo y presidente del Consejo de Participación de Doñana, Miguel Delibes de Castro, muy crítico con la propuesta de PP, Vox y Ciudadanos para aumentar los regadíos en el parque y que no terminó de tramitarse entonces por la convocatoria de elecciones en Andalucía, responde a varias preguntas sobre la sequía y la importancia del agua.
El agua es un recurso vital y un derecho humano. ¿Por qué los gobiernos no la protegen? O, incluso peor, atentan contra ella, como ocurre en Doñana.
Tiene razón, el agua es un bien esencial, de primera necesidad. Precisamente por eso disputamos por su uso. Quizás durante mucho tiempo los gobiernos no han sido conscientes de su escasez. Pero en el caso de Doñana, que menciona, el conflicto es que el mismo agua se requiere para cultivar y es necesario para conservar los paisajes y la biodiversidad de Doñana.
A usted el presidente de la Junta no le llegó a responder cuando le escribió en contra de la iniciativa de PP, Vox y Ciudadanos para legalizar los pozos.
He hablado varias veces con el presidente de la Junta de Andalucía sobre esa proposición de ley. Debo decir que siempre me ha tranquilizado, diciéndome que la conservación de Doñana es esencial para él y que si la propuesta se demostraba negativa para el parque, no se llevaría a cabo. [La entrevista fue realizada antes de los comicios autonómicos, donde el PP ganó por mayoría absoluta].
¿Cree que existe una planificación estratégica, efectiva, en torno a la gestión del agua teniendo en cuenta, además, los efectos del cambio climático?
Conozco los desvelos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, por ejemplo, en la planificación hidrológica. Hasta qué punto será efectiva luego depende de muchas cosas, incluida, como menciona, la climatología. Podrán gustar o no las medidas que se proponen, pero la planificación existe y, además, no podría ser de otra forma, condicionados como estamos por la normativa europea.
Hay pueblos con problemas de abastecimiento ahora mismo solos ante esta problemática, cuando debería ser un problema de Estado. No sé si comparte esa reflexión.
Sí, comparto que es un problema de Estado y de gobiernos, en plural, pero también de la ciudadanía. Hay que aprender a usar menos agua y a hacerlo más eficientemente.
En su trayectoria profesional y vital, ¿cuál ha sido el cambio en la naturaleza que más le ha impactado?
Es difícil contestar a eso, pues hay muchas escalas y distintos niveles. A nivel personal, la transformación en urbanizaciones de playas donde buscaba bichos de pequeño. O grandes incendios en los que he estado presente (también, en algunos casos, me impactó la recuperación posterior). De joven pescaba truchas en los ríos del norte del país, y hoy no los reconozco, de tan menguados. A escala más profesional, tal vez las enormes humaredas en los campos deforestados de la Amazonía, perfectamente visibles a diez mil metros de altura desde el avión. Y Doñana cada vez más seca…
¿Cuáles son los peligros que amenazan hoy a Doñana? ¿Se repiten?
Digo a menudo que Doñana siempre estará en peligro, y aparecerán nuevas amenazas aunque acabemos con las actuales. Hace medio siglo nadie pensaba en los acuíferos y nos preocupaba una carretera por la costa, por ejemplo. Surgió el gas, o el dragado del Guadalquivir, problemas que aparentemente se han dejado atrás. Pero volverán, u otros parecidos, como la calidad del agua. Y están el calentamiento global y las especies invasoras, que apenas preocupaban hace cuarenta años.
¿Cómo se imagina Doñana dentro de 20 o 30 años?
No me atrevo a pronosticarlo. Creo que nadie habría adivinado los cambios que han sucedido en Doñana en el último medio siglo: especies que se han ido, otras que han llegado, sequía generalizada…
¿Estamos preparados como sociedad para afrontar lo que viene? ¿Abrir el grifo y que no salga agua, por ejemplo? ¿Cómo cree que influye en todo ello el negacionismo climático?
Estamos cada vez más concienciados, pero probablemente no es suficiente. En cuanto al negacionismo climático, creo que ni los más negacionistas lo creen de verdad, viviendo cada vez más con más frecuencia noches tórridas como las recientes.
¿Cree en las nuevas generaciones, en la movilización de la juventud?
Tengo ilusión por que las nuevas generaciones protagonicen el cambio imprescindible.
«Conozco los desvelos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, por ejemplo, en la planificación hidrológica».
Ya me extraña, pues las confederaciones siempre están de parte de las eléctricas y de los regantes, y más cuando gobierna el PP, y suelen ver a ecologistas y defensores de la naturaleza como sus enemigos.
(10 de octubre de 2012. Carga policial contra los vecinos de Artieda (Zaragoza), ordenada por el delegado del gobierno, Gustavo Alcalde (PP), y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Xavier de Pedro (PAR), para intentar expropiarles tierras dentro de los planes de recrecimiento del pantano de Yesa.
https://www.youtube.com/watch?v=2bf0-oe0v0g
» Hay que aprender a usar menos agua y a hacerlo más eficientemente».
Aquí no podría estar más de acuerdo.