Política
Maiorga Ramírez: “Lo que era una coalición se convirtió en una organización con estructuras de partido único”
Entrevista al diputado del Parlamento de Navarra Maiorga Ramírez, que lidera el sector crítico de Eusko Alkartasuna.
Este artículo forma parte del Especial Bildu, por Pablo Batalla. Puedes leer más aquí y en el nuevo número de La Marea en papel.
¿Cuáles son los motivos del descontento del sector que representa con la marcha de Eusko Alkartasuna?
EH Bildu aglutina desde la izquierda ortodoxa hasta la socialdemocracia que representa Eusko Alkartasuna, pero, para aspirar a la hegemonía en Euskal Herria, para ser una alternativa real al PNV, debe visualizarse esa pluralidad. Lo que empezó siendo una coalición de partidos en la que las decisiones se tomaban por consenso terminó convirtiéndose en una organización con estructuras de partido único. Sortu, el partido con mayor número de militantes, acaparó todos los marcos de decisión. Arnaldo Otegi, que era secretario general de Sortu, pasó a ser secretario general de EH Bildu. La izquierda abertzale tiene un potencial enorme y hace una gran aportación a EH Bildu, pero consideramos que transmitir una visión reduccionista de la coalición como una mera evolución de la izquierda abertzale representa un freno para lograr adhesiones. El debate es si EA debe participar en EH Bildu diluyéndose en sus estructuras o mantener su personalidad propia para aportar a EH Bildu esa tesitura socialdemócrata capaz de vencer las reticencias de mucha gente en un país en el que, como en todos, existe memoria, y en el que el PNV coge un carrilón que va desde la socialdemocracia hasta una derecha que casi da la vuelta.
La transición de la forma coalición a la forma partido es deseada en Alternatiba.
Es comprensible. Cuando Alternatiba entró en EH Bildu, no tenía representación institucional ninguna. Ahora tiene a Oskar Matute, que hace una gran aportación; a la próxima candidata de EH Bildu a la alcaldía de Bilbao… Nosotros, siendo un partido que siempre tuvo representación en el Congreso, ahora no la tenemos. La tuvimos en el Parlamento Europeo, donde fuimos fundadores de la Alianza Libre Europea. Ahora no la tenemos y EH Bildu se adscribe al Partido de la Izquierda Europea. En Navarra resistimos algo mejor, pero en la Comunidad Autónoma Vasca EA está diluida, desaparecida. Hemos ido perdiendo representación a la vez que se iba ampliando la de Sortu.
¿El tratamiento de EH Bildu de la cuestión de la violencia, de la memoria de la violencia de ETA, influye en su desagrado?
Echamos en falta más pasos, pero, sobre todo, que no se uniformicen todas las posiciones en torno al relato de la izquierda abertzale. No nos parece ni justo, ni bueno para EH Bildu. Siempre hemos condenado todo tipo de violencia, toda vulneración de los derechos humanos. La izquierda abertzale ha tenido y sigue teniendo otro relato. Nos parece respetable, pero queremos tener el nuestro.
¿Sienten que cargan con la mochila de otros?
Efectivamente. Ojo, hablando en confianza con personas de la izquierda abertzale, te dicen que, igual que para nosotros es complicado cargar con su mochila, para ellos es complicado cargar con la nuestra: “Cuando estábais en el Gobierno, la Ertzaintza esto y aquello”. Somos empáticos con su posición, pero creemos que EH Bildu está perdiendo la oportunidad de presentarse en sociedad como un frente amplio, ideológicamente plural.
La estrategia de moderación y disposición al pacto de EH Bildu con el Gobierno, ¿les parece bien, dada la trayectoria de EA?
Con matices… EA ha defendido un ejercicio posibilista de la política y tener en cuenta el principio de realidad, y siempre participó en las instituciones, lo que motivaba críticas hirientes de la izquierda abertzale en su momento, pero jamás votó a favor de unos presupuestos del Gobierno español. Nuestra voluntad de estar en Madrid convivía con la contradicción de estar en una institución que sostenía la monarquía y la Constitución. EH Bildu ha llegado más lejos que nosotros en ese sentido y creemos que no ha calibrado bien un apoyo excesivo o la aceptación de unas estructuras del Estado que, a nuestro juicio, son opresoras, porque no permiten que ejerzamos el derecho a la autodeterminación.
¿Contemplan la posibilidad de pedir que EA abandone EH Bildu?
No, en absoluto. Llevamos apostando por la construcción de un polo soberanista valiente y eficaz desde que rompimos nuestra entente histórica con el PNV, tras el descarrilamiento del plan Ibarretxe, abandonando una posición de comodidad institucional, y fuimos cofundadores de Bildu tras conversaciones de las que tengo grandes recuerdos, aunque no siempre cómodos. Nos hemos jugado el todo por el todo por esta organización e hicimos una apuesta que no cuestionamos ahora.
En su caso personal, ¿qué le atrajo de Eusko Alkartasuna?
Entré a militar en Gazte Abertzaleak, las juventudes de EA, en 1993 o 1994. Tenía 17 o 18 años y era antimilitarista e insumiso. Nuestro lema era Militarrik gabe askoz hobe! (sin militares mucho mejor) e incumbía tanto al Ejército como a ETA.
Aquello de «hacer la mili en ETA».
¡Sí, sí, eso se decía! Eusko Alkartasuna era el único partido radicalmente abertzale y radicalmente pacifista, y recibía ataques directos y furibundos de sectores de la izquierda abertzale. Nuestros alkartetxes eran pintados. Ha habido episodios de violencia contra nosotros que, afortunadamente, están absolutamente superados.
«Lo políticamente correcto» ( uno de los grandes enemigos de la libertad de expresión), es renunciar a tu propio criterio para conseguir la falsa aceptación de una mayoría de imbéciles.
«Con quien quiera razonar, razonaremos; pero únicamente el brazo patriota que empuña un arma puede prevalecer contra el despotismo armado».
Txabi Etxebarrieta (Euskadi ta Askatasuna)
(Memorias de un Editor – Txalaparta)