La receta Bildu

El desleimiento progresivo del laberinto de siglas y vocablos que ha sido la izquierda independentista vasca se ha convertido en una sola y potente fuerza que, además, ha permitido sacar adelante medidas clave del Gobierno. El último ejemplo, la ley de memoria democrática.

Oskar Matute, en una de sus intervenciones en el Congreso. ALTERNATIBA

En la sede de Alternatiba, en la plaza de la Casilla de Bilbao, no hay ikurriñas, ni arranobeltzas. Su decoración la componen un pequeño cuadro de Angela Davis, otro de Rosa Luxemburgo y una exposición de carteles de la Asociación Trans de Andalucía. No es el repertorio simbólico que alguien esperaría encontrar en el local de un partido soberanista, cofundador, en 2011, de la coalición Bildu, y en 2012, de Euskal Herria Bildu.

Ello nos habla de la diversidad de este haz que agavilla también a la abertzale Sortu, la socialdemócrata Eusko Alkartasuna y un número creciente de independientes, varios de los cuales pertenecieron a la extinta Aralar. Sus militantes emplean con frecuencia la expresión frente amplio, y lo es ciertamente, a la escala vasconavarra, este río cuyos varios afluentes reciben, a su vez, caudales más pequeños: Gorripidea –sucesora de Zutik, unión, en su día, del maoísta EMK y la trotskista LKI–, por ejemplo, entró en la coalición a través de Alternatiba.

Podría haberse esperado, en 2011-2012, que el mucho abarcar poco apretase, y aquella convergencia de fuerzas dispares estuviera condenada a la disgregación. La tendencia, sin embargo, es la contraria: el desdibujamiento de los contornos de las fuerzas fundadoras; el desleimiento progresivo del laberinto de siglas y vocablos eusquéricos que ha sido la cartografía de la izquierda independentista vasca en una sola y potente fuerza, y que en la última legislatura se ha convertido en el salvavidas del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos.

El último ejemplo de ello es la ley de memoria histórica, que EH Bildu se ha comprometido a apoyar a cambio de cinco medidas que serán incluidas en el texto, como el reconocimiento de las víctimas de torturas hasta 1983 o la declaración del Fuerte de San Cristóbal como Lugar de Memoria. «Son medidas que tendrán reflejo en una ley más completa, más ambiciosa y más respetuosa con los derechos humanos», dijo en una rueda de prensa la portavoz del Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua. 

Ion Andoni del Amo Castro (1974) llegó a EH Bildu procedente de las filas de Aralar. Sociólogo de profesión, le preguntamos por algunas de las claves del éxito de la coalición, y también por las tensiones internas que su crecimiento genera. 

Ion Andoni del Amo Castro llegó a EH Bildu procedente de las filas de Aralar.
Ion Andoni del Amo Castro. P. BATALLA

¿Quién vota a EH Bildu?

Es un voto bastante joven y, en Vizcaya y Guipúzcoa, no muy urbano, sino vinculado a ciudades medias o pequeñas. En Álava, se invierte: EH Bildu es potente en Gasteiz. Y es un voto en el que se mezclan desde perfiles ideologizados hasta un voto sin entusiasmo a lo que se ve como lo menos malo o uno de un perfil más socialdemócrata o socialista o de izquierda que nacionalista radical, que ve en EH Bildu la alternativa más real a lo que hay.

En los últimos años, se detecta una feminización de la imagen del partido similar a la que se da en el Sinn Féin irlandés. ¿Es deliberada? ¿Persigue dulcificar la imagen de EH Bildu, frente al imaginario de tipos duros que caracterizaba a la vieja izquierda abertzale?

En gran parte, sí. El hito fundamental en este sentido fue cuando se escogió a tres cabezas de lista mujeres en las anteriores autonómicas: Maddalen Iriarte por Guipúzcoa, Miren Larrion por Álava y Jasone Agirre por Vizcaya. Se trataba, en efecto, de amabilizar la imagen, algo que ha sido casi una obsesión en los últimos años dentro de EH Bildu, y que ha provocado tensiones. No solo se buscaban mujeres, sino perfiles no excesivamente ideologizados, independientes, de carga política baja. De todas maneras, lo del partido feminizado hay que relativizarlo: la figura del padre, del padrino –Arnaldo Otegi–, sigue teniendo mucho peso político. Él hubiera sido el candidato a lehendakari en aquellas autonómicas si no lo hubieran incapacitado.

«Lo del partido feminizado hay que relativizarlo: la figura del padre, del padrino –Arnaldo Otegi–, sigue teniendo mucho peso político».

Algún interlocutor de estos días me ha comentado su parecer sobre cómo la ilegalización benefició paradójicamente a la izquierda abertzale. Con mucha gente incapacitada para formar parte de listas en 2011, hubo que buscar nuevas caras.

Se realzó a la gente que venía de Eusko Alkartasuna, Alternatiba o Aralar, así como a independientes; en muchos casos, gente joven. Y era gente que, al no estar tan condicionada como candidatos anteriores, era capaz de generar discursos más frescos, con un vocabulario menos fosilizado, con otros contenidos que no fueran solo euskera, presos e independencia. Algo que en los partidos políticos suele costar mucho, que es la renovación interna, aquí vino paradójicamente forzado por la ilegalización, efectivamente.

EH Bildu es hoy capaz de conquistar feudos de otros partidos que parecían inexpugnables. Estamos en uno de ellos: Durango, que lo había sido del PNV. ¿Cómo se consiguió?

Trabajando temas nuevos e implicándose en plataformas ciudadanas; conectando con problemas concretos de la ciudadanía, como la demanda de un parque para los terrenos liberados por el tren. Se hicieron procesos de los que hacen los sociólogos: ir a los barrios, organizar asambleas, hablar con la gente e identificar sus problemas. Se creó un clima de alternativa y sucedieron cosas curiosas, como ganar en el barrio de San Fausto, donde hay sobre todo gente descendiente de la emigración española de los años sesenta y que tradicionalmente había votado socialista.

Frente a la preocupación de la vieja izquierda abertzale por controlar estrechamente los movimientos sociales a los que se vinculaba, ¿ahora la tendencia es a colocarse detrás de ellos?

Hay esa tendencia y hay la contraria; gente que dice que si no controlas estrechamente las plataformas, te las arrebatará Podemos. Hay dos formas de ver EH Bildu.

«EH Bildu tendría que ser más valiente a la hora de abandonar ciertos tabúes, algo que todavía le cuesta. Reconocer que la violencia estuvo mal».

Un interlocutor de estos días me comentaba off the record su sensación de que está cerca de suceder, si es que no sucede ya, que vote a EH Bildu gente del entorno de víctimas de ETA.

Puede llegar a pasar. Algunas cosas se han superado mucho más rápido de lo que se pensaba: en cuanto la etapa de la lucha armada se acabó, la gente, que llevaba harta de ella mucho tiempo y con ganas de dejarla atrás, la dejó atrás como si hubieran pasado veinte años, cuando habían pasado cinco. Pero, para que lo que comentas pase, EH Bildu tendría que ser más valiente a la hora de abandonar ciertos tabúes, algo que todavía le cuesta. Reconocer que la violencia estuvo mal. Arnaldo Otegi ha llegado a acercarse a ese discurso; el problema es que eso todavía cruje en determinados sectores de la izquierda abertzale. Hay que ir con pies de plomo y eso limita la capacidad de crecimiento hacia determinados sectores. Hay el miedo de que eso pueda desenganchar a algunos sectores, pero yo creo que son mínimos los sectores que se desengancharían, que los que hay ya están desenganchados, y que la ganancia sería mayor. En Durango rompimos tabúes acudiendo a homenajes de víctimas y otras cosas que EH Bildu se negaba a hacer.

En algún momento se habló de la preocupación de la dirigencia de la izquierda abertzale con el crecimiento en su seno del movimiento antivacunas.

Las movilizaciones de Bizitza tomaron mucha fuerza, sobre todo a raíz del pase COVID, y efectivamente hubo preocupación, porque la gente que aparecía en esas movilizaciones era en gran parte votante, si no militante, de EH Bildu. Había distintos perfiles: gente que viene del naturismo, del rollo hippy, del ecologismo esotérico, etcétera, pero también otro conjunto movido por la nostalgia del radicalismo, que es lo mismo que alimenta a GKS. Encontraban aquí un sustituto de radicalidad; algo que enlazaba con clichés de los años ochenta: «televisión, manipulación», «mentiras oficiales», cierta conspiranoia que (con parte de verdad: realmente había mentiras oficiales) fue característica de los discursos de la izquierda abertzale en los ochenta, etcétera.

«Hay en una parte de EH Bildu una nostalgia del radicalismo que se entrega a cosas raras, como el antivacunismo»

¿También confrontación con el Estado que determinaba las normas para el combate de la pandemia y con la Policía encargada de aplicarlas?

Sí. Aquí hay un problema de fondo, y es que EH Bildu no ha conseguido ofrecer una radicalidad nueva; una radicalidad no sectaria, sino abierta y pragmática, pero capaz de movilizar y de evitar que surjan cosas raras que funcionen como sustituto de radicalidad. 

¿Se corre también el riesgo de una idealización de los años de plomo por gente joven que no los conoció?

En el tema de la música, Simon Reynolds publicó Retromanía, un libro sobre la nostalgia en el pop. Cuando surgieron el reguetón, el trap, etcétera, dejó de haber retromanía. A falta de un discurso de alternativa potente, la gente se entrega a la nostalgia. Está la memoria, que siempre está bien, y la nostalgia, que idealiza un momento del pasado como lo que no fue, descartando sus lados negativos, y es reaccionaria. Sucede un poco eso y el problema no es tanto que el discurso se suavice, como que le falta ambición; que termina por no ser valiente; que se vacía de contenido. La dulcificación se ha hecho muchas veces buscando perfiles políticos bajos, y eso es un error.

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

Sigue leyendo | ESPECIAL Bildu

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios
  1. MATUTE, ARNALDO, ARAGONES, ¡QUIEN OS HA VISTO Y QUIEN OS VÉ…..
    TANTOS COJONES Y AHORA ¿QUÉ?
    En parte os entiendo: Franco no ha muerto, sigue bien vivo en sus herederos políticos, económicos, en la parálisis mental de un país compuesto de inmensos rebaños de borregos.
    Un país que sigue inmerso en pleno franquismo sociológico.
    Y es que sigue pendiente la VERDAD, LA JUSTICIA Y LA REPARACION.
    PABLO HASEL: INDEPENDENTISMO CATALAN Y RUSIA.
    Que los oportunistas de turno como Aragonés -al que se le ha unido Junts, mientras la CUP no lo denuncia alto y claro, culpabilizando también a Rusia- se hayan sumado al ensañamiento por supuestas cuestiones morales, es de un cinismo insoportable. ¡Ellos, que sostienen al Gobierno español que entre otras atrocidades ayuda a Marruecos a aplastar al pueblo saharaui, en Israel a cometer un genocidio contra los palestinos y en Arabia Saudita en su exterminio de Yemen! ¡Qué defensa de la autodeterminación y soberanía de los pueblos!Estos farsantes procesistas han hecho más por el fascismo ucraniano que por la defensa consecuente del derecho a la autodeterminación en Cataluña. Mientras no dudan en glorificar al Estado ucraniano y en apoyar sus acciones armadas, aquí condenan enérgicamente hasta las barricadas de manifestantes independentistas . Y, con esa condena, sirven también al fascismo español. Defendiendo así el envío de armas a los pinchos del imperialismo -eso sí, en nombre del pacifismochupiprogre- también engordan la industria armamentística, el suculento negocio de la guerra que tanto exprimen EEUU y sus aliados. Hoy, defender la legitimidad de la operación rusa defensiva, es una posición incómoda por los devastadores efectos de la guerra de la desinformación. Pero no será con discursos y hechos cómodos para el poder como le debilitaremos. Sus mercenarios, que no merecen el calificativo de periodistas, incluso han dejado tirado a Pablo González, un reportero que lleva 150 días encarcelado en Polonia, acusado de ser un espía ruso por haber narrado lo que sucedía en el Donbass . Le han impedido ver a su abogado y familiares y amigos han denunciado haber sido sitiados por el CNI. Él formaba parte -como otros profesionales que no repiten como loros los comunicados de la OTAN- de una lista negra elaborada por altas instancias, a la que se señala a los que llaman »creadores de la opinión pro-rusa» ‘. El silencio ante su secuestro resume cómo la tiranía de la mentira impone la ignorancia….
    https://insurgente.org/pablo-hasel-independentismo-catalan-y-rusia/

  2. Queipo: general, golpista, criminal, cofrade. (Antonio Avedaño – El Plural)
    Para la derecha, sacar sus restos de la Macarena sería admitir por la vía de los hechos que Sevilla le otorgó durante decenios unos honores que nunca mereció.
    Lo llamativo es que tanta gente se comporte como si aquí no hubiera decenas de miles de concciudadanos enterrados irregularmente, como si no hubiera habido robo de niños, como si la pederastia eclesiástica hubiera sido un problema de los curas norteamericanos, alemanes o irlandeses, pero no de los españoles. Actuamos como si entre nosotros no hubiera habido campos de concentración. O grandes familias y empresas que se beneficiaron del trabajo esclavo de los presos republicanos.
    La memoria de España está atascada en la derecha. No normalizaremos nunca del todo nuestra relación con el pasado –ni, por tanto, con el presente y el futuro– mientras la derecha española no admita, por ejemplo, que Gonzalo Queipo de Llano fue un militar golpista de una ferocidad inusitada que hoy habría sido juzgado como criminal de guerra, un tipo en cuyo vocabulario jamás figuraron las palabras ‘paz, piedad, perdón’ que Azaña pronunció con conmovedora sinceridad autocrítica en aquel memorable discurso de 1938 en Barcelona….

  3. Ana Redondo, 86 años de sufrimiento.
    Cuando llegan estas fechas se suceden los actos de homenaje a Miguel Angel Blanco, concejal del PP asesinado por ETA en 1997, oímos hablar a todos los representantes del gobierno y sobre todo a su hermana que es la adalid del sufrimiento.
    Carta a María del Mar Blanco:
    Señora María del Mar Blanco, llevo 25 años oyéndola hablar sobre el sufrimiento que le supuso la muerte de su hermano, asesinado por ETA, yo condeno a todos los terroristas de este mundo y sus asesinatos, sean los de Franco, los de Atocha y los que apoyan a una guerra ilegal.
    86 años llevo sufriendo el dolor de tres victimas de Franco, que asesino a mi abuelo, a mi tío y a mi padre, se los llevaron a 40 kilómetros para asesinarlos y que ni mi madre ni mi abuela pudieran ir a enterrarlos, siguen en alguna cuneta, a mi abuela le arrebataron al marido y sus dos hijos y también le embargaron la casa donde vivía.
    Preguntele al jefe de su partido, que dice que cuando suba al poder va a derogar la Ley de Memoria Democrática, ¿cuanto más tenemos que sufrir las burlas de los herederos de Franco?. Se burlan de nuestro dolor, no buscamos venganza si no recobrar a nuestros muertos.
    Soy republicana, comunista y católica.
    Y como ellos tan católicos, que a un dictador y asesino como Franco lo sacaban bajo palio, diré que el cielo los juzgue, ya que en este mundo no hay justicia para las miles de victimas.
    Mi agradecimiento a las Asociaciones que siguen luchando por la memoria
    Ana Redondo

    (Mi madre me ha pedido que publique esta misiva, supongo que harta de tantos años de ver que en este país hasta los muertos tienen categorías y en el último escalón están las victimas del franquismo).

    Mercedes Sánchez Redondo (ARMHA)

  4. A la Ley de Memoria Democrática se ha llegado tras la lucha de muchos años del movimiento memorialista de toda España, y nadie más. Lo aprobado tiene algunas mejoras respecto al proyecto original, fruto de cambalaches de algunos grupos como Bildu. Pero tiene graves deficiencias, como que la Ley de Amnistía ni se anula ni se deroga; no explicita que no prescriban los crímenes franquistas hasta 2004, así que
    no garantiza la tutela judicial efectiva de quienes sufrieron la represión en la Dictadura y en la Transición; niega la devolución o compensación de los robos patrimoniales, así como impide la judicialización de los procedimientos judiciales franquistas, lo que implica la destrucción de pruebas de miles de sus crímenes; además, la Iglesia Católica sale impune, igual que sus socios golpistas.

    En cuanto a las pensiones, mismo cambalache, aumento de las no contributivas para dar paso a los planes privados: donde Bildu dijo digo, luego dijo diego. Nada nuevo, es la vieja política de los votos y la credibilidad, el objetivo es mantener poder y no otro, porque llevan cuarenta años perdiendo el tiempo para llegar a esto, mientras sus padres demócrata cristianos se mamaban todito el pastel y a los chavales, eso sí, les iban regalando bien remunerados puestitos administrativos. Ahora se aprestan al cambio generacional, y todo seguirá como otrora en el superconservador territorio, ahora con nuevas caras, las de los juiciosos licenciados del nuevo engendro neo socialdemócrata, que de la noche a la mañana se ha travestido, no se lo pierdan, es lo que se lleva ahora –cuestión de “perfiles”–, en ecologista, feminista y no sé cuántos más ismos: quizá olvidaron tildarse de animalistas… ¿O ya lo eran?

  5. EH Bildu, que ya nunca recuerda públicamente a los militantes caídos en la lucha durante tantos años, se ha sumado en Iruñea al homenaje (no es la primera vez que hace algo parecido) a Miguel Angel Blanco.
    Cosas de los “nuevos tiempos”, de la “nueva estrategia”.
    Los restos de lxs demócratas que murieron defendiendo los derechos y las libertades de la España republicana siguen olvidados en las cunetas esperando a la democracia que nunca llega. Para ellos no hay homenajes.

  6. «Con quien quiera razonar, razonaremos; pero únicamente el brazo patriota que empuña un arma puede prevalecer contra el despotismo armado»
    Txabi Etxebarrieta (Euskdi ta Askatasuna)

    Yo me consideraba una persona pacifista y apuesto por esa vía; pero he visto con los años que hay seres que te van pisando una y otra vez, les dices «me haces daño» y no sólo no dejan de pisarte sino que lo hacen más fuerte.
    Como considero que yo no soy una persona nefasta para el mundo y esos seres sí, pues ya lo tengo claro: o su cabeza o la mía.

  7. Yo he votado siempre bien a Esker Batua o Aralar, ya que no creo que con violencia se consiguen objetivos pacíficos
    Considero que si Bildu se atreviese a condenar la violencia, los medios no los fines de la misma mucha gente de Euskadi les votariamos y ganaria al PNV

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.