Sociedad

Así funciona un centro para víctimas de agresiones sexuales

Impulsado por el Principado de Asturias, en él prestan atención seis psicólogas y seis abogadas las 24 horas los 365 días del año.

El Centro de Crisis de Agresiones Sexuales de Asturias fue uno de los pioneros en España. CEDIDA

Un asesinato atroz conmocionaba a principios de abril a la sociedad asturiana y española: el de una niña de apenas 14 años, víctima de un hombre que le asestó presuntamente varias puñaladas en su edificio de Oviedo, a la vuelta del instituto en el que estudiaba. Luego se fue sabiendo que aquel hombre, que ha sido acusado por la Fiscalía de un delito de asesinato y otro de agresión sexual en grado de tentativa, era un viejo y temible conocido de muchas jóvenes ovetenses, por él acosadas a lo largo de los años, según los informes policiales.

Los hechos han vuelto a poner sobre la mesa la imperiosa necesidad de un compromiso de las instituciones públicas con el combate y la prevención de la violencia machista, que desarrolle tanto el Convenio de Estambul como el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, tanto mayor en un momento de auge de la ultraderecha, que impugna abiertamente esa responsabilidad.

En Asturias existe el Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales (CCVAS): “un servicio de atención inmediata y especializada a mujeres víctimas de agresiones sexuales en el ámbito del Principado de Asturias durante las 24 horas de los 365 días del año”. Así se proyectó, se define y se anuncia este servicio que fue empeño de la directora general de Igualdad asturiana, Nuria Varela, y cuenta con una plantilla de seis psicólogas y seis abogadas preparadas para desplazarse a la mayor brevedad, si es necesario, al lugar en el que se encuentre la víctima: un convenio con la Fundación del Transporte Sanitario de Asturias proporciona un vehículo y conductores con formación específica y compromiso de confidencialidad.

El primer centro para víctimas de agresiones sexuales se puso en marcha en 2019 en Madrid, denominado Pilar Estébanez. Y está previsto que en 2023 todas las provincias cuenten con uno. 

El de Asturias comenzó a prestar servicio el 25 de noviembre de 2020, en plena pandemia de COVID-19, y su objetivo “es ofrecer acompañamiento a la mujer en el itinerario que ella decida en cada momento para evitar su revictimización, asesorándola siempre”. También cuenta con servicio para mujeres con discapacidad y de traducción para migrantes o viajeras que puedan sufrir una agresión sexual durante su estancia en el Principado. Y sus intervenciones no se limitan al momento de la agresión, sino que se ocupan de cualquier crisis vivencial de una mujer que sufriera una situación de violencia sexual en el pasado, y se decida en un momento dado a recibir terapia psicológica o asesoramiento jurídico o presentar una denuncia.

La llamada al número de teléfono 677 985 985 inicia un proceso adaptado a la gravedad del caso concreto.

“Da igual en qué circunstancias. Da igual si quieres denunciar o no. Da igual si no recuerdas bien lo ocurrido. Si estás en Asturias y has sufrido una agresión sexual, #NoEstásSola: estamos para acompañarte”, anuncia el CCVAS. La llamada al número de teléfono 677 985 985 inicia un proceso adaptado a la gravedad del asunto concreto para el que se demande ayuda: en el límite, un apartamento en la Casa Malva de Gijón, otro servicio asturiano pionero de apoyo a víctimas de violencia de género, fundado en 2007 y que abarca diez pisos de emergencia y veinte pisos de larga estancia, además de despachos para el trabajo de profesionales, ludoteca y cocina-comedor.

Las seis abogadas del centro prestan asesoramiento jurídico a las usuarias: explicación de procedimientos judiciales, acompañamiento a denunciar, al Instituto de Medicina Legal para ver al forense o cualquier otro trámite judicial, etcétera. No así personarse en la acusación particular, pero este ya es un servicio que el centro también presta de otro modo, de resultas de la firma de un acuerdo entre la Dirección General de Igualdad del Gobierno de Asturias, el Colegio de Abogados de Oviedo y el Colegio de la Abogacía de Gijón. En cumplimiento del mismo, 88 abogados y abogadas han recibido un curso de 130 horas de duración, impartido por la Dirección de Igualdad, con el objetivo de capacitarlos para proporcionar un servicio especializado y gratuito a las usuarias del CCVAS: el Gobierno de Asturias aporta los fondos necesarios para cubrir el coste del mismo.

203 personas atendidas

Durante su primer año de existencia, el centro atendió a 203 personas –134 mujeres y 69 familiares–: 86% de ellas españolas, y el 14%, extranjeras, que plantearon 70 casos de agresión sexual, siete de abuso sexual, 20 de abuso sexual en la infancia y diez de acoso sexual. Victoria Carbajal, la coordinadora del centro, hace una valoración “muy buena” de este año y medio y señala otra estadística, la de las 37 menores de edad atendidas, como argumento principal a favor de la necesidad del servicio. Su ubicación actual –confidencial, por motivos obvios– en Oviedo ya se queda pequeña, y está proyectado el traslado a un recinto de mayor tamaño. Y su éxito anima ya réplicas en otros lugares del país: Castilla-La Mancha, por ejemplo, trabaja en este momento en la puesta en marcha de cinco centros, que se prevé que entren en funcionamiento en 2023.

Desde el centro han bregado también por concienciar a los medios de comunicación sobre la necesidad de informar mejor sobre los casos de violencia sexual, cuyas informaciones tienden a centrar el foco sobre las víctimas y no sobre los agresores. El pasado septiembre, la directora general Nuria Varela celebró un acto con representantes de 13 medios asturianos, que asumían el compromiso de evitar difundir cualquier información que facilitara la identificación de las víctimas. 

“Nos interesa”, explica Victoria Carbajal, “que nos dejen de educar a nosotras y de aconsejarnos tener cuidado, cómo vestir, adónde no ir por la noche, que no bebamos, etcétera, y se entienda que hay que educar a los hombres e indicarles que no se debe agredir; que es un delito”. A juicio de la coordinadora del CCVAS, “conviene poner el foco en el agresor, jamás en la víctima; que no se vuelque el esfuerzo en explicar dónde estaba, si estaba de marcha, si en un bar de copas… Eso no debe importarnos; debe importarnos que hay una persona que agredió”.

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