Opinión

El infierno laboral

"Quizá aquí no vivimos la Gran Renuncia porque los sueldos son miserables y es poco práctico dejar el trabajo sin un euro en la cartera", escribe Jorge Matías

Trabajador de la construcción. PATASGRUNGE / Licencia CC0

En España no está teniendo lugar una Gran Renuncia como en Estados Unidos o Italia, donde millones de trabajadores están dejando sus empleos, pero parece que el Gobierno español ha detectado que eso está teniendo algún reflejo en nuestro país y pretenden atajarlo. Los empresarios de la hostelería, pero no solo ellos, se quejan de que no encuentran trabajadores disponibles para cubrir los puestos que ofertan. 

Quizá aquí no vivimos la Gran Renuncia porque los sueldos son miserables y es poco práctico dejar el trabajo sin un euro en la cartera con los depredadores inmobiliarios mordiéndote las nalgas. No puedes renunciar a un trabajo que es mera subsistencia. Pero parece que resulta algo difícil encontrar trabajadores. No se les ocurre que cambiar de turno cada semana, pagar poco, obligar a hacer horas extra, menospreciar y humillar a tus empleados y creer que la flexibilidad laboral es obligarte a trabajar en fin de semana, puede tener consecuencias. 

Empecé a trabajar a los dieciséis años. Tengo cuarenta y siete. No encontré estabilidad laboral hasta los cuarenta. En muchas empresas las amenazas son constantes, las humillaciones frecuentes, el desprecio durante ocho horas es lo habitual, la tensión en el lugar de trabajo es absolutamente asfixiante. No he conocido muchos jefes que me traten bien. No digo que tengan que darme un beso por las mañanas, solo quiero recibir un trato correcto que no suponga un nudo en el estómago durante ocho o diez horas.

En los polígonos industriales que conozco, el maltrato es la norma, no la excepción. Recuerdo a un hombre bastante curtido, obrero del metal, que pidió el permiso correspondiente en el trabajo para ausentarse por acompañar a su padre al que iban a operar del corazón. El jefe le preguntó de muy malos modos si es que era él quien iba a operarle. Cuando trabajé en una excavación arqueológica un verano terrible, el jefe nos tuvo varios días sin agua y sin retretes. Tuvo que ocurrir un conato de motín para que el señor, un francés insoportable y maleducado, nos trajera ambas cosas. Cuando fuimos todos a cobrar a las oficinas con la suspicacia levantada por la tardanza en el cobro, se escondió en un despacho. Me sorprendió que este hombre admitiera una mañana que sabía que en España nos tratan muy mal, que no es obligatorio hacerlo y que él lo hacía al ver que aquí era la norma no escrita por la que se rige el mundo empresarial. 

El Gobierno, ante los lloros por la escasez de mano de obra, ha optado por decir a los empresarios que paguen más, aunque yo habría añadido también que cumplan con la legislación laboral española, que tienen falta de costumbre al respecto. La respuesta de los empresarios es que eso de subir salarios es simplista. Pensar que un camarero de la península se va a trasladar a Mallorca a trabajar de lunes a domingo doce horas con un contrato temporal y con un sueldo que se quedará en menos de la mitad para pagar el alojamiento, en cambio, es un pensamiento muy complejo solo a la altura de las grandes mentes de nuestro siglo.

El trabajo en España es así. Los empresarios buscan controlar tu vida mediante horarios imposibles y una competencia a la baja con los salarios para retenerte y convertirte en un títere a su merced y poder controlar todos los aspectos de tu vida. El maltrato, el acoso y la tensión son los que definen nuestro mercado laboral. Lo normal es que la gente rechace esto. Lo sorprendente es que el país funcione. El trabajo en España es como la heroína, te está matando pero la necesitas. Igual va siendo hora de quitarse. 

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Comentarios
  1. No puedo estar más de acuerdo contigo Matías. Llevo casi 40 años cotizados y lo que tú cuentas es la pura realidad. Y esto parece que no va mejor, antes bien lo contrario.
    Así va y está este país.

  2. ÓSCAR REINA (SINDICATO ANDALUZ DE TRABAJADORES). ¿Insumiso judicial? Sí, cada día con más motivos, más convencido y a mucha honra.
    Este próximo mes de junio puede ser un mes duro, no solo por toda la tarea sindical que venimos realizando sin descanso, ni por la actualidad sociopolítica que nos puede venir en Andalucía si no ponemos remedio, sino también, porque además, volvemos a sufrir un giro de tuerca más.
    Concretamente este 8 de junio he vuelto a ser citado, por un supuesto delito de «Usurpación, Daños, Desobediencia y Rebeldía» por la Ocupación de Somonte, que llevamos manteniendo desde marzo de 2012, pidiendo pacíficamente con trabajo, esfuerzo y ejemplo, como dice nuestro himno «Tierra y Libertad». Más de 10 años después, pese a todas las dificultades, que no han sido pocas, seguimos demostrando que con voluntad todo es posible, manteniendo esta finca pública, que si no fuera por nuestra justa, pacífica y valiente lucha, ya llevaría años malvendida a un gran terrateniente.
    Estos hechos, en cualquier democracia normal, no son motivo para ser molestados ni perseguidos por las entidades judiciales competentes, mucho menos detenidos y enjuiciados por ellos, pues solo estamos defendiendo, como recordamos, lo que se canta en nuestro himno y pone en nuestro Estatuto de Autonomía, «Andaluces levantaos pedid tierra y libertad», «que la tierra pública cumpla una función social».
    Por ello, venga lo que venga y pase lo que nos pase, con todo nuestro corazón seguimos soñando y demostrando que la utopía es posible y necesaria para el pueblo andaluz.
    Hay más hechos, como por ejemplo que ya están acosándonos las «fuerzas del orden», llamándonos por teléfono a cualquier hora, desde los distintos cuarteles y comandancias, presentándose en Somonte, con la retahíla de «que llevamos muchas ocupaciones, que podemos ser detenidos», No sabemos quién los manda ni con qué intención, si con la de asustarnos, con la de amedrentarnos (la llevan clara), pero desde luego normal no es y regular tampoco, porque según la Normativa quien nos debe citar son las entidades judiciales competentes, por las vías legales que la propia Ley establece y que son claras, y dejar de perder el tiempo, molestando e incordiando, con la de verdaderos delincuentes que hay sueltos por ahí, sobre todo, de traje, corona y corbata y que nadie investiga, molesta, acosa ni detiene.
    Por todo esto, vuelvo a repetir:
    1° Seguiré sin presentarme a ninguna citación judicial.
    2° Me ratifico en mi decisión, que tomé hace 9 años, de ejercer la Desobediencia Civil Pacífica, a través de la Insumisión Judicial.
    3° Creo en la Justicia, pero no creo en el sistema judicial actual, porque es profundamente injusto, está corrompido hasta la médula, como máximo ejemplo y exponente el capo de los Borbones, que por muchos casos de corrupción que se le destapen nunca son suficientes para que la investigación judicial siga adelante con las consecuencias penales que para cualquier ciudadano normal marcaría la Ley.
    4° Creo en la Justicia y en la Democracia Real, pero tristemente, esta no existe en el estado español en la actualidad, y por ello, las personas conscientes y coherentes tenemos el deber de luchar por cambiar esta actualidad.
    Pero para que haya cambio y reparación tiene necesariamente que haber ruptura con el Régimen del 1978, cueste lo que nos cueste. Por ello me declaro Objetor de Conciencia por una sociedad Justa, Democrática, Ética y Humana de verdad.
    5° Soy consciente de lo que mantener esta decisión me puede llevar, doy la cara y lo asumo con todas las consecuencias. Es por esto que lo ratifico y lo hago público. Me declaro harto de tanta impunidad.
    Me declaro harto de tanta poca vergüenza. Me declaro harto de tanta injusticia. Me declaro harto de tanto ladrón y tanto chupóptero en los distintos estamentos del poder. Porque ya está bien. Ya es hora de decir ¡BASTA!

    AQUÍ ESTÁ MI CUERPO, SI POR ELLO LO QUIEREN ENCERRAR, AQUÍ ESTÁN MIS SENTIMIENTOS SI CON ELLOS QUIEREN VOLAR. PORQUE ME DECLARO HUMANO PIDO SOLIDARIDAD. SIMPLEMENTE, PORQUE ES LA HORA DE CAMBIAR.
    ————————————————–
    Estoy contigo Oscar. Personas como tú son las que necesita el mundo para hacerlo justo.

  3. Esa es la realidad que se vive en esta España, orgullo de algunos. Pero resumiendo diré, que el único culpable de esta lamentable situación es la clase trabajadora. Esta es la herencia que han dejado a sus hijos esos obreros esquiroles, pelotas, rastreros, lameculos siervos del amo. A esto los han llevado esos sindicatos «obreros» siervos de la patronal.

    Las mejoras salariales y laborales siempre se han ganado en la calle, a un alto precio en vidas de obreros muertos por las policías del estado de la patronal.

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