Sociedad

Madrid ultima su Feria del libro en medio de la crisis de precios del papel

Trabajadores y trabajadoras del mundo editorial hablan de una "tormenta perfecta": escasez de papel y subida de precios agravada por la invasión de Ucrania

Feria de Libro de Madrid en 2019. LETICIA RONCERO / Licencia CC BY-NC 2.0

La Feria del Libro de Madrid comenzará el próximo viernes 27 de mayo después de dos años extraños como consecuencia de la pandemia de COVID –en 2021 se celebró en septiembre con restricciones–. Y mientras el Parque del Retiro se prepara para el acontecimiento, la industria del libro se pelea por conseguir un material que se ha convertido en preciado en los últimos tiempos: el papel.

El subdirector de Edición de Akal, Jesús Espino, explica, por ejemplo, que les ha costado “bastante” tener listos algunos libros para la feria: “De hecho, hay dos que nos ha sido imposible tenerlos porque el papel no ha llegado. En otros casos, vamos a salir con algún pequeño retraso, a mediados de feria, pero al menos lo hemos podido cubrir”.

El retraso en las entregas es uno de los problemas que señalan varias de las fuentes editoriales consultadas, pero no el único. “Lo más preocupante es la subida de los precios. Nosotros no compramos el papel, sino que lo compra la imprenta, que lo hace a gran escala. En los presupuestos que nos mandan vemos la subida, que incluso llega al 50% dependiendo del papel”, asegura Laura Huerga, editora de Rayo Verde.

Este cóctel de escasez de oferta e incremento de costes se ceba especialmente con las pequeñas editoriales, aunque estos efectos son reconocidos y sufridos incluso por los grandes del negocio, como reconoce Ángel Muñoz, comercial de Comeco Gráfico, del Grupo Vocento. Muñoz incide sobre todo en el aumento de precios: «Como no lo ha habido nunca: se ha duplicado prácticamente”.

Si bien las consecuencias están claras, los motivos son variados. Desde la Asociación española de fabricantes de pasta, papel y cartón (ASPAPEL) atribuyen estos efectos a “la reactivación económica” tras la pandemia de la COVID, que ha provocado un desequilibrio entre oferta y demanda: “Un ejemplo claro fue el de las artes gráficas, imprentas o editoriales que se vieron forzadas a paralizar su actividad. Ellas han reiniciado su actividad con mucha vitalidad y están teniendo una importante demanda de bienes. Y, entre ellos, el papel”, sostiene Carlos Reinoso, director general de la organización patronal.

A este aumento de la demanda por parte de las editoriales se suma la aparición de nuevos actores que consumen pasta de papel, como es el caso de Amazon, que necesita el cartón para elaborar los paquetes de envío. Pero el cóctel es multifactorial. “Se ha producido una tormenta perfecta: hay fábricas que han echado el cierre, en Finlandia ha habido una huelga, ahora se le suma el aumento de los costes energéticos derivados de la invasión de Ucrania…”, explica Ángel Muñoz.

Mirando al futuro

El alza de los precios y la escasez de material obliga a editoriales e imprentas a trabajar con varios meses de antelación. “Si normalmente enviamos un mes antes de que salgan a librerías, ahora nos están pidiendo tres meses para evitar que nos quedemos sin papel”, afirma Laura Huerga. Desde Akal cifran los adelantos en hasta 5 o 6 meses.

Una previsión que, sin embargo, no permite anticipar costes: “Aunque compremos el papel ahora, no nos confirman el precio hasta dos semanas antes. Estamos comprando a ciegas”, asegura Espino. En Comeco Gráfico cuentan una anécdota: “Hace un par de semanas nos subieron el precio del papel dos veces en el mismo día. Esta situación les está viniendo bien a algunos productores, por mucho que digan. Porque o quieres el papel a ese precio o se lo venden a otro”.

Esta situación ha provocado que las editoriales se planteen una subida en el precio de venta al público de sus productos. “Hemos ido aguantando pero, ahora revisando los precios, son mucho más difíciles de amortizar. Normalmente sabes con qué cantidad de ejemplares pagas el libro. Pero ahora ese número ha subido para que una tirada sea rentable. Y eso conlleva riesgos”, explica Laura Huerga.

Desde la patronal ASPAPEL creen que “hace falta un poco de tiempo” para que la situación se reajuste: “En ningún caso creemos que se vayan a producir situaciones de desabastecimiento. Simplemente, los plazos de entrega pueden ser más largos que en el pasado, pero se superará en el medio plazo”.

En Akal calculan que hasta el inicio de 2023, la situación no mejorará. Para la editora de Rayo Verde, el problema de la escasez y la subida de precios “ha venido para quedarse”: “Lo raro era lo otro porque esto tiene que ver con los límites del planeta. Lo que tenemos que hacer es una reapropiación de los recursos: tener nuestros propios bosques aquí, que crezcan rápido y consuman poca agua… O eso, o que explote el mercado editorial”. Para Huerga, lo que la industria genera en España “es insostenible”: “Se produce mucho más que en Francia y se compra la mitad. Se ha estado alimentando una burbuja”.

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