Internacional
La búsqueda de credibilidad de los magistrados y la lucha contra las puertas giratorias en la justicia italiana
El objetivo que plantea la reforma Cartabia se centra en la eficiencia y en evitar los escándalos del pasado
Una reforma profunda en la justicia italiana, que tocase temas muy diversos, estaba vinculada desde el principio a la recepción de los fondos de la Unión Europea para la recuperación económica tras la pandemia (PNRR en sus siglas en italiano). Se había convertido en una condición desde Bruselas, que había puesto el acento en la necesidad de nuevos marcos, agilidad y garantías.
La propia Ministra de Justicia, Marta Cartabia, avisaba en sus declaraciones que la Comisión Europea miraba con lupa lo pasos que debía dar Italia en esta materia. Los fondos que llegarán desde Bruselas para Justicia se cifran en tres mil millones, pero las medidas deberán cumplir una serie de requisitos y en eso trabaja el país transalpino, a contrarreloj, en este año preelectoral.
Lo dijo Sergio Mattarella en su segunda jura de mandato como Presidente de la República, hace tan solo dos meses: “Necesitamos una profunda reforma de la justicia”. Los primeros pasos se habían dado, pero faltaba completar la misión. Se habían aprobado el pasado otoño varias reformas en materia penal y civil, que apuntaban, sobre todo, a la requerida por Europa reducción de los tiempos de la Justicia -especialmente lenta en Italia-y también varias medidas orientadas a la protección de la presunción de inocencia. El abogado Alberto Figone explica cómo, por ejemplo en los procesos civiles, se responderá de forma diferente. Será un proceso único y desde el primer encuentro judicial se incluirán todas las preguntas, pruebas e informes, para agilizar las fases. Asimismo, aclara que los fondos de la UE llegan en una ocasión perfecta para la renovación.
Ahora encima de la mesa está la transformación de la Magistratura y del órgano que la rige y gestiona: el Consejo Superior de la Magistratura. La sociedad italiana y el propio poder judicial denunciaban desde hace tiempo una pérdida de independencia. Varios casos de corrupción vinculados a una clara inclinación política en las conocidas “corrientes”, que llegaban a actuar entre jueces y fiscales casi como partidos políticos. Su aprobación durante este final de abril en la Cámara de diputados llega tras meses y meses de confrontación política y de trabajo en el seno de un Gobierno que, con la llegada de Draghi, en un Ejecutivo formado por todos los partidos políticos menos uno -Hermanos de Italia- el consenso es una labor que debe trabajarse día a día y, prácticamente, hora a hora.
El objetivo que plantea la reforma Cartabia se centra en la eficiencia y en evitar los escándalos del pasado. La profesora de Derecho Constitucional Fiammetta Salmoni señala la importancia de su rápida implementación y de que se apruebe tal y como ha sido pensado el texto. Uno de los puntos centrales de esta reforma es el de evitar las puertas giratorias, un sistema que se había viciado dada su naturaleza, que permitía saltos a la política desde el poder jurídico y viceversa. “Impedir a los magistrados que han sido elegidos en un Gobierno poder volver a su anterior puesto es fundamental para la separación de poderes, que se había desdibujado. Era una anomalía, una nota discordante en Italia, el hecho de que un magistrado, tras estar en el Parlamento con un cierto partido político, volviese a ser, por ejemplo, juez”, explica la experta. Esto, añade, ha dado lugar a ciertas dinámicas que han contribuido a la idea de la ciudadanía de que su Magistratura no era independiente.
Corre prisa porque el sistema se prevé que cambie también en su manera de elección, eliminando las listas y presentando candidatos individuales que favorezcan también la paridad, y no por grupos como era hasta ahora. El tiempo en el que se apruebe es fundamental, ya que los nuevos cambios deberían ser válidos antes de la próxima votación para Consejo Superior de la Magistratura el próximo mes de julio. Las barreras que impone la Liga de Salvini y los de Renzi, Italia Viva, amenazan a la ministra Cartabia, que pide en el seno del Gobierno responsabilidad sobre una reforma que tiene que salir adelante, le falta la aprobación estos días en el Senado, antes de que llegue el verano.
No es una reforma fácil; hay quien no ve efectividad directa entre las nuevas reglas para evitar las puertas giratorias. Otros, en cambio, como el PD, piden que se eviten los frenos y las continuas revisiones que no llevan a ningún lugar. No ha sido fácil contentar tampoco a la propia comunidad de magistrados en Italia que aún amenaza con una huelga y que cree que esta gran reforma no termina con uno de los problemas fundamentales: la falta de personal. Aún así, prevalece en la opinión pública la responsabilidad común ante los ojos de Bruselas.
En este país vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro.
Sobre todo si hablamos de justicia y de jueces.
LA MAGISTRATURA ESPAÑOLA Y EL OPUS DEI. Antonio Gómez Movellán.
El Opus Dei se introdujo en España, a finales de los 50 y en los 60, en los grandes cuerpos de la Administración pública (inspectores de hacienda, diplomáticos, administradores civiles, abogados de Estado) y también en la justicia y la fiscalía. Penetran desde el mismo momento de la preparación de las oposiciones a esos cuerpos, con jóvenes ya vinculados a la secta, los cuales, una vez incorporados a los cuerpos superiores o la magistratura actúan en sintonía con la secta. En el franquismo, llegaron en el momento justo ya que se distanciaron del fascismo franquista proponiendo una especie de gobierno tecnocrático autoritario.
El secretario general de la formación política de Izquierda Unida, Alberto Garzón, al referirse a esta situación de la judicatura en España declaró: «el ser culpable depende del hecho de que el tribunal esté formado por miembros del Opus Dei o por gente del siglo XXI».
Muchos han opinado que los dos casos más sonados de corrupción del Partido Popular, que es el partido gubernamental, el caso «Naseiro» y el caso «Gurtel» han sido dinamitados, desde la magistratura y fiscalía, por los sectores afines del Opus y que la expulsión de la carrera judicial del que fuera reputado juez Baltasar Garzón se ha vinculado a la persecución contra él por miembros de la judicatura del Opus; los problemas de este juez estrella comenzaron cuando quiso investigar a fondo la corrupción del partido en el Gobierno y lo mismo ha ocurrido con el Juez Elpidio Silva, también expulsado de la carrera judicial por combatir la corrupción del PP; como ha declarado este juez expulsado de la carrera judicial «La madre de la corrupción está en el poder judicial» , porque la impunidad de la corrupción política se ha producido porque existe una corrupción judicial muy vinculada a miembros del Opus Dei.
La influencia del Opus Dei en la historia política y social en España ha sido muy importante. Lo fue en la dictadura de Franco, lo fue en la transición política y lo ha sido en la monarquía parlamentaria. Además, esa importancia coexistió con una expansión de la secta por medio mundo, particularmente en Europa, Latinoamérica y Norteamérica, pero también en muchos países africanos y asiáticos.
El Opus Dei, donde el 97% de sus miembro son seglares, tuvo ,desde el principio, una gran habilidad para infiltrarse en los aparatos de Estado y eso lo compaginó, gradualmente, con la construcción de un imperio de negocios propios; negocios que van desde colegios y residencias, Universidades, escuelas de negocios, hospitales, participación influyente en Bancos y entidades financieras, medios de comunicación y últimamente colegios elitistas de enseñanza primaria y secundaria, entre otros sectores. Pero desde el principio, la penetración en el aparato de Estado franquista fue decisiva. Como dijo el fundador de la secta, el cura de personalidad paranoica y megalómana, Escrivá de Balaguer, «para que queremos tener locales propios si tenemos los despachos de los Ministerios del Gobierno«. La expansión del Opus ha sido espectacular y originariamente se debió a su infiltración en el franquismo. Hay que tener en cuenta que el Opus funciona como una sociedad secreta donde existen diferentes niveles de compromiso con la secta, pero todos, al final, buscan obtener réditos económicos y de poder para la secta, ect. ect.
https://rebelion.org/la-magistratura-espanola-y-el-opus-dei/