Análisis | Internacional

El peligro de ignorar a la ultraderecha en Ucrania

Muchos de nuestros gobiernos, medios de comunicación, académicos y servicios de seguridad no sólo esconden, minimizan o blanquean la existencia de un creciente número de ultraderechistas armados en Ucrania, sino que además atacan a cualquiera que desde el rigor periodístico o la simple dignidad humana lo señala.

Juventudes de Pravy Sektor en Kharkiv tras derrocar la estatua de Lenin. UNAI URANZADI

KIEV // He tratado con los neonazis ucranianos a lo largo de ocho años, incluyendo la presente invasión rusa. La primera vez que pude comenzar a hacerles preguntas fue en el invierno del 2014 durante el Euromaidán. Pasé varias noches conversando con las diferentes facciones en un escenario siniestro que se nos presentó como un admirable despertar democrático. Conseguido aquel cambio de régimen, prensa y gobiernos occidentales pasaron página y no estuvieron por la labor de explicar que tras el Euromaidán se dio inicio a un aumento de la violencia paramilitar, la ilegalización de importantes partidos políticos y la abolición de algunos derechos fundamentales.

Ese vacío informativo ha tenido consecuencias nefastas. En primer lugar porque ha dejado vía libre para que la extrema derecha se institucionalizara sin críticas desde la Unión Europea. En segundo, porque Vladímir Putin aprovecha esa oscuridad como coartada para lanzar su guerra. Por eso, y para explicarlo de forma pormenorizada, hay que comenzar por el principio de este fenómeno que en aquellas frías noches del Maidán me definieron como “política de acción y calle”.

En noviembre del 2013 y al tiempo de iniciarse las protestas del Euromaidán, se creó la organización neonazi Pravy Sektor, un grupo paramilitar que sumaba varios colectivos del mundo ultra, como la Asamblea Social-Nacional, White Hammer, Carpathian Sich y Tryzub. Dicha organización estaba comandada por Dmytro Yarosh, un histórico ultranacionalista ucraniano que trabajó en la Rada para el jefe de los servicios de seguridad, Valentyn Nalyvaichenko (quien antes fue cónsul en lugares como Washington y se ha dejado fotografiar en campamentos paramilitares de Pravy Sektor).

Aunque en el Maidán había otros grupos neonazis y, cómo no, muchísimos manifestantes ajenos a estos perfiles, fue este grupo de choque el que lideró las protestas que terminarían con el mandato del presidente electo, Víktor Yanukóvich. En su propia página web lo cuentan así: “Pravy Sektor se fundó al comienzo de los eventos revolucionarios de Maidán como un colectivo de organizaciones de derecha ucranianas y activistas individuales de mentalidad nacionalista por iniciativa de la Organización Tryzub en toda Ucrania”.

En las protestas de Maidán, Ucrania, de 2014, convivieron grupos con motivaciones diversas.
En las protestas de Maidán de 2014 convivieron grupos con motivaciones diversas. UNAI ARANZADI

El movimiento recién formado anunció de inmediato sus tareas en el marco de las protestas de Maidán: “La eliminación del gobierno antinacional encabezado por Viktor Yanukovych…”. Exigiendo que los gobiernos occidentales no traten de reescribir la historia de lo que sucedió, el cabecilla del grupo neonazi C14, Yevhen Karas, lo explicó el pasado 8 de febrero con la crudeza que le caracteriza: “El Maidán fue una victoria de las ideas nacionalistas. Los nacionalistas fueron el factor clave allí y, claramente, la primera línea. Ahora mucha gente anda especulando, diciendo que sólo había unos pocos nazis allí (…). Los del LGTB y las embajadas dicen que no había muchos nazis en Maidán (…) Si no hubiera sido por los nacionalistas, el Maidán hubiera sido una marcha gay”.

Extremistas en lo más alto del Estado

¿Y qué vino tras este auge del fascismo surgido en el Euromaidán? ¿Algún tipo de depuración democrática que cortara lazos con los grupos neonazis y ultras? Todo lo contrario. No es que dejaran a esta gente en el nivel que estaban antes de febrero del 2014, sino que los auparon a lo más alto del Estado. Repasemos sólo algunos ejemplos. A Ihor Tenyukh del partido neonazi Svoboda lo hicieron Ministro de Defensa. A Oleh Makhnitsky, también de los neonazis de Svoboda lo hicieron Fiscal General del Estado. A Oleksandr Sych, viceprimer ministro. A Andriy Mokhnyk, Ministro de Ecología y Recursos Naturales y a Ihor Shvayka Ministro de Agricultura. Hubo y hay muchos más extremistas como ellos en diferentes tareas y responsabilidades, pero sirvan estos como ejemplo de las características que adquirió un nuevo modelo de Estado, que, para colmo, sí que persiguió hasta su desintegración al partido entonces más votado (Partido de las Regiones) y, cómo no, ilegalizó al Partido Comunista.

Aunque el Gobierno ucraniano no es nacionalsocialista tal y como afirma categóricamente el Kremlin, sí que resulta evidente la presencia de numerosos individuos y colectivos neonazis -o ultraderechistas- perfectamente integrados en varias de sus instituciones. El nuevo negacionismo occidental que sataniza (tildando de prorruso) a todo aquel que señale esta connivencia entre sectores liberales y conservadores con facciones neonazis, suele reducir todo lo criticable del asunto a la existencia del batallón Azov, como si este fuera un caso único, puntual y aislado.

Pero nada más lejos de la realidad, aunque antes de mencionar otros grupos conviene explicar brevemente quiénes son: Azov es un batallón formado por 3057 efectivos armados y entrenados, tiene tropas desplegadas en varias regiones del país, y luce como distintivo en su uniforme, un símbolo de las SS nazis (el wolfsangel sobre un sol negro). El pasado mes de marzo la cadena Fox News le preguntó al presidente y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas, Vlodímir Zelinski, qué le parecían estas características del batallón Azov, y lejos de hacer autocrítica o al menos introducir cambios en su simbología y uniforme, el dirigente respondió: “Son lo que son. Defienden nuestro país y han sido incorporados a nuestro ejército”. Y como si esta respuesta no bastara para sembrar más dudas, el pasado 7 de abril, el presidente invitó a un neonazi del batallón Azov a hablar por videoconferencia frente al parlamento griego, extremo que causó una amplia indignación en varios de los parlamentarios presentes en la sesión.

Otro de los razonamientos del negacionismo occidental dice que el partido político neonazi Svoboda tiene sólo un 4,7%, de los votos, lo cual es cierto, pero hay un dato que se pasa por alto, y es que antes del Maidán, Svoboda llegó a ser quinta fuerza del país. ¿A qué se debe este cambio tan brusco? Tanto gente del común en Ucrania como defensores de los derechos humanos estadounidenses, señalan que se debe a que su aporte ya está hecho, pues el resto de partidos ha ido naturalizando parte de su retórica en sus discursos.

Diferentes fuerzas paramimilitares

No obstante, además de Svoboda, Azov y Pravy Sektor (sólo este último suma más de 10.000 miembros) existen otras fuerzas paramilitares menos conocidas aunque no menos relevantes. Una de ellas es la organización neonazi C14, cuyo nombre proviene de un grupo supremacista blanco acusado de terrorismo en los Estados Unidos. Entre otros actos criminales, dicha organización se ha centrado en los ataques a gitanos, homosexuales y marchas de mujeres, lo cual no ha sido obstáculo para ser subvencionada por el Ministerio de Juventud y Deporte ucraniano. Su aceptación social llegó a tal punto que fueron invitados a dar una conferencia en las instalaciones de la American House.

Asimismo, a dicha organización apuntaban todas las pistas del asesinato del periodista y escritor ucraniano crítico con el Euromaidán, Oles Buzina. Misteriosamente, las pruebas desaparecieron en manos de la Fiscalía General y los dos sospechosos de dicha organización jamás pudieron ser juzgados. Lamentablemente existen más grupos paramilitares de ultraderecha, como Karpatska Sich o los National Corps, entre otros ya asimilados en el Ejército como el Aidar, o los temidos Tornado y Donbass. La lista es larga y aparte de su ideología de extrema derecha tienen como denominador común la impunidad. Una impunidad que tiene como génesis lo sucedido en Odesa el 2 de mayo del 2014, cuando 46 personas de izquierda fueron quemadas vivas en la Casa de los Sindicatos. Pese a toda la ingente cantidad de testigos, videos y fotografías señalando a Pravy Sektor, nadie fue juzgado ni condenado. Por si fuera poco el Presidente Vlodímir Zelinski ha condecorado a varios de ellos.

Presentado como un argumento irrefutable se asegura que el presidente ucraniano no puede ser parte de un Estado pronazi porque es judío. Sin embargo, y descartando que sea un nazi, sólo alguien que no conoce la historia reciente de lo sucedido en Ucrania puede dar por valida una razón tan pueril como esa. La celebridad política de Zelinski se debe al propietario del canal de televisión en el que trabajaba interpretando el papel de un presidente de Ucrania que lucha contra los oligarcas y la corrupción. Paradójicamente, el dueño del canal que pagaba por la serie a Zelinski es Igor Kolomoiski, uno de los oligarcas más destacados de Ucrania, con varios casos abiertos por lavado de dinero en diversos países.

Kolomoiski, que además de la nacionalidad ucraniana tiene la chipriota e israelí, financió varios batallones de ultraderecha, llegándosele a describir en varios medios occidentales como The Spectator y The Wall Street Journal como un “señor de la guerra” y “arma secreta de Ucrania”. Por tanto, su identidad judía no supuso ningún problema para dar alas al neonazismo que a partir del Euromaidán derrocaría a sus contrincantes políticos y financieros (y cometería graves crímenes de guerra a través de sus batallones ultras como Aidar o Dnipro-1). Así las cosas, podríamos hablar de las relaciones contradictorias, perversas o paradójicas entre Zelinski -o Kolomoiski- y estos grupos pero no de relaciones imposibles por naturaleza.

Alianzas contradictorias

¿Cómo se ha podido producir esta alianza entre destacados personajes de la comunidad judía y grupos neonazis? Pues tal y como publicó la prensa israelí, dicho pacto existe al menos desde marzo del 2014 y se llevó a cabo entre el embajador israelí en Kiev, Reuven Din-El, y el representante de los diferentes grupos neonazis, el entonces líder de Pravy Sektor, Dmitry Yarosh. En aquel tiempo escribí sobre aquello, ya que en los últimos días del Maidán algunos individuos de Svoboda me manifestaron que acataban el pacto, pero que les desagradaba.

En todo caso, ya se sabía que entre los ultras del Maidán había incluso algunos individuos que venían de las fuerzas armadas israelíes. ¿Extraño? Quizás no tanto. Una particularidad de los ultras ucranianos -que los diferencia de muchos de sus homólogos europeos- es que están a favor de la OTAN, aspecto que tiene sentido si recordamos las imágenes del senador estadounidense John McCain arengando a las masas en el Euromaidán junto al neonazi de Svoboda, Oleh Tyahnybok. Además, Ucrania también coincide con Estados Unidos en otro aspecto no menos polémico. Los de Kiev y Washington son los únicos gobiernos del mundo que se oponen a que Naciones Unidas firme una declaración conjunta rechazando la glorificación del nazismo y el neonazismo.

Comenzaba este texto señalando los peligros de minimizar y blanquear la existencia de un creciente número de ultras en Ucrania. Sin embargo, lo que está sucediendo es aún más preocupante. Nuestros Estados, así como varias instituciones públicas y privadas, están auxiliando de forma, directa o indirecta, a los grupos armados de ultraderecha que operan hoy en Ucrania. Como periodista, he trabajado mucho el tema de la Internacional Negra, llegando a destapar la connivencia de altos mandos del Ejército español y Guardia Civil con neonazis investigados por gravísimas masacres, como es el caso del alemán Joachim Fiebelkorn y su finca alicantina donada a los veteranos de la Legión española.

Tal y como sucedió en la pasada Guerra Fría, puede que hoy asistamos a una reedición de aquel pacto con el diablo. Hablo de la Operación Gladio o stay behind, la cual supuso el apoyo, entrenamiento y financiación de la OTAN a todo tipo de grupos ultras como fuerza de choque contra lo que era la URSS, los comunistas y otras organizaciones de carácter secesionista o izquierdista. Lo que hoy está sucediendo en Ucrania puede ser, de alguna forma, el reinicio de aquella estrategia. ¿Podría al final tener repercusiones en el interior de nuestras fronteras?

El peligro de que surga un santuario fascista

Tímidamente, y sin gran eco en los medios, algunas agencias de inteligencia de países neutrales como Suecia ya lo han advertido: hoy en Ucrania, innumerables células neonazis y ultraderechistas de todo cuño se están formando, articulando y armando. Los grupos y colectivos que no se conocían, ahora se conocen. Lo que no sabían unos, ahora se lo están enseñando otros. Lo que no tenía uno, se lo podrá dar alguno. En definitiva, se puede estar tejiendo una red, o suma de fuerzas, como no se habría visto desde el santuario fascista que supuso la España de Franco.

Todo esto está sucediendo bajo el pretexto de enfrentar la execrable invasión rusa y, si las previsiones de agencias de seguridad como la sueca no se equivocan, corremos el riesgo de que se produzca un doloroso efecto bumerán en nuestros países. Y para que no nos quede la más mínima duda de su empoderamiento y fortaleza así nos lo va adelantando Yevhen Karas, líder de la organización neonazi C14: “Imagina cuántas armas tenemos. Cuántos veteranos tenemos… Tenemos la mayor cantidad de Javelins (lanza misiles portátil) del continente europeo. Sólo los británicos quizás tengan más. El potencial de estas fuerzas armadas inmediatamente se convertirá en un problema para aquellos que nos quieran crear problemas”.

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Comentarios
  1. Todo lo que dice el artículo es verdad y facilmente verificable para quien quiera dedicarle unos minutos. El autor, que ha estado en Ucrania codo a codo con los civiles bajo las bombas rusas, admite y condena «la execrable invasión rusa» (lean el último párrafo) al tiempo que señala la verdad de que hay un sinfin de derechos vulnerados desde los sucesos del Maidan en el 2014 (que es la parte de valor periodístico por ser obviada en la práctica totalidad de los medios occidentales y fruto de la experiencia del reportero recorriendo el país desde hace 8 o 9 años) Resumiendo, aquí hay un hecho claro: Cuando un Parlamento como el de la actual Ucrania hace homenajes a un nazi como Stepan Bandera y su presidente defiende en una entrevista de televisión la existencia de batallones con simbología nazi de las SS, no hay mucho más que añadir, aunque claro, no hay más ciego que quien no quiere ver. Y claro que en Rusia también hay fascistas, pero a esos no les mandamos dinero, armas y legitimidad de ningún tipo. He ahí la enorme diferencia.

  2. Todo el artículo está lleno de opiniones tendenciosas y no contrastadas, y elude entrar en el tema de la invasión de Rusia(lo cual delata el sesgo) y dramatizando la situación, cuando electoralmente los nazis en Ucrania tienen menos representación que en Rusia, .España o Francia.. Por cierto ¿le dejarán trabajar en Rusia, cómo en Ucrania, para investigar sus grupos nazis?

  3. Hay comentarios resentidos de lectores que piensan que «y los rusos qué??? los rusos son mas nazis aún!».
    Claro que si, señores, pero eso lo pueden ver hasta en Antena3 porque es parte de la propaganda, en este caso concreto, como les conviene, es información útil, pero obvian que en Ucrania hay mas de lo mismo.
    Ponerse en contra del Imperialismo o del nazismo es basicamente en este caso estar en contra de USA y Rusia.

  4. Muy acertados algunos comentarios, realistas y total imparcialidad. El blanco tiene que seguir siendo blanco y que no te hagan comulgar con rueda de molino.
    La gente es muy manipulable, y los que ayer eran criminales sanguinarios, mañana pueden llegar a ser santos.
    Estoy de acuerdo con esa afirmación de que España es un país fascista que sigue gobernado por los herederos del franquismo. Y tal como Jabier Solana (PSOE) causo una carnicería en los Balcanes, este Pedro Sanchez (PSOE) envía armas para los neonazis de Ucrania.

  5. Este, es un país fascista.
    La Transición se la cocinaron los mismos franco/fascistas y pusieron a uno de los suyos para suceder al dictador Franco. A nadie tendría que extrañar que corran en defensa de sus aliados fascistas como es el gobierno ucraniano.
    Mirar mientras tanto que sucede en Zaragoza:
    El antifascismo de Zaragoza denuncia una campaña de criminalización en colegios e institutos, por parte de la policía (Insurgente.org)
    En sus charlas que imparten en centros educativos, la Policía Nacional habla del movimiento antifascista como una «tribu urbana» violenta, equiparándolo con la extrema derecha.
    La criminalización del movimiento antifascista viene de lejos. Pero en este caso va un paso más allá, con la Policía Nacional dando charlas en colegios e institutos, caracterizando al antifascismo como una «tribu urbana» de extrema izquierda peligrosa y equiparándolo con grupos neo nazis violentos.
    En un comunicado que han hecho por redes, la Coordinadora Antifascista de Zaragoza afirma que «en este país hemos podido ver desde hace décadas como gran parte de la judicatura, de la policía y de los medios de comunicación juegan a equiparar el fascismo y el antifascismo. Desprendiéndose así de toda responsabilidad en cuanto a la tradicional impunidad de la grupos violentos de extrema derecha y neonazis».
    Desde el colectivo también apuntan a la delegada del Gobierno en Aragón, Rosa María Serrano Sierra, preguntando si como responsable de esos policías «sabe lo que imparten en sus charlas en los centros educativos».
    El movimiento antifascista de Zaragoza organiza jornadas antirrepresivas como las del Noviembre Antifascista, campañas antiimperialistas y contra la OTAN, entre otras numerosas manifestaciones o campañas, y agrupa en sus actividades a la mayor parte de movimientos sociales de la capital aragonesa incluyendo a decenas de colectivos feministas, antirracistas, LGTBI, vecinales o sindicales.
    El antifascismo de Zaragoza ha sufrido ya numerosos casos represivos, siendo los más conocidos los de los 10 antifascistas encausados por tratar de evitar la celebración de un concierto nazi, o el de los 6 antifascistas encausados y condenados a varios años de prisión, por una movilización contra VOX. La Coordinadora Antifascista afirma que seguirán reivindicando su derecho a manifestarse, a hacer propaganda política y social y a movilizarse ante frente a la represión.

  6. Lo que vemos desde hace años es una lucha imperial sin cuartel entre grandes potencias nucleares y en el patio trasero de una de ellas. Si es necesario echar mano de asesinos lumpen ideologizados y fanáticos para ‘aclarar’ el campo de combate no se vacilará en ningún momento por parte de ningún estado. Ya se describe este tipo de guerra de exterminio local en el libro de Christian Ingrao «Creer y destruir», y en las formas de combate de «guerra asimétrica» como dice la retórica USA o practica el ejército israelí, inspiradas en el rizoma de Deleuze y Guattari.

  7. Por cierto, mi enhorabuena al autor del artículo. Cuando me pasaron el enlace y vi que era de La Marea me dije: «El periódico progre por excelencia junto con eldiario.es y El Salto… ¡Uy!». Pero admito que me ha sorprendido muy gratamente que se trate de un artículo crítico al relato otanista único en la prensa patria (bueno, y europea, que hace tiempo que no podemos decir que tenemos que estar en la UE porque así se pone algo de freno al facherío porque los alemanes son menos fachas que nuestros político) y desde la mayor parte del «podemismo» hasta Vox y más allá a la derecha.
    Gran artículo, auqnue le recomendaría que leyese algunas conocidas cuentas de Telegram, antes en Twitter, ahora censuradas y exiliadas a Telegram, prorrusas no para comprar su relato, que es verdad que es tan propagandístico como el relato oficial, sino para contrastar informaciones, y ver por ejemplo vídeos protagonizados por civiles del Dombás que la prensa otanista no quiere mostrar.
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    En fin, recordemos las palabras del director de la CIA, Allen Dulles, durante la Guerra Fría: «Moderate Nazis might be useful to «America»». El gobierno actual de Ucrania es el vivo ejemplo. Un saludo.

  8. @livamue

    La infame Wagner no es ninguna compañia ni parte alguna del ejército ruso, es una empresa de asesinos a sueldo como lo son Academi (la antigua Blackwater de los crímenes y torturas en Irak) (USA), Defion (Perú), Garda (CAN) G4S (UK) y por desgracia tantas y tantas otras. Azov o Aidar sí son parte de las FF.AA del Estado ucraniano. Nos quejamos de la infiltración de la ultraderecha en las FF y CC de la seguridad del Estado en España ¿pero los de Ucrania nos parecen «pecadillos» de cuatro chavales un poco extremistas? Venga, hombre. Si hay que «desnazificar» las fuerzas de seguridad en España, las de Ucrania, no digamos.
    Las otras organizaciones neofascistas o ultraconservadores rusas, como Movimiento Imperial Ruso tampoco están insertas en las instituciones y las FF.AA rusas como Falange o AES no lo están en las españolas, lo que no quita que muchos militares y policías españoles sean simpatizantes de esas organizaciones fascistas, igual que muchos rusos lo sean de las otras.

    (Por cierto, no sea pueril, tirando de «argumentum ad Hitlerum», que se parece al «Daddy Yankee» cuando dijo aquello de que si el reguetón es una lacra para la sociedad, peor es la música clásica, porque es la que escuchaba a Hitler)

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    [Perdón por las rayitas estas, pero la plantilla de comentarios de La Marea es demencial: ¿a quién se le ha ocurrido que no se puedan insertar saltos de párrafo para hacer la lectura más cómoda? Ya puestos eliminen también los espacios entre palabras, hombre, que así la lectura será mucho más divertida!
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    Pero tiene usted razón al decir que Rusia ha contratado sus «servicios» en numerosas ocasiones y que incluso Putin se ha reunido e incluso condecorado a alguno de sus miembros.
    Lo que a estas alturas resulta increíble es que haya adultos que sigan siendo incapaces de entender que se puede estar contra el gobierno ucraniano, la OTAN, EE.UU y la UE, y además estar contra Putin. Y resulta icnreíble que aún queden adultos que no se den cuenta de que esta guerra es geostratégica, ni la chorrada esa del imperialismo, ni el robo de recursos naturales a la angloamericana, de ser ese el interés de Putin habría acabado con la guerra en 4 semanas arrasando el país, como hace la OTAN.
    Lo que se juega en el tablero que estúpidamente ha puesto Zelenski para uso y disfrute de Occidente y Rusia a costa de la sangre del pueblo ucraniano, es si la OTAN va a llegar hasta Alaska (todos sabemos que no va a parar en Ucrania, que en cuando Putin caiga algún día, se infiltrarán para que el siguiente gobierno ruso se arrodille ante el «emperador» yanqui de turno), y desde allí se va a lanzar al cuello de China, Vietnam y Corea del Norte con Australia cono perro de presa por el sur, o si se le va a parar los pies de una vez por todas y se va a volver al mundo multipolar que había antes de la caída de la URSS y los EE.UU y sus lacayos van a dejar de poder hacer lo que les dé la gana en el mundo porque tendrán enfrente un contrapoder liderado por Rusia y China.
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    De eso se trata, Ucrania solo es la tonta útil de EE.UU que está pagando los platos rotos por pensar que Rusia estaba tan hecha polvo como cuando viró al capitalismo en los 90 y que no iba a responder si Ucrania le plantaba bases de la OTAN delante de la puerta, como hicieron las repúblicas bálticas.

  9. @Juan Carlos Jiménez

    «… el carácter criminal de esos sistemas [comunismo] y el uso de sus símbolos. […] pero para quienes padecieron la dictadura soviética…»

    Yo no soy fascista pero…
    «Progresismo, fase superior del capitalismo»…

    Como admitió claramente M. Thatcher, refiriéndose al «logro» de que el laborismo hubiese virado al derechismo liberal, no hace falta acabar con la oposición si consigues que la oposición sea como tú. Es decir, poco importa si Sbovoda tiene muchos o pocos diputados cuando están infiltrados hasta las trancas en el gobierno, ayuntamientos y gobiernos provinciales, escuelas, policía, etc, y arcan el rumbo de la política ucraniana.

    Que el Estado ucraniano imprima sellos de correos con la efigie de Stepán Bandera es que los neofascistas **están** en el gobierno; que en las escuelas ucranianas se decoren las aulas con esvásticas es que el neofascismo **está** en el gobierno; cuando en los libros de Historia para escolares se glorifica a la OUN/UPA es que el fascismo está completamente normalizado en la sociedad ucraniana como el antisocialismo en la angloamericana; que las autoridades de una ciudad cubran una edificio público con una pancarta con el retrato de S. Bandera, es que son, si no seguidores, que ya es mucho suponer, sí tolerantes con el fascismo; que el Estado erija monumentos no sólo a criminales «grandes» como Bandera sino a militares y políticos menores que colaboraron con el ejército nazi y con las autoridades nazis en su programa de exterminio de judíos y gitanos (tienen no recuerdo si es una estatua o una placa homenajeando a un tipo que escribió a Hitler para comunicarle con orgullo que el 90% de los escolares ucranianos ya eran de «pura raza» ucraniana) es que el fascismo **está** inserto en el pensamiento político ucraniano; que el Estado ucraniano autorice manifestaciones, homenajes y actos públicos de diversa índoles con simbología fascista es que el fascismo, auqnue no se apoye descaradamente, sí se blanquea y, como mucho, se lo considera una «extravagancia», una «boutade».
    Y por terminar, aunque la lista podría seguir, y Ud. lo sabe (ustedes, los «agentes de Washington», no son tontos ni ignorantes, simplemente malvados) en un país donde el presidente cerró cadenas de TV, varios periódicos, intentó «purgar» la judicatura y recientemente prohibió 11 paridos políticos, curiosamente todos de centro y de izquierdas, que en varias cadenas de ámbito nacional salga gente declaran que hay que seguir la doctrina Eichmann y asesinar a los niños rusos para que no haya futuro generacional para Rusia, o que en el Bombás hay millón y medio de personas que no sirven para nada y hay que librarse de ellas es que el Estado **por supuesto** que está operado por fascistas, tengan carné de Sbovoda o del Círculo de Lectores es lo de menos.

    Blanqueen ustedes a quienes les dé la gana, pero no nos vengan con el rollo de que son Uds. «demócratas de toda la vida» y mucho menos «de izquierdas»…

  10. Pues como aquí también la tenemos, no es que la ignoren, es que es lo nuestro…
    Una cruz llamada franquismo, Peio H. Riaño.
    Hay tantas cruces casi como pueblos hay en España”, sostiene el historiador Miguel Del Arco, que cuenta que bajo el pretexto de honrar a los caídos en la Guerra Civil se construyó un relato del pasado con el fin de definir qué debía ser España. La memoria de la República fue usurpada por la dictadura “para legitimación de un poder omnímodo y arbitrario”.
    Las cruces católicas apropiadas por el franquismo son memoria fraguada en la muerte y en la violencia, explica el historiador en el ensayo que muestra cómo el rodillo de la propaganda de Franco ha perpetuado la “Cruzada” hasta nuestros días. Estas presencias libraron la Transición gracias al “pacto del olvido”, sobrevivieron al final del siglo XX y al llegar el XXI… “En algunos ayuntamientos se adoptaron soluciones intermedias, quitaron el símbolo de la Falange, el escudo franquista, las chapas que excluían a todo el que no fuera caído del bando sublevado y colocaron placas en nombre de todos los caídos. Son parches para la reconciliación”, señala el historiador. El franquismo fue muy rápido al invadir el espacio urbano con sus monumentos y su propaganda. La democracia muestra otro ritmo.
    “No es posible escapar a la historia de una guerra civil y de una dictadura como la franquista”. Para Miguel Ángel del Arco la retirada de símbolos debe ir acompañada de una política de recuerdo para reconocer la historia de un pasado tan doloroso y violento. Por eso reclama a los gobiernos que no se inhiban, que propugnen una memorial plural sobre el pasado traumático.

  11. Prefiero el artículo de Unai antes que la corresponsal que ha enviado a esta guerra La Marea y que parece una vocera de los falsimedia.
    Muy acertado tu comentario Corresponsal Obrero.
    Pedro Pérez: los batallones neonazis están exterminando, quemando vivos, asesinando ¡desde 2014!, a sindicalistas, comunistas, gente de izquierdas, pro-rusos, niños, abuelos que lucharon contra las SS.
    Armand: ¿que esperas que Putín les envíe ramos de rosas y bombones a sus enemigos? Bastantes años llevaba advirtiendo a los genocidas amos del mundo que le sacaran las armas de la puerta de su casa, de que no se estaban respetando los acuerdos de Minsk; pero estos capos sólo se saben manejar con guerras.
    Celebraría que alguien fuera capaz de pararles los piés.
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    La hipocresía de un “No a la guerra” que llega muy tarde
    «Ahora, la gente del Donbass podrá salir de sus refugios y jugar en un parque con sus hijos, sin miedo a saltar por los aires, por primera vez en 8 años»
    Como decía Malcolm X, tened cuidado con los medios de comunicación porque si no vais a acabar defendiendo a los opresores.
    (Este artículo coincide totalmente con lo que explicaba en sus charlas un profesor español que daba clases de castellano en el Dombass en 2015).
    https://insurgente.org/la-hipocresia-de-un-no-a-la-guerra-que-llega-muy-tarde/

  12. El artículo es tramposo e inmoral.
    Es un artículo encaminado a sobredimensionar el peso de la ultraderecha en Ucrania y para ello tiene que jugar con las medio verdades.
    Por ejemplo, menciona los ministros y cargos de ultraderecha que hubo en el gobierno ucraniano tras el Euromaidan pero silencia que desaparecieron tres meses después, tras las elecciones, barridos por los resultados electorales.
    Además, como las elecciones sucesivas han ido reduciendo el peso electoral de la extrema derecha desde entonces, hay que construir un extraño argumento por el cual si antes del Euromaidan eran la quinta fuerza y ahora apenas llegan al 3% es porque han conseguido sus objetivos y no les interesan las elecciones. Sería el primer partido con tan original planteamiento.
    En cualquier caso, se sigue haciendo trampas cuando se dice que la ultraderecha pasó del 5° puesto en 2012 al 3% sin explicar que aquellas fueron las primeras elecciones a las que se presentó Svoboda y que el 5° puesto supuso tan solo el 10,4% del voto y 37 parlamentarios de los 450 que componen la Rada (Parlamento) ucraniano. Menos que Vox en España o Le Pen en Francia.
    Para soslayar que Zelensky es judío y rusoparlante se insinúa un acuerdo entre el gobierno israelí, a través de su embajador en Ucrania en el 2014, y la ultraderecha. Un acuerdo que existe pero cuyo objetivo es «prevenir la provocación» y denunciar las tendencias antisemitas del campo nacionalista de Ucrania. Menuda alianza nazi. Al mismo tiempo, no se menciona que ese embajador, Joel Lion, ha formulado varias declaraciones y publicado en sus redes sociales el rechazo a la glorificación del nazismo por parte de la extrema derecha ucrania. No casa con el conspirador pacto.
    El tema del batallón AZOV es la penúltima de las medio verdades a las que quiero referirme: integrado en el ejército regular ha perdido muchas de sus características nazis y está siendo el último bastión ucraniano en Mariupol. Destacar su controvertida intervención en el Parlamento Griego sin señalar lo contradictorio que resulta que un soldado de un «batallón neonazi» ensalce al abuelo griego que luchó ¡contra los nazis! Algo no cuadra.
    Por último, si bien es cierto que USA y Ucrania votaron en contra en las Naciones Unidas de una propuesta rusa, y el que sea una propuesta rusa a lo mejor explica las razones, sobre la glorificación del nazismo, con la mayoría de la UE, incluida España, absteniéndose, también es cierto que tras el Euromaidan, en 2015, el nuevo Parlamento ucraniano (la Rada Suprema) prohibió la propaganda de los regímenes comunista y nazi, la negación pública del carácter criminal de esos sistemas y el uso de sus símbolos. Sé que desde España, y desde un partido que fue el principal opositor al franquismo, puede sonar rara esa equiparación pero para quienes padecieron la dictadura soviética, para quienes vivieron con el terror del Gulag, de Slovki, Vorkutá o Kolymá, tal equiparación es inevitable.
    Por último, me temo que un artículo así en medio de la masacre del pueblo ucraniano es, no solo innecesario, sino peligroso. Por una parte es un análisis sesgado. No recuerdo, por ejemplo, ningún artículo de izquierdas sobre el peligro del fundamentalismo religioso de Hamás en las luchas palestinas. Y no creo que ningún país pasase la prueba del algodón a la que se está sometiendo a Ucrania: ¿leyes de tufo fascista como la ley mordaza, el artículo 151 y las cargas policiales contra el independentismo, agresiones a homosexuales, callejeros franquistas, militares jubilados queriendo acabar con 26 millones de españoles, licencia para los cayetanos y palos para los vallecanos, montajes como los de Alsasua, jueces cómplices y conniventes, los resultados electorales de Vox, etc? ¿Somos un país ultraderechista?
    La única consecuencia de este artículo es debilitar la solidaridad con el pueblo ucraniano
    ¿Qué deberíamos hacer? ¿Abandonar a una nación democrática, con todas las imperfecciones que tiene, que ha sido agredida por una dictadura con indudable vocación imperialista? ¿Dejar que Putin consiga sus propósitos y prepararse mejor para su próximo envite? Me temo que la derrota del pueblo de Ucrania, a través de dejarles de suministrar armas y municiones y. todo tipo de apoyos no sería una vía para la paz sino la reedición de Múnich 1938.
    Termino citando a Vsevolod Kritskiy en What Is a Country? publicado en Rosa Luxemburg Stiftung, «A pesar de que el país ha estado en un estado de guerra de facto durante ocho años, triplicando su presupuesto de defensa e involucrando a la mayoría de su población masculina en algún nivel de entrenamiento militar, la extrema derecha se ha estancado. Incluso cuando los partidos políticos de extrema derecha se unieron en una sola coalición para las últimas elecciones parlamentarias de 2019, no lograron ganar un solo escaño en la Verkhovna Rada. En todo caso, políticamente, la extrema derecha perdió bastante terreno durante este tiempo. No podemos olvidarnos de las precauciones, pero tampoco podemos negar el hecho evidente de que, a pesar de vivir durante casi una década en las condiciones de laboratorio en las que suelen prosperar el fascismo y la extrema derecha, el pueblo ucraniano las ha rechazado rotundamente.»
    Un cordial saludo

  13. No has dicho nada de las atrocidades que están cometiendo los batallones nazis a día de hoy y días antes de la intervención rusa en el territorio del Donbass, usando a los civiles como escudos humanos, asesinándolos y teniéndolos atemorizados en sótanos.
    Creo que viene muy a cuento decirlo en el artículo, y no me cabe ninguna duda, de que estás perféctamente informado de ello.
    ¿Esta es una línea roja?. ¿No hay que dar pistas que puedan desmontar las mentiras de la prensa occidental, incluido este periódico?.
    Si vas a hablar de los nazis en Ucrania, lo deberías de hacer sin callarte estas cosas tan graves y tan importantes que están ocurriendo a día de hoy.
    Lo siento pero no cuela.

  14. Estando a las puertas del apocalipsis, nuclear o climatico, debemos sincerarnos con el mundo y su historia real, duela a quien le duela. En un importante y diario de Rumania se publicó la noticia de que en el cementerio judío de Bucarest habia una tumba donde yacía un judio de apellido Hitler. Cómo no se permite que no judios sean enterrados en cementerios judios, resulta que Hitler es de origen judío. Por otra parte, las teorias racistas de Hitler son las del antropólogo judío, Rosemberg. Por otra parte, los conceptos de raza superior, limpieza etnica, guerra de exterminio y guerra santa, Hitler las pudo tomar del Antiguo Testamento, donde aparecen por primera vez. Los sacerdotes judios ya entonces exortaban a sus fieles a aplicar inmisericordemente esas practicas contra los no creyentes. Seguro que no todos los judíos aceptan esa ideologia, pero Zelenski no figura entre ellos. En efecto, no hay que olvidar que Zelenski el 21 de julio de 2021, firmó la ley racial ucraniana, llamada «Acerca de los pueblos autoctonos de Ucrania». Segun ésta ley, en Ucrania sólo los ucranianos de origen escandinavo gozarán de todos los derechos constitucionales. Imposible imaginar una forma más explicita de demostrar el caracter neonazi de Zelenski y sus compinches. Pero, ahí no termina la novela de terror. Cuando Putin de curso a toda su locura y cierre el paso de gas, combustibles y otras materias primas indispensables para Europa, se produciran aumentos de hasta el 400% o más en los costes de producción y en los precios al consumidor. Entonces vamos a ver cuantos quedan de los neonazis ucranianos, y sus socios europeos. Un aumento de hasta el 400% o más en los precios y los costes de producción de la mayoria de los productos no lo aguanta nadie sin volverse loco y salir a matar politicos.
    En la competencia de mentiras que Borrell, Sholtz, Stoltenberg, Biden y von Leyen han desatado, ellos presentan soluciones mágicas a los problemas causados por el aumento de costes, seguido de inflación, que enloquecera a la UE. Y que ella misma ha desatado, no lo olvidemos. No importa lo que digan los economistas de la UE y de USA, no hay manera alguna de evitar la quiebra masiva de empresas y la perdida de cientos de miles o millones de empleos que seguirá a la guerra y al descalabro economico- social.En consecuencia, se producirán revueltas populares gigantescas, caídas de gobiernos y colgamiento de dirigentes politicos, cómo en las peores etapas de las revoluciones francesa y rusa. Tambien los rusos, a causa de Putin y el Patriarca Kirill II, sufrirán, pero, claro, ponerse feliz por eso ese es un consuelo de tontos.

  15. Señor Unai Aranzadi, veo que usted vende la propaganda rusa y a mi modo de ver no se si lo hace de forma consciente o inconscientemente, pero me inclino por lo primero. Esta referencia a los nazis y los neonazis se volvió muy prominente en los medios rusos alrededor de diciembre de 2013, porque en el momento de las protestas de la plaza Maidan, algunos de los manifestantes estaban haciendo cosas como levantar una bandera de (Stepan) Bandera.
    Hay un segmento de la población ucraniana que recuerda esos intentos de lograr la independencia de Ucrania bajo Stalin, aliándose con Hitler, no como una colaboración con el nazi-fascismo, sino como actos de patriotas y héroes nacionales ucranianos. También pasa por alto la masacre la masacre de un centenar de personas por francotiradores a fines a Putin y que envalentono a la gente citada. Detalle muy importante(hay que contarlo todo, como dice que estaba ahí)
    Rusia tomó represalias por el derrocamiento de Yanukovych apoderándose de Crimea y desencadenando una rebelión en el este de Ucrania liderada por separatistas respaldados por Rusia: el enfrentamiento contra las fuerzas ucranianas se ha cobrado unas 14.000 vidas.
    Durante ese período, algunas milicias de extrema derecha comenzaron a actuar para repeler a los separatistas rusos.
    Se trata de grupos como Pravy Sektor y el Batallón Azov, que suelen llevar las banderas de Bandera, a quien Putin llama «cómplice de Hitler» y que hoy ostenta el estatus de «héroe nacional ucraniano».
    Sin embargo, ninguno de estos grupos extremistas ha logrado nunca conseguir parlamentarios en el Congreso Nacional de Ucrania, ni tener representantes en el Ejecutivo.
    «Ucrania no está controlada por nazis o fascistas, a pesar del crecimiento de grupos ultranacionalistas y fascistas en los últimos años, un problema global que no es exclusivo a Ucrania», cito a la historiadora Amy Randall, de la Universidad de Santa Clara en California, experta en Rusia.
    De hecho, el gobierno elegido democráticamente en Ucrania está encabezado por un presidente judío, Volodymyr Zelensky, cuyo tíos abuelos y otros miembros de la familia fueron asesinados durante el Holocausto».
    Y me pregunto: ¿Existen grupos neo nazis y que reciben el apoyo de Putin?
    Sí, también hay nazis (y muchos) entre las tropas rusas: estos son sus nombres y los crímenes que cometen.
    Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Putin ha afirmado en varias ocasiones que su propósito es el de «desnazificara Ucrania» pero existen detalles relevantes y es que las tropas rusas hay nazis y fascistas. Con actividades muy vinculadas a Putin. Ejemplo de ello es el Movimiento Imperial Ruso, considerada una organización terrorista. Se trata de un grupo monárquico, ortodoxo, de extrema derecha, movido por cierta nostalgia por los zares y con gran inclinación por la violencia.
    Su base clandestina de entrenamiento se encuentra en San Petersburgo. Conocida como ‘Club Partizan’, allí se forman neonazis de todo el mundo. Su objetivo final es la creación de lo que vienen a definir como ‘Nueva Rusia’. Fue uno de los grupos más activos a la hora de enviar voluntarios al Dombás.
    Tan activo como la Unidad Nacional Rusa, a la que pertenece Pavel Gubarev, autoproclamado gobernador de Donetsk. Este movimiento apuesta directamente por la expulsión de Rusia de todos los considerados no rusos, como los judíos y los inmigrantes. Tiene grandes tendencias nacionalsocialistas. Como organización militar, la Unidad Nacional Rusa defendió la Duma – la cámara baja de la Asamblea Federal de Rusia- frente al intento de golpe de Estado perpetrado contra el expresidente Borís Yeltsin en 1993.
    Hay más organizaciones: al servicio del Kremlin -de hecho cuenta con el respaldo del Ministerio de Defensa ruso- está el Grupo Wagner, que debe su nombre al compositor favorito de Adolf Hitler. De hecho, su líder, Dmitri Utkin, muestra orgulloso con tatuajes en su piel la nostalgia por el régimen nazi. Este grupo de mercenarios fue condenado por crímenes de guerra tras la tortura sin límites y la decapitación de un disidente del ejército sirio. Su popularidad creció a raíz de la guerra del Dombás en 2014.
    Se hicieron tan conocidos hasta el punto de que, dos años más tarde, el propio Putin recibió a Udkin en el Kremlin. Otro líder neonazi relacionado con esta cuestión es Alexander Matyushin, del Batallón Varyag, un regimiento paralimitar ortodoxo, fascista, compuesto por voluntarios ultraderechistas e involucrado en la batalla en el aeropuerto de Donetsk. Toman su nombre de los vikingos suecos de los siglos IX y X. Pero los más sanguinarios son los voluntarios de la ‘Task Force Rusich’.
    Esta organización está acusada de crímenes de guerra y es conocida por una brutalidad despiadada contra sus víctimas. El grupo paramilitar más temido de Rusia saltó a la luz tras desplegarse en el Dombás en 2014. Entonces, sus líderes se fotografiaban con cabezas de cachorros de perros y cortaban orejas a los ucranianos asesinados. Todo y todos con la complicidad de Vladímir Putin y del Gobierno ruso.

    Espero que en la Marea tomen nota y si soy socio es porque busco más imparcialidad, no la del autor de este artículo propagandístico, si esto continuará por esta línea creo que no podría continuar con la suscripción.

    Reciban un cordial saludo.

  16. Me animo a compartir contigo mi opinión tras ver como te atizan en las redes por lo que creo que es un acertadísimo artículo. Cualquiera que siguiera, aunque de manera intermitente, los acontecimientos desde el EuroMaidan sabemos que lo contado aquí se acerca a la realidad mucho más que cualquiera de los relatos dominantes. Es penoso que no se recalque que al armar Ucrania se refuerza «políticamente» a este sector, que incluso llega a amenazar a su propio presidente con no tomar según que decisiones. Veremos que posibilidades pueda tener el imberbe de Zelenski, de llegar a ningún tipo de acuerdo (si así lo desease) sin ser colgado en la famosa Maidan de Kiev por estos «valerosos patriotas». Un abrazo

  17. «…Lo que hoy está sucediendo en Ucrania puede ser, de alguna forma, el reinicio de aquella estrategia. ¿Podría al final tener repercusiones en el interior de nuestras fronteras?…»

    ¿Reinicio o continuación?

    Según los propios EE.UU, estos se habían gastado ya en 2014 en la preparación del euromaidan-golpe de estado, mas de 5 mil millones de dólares…
    ¿Relaciones contradictorias? ¿Cuantos años llevan las fuerzas militares sionistas participando y apoyando golpes de estado o asesinatos selectivos articulados por los EE.UU y las clases dominantes en A.L. y en otras partes del planeta o en los propios territorios ocupados, en operaciones que serian la envidia de la gestapo?
    ¿Cuantos millones y cuantas leyes ha aprobado la UE y sus gobiernos para luchar contra el comunismo?

    No parece que nada sea ni casual ni contradictorio. El imperialismo continua haciendo lo que siempre hizo, con el concurso de sus cómplices en la UE, como victima junto a Ucrania y Rusia, con el objetivo puesto en China y EE.UU como beneficiario…, al menos de momento, y como paganos la clase trabajadora y nuestros pueblos.. No ellos no tienen contradicciones, tienen intereses, el imperialismo a jugado siempre igual.
    ¿Y acaso Gladio o stay behind no ha continuado funcionando con total impunidad hasta el dia de hoy como demuestran los hechos que estamos viviendo?
    La lucha y contra el imperialismo y su eliminacion es una cuestión de supervivencia para la humanidad

    Saludos fraternales

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