Sociedad
Atender a un paciente con ansiedad cuando el personal sanitario también tiene ansiedad
Una encuesta elaborada por CCOO-A indica que el 98% de los profesionales del sector sanitario en Andalucía presentan uno o más síntomas relacionados con la ansiedad y el estrés laboral. El 54% toma algún tipo de medicación de forma habitual para aliviar estos síntomas, con tratamiento ansiolítico y/o antidepresivo.
“Yo termino con el corazón en la garganta. Entiendo a la gente que deja la profesión. Yo, si económicamente pudiera, lo dejaría también«, dice la médica de atención primaria Remedios Noche. Lo dice tras un discurso apasionado sobre su trabajo en una conversación telefónica de una hora. Lo dice después de insistir en la responsabilidad que –afirma– siente al tratar con cada una de las personas que llega a la consulta. Lo dice de una manera que resulta casi imposible creer que alguien con ese compromiso y con esa vocación pueda estar pensando en abandonar.
«Y lo haría por mi salud. En la carrera no nos han enseñado a cómo hacer una buena práctica en esta situación. Nosotros estamos en contacto con personas, no con pepinillos que tienes que clasificar en una cinta; intentamos empatizar con personas que están enfermas, que vienen frágiles, que tienen problemas, en muchos casos con problemática social, psicológica. Además del fonendo, nuestro principal instrumento es tener tiempo para verlos, escucharlos y proponerles por dónde podemos ir, no hacer una receta sin más porque no somos administrativos. Es posible que a esa persona le tengas que indicar que tiene que hacer técnicas de relajación, que a ver si va mejor con la mitad de la pastilla que con la pastilla entera… Y piensas, mientras le dices eso, que tú también tienes que aplicarte el cuento, que tú también tienes que relajarte”, cuenta esta médica, que trabaja en un centro de salud en Almería.
Un estudio elaborado por CCOO-A concluye que el personal del Sistema Sanitario Público de Salud de Andalucía (SSPA) trabaja con unos niveles “intolerables” de cansancio, ansiedad, frustración o tristeza. La encuesta, realizada a 865 profesionales del sector, de forma anónima, entre el 31 de enero y el 13 de febrero de este año, indica que el 98% presenta uno o más síntomas relacionados con la ansiedad y el estrés laboral y que el 54% toma algún tipo de medicación de forma habitual para aliviar estos síntomas, con tratamiento ansiolítico y/o antidepresivo. Un 9% está en tratamiento con antidepresivos, un porcentaje casi tres veces mayor que el de la población general de Andalucía.
Remedios Noche reflexiona sobre cómo la pandemia ha ido debilitando un sistema ya debilitado previamente y cómo las consecutivas olas de la COVID-19 han terminado de «quemarlo». “La primera parte de la pandemia recayó sobre el sistema hospitalario, se vivió una situación más que dura, murió mucha gente y en situación de soledad. Pero luego fueron viniendo las otras olas, que si los tests, que si una PCR, que si un nuevo protocolo… Le decías a un paciente que le hacías el test a todos sus contactos estrechos y luego no había tests… Todo esto fue muy largo, diferentes etapas en las que hemos intentado fluir como un barco en una tormenta para llegar a buen puerto. Y no podías trabajar en equipo, vivíamos aislados, no teníamos contacto ni médicos, ni enfermeras, ni limpiadoras, ni guardas de seguridad… Nada”.
Además, añade, entre los profesionales médicos había un gran porcentaje en todas las categorías muy cerca de la jubilación, que eran personas vulnerables por la edad pero también con infartos, con enfermedades reumáticas importantes, etc.
Multiplicación del trabajo en primaria con la sexta ola
“Esto nos agotó como personas, con nuestras familias, nuestros problemas y en un trabajo que tienes que ir a trompicones. Con la sexta ola ya sabíamos mucho de la enfermedad, había muchas personas vacunadas, los casos fueron más leves, y en atención primaria el trabajo se nos multiplicó por 10.000. Porque teníamos más pacientes a nuestro cargo y porque teníamos mucho más trabajo burocrático; el tema de las bajas era inconcebible, había un equipo solo haciendo bajas. Ha sido como hacer medicina de guerra”, cuenta Noche.
No deja de insistir en ningún momento de la conversación en una imperiosa necesidad para poder hacer bien su trabajo: el tiempo. “Porque no solo es el cansancio físico, es el cansancio de saber que lo que me hubiera gustado hacer no lo he hecho porque no he podido, porque he estado dando bajas, pidiendo analíticas… y no he visto a los pacientes. Lo que necesita la atención primaria es tiempo para entrevistar, tiempo para explorar y tiempo para actualizarnos, con una mayor comunicación con la atención hospitalaria”, dice. “Los médicos de atención primaria –prosigue– debemos orientar distintos tipos de problemas de salud, y han variado tanto los tratamientos que a veces tengo que buscarlo en Internet”.
Aunque considera que las citas telefónicas han ayudado mucho para determinadas circunstancias, el poder ver a la cara a los pacientes es otra constante en su discurso. Y pone muchos ejemplos: de personas mayores que necesitan atención y a lo mejor ya no requieren la medicación que piden renovar por teléfono, de mujeres que a lo mejor son víctimas de violencia machista y terminan con pastillas para dormir porque dicen que tienen insomnio. “Si esas mujeres fueran más veces, si las escucháramos, si las viéramos, si les dedicáramos tiempo, terminarías sabiendo que no duermen, no comen o les duele lo que sea por lo que están viviendo realmente”, afirma.
Las bajas que no se pidieron por no sobrecargar a quien se quedaba
Una cuarta parte de las personas encuestadas para el estudio de CCOO asegura que no pudo disfrutar de días de permiso durante las Navidades de 2021-22. Un tercio de ellas, sostiene que les denegaron parcial o totalmente los días de permiso solicitados. Más de un cuarto de estas personas dobló turnos durante la Navidad y, de estas, casi el 40% lo hizo de forma involuntaria. El 86% de las personas encuestadas consideran, por otra parte, que no hay personal suficiente en su servicio para atender a los pacientes. «Nos dan diez minutos para cada uno y siete si la consulta es telefónica», explica Noche.
Un 11% afirma haber estado de baja por ansiedad o depresión desde que comenzó la pandemia. De las personas que no han estado de baja, un 66% ha pensado en algún momento que debería haberlo estado; la mayoría de ellas, un 55%, aseguran que, al ser conscientes de que no se iba a contratar personal sustituto, no la han solicitado porque no querían sobrecargar más a sus compañeras y compañeros.
“La pésima gestión de la Junta de Andalucía en contratación de personal, que despidió a 8.000 trabajadores a las puertas de la sexta ola, desoyendo el clamor sindical, ha puesto la puntilla a un colectivo que sufre en silencio porque antepone su vocación de servicio a todo lo demás y lo ha sumido en un estado de abatimiento emocional”, denuncia Angelina Olea, una de las autoras del estudio.
“Los profesionales refieren sentirse abandonados por la Administración y por la propia sociedad, que no ha demostrado empatía cuando el sistema sanitario ha colapsado. La frustración de la ciudadanía se ha canalizado a través del maltrato al personal sanitario, lo que se ha hecho evidente con el aumento de las agresiones a profesionales”, añade Olea. Esto se agrava, indica el estudio, por el desgaste psicológico del personal, que tiene mermada su capacidad de resiliencia y, por tanto, es más vulnerable ante el maltrato.
Según Noche, a la gente no se le ha explicado bien qué ocurre dentro de los centros de salud: “Los pacientes están indignados y tienen todas las razones del mundo para estarlo. Pero es que nosotros estamos haciendo tareas, a veces burocráticas, que no se ven”. Y repite: “No tenemos tiempo de pensar. Otro ejemplo: muchas veces, cuando me llega algún caso para continuar con la baja laboral no la valoro porque considero que esa persona está madura. Y, por tanto, yo la voy a creer. Porque es que no tengo tiempo real para revisar la situación. Para saber si la ha visto un fisio, si el tratamiento es correcto, si le está funcionando…».
Según el estudio, la afectación del personal se da en todos los niveles asistenciales y, en mayor o menor medida, en todas las categorías, pero un dato que destaca el informe es que en atención primaria y urgencias y emergencias extrahospitalarias todas las categorías profesionales están afectadas en mayor medida en prácticamente todos los apartados. Sin embargo, en los centros hospitalarios, en términos generales, es el personal facultativo y de enfermería el más afectado, además del personal administrativo. “Nos encontramos ante una paradoja social donde quien nos tiene que cuidar como sociedad en los momentos en que somos más vulnerables, se encuentran extenuados”, concluye el estudio, que califica esta situación como «epidemia silenciosa» y considera erróneo atribuirla únicamente a la pandemia.
Aumentar la financiación
Para solucionar este panorama, CCOO apuesta por medidas contundentes como: aumentar la financiación de la sanidad pública, sobre todo de la atención primaria; acabar con el desvío de dinero público a la sanidad privada a través de conciertos y subcontratas, «que están demostrando que no mejoran la eficiencia del sistema público y a la vez lo descapitalizan»; garantizar el buen gobierno del Sistema Sanitario Público de Salud, acabando con las situaciones de desorganización e improvisación denunciadas por los y las profesionales y tener en cuenta el criterio de los mismos en la toma de decisiones; aumentar las plantillas en todos los servicios y niveles asistenciales; revisar las funciones en aquellas categorías que lo necesiten; velar por una formación continuada más acorde con las necesidades de los y las trabajadoras; y hacer cumplir la legislación en materia de seguridad en el trabajo e implementar mejoras en los servicios de prevención de los centros de trabajo.
«Te da pena, mucha pena ver cómo está todo. Yo estudié para tratar al paciente, aprender con él, para hacer las cosas mejor. Esto es un aprendizaje continuo», termina Noche. En el fondo, asegura, no pierde la esperanza.
Nadie sabe lo que es la angustia hasta que no la padece. Algunos hay que la experimentan toda su vida, en la infancia, en la adolescencia, en la juventud y en la madurez. Dicen que «lo que no te mata te hace fuerte», y puede que sea verdad, pero pensar casi a todas horas que el suicidio tal vez sería la solución para sus múltiples y variopintos problemas es algo que les deja huella: porque nunca acaban de saber si esa oscuridad del alma la tienen ya dominada del todo, o si volverá emerger en cualquier momento; y eso es inquietante, muy inquietante, sí, porque les da miedo volver a experimentar a esa bestia interior que es la angustia. La salud es un bien preciado, que duda cabe, un bien que algunos tienen, pero otros muchos arrastran la enfermedad y las lesiones ya desde la infancia, discapacidades insufribles que les hacen la vida mucho más difícil que al resto de la gente, a la cual, dicho sea de paso, le importa un comino lo que a otros les pase; pero porque ellos tienen sus propias familias y sus propios problemas, sin duda, no porque sean insensibles. El caso es que a la angustia que sienten esas personas se le suele sumar la soledad del incomprendido, y el egoísmo propio del que quiere vivir y aprender a superar sus problemas, pero no puede, porque son recurrentes, e insoportables a veces, y eso los va minando por dentro. El caso es que, no hay remedio para la depresión y para la angustia, no a corto plazo, aunque puede que la experiencia de la vida, en el día a día, con el cultivo insistente del buen humor y de la alegría que emana de la resolución paciente de los problemas y de la aceptación de las propias limitaciones, si se insiste en ello, puede hacer la vida más soportable.
Feijoo es el peón de la privatización sanitaria de la derecha española. Desde su cargo como secretario general de la Consellería de Sanidad de Romay Becaría (1991-1996), se abre paso la gestión privada de la sanidad pública, tan solo 5 años después de la aprobación de la LGS. Para ello se constituyen las llamadas fundaciones sanitarias, que transformaban los hospitales públicos en empresas y que fueron posteriormente exportadas al gobierno central, tras perder el PP las elecciones en Galicia y ser nombrado Romay Becaría ministro de Sanidad y Feijóo presidente del INSALUD (1996-2000). Dicho experimento, aunque fallido en Galicia, sentó las bases de la Ley 15/97 de nuevas formas de gestión en el sistema sanitario público
Desde entonces, y tras su nombramiento como presidente de la Xunta en el año 2009, la política sanitaria de Núñez Feijóo se ha dirigido de manera prioritaria a desmantelar, debilitar y privatizar el sistema sanitario público gallego y beneficiar al lobby de las multinacionales farmacéuticas y de tecnologías sanitarias, facilitándoles el negocio a cargo de los fondos públicos, Para ello:
Recorta los recursos sanitarios públicos del sistema.
Reduce la atención Hospitalaria, incrementando las listas de espera.
Desmantela la Atención Primaria.
Privatiza los recursos estratégicos del SERGAS.
Cede parcelas rentables de la gestión clínica a las multinacionales, modificando la Ley Galega de Saúde para blindar el control del sector empresarial sobre el Servicio Galego de Saúde.
Su política de personal es irracional y corrupta.
Feijóo no es un gestor sanitario sino un comercial.
(Nueva Tribuna)
MANIFIESTO SALVEMOS LA ATENCIÓN PRIMARIA, 27.3.2022
La situación de la Atención Primaria continua en estado crítico. Hace ya 5 meses un grupo de profesionales de la Atención Primaria y de organizaciones profesionales, sociales y sindicales pusimos en marcha SALVEMOS LA ATENCIÓN PRIMARIA ante la conciencia de que la Atención Primaria se encuentra en una situación límite y que es necesario tomar medidas urgentes para garantizar no solo su supervivencia sino, sobre todo, su universalidad, calidad y accesibilidad.
Desde entonces, 115 organizaciones de todo el país y un número creciente de Ayuntamientos se han sumado a este empeño que entendemos es crucial para el buen funcionamiento de nuestra Sanidad Pública e incluso para el mantenimiento de un servicio sanitario de calidad para toda la población.
A pesar de las grandilocuentes declaraciones de intenciones, la Atención Primaria no ha mejorado significativamente en este tiempo, y muchos consultorios continúan cerrados, sigue predominando la atención telefónica, las elevadas demoras de muchos días e incluso semanas, cierres de dispositivos de urgencias, etc; porque las distintas Administraciones no están haciendo el esfuerzo necesario para solucionar estos problemas.
Por eso, se han desarrollado durante este tiempo numerosas movilizaciones por todo el país, de ámbito local, comarcal o autonómico, y hoy las organizaciones convocantes unimos esfuerzos y trabajo en defensa de la Atención Primaria, para salvar este pilar básico del sistema público de salud de la actual crisis que atraviesa.
Nuestras reivindicaciones son:
Garantizar unos centros de salud abiertos, accesibles, próximos a toda la población y sin listas de espera.
Dar prioridad a las consultas presenciales por motivos clínicos. Las consultas telefónicas y telemáticas deberán tener un papel no discriminatorio para personas mayores o con dificultades para manejar las nuevas tecnologías.
Recuperar lo recortado en los últimos años, incrementando el presupuesto, hasta el 25% del total, aumentando un 10% el porcentaje dedicado a la Atención Primaria. En este sentido, habría que tener en cuenta la gran variabilidad entre Comunidades, de manera que no se prime a aquellas que han decidido destinar menos dinero, ni se penalice a quienes destinan más; por ello, se precisa que el esfuerzo presupuestario sea distinto en cada Comunidad y se reparta entre el Gobierno central y las Comunidades. Para ello, la necesaria inversión suplementaria debería repartirse entre las Comunidades y el Gobierno al 50%, en las primeras de manera proporcionalmente inversa al dinero que actualmente dedican y en el Gobierno teniendo en cuenta la población de cada una de las Comunidades.
En cuanto a los fondos necesarios, las Comunidades deben cambiar las prioridades de gasto y/o incrementar la recaudación de recursos propios (por ejemplo, la desaparición de los impuestos de sucesiones y patrimonio, y las rebajas del IRPF). En el caso del Gobierno central existen los 1.088 millones de euros presupuestados y no gastados en 2021 para Atención Primaria, y los fondos europeos, además de la posibilidad de aprobar una partida extra para reforzar la Sanidad Pública.
Todo ello permitiría incrementar el actual número de profesionales de Atención Primaria, unos 8.000 profesionales de la Medicina y 15.000 profesionales de Enfermería, que nos acercarían a las medias de los países de nuestro entorno y que serían necesarios para garantizar unos centros de salud abiertos, accesibles, que den prioridad a las consultas presenciales y próximos a toda la población y sin listas de espera. Sin olvidar un incremento de al menos 10.000 profesionales administrativos para las unidades de atención al paciente de los centros de salud y de la necesaria incorporación de nuevos profesionales a los equipos (Fisioterapia, Matronas, Trabajo Social, Salud Mental, Logopedia, Atención Temprana, Farmacología Clínica…), ahora no disponibles o sólo accesibles por derivación externa, y con inauditas demoras.
Desarrollar la orientación comunitaria en los centros de salud. La orientación hacia la medicalización de la sociedad y la configuración actual de los equipos comporta que la Atención Primaria a veces carezca de la capacidad para desarrollar determinados roles. Se hace necesario trabajar con los agentes sociales (asociaciones vecinales, ayuntamientos, etc.) y aprender a colaborar con ellos en red para, por ejemplo, mejorar la atención sociosanitaria a personas mayores y a otros grupos vulnerables.
Eliminar las trabas de acceso a pruebas diagnósticas y terapéuticas e incorporar una cartera de servicios óptima y homogénea en todas las Comunidades Autónomas, de tal modo que Atención Primaria tenga acceso a un catálogo completo de pruebas diagnósticas en las mismas condiciones que el resto de las especialidades.
Mejorar la relación con el nivel hospitalario, potenciar los procesos asistenciales como base de la atención de salud, coordinados desde la Atención Primaria, incrementando su capacidad resolutiva.
Transformar las áreas de salud para que se conviertan en el espacio para la integración de todas las actuaciones y actividades de salud. La población asignada a un centro de salud debe hacerse en base a una distribución territorial en zonas básicas de salud, lo que garantiza la equidad y favorece la incorporación e integración de otros valores: comunitarios, culturales, educativos…Y es que la proximidad a las personas posibilita el trabajo con la comunidad.
Garantizar la participación y empoderamiento de la ciudadanía para la promoción de salud y la mejora de los servicios sanitarios.
Se debe dotar a la Atención Primaria de los recursos necesarios y suficientes para realizar actividades formativas, docentes y de investigación, para conseguir niveles de excelencia.
Necesitamos que estas medidas se adopten de manera urgente para garantizar una Atención Primaria de calidad, universal y accesible para toda la población. Basta ya de promesas incumplidas.
Desde SALVEMOS LA ATENCIÓN PRIMARIA nos movilizamos hoy en numerosas ciudades de todo el país y nos comprometemos a continuar trabajando por conseguir una ATENCIÓN PRIMARIA universal, accesible y de calidad, porque somos conscientes de que nos estamos jugando no solo la Atención Primaria, sino también la Sanidad Pública y la salud de la población.
Continuaremos movilizándonos hasta conseguirlo
LOS PRESUPUESTOS DE DEFENSA (de los podres económicos y su ejército la OTAN), LA FINANCIACION Y EXENCIONES A UNA IGLESIA CATÓLICA MÁS RICA QUE EL PROPIO ESTADO ESPAÑOL, y OTRAS MUCHAS FUGAS INDEBIDAS DE DINERO
PARA SANIDAD, EDUCACION, PARA TODO RECURSO BASICO PARA LA SUBSISTENCIA DEL SER HUMANO. ES PARA EL PUEBLO PUESTO QUE ES NUESTRO DINERO Y TENEMOS DERECHO A DISPONER DE EL.
¡PUEBLOS DESPERTEMOS DE UNA VEZ, TENEMOS EL PODER EN NUESTRAS MANOS PERO ESTAMOS DORMIDOS!.