Sociedad

Carles Tamayo, el ‘youtuber’ que destapó la presunta estafa piramidal que captaba a jóvenes por Internet

La Policía asegura que la academia utilizaba “técnicas de persuasión propias de organizaciones sectarias” y ha detenido a ocho personas

El youtuber y reportero Carles Tamayo. PODIMO

-Eeyy broo. Te pueod hacer una pregunta? [sic]
-otra?
-Te consideras un chico emprendedor?
-Sí. Por obligación del sistema

Esta conversación a través de mensajes directos de Instagram fue el principio del fin de una presunta estafa piramidal que habría engañado a miles de personas, jóvenes en su mayoría, bajo la promesa de obtener importantes sumas de dinero en poco tiempo. La investigación policial se ha saldado con la detención, la semana pasada, de ocho personas de IM Mastery Academy, el nombre de la empresa que la Unidad de Delicuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional sitúa en el centro de la trama y que supuestamente ofrecía una formación para lograr esos objetivos.

Pero esos mensajes con el objetivo de captar a una nueva víctima a través de las redes sociales fueron enviados a la persona equivocada.

Carles Tamayo es un joven catalán de 27 años que suele vestir camisa de cuadros abierta, camiseta de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y una inconfundible gorra roja con la visera hacia atrás. Es su uniforme de creador de contenido. O de youtuber. O de reportero. O de todo a la vez. Interesado en el ámbito de las sectas, alcanzó una popularidad relevante hace dos años tras infiltrarse en la Iglesia Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz, más conocida como la iglesia de El Palmar de Troya, y que dio lugar a una serie compuesta por 15 capítulos y publicada en YouTube. En la actualidad, el canal en el que divulga estos trabajos cuenta con casi medio millón de seguidores y más de 32 millones de visualizaciones.

En esos mensajes directos a través de Instagram, un desconocido le aseguraba que estaba desarrollando “una plataforma digital” que le iba a enseñar a generar diferentes fuentes de ingresos sin dejar de hacer lo que estuviese haciendo. Y le ofrecía una videollamada para explicárselo mejor. Algo a lo que él accedió.

“Desde el primer momento me olió mal, pero en un principio pensé que iba a ser simplemente una estafa más”, explica a lamarea.com. Sin embargo, tras esa primera llamada, fue derivado a un superior de la escuela de trading para otra videollamada. Y luego otra. Y una más. “Hacía poco había hecho una entrevista sobre sectas a la psicóloga Laura Merino, que es experta en grupos de persuasión coercitiva, y, a medida que hablaba con ellos, veía cómo reproducían los comportamientos de una secta comercial”, asegura.

Según explica la Policía en la nota de prensa emitida, los presuntos estafadores no solo utilizaban las redes sociales para captar a sus víctimas, sino que también las abordaban en parques públicos o eventos presenciales organizados en hoteles. Para ello, utilizaban “técnicas de persuasión propias de organizaciones sectarias”, corroborando así lo que el propio Tamayo desvelaba en sus vídeos.

La investigación dio lugar a una serie compuesta por seis reportajes publicados en YouTube y que suman varios millones de visitas. Un trabajo que se iba agrandando con capítulos extras en los que Tamayo explicaba las amenazas que, según él, recibía por parte de miembros de la pirámide. En lo más alto de la misma se encontraban algunos jóvenes que alardeaban de un estilo de vida muy ostentoso y que, incluso, presumían de aparecer en la revista Forbes. “Lo que no decían es que era un anuncio que ellos mismos habían pagado”, bromea Tamayo.

Una denuncia colectiva de afectados

Tamayo comenzó a recibir también el testimonio de numerosas víctimas que se sintieron identificadas con lo que el youtuber estaba contando. “Me contactaron una brutalidad de personas y las acabé derivando a una asociación de afectados por las sectas, que tampoco daba abasto. Entonces hice un formulario de inscripción que a día de hoy tiene más de 1.000 afectados”, explica. A partir de ahí, un par de decenas de víctimas decidieron cursar una denuncia colectiva. El propio reportero envió toda la información de la que disponía al área de Delitos Económicos de la policía.

Fue esa denuncia la que dio origen a la investigación policial hace un año, según explica la UDEF en la nota de prensa. Los investigadores detectaron la existencia de una academia de formación que desde el año 2019 captaba a jóvenes “con la supuesta intención de formarles en trading o negociación a corto plazo de criptomonedas y otros productos financieros”. Sin embargo, una vez que estaban matriculados, “la enseñanza pasaba a tener un papel secundario y la organización se dedicaba a presionarles para captar a nuevos estudiantes conformando así una estafa de tipo piramidal”.

Entre las víctimas hay menores de edad que, en la mayoría de las ocasiones, no guardaban ninguna relación con los mercados financieros.

Las cantidades económicas exigidas por la organización para la inscripción en la formación financiera consistían en un primer ingreso de 200 euros y una cuota mensual de 150 euros. Después de que las víctimas captaran a otras dos personas, dejaban de pagar la cuota mensual y, a partir de su tercera captación, se les prometía empezar a cobrar mensualmente de la pirámide. “Para que la captación fuera eficiente, se les proporcionada instrucción y guiones para abordar y persuadir a nuevos miembros potenciales”, asegura la Policía.

La presión sobre los jóvenes para que abandonaran sus estudios e incluso cortaran sus relaciones familiares y que así pudieran volcarse en la actividad de la organización, “rozaba determinadas técnicas de presión propias de las sectas”. Incluso, dos adolescentes captadas cuando tenían 17 años llegaron a abandonar el domicilio familiar para convivir con miembros de la organización.

Mediante la propia red social a través de la cual intentaron captarle para la estafa, Carles Tamayo ha asegurado estar “emocionado”: “Este era el objetivo: que pase a la justicia y no se quede solo en un reportaje”. Y avanza a lamarea.com que habrá nuevos capítulos en YouTube: “Ahora, en sus redes, están diciendo que esto es una conspiración del Gobierno para tirar abajo esta nueva forma de emprendimiento”, se ríe.

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