Cultura

Pau Riba, un narrador integral en su contexto

Pau Riba era mucho más, y no menos, que un poeta. Estas son seis claves para entender y valorar al personaje.

El cantautor Pau Ribas. JOSEP TOMÀS

Este artículo se ha publicado originalmente en Catalunya Plural. Puedes leerlo en catalán aquí.

GABRIEL JARABA | Pau Riba ha sido uno de los artistas más interesantes y relevantes de la cultura contemporánea catalana; no únicamente un cantautor sino un creador que apunta a la integralidad. Él se ha definido como un narrador y diciendo eso la acertó: visto en conjunto y con perspectiva, en profundidad y sensibilidad, Pau Riba ha sido ni más ni menos que un poeta. Y de esos hay pocos. Trataremos de ayudar a que el lector pueda recomponer el mosaico de su personalidad a través de seis aspectos.

Dominio de la lengua catalana

La aparición de Pau Riba en el ambiente de la nova cançó es un ejemplo de aquello de que cuando el sabio señala la luna el tonto se fija en el dedo que apunta a ella. Los escandalizables se escandalizan por un peludo que reniega de su abuelo Carles Riba, que se reclama de la psicodelia y que consideran transgresor, cuando es uno de los cantautores que tiene un dominio excelente de la lengua (con Pi de la Serra y Raimon) y una expresión literaria riquísima. Gana el prestigioso premio de poesía Amadeu Oller para poetas noveles y Raimon escribe el prólogo de su primera recopilación de poemas y canciones.

Expresión y estética rock

El movimiento de la nova cançó desconfiaba de los grupos eléctricos, cuando no los rechazaba o los boicoteaba. Cuando la música pop era ya imparable, las editoras de discos quisieron fabricar grupos de rock a medida, moderados y que no hicieran ruido. Publicaban discos de grupos que habitualmente cantaban en castellano i ahora se presentaban en catalán para la oportunidad. Pau Riba publicó su primer disco en Concèntric porque era un de los grafistas que trabajaba en la empresa diseñando portadas y carteles. Pau busca la colaboración de los mejores músicos “eléctricos”, como Jordi Sabatés y Toti Soler, con su grupo OM, y Albert Batiste, Juan Manuel Brabo, “Cachas”, Sisa, Jordi Batiste, Enric Herrera y así hasta el final.

Espectáculo integral

El Pau Riba cantante de escenario no se ve a sí mismo como una figura solitaria. Aspira a ofrecer un espectáculo integral que exprese en conjunto la idea que quiere comunicar. Encuentra en el Grup de Folk el primer marco que le define. Aunque que la idea del grupo no es suya (es una ocurrencia de Xesco Boix y su hermano Joan, Ramon Casajoana, Albert Batiste, Josep Molí y Josep Maria Simó) encuentra en él un encaje perfecto, como lo serán las formaciones con las que se presenta en los Canets Rock o con los diferenets espectáculos que, en épocas diferentes, se inventa. En todos ellos va construyendo un mundo propio que empieza con el estallido del show presentado en el Price con el nombre de Electric–tòxic-claxon-xou, con OM, Joe Skladzien y Música Dispersa.

Psicodelia y contracultura

El movimiento contracultural norteamericano se extiende por todo el mundo a partir de finales de los 60 (Woodstock, California, movimientos pacifistas y de derechos civiles) y encuentra en cada país alguien que lo traduce o repropone. En Catalunya lo traducen y explican los escritores Maria Josep Ragué o Lluís Racionero, pero es Pau quien lo encarna y de manera totalmente original. Su impulso creativo deviene representativo de una mentalidad que ha tenido pioneros como Damià Escudé o Albert y Jordi Batiste y continuadores como Quimi Portet. Pau Riba no es una versión de Bob Dylan o de Jerry García; es un producto original que se basta por sí mismo para encarnar la nueva sensibilidad.

Transgresión

Pau no necesita modelos ajenos para integrarse en una tradición transgresora. La encuentra en las vanguardias que buscan unas nueva “puertas de la percepción” y un rechazo de la urbanidad burguesa, que a su vez se inscriben en el surrealismo y el dadaísmo. Ha tenido precursores y modelos rotundos: Salvador Dalí y Francesc Pujols (de quienes desconfiaba porque querían hablaren serio y la gente se los tomaba a broma). Riba, comunicador innato en tanto que seductor empedernido, sabía que debía ser coherente para ser comprendido. Puso en evidencia el nacionalismo derechista 50 años antes de que lo hiciera el procés cuando la editora de Dioptria respondió con un texto pretendidamente justificativo y al final ridículo la declaración hecha por él mismo Pau en la carpeta del disco, o cuando fue vetado por la dirección del Orfeó Català cuando se propuso actuar en el Palau.

Personaje

Los personajes marcadamente singulares suelen tener expresiones altamente pluralizadas. Pau Riba era mucho más, y no menos, que un poeta literario. Era un creador musical, literario, teatral y estético, con una forma de expresión artística que, siglos después de la ópera y el cine, aún no hemos aprendido a conceptualizar y definir, para vergüenza de la crítica de la cultura. Esta manera de arte tendente a la totalidad probablemente nacerá de una evolución de las humanidades digitales pasada por la psicología transpersonal (ver Stanislav Grof). Pero para que los Paus Ribas del futuro la puedan practicar habrán de dejar de ser considerados transgresores, seductores o polímatas y vistos de la manera oportuna: poetas.

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