Cultura
‘Flee’, en la mente del migrante
La película, dirigida por Jonas Poher Rasmussen, acaba de ser nominada al Oscar en tres categorías: mejor película internacional, mejor documental y mejor animación.
Joe Sacco ha conseguido que nos familiaricemos con el concepto de cómic periodístico. Sus álbumes son reportajes en toda regla sobre la guerra de Bosnia o sobre el conflicto palestino-israelí. En la misma línea, el danés Jonas Poher Rasmussen ha hecho un documental de animación que es, sin duda alguna, una de las grandes películas del año. Flee se llevó los premios al mejor documental y a la mejor película animada en la gala de los European Film Awards. Fue igualmente premiada en los festivales de Sundance, Toronto y Annency. Y acaba de ser nominada al Oscar en tres categorías: mejor película internacional, mejor documental y mejor animación.
¿Y qué ha hecho Rasmussen para haber acaparado tantos reconocimientos? Pues simplemente contar la historia de un amigo suyo de la adolescencia, un refugiado afgano que llegó a su pueblo en los años noventa y que era diferente, por muchos motivos, al resto de chicos de aquel lugar. Amin supo desde que era muy pequeño que era homosexual, escapó de Kabul en pleno auge talibán y consiguió llegar a Copenhague después de sortear todo tipo de obstáculos. Tantos y tan traumáticos que siempre se negó a hablar de su pasado.
La clave de la película está en el respeto y la delicadeza con la que Rasmussen va desgranando la peripecia de su amigo, tanto la física (sus años atrapado en la brutal Rusia postsoviética, sus intentos de pasar la frontera, los abusos de los traficantes de personas) como la psicológica. Ahí es donde Flee alcanza cotas verdaderamente magistrales.
Rasmussen ha trabajado muchos años como periodista en la radio pública danesa, para la que ha realizado multitud de entrevistas y reportajes. En principio, su acercamiento a la historia de Amin iba a ser en ese medio. Él se negó, no estaba preparado para dar rienda suelta a algo que había guardado en su interior, dolorosamente, durante tantos años. Cuando por fin encontró la fuerza y la confianza necesarias, la idea de Rasmussen cambió sin perder, en el fondo, su esencia radiofónica: el proyecto se convirtió en un documental animado, Amin no tendría que exponer su rostro, pero en él estaría su voz, narrando en primera persona su huida. Los dibujos que la ilustran, el ritmo pausado con el que está contada, la forma intimista y conmovedora en la que se desarrolla su entrevista, los recursos utilizados para ir desvelando poco a poco su secreto elevan el documento periodístico de su confesión a la categoría de obra de arte.
Flee es una película sobre la identidad torturada que habita en muchos migrantes, sobre las mentiras a las que tienen que amoldar su personalidad para poder sobrevivir, sobre la infancia arrebatada violentamente. No es posible verla sin que la historia de su protagonista, y la de tantos otros seres humanos en su misma situación, despierte una corriente de empatía. Amin conecta, de una forma sosegada y profunda, con nuestras emociones mejores y más puras. Por eso todos los premios parecen pocos.
¿El conflicto palestino-israelí? Querrás decir la ocupación ilegal y como por lo visto a Israel le parece poco quedarse con un país, intenta exterminar sistemáticamente a los palestinos, una raza inferior comparada con ellos que son quienes en realidad manipulan en el mundo entero agazapados detrás del yankee. OCUPACION Y GENOCIDIO.
El apartheid israelí contra la población palestina: Cruel sistema de dominación y crimen de lesa humanidad:
https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/el-apartheid-israeli-contra-la-poblacion-palestina-cruel-sistema-de-dominacion-y-crimen-de-lesa-humanidad/