Crónicas | Internacional
La información internacional, una de las más perjudicadas por la pandemia
El virus ha dejado fuera de la agenda mediática importantes conflictos en diversos países, según un informe del Centre Internacional Escarré per a les Minories ètniques.
La pandemia se convirtió en el tema central de la agenda de los medios de comunicación tanto en España como en los demás países del mundo. Y causó, además, un aumento del consumo de información, como han confirmado diversos estudios. Pero ¿cómo afectó la COVID a la información internacional? En ello se centra el informe publicado por el Centre Internacional Escarré per a les Minories ètniques (CIEMEN), elaborado por la periodista Queralt Castillo y el periodista Miguel Fernández.
En primer lugar, la irrupción del virus dejó fuera de la agenda mediática importantes conflictos en diversos países y, a su vez, benefició a numerosos gobiernos autoritarios, que, además, usaron como excusa la pandemia. «A esto hay que sumar la opacidad de la gran mayoría de gobiernos mundiales en el recuento de personas fallecidas y contagiadas y la ejecución ciertos protocolos cuestionables, muchos en contradicción con los derechos básicos universales», dice el informe. «Es una situación, esta, que recuerda al contexto de Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. El 26 de octubre de 2001 se aprobaba en el país americano la Ley Patriótica, una medida polémica adoptada para, supuestamente, hacer frente a la amenaza terrorista, pero que acabó convirtiéndose en el marco jurídico ideal para vulnerar derechos básicos de la población estadounidense», añade.
El informe se sustenta en la experiencia de periodistas que trabajan a diario con información internacional: desde freelances hasta profesionales en plantilla. Y todos y todas coinciden en algo: todo lo que no ha sido explicado, ya no se explicará. Un ejemplo: el conflicto que afectó al Alto Karabaj, en la región caucásica. El 27 de septiembre de 2020, las fuerzas armadas de Azerbaiyán, con el apoyo de Turquía, lanzaron una ofensiva militar contra el territorio armenio del Alto Karabaj con el objetivo de quedárselo. Las fuerzas atacantes bombardearon de forma indiscriminada zonas civiles y más de 75.000 personas, la mitad de los habitantes de la República del Artsakh, tuvo que huir. Durante el primer mes de conflicto, al menos 100 civiles murieron a causa de los bombardeos. ¿Alguien recuerda esta historia hoy? ¿Alguien recuerda haberla leído en los medios?
«El conflicto en el Karabaj apenas ha aparecido en los medios de comunicación. El momento más intenso de los bombardeos, cuando se combatía en las calles de Stepanakert, coincidió con las elecciones de Estados Unidos [durante noviembre de 2020]. Se contaron votaciones [estadounidenses] durante una semana y fue imposible vender ninguna pieza [sobre el conflicto en el Karabaj] durante aquellos días; incluso en un diario como Gara, en el que estos contenidos suelen tener cabida», cuenta Karlos Zurutuza, uno de los periodistas que se desplazó hasta el terreno. Se han perdido muchísimas historias –prosigue–, como la ofensiva turca en el norte de Siria y sobre la población civil de Qandil o lo que ha pasado durante este tiempo en Libia, donde existe un proceso político abierto. «No hemos podido llegar a causa de las cuarentenas que nos han impuesto, pero le da igual: el material no se habría podido vender«, asevera.
María Eulate pone como ejemplo el yihadismo en el continente africano, que durante la pandemia no se ha detenido: “Muchos países africanos no se confinaron y el yihadismo va a ir al alza. Esto no ha salido en los medios; tampoco se ha hablado a fondo del conflicto en el norte de Mozambique”, asegura. En el documento, Eulate hace referencia al conflicto en Cabo Delgado, una provincia en el norte de ese país africano. Según Amnistía Internacional, desde 2017, el grupo yihadista En el Shabaab ha causado más de 2.000 muertes y 670.000 desplazamientos.
“Los desplazados por el conflicto relatan decapitaciones y pueblos arrasados ??en manos de los yihadistas, ejecuciones extrajudiciales y bombardeos indiscriminados por parte de los militares y los mercenarios”, relataba el periodista Pepe Naranjo en un reportaje en El País publicado el 22 de marzo de 2021. Se trata –insiste el informe– de uno de estos conflictos sin rostro que la irrupción de la crisis sanitaria ha invisibilizado aún más. En ello incide Patricia Simón, que menciona el caso del Sahel: “El yihadismo ha aumentado, y también la presencia de las tropas españolas en el terreno. También han desaparecido de la agenda los conflictos internacionales clásicos como Palestina e Israel, el Sáhara o las migraciones”.
A ello se une, además, la situación de precariedad que vive el sector y, en particular, quienes se dedican a cubrir este tipo de información. «La figura del corresponsal ha sido descuidada, lo que no ocurre en otros países. Abusamos de los y las periodistas freelance, que, sin embargo, están en situación de desprotección”, afirma Ebbaba Hameida, periodista que ha desarrollado gran parte de su carrera en TVE. Ella asegura que se informa a diario con France24 o la BBC en árabe: «Entra más información y se adapta al público (…). En España nos miramos demasiado el ombligo y hacemos un periodismo que se basa en declaraciones».
Y pone más ejemplos: “Ahora hablamos de Bielorrusia o Polonia [en referencia a la situación migratoria], pero la situación no se ha dado de un día para otro, los problemas vienen de antes. Creo que la situación de Hungría ha empeorado y no se ha hablado tampoco, y también se han dejado de lado otras pandemias que estaban afectando al continente africano”.
Desde Reino Unido, James Badcock cuenta que la irrupción del coronavirus también ha contribuido a que se desplomara de la agenda informativa de los medios británicos el procés: “Cuando apareció el virus, el tema ya estaba muy desgastado, sobre todo después de la condena y las protestas de 2019, que se fueron apagando con los meses. Por lo general, el proceso ha sido largo y parecía estar condenado a entrar en una situación de inmovilidad. La reunión de Pedro Sánchez con Quim Torra fue muy importante, pero no recuerdo si hicimos alguna cobertura, pienso que no: en The Telegraph esperaban un evento que no llegó a producirse”.
Más allá del caso de España, el informe concluye que los grupos vulnerables y vulnerabilizados son los que más han sufrido y están sufriendo la crisis sanitaria: «Personas sin una situación administrativa regular, recién llegados y recién llegadas, personas sujetas a vulneración de derechos y/o minorías étnicas, entre otros. Hablamos de personas que no solo han tenido que enfrentar una situación traumática de pandemia mundial y todo lo que esto implica, sino que además han tenido que hacer frente a las trabas de un sistema social que a menudo resulta injusto porque les hace más vulnerables».
Preguntados por propuestas para mejorar las coberturas de internacional, los y las periodistas que participan en el informe coinciden en que hace falta más inversión: «Es necesario tener medios de comunicación robustos, fuertes e independientes para que los temas internacionales tengan cabida. También se necesitan nuevos enfoques, nuevas narrativas y dejar de lado la mirada colonialista y la epistemología occidental. Es necesario incluir la voz de las personas pertenecientes a las minorías y el grupo vulnerables y vulnerabilizados».
Tratantes de personas que usan las redes sociales para atraer a mujeres a la esclavitud sexual. El genocidio en Myanmar del que Facebook fue en parte responsable según sus propias investigaciones. Son solo dos ejemplos de lo que ocurre cuando las grandes empresas tecnológicas son las únicas encargadas de regularse a sí mismas.
Las grandes empresas tecnológicas invierten millones de euros en convencer a quienes nos representan de que voten por una legislación más laxa que regule sus negocios.
Especialistas en tecnología digital han revisado las nuevas leyes y han compartido unas recomendaciones muy claras con el conjunto de representantes de la UE. En primer lugar, deben votar para asegurarse de que no haya ningún vacío legal que permita que la desinformación y el discurso de odio puedan difundirse sin control ni consecuencias. Por otro lado, también necesitamos una normativa mucho más estricta contra la publicidad segmentada que utiliza nuestros datos para registrar nuestra actividad y la usa para mostrarnos anuncios concretos.
Debemos asegurarnos de que el Parlamento Europeo escuche a la ciudadanía en lugar de a los lobbies tecnológicos cuando voten la Ley de Servicios Digitales:
https://act.wemove.eu/campaigns/freno-gigantes-tecnologicos?action=tweet&utm_campaign=20220114_ES&utm_medium=email&utm_source=civimail-43056
La democracia de la patria de la dictadura capitalista.
MATAR AL MENSAJERO.
EL CRIMEN DE SER PERIODISTA. ESCARMIENTO.
No se trata de un procedimiento penal: es una persecución política.
La Corte de Inglaterra anuló la decisión emitida en enero por el tribunal de Westminter, con lo cual satisface el pedido estadounidense para extraditar a Assange a EE.UU. El tribunal británico ha aceptado la afirmación de EE.UU. de que el acusado no será internado en una prisión de alta seguridad durante el proceso de instrucción ni después de la condena.
Esto sucedió precisamente el mismo día que otros dos periodistas, recibían el Premio Nobel de la Paz en Oslo. El último día de la Cumbre estadounidense por la democracia, la cual se basa en la libertad de expresión. Y el Día Internacional de los DD HH de las Naciones Unidas.
Las supuestas “garantías” son absolutamente inútiles y no tienen más valor que el del papel utilizado para escribirlas. La opinión de Amnistía Internacional y de otras organizaciones de defensa de los DD HH que han estudiado la cuestión han comprobado, basándose en ejemplos anteriores, que las supuestas garantías de EE.UU. nunca se respetan.
Hipócrita: Declaraciones de Joe Biden en la sesión inaugural de la Cumbre por la Democracia:
El 9 y el 10 diciembre, el presidente estadounidense Joe Biden realizó, por videoconferencia, una ??«Cumbre por la Democracia» con la participación de «líderes de gobierno, de la sociedad civil y ?del sector privado». ?
Joe Biden inicia así lo que había anunciado en su programa electoral, una Cumbre mundial de las ??«naciones del mundo libre», ante todo para «contrarrestar la agresión rusa, manteniendo el filo ?de las capacidades de la alianza e imponiendo a Rusia costos reales por sus violaciones de las ?normas internacionales». Y también para «construir un frente unido contra las acciones ofensivas ?y las violaciones de los derechos humanos por parte de China».
Allí sostuvo respecto de la libertad de prensa:
“[…] En colaboración con nuestro Congreso, tenemos previsto destinar hasta 224 millones de dólares [424 millones de dólares] en el próximo año para apuntalar una gobernanza transparente y responsable, incluyendo el apoyo a la libertad de los medios de comunicación, la lucha contra la corrupción internacional, el apoyo a los reformistas democráticos, la promoción de la tecnología que hace avanzar la democracia, y la definición y defensa de lo que es una elección justa.
Permítanme darles algunos ejemplos del tipo de trabajo que esta iniciativa supone, supondrá: unos medios de comunicación libres e independientes. Es la base de la democracia. Es la forma en que el público se mantiene informado y en que los gobiernos rinden cuentas. Y en todo el mundo, la libertad de prensa está amenazada.
Así que estamos comprometiendo un capital inicial crítico para lanzar un nuevo esfuerzo multilateral, nuestro Fondo Internacional para los Medios de Interés Público, para apoyar a medios de comunicación independientes en todo el mundo.
Y a través de nuestra USAID, vamos a crear un nuevo Fondo de Defensa contra la Difamación de Periodistas para ayudar a proteger a los periodistas de investigación contra demandas inoportunas diseñadas para impedirles hacer su trabajo, su vital trabajo en todo el mundo.”
https://contrainformacion.es/el-caso-assange-es-el-mas-grave-ataque-en-mucho-tiempo-contra-la-libertad-de-la-prensa-en-el-mundo-occidental/
Cómo el caso Assange ha mermado la libertad en el mundo.
Con la persecución de Assange se envía el mensaje de que la divulgación de la verdad tiene límites definidos y represalias. De que el periodismo es aceptado siempre y cuando sea sumiso ante el poder y contribuya a mejorar la imagen del país. (Olga Rodríguez. El Diario.es)
Dijo Assange en una ocasión que hay periodistas que participan “en la creación de guerras a través de su falta de cuestionamiento, su falta de integridad y su cobarde peloteo gubernamental”. La verdad es la primera víctima en los conflictos bélicos, con bandos enfrentados que se afanan por inocular propaganda en los informadores.
La complicidad y la normalización de las atrocidades sufridas por miles de personas en Irak supusieron un dolor añadido para las víctimas. El mundo parecía decirles que aquellas torturas, asesinatos, desapariciones y crímenes masivos estaban bien. Que lo que estaba mal era haberlo denunciado, haberlo contado, haberlo desvelado. Este mensaje, unido a aquella ocupación militar unilateral e ilegal, creó un contexto terrorífico que contribuyó a una mayor impunidad global, con discursos de odio normalizados en prime time.
De aquello salieron indemnes los máximos responsables y defensores de la ocupación ilegal de Irak. Mientras, Assange lleva años recluido y podría ser condenado a una pena de hasta 175 años de prisión en EEUU. Lo que le ha ocurrido ya ha contribuido a mermar las libertades en el mundo porque con las acusaciones contra él se lanzó un mensaje claro y cristalino: la divulgación de la verdad tiene límites definidos y represalias evidentes. En cuanto la buena imagen de un Estado poderoso se vea dañada, la verdad debe ser suspendida. Semejante concepto choca de pleno con la primera enmienda estadounidense, con la cultura democrática, y se ajusta más a los cánones que podríamos achacar a cualquier distopía en la que se aplaude el ejercicio periodístico siempre y cuando este sea sumiso ante el poder y contribuya a mejorar la imagen del Estado y sus gobernantes.
EEUU: RETIREN CARGOS CONTRA JULIAN ASSANGE
https://www.es.amnesty.org/actua/acciones/eeuu-assange-libertad-feb20/
JULIAN ASSANGE LIBERTAD.
Después de publicar, mediante la página WikiLeaks, miles de documentos que muestran crímenes de lesa humanidad, Assange fue víctima de un montaje policial y judicial, con la participación y complicidad de los gobiernos de Estados Unidos, Suecia, Gran Bretaña y Ecuador (tras la traición del expresidente Lenin Moreno al pueblo que lo eligió), que desembocó en su reclusión en una cárcel de máxima seguridad en Londres.
Julian Assange ha sufrido torturas físicas y psicológicas, tal como ha venido denunciando Nils Melzer, relator especial de la ONU sobre la tortura. Assange ha sido protagonista de una verdadera película de terror en su propia persona, por ejercer el derecho básico de la libertad de información en favor de los pueblos del mundo.
Sin embargo, sorprende el absoluto silencio que, sobre el caso, han mantenido las multinacionales de la información, con apenas alguna que otra reseña en prensa, radio o televisión cuando era inevitable mencionarlo; no digamos ya el de los gobiernos occidentales al respecto.
Assange lleva años sufriendo maltratos y cárcel por atreverse a denunciar los desmanes y atropellos de gobiernos capitalistas, especialmente el de Estados Unidos. Voceros de la Contrarrevolución cubana entran y salen libremente de Cuba tras solicitar, en redes sociales, invasiones militares contra su país.
Esta doble vara de medir demuestra que, en realidad, los derechos y libertades no les importan en absoluto, ni a los gobiernos neoliberales, ni a las multinacionales de la información. Su única intención es utilizarlos como armas políticas contra gobiernos populares y países rebeldes que son freno al imperialismo y a los mal llamados «intereses occidentales».