Cultura
Buscando respuestas en el espejo de los mitos femeninos de la Grecia Clásica
La historiadora del arte Mireia Rosich proyecta ‘En la estela del mito’ (Kairós) una mirada crítica sobre la sociedad actual a partir del análisis de 12 figuras secundarias, desde Helena a Penélope o Pandora
Mireia Rosich publicó hace unos meses un libro que en principio parece encajar en la sección de ciencias humanas y mitología de una biblioteca. Sin embargo, para la historiadora de arte, los mitos, a pesar de ser milenarios, no forman parte del pasado ni de la simple ficción; influyen en nuestro día a día y de distintas maneras. En la estela del mito se explican doce de ellos.
Las figuras femeninas que ahora se convierten en protagonistas de este libro han sido simples personajes secundarios en sus respectivos mitos de la Antigua Grecia. Ahora Rosich les concede la importancia que se merecen en una mezcla de reflexiones personales, perspectiva de género e historia, en la que intenta enseñar otra visión sobre el mito. “Me preguntaba por qué en ningún instituto, en ninguna facultad, nadie había tratado el mito de ese modo. Por qué nadie había sido capaz de conectarlo con la vivencia real de los alumnos. Nadie me había ni siquiera insinuado que los mitos se pueden encarnar”, escribe la autora en su epílogo.
La docena de capítulos se puede leer de forma independiente, ya que cada uno de ellos ahonda en diferentes aspectos vitales. Porque Rosich percibe el mito como algo alejado de la lógica y muy cerca del inconsciente, pero a la vez también muy cerca de la realidad. Algo así como un sueño. “Todo el mundo tiene momentos crepusculares, ataques de pasión o infiernos particulares como a los que se enfrentan los personajes en los mitos”, explica Rosich en una entrevista para lamarea.com.
Desde su puesto de directora del Museo Víctor Balaguer de Vilanova i la Geltrú, Rosich milita por la reivindicación de las mujeres artistas. Revisar las interpretaciones sobre el género en el arte fue el punto de partida para seleccionar las protagonistas de este libro. Pero, más allá de eso, la autora buscaba una lectura alternativa del mito porque no solo le fascinan “estas figuras como mujeres, sino por lo femenino entendido desde un sentido simbólico. Se puede pensar que todas las pruebas de un mito son metáforas de retos que la vida pone por delante y que hay que superar. Y, en ese camino, el encuentro con lo femenino es fundamental”. Interpretar el mito a través de una mirada únicamente de género, para ella, implicaba perder su lectura simbólica y, por tanto, pervertirlo.
Porque En la estela del mito también se puede interpretar como una mirada crítica a la sociedad actual. Según explica la autora, “nuestra sociedad tiene muchísima hiperactividad, pero está muy desconectada de la naturaleza. Y la prueba de ello es que hay mucho desasosiego: estrés, neurosis, depresiones, angustias… La gente está muy empastillada porque hay una carga muy individualista. Y eso nos crea mucha sensación de solitud”. Lo que pretende Rosich, por tanto, “no es explicar tanto lo que les pasa a ellas, sino girar el espejo y ver qué nos pasa a nosotras y que el mito ha destilado de alguna manera”.
Está bien fijarse en la mitología y en la literatura griegas antigua y clásica, pero también convendría fijarse en mujeres reales de esas épocas. Sin ir más lejos, en las hetairas. Claro que eso alborotaría al abolicionismo.