Internacional
Cinco años de los Acuerdos de Paz en Colombia | La representación política de las víctimas (II)
En las próximas elecciones de 2022, Colombia tendrá la representación política de 16 mujeres y hombres víctimas del conflicto armado.
El segundo punto del Acuerdo de Paz en Colombia estableció que se garantizara la participación política en el Congreso a las zonas más castigadas por la violencia durante el conflicto. Para ello, se crearon 16 Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz, o Curules de Paz, en los periodos electorales de 2018-2022 y 2022-2026. El objetivo era la ampliación del escenario político y democrático que permitiera la inclusión de nuevas voces al debate. Y también un acto de reparación colectivo para las más de nueve millones de víctimas del conflicto armado.
En 2017 la ley que debía darles vida fue hundida por el Senado. Sin embargo, tras cuatro años, la Corte Constitucional las revivió, y en las próximas elecciones legislativas, del 13 de marzo de 2022, las 16 zonas de Colombia más castigadas por el conflicto armado deberán elegir a 16 personas para el Congreso de la República. “Colombia tiene dos factores principales que explican el origen del conflicto: la alta concentración de la tierra en pocas manos y la falta de garantías para el ejercicio de la política. El punto dos permite mejorar la participación política con garantías, con un elemento reparador a través de las Curules de Paz en los 167 municipios más golpeados por la violencia en nuestro país”, afirma Juan Carlos Quintero, líder de la Asociación Campesina de la región del Catatumbo (Ascamcat), en el departamento de Norte de Santander, y víctima del conflicto armado.
Quintero fue quien ayudó al senador Roy Barreras en la acción de tutela que logró la resurrección de las Curules de Paz el 25 de agosto de este año. “Desde los sectores más demagogos de nuestro país se alegó que no existían las mayorías para ser aprobadas. Hoy podemos decir que tenemos un resultado favorable para las víctimas y para la paz”. A las candidaturas se pueden presentar personas que estén acreditadas como víctimas por la Unidad de Víctimas de Colombia. No pueden presentarse aquellas que pertenezcan a un partido político con personería jurídica o representación actual, ni que hayan participado o aspirado a cargos públicos. Y Quintero será uno de los candidatos que se presentará por la zona de Norte de Santander. “Las Curules son importantes porque por primera vez en nuestro país van a llegar voces propias de los territorios rurales que representan a la mayoría. Porque de los nueve millones de víctimas que tiene el país, seis millones habitamos en estos municipios. Si cuatro años atrás se hubiesen aprobado, seguramente habría un avance mucho más significativo de los proyectos, los programas y los planes que tiene el Acuerdo. Y se hubiera generado un ambiente mucho más propicio para la paz en Colombia”.
Los y las candidatas tienen hasta el 13 de diciembre para inscribirse a las circunscripciones y, de ahí, el 13 de marzo de 2022 se someterán a votación popular en las 16 regiones, junto a las votaciones legislativas. En estas candidaturas también está establecido que en el número de representantes haya paridad. “Antes del Acuerdo no se hablaba sobre la participación de las mujeres en la política. Las Curules de Paz nos dan la oportunidad a las mujeres rurales de representar nuestros derechos”, expresa María Carvajal, lideresa campesina del Catatumbo. “Esto va a ser muy significativo, porque es una reparación integral de los derechos que tenemos las mujeres como víctimas. Además, ya las mismas excombatientes también están empoderadas, las vemos en el Senado”.
Donde sí se avanzó en el punto dos fue en la participación política de las personas exguerrilleras de las FARC-EP. Una de sus representantes, Sandra Ramírez, es senadora por el partido Comunes. “No se puede hablar de una transformación del territorio económica, política, social y cultural sin hablar de las víctimas y de los territorios más afectados por el conflicto”, destaca la senadora. “El Acuerdo es una obra reparadora, no solo para estos 167 municipios, sino para toda la sociedad colombiana. Cuando las víctimas lleguen a la Cámara de Representantes y hablen de lo que ha pasado en su territorio, de los desastres y las profundas heridas que ha dejado la guerra, esto va a repercutir y a generar más conciencia en nuestro país”.
En el caso del partido Comunes, la representación pactada por el Acuerdo establece también dos legislaturas. En este caso, como ya tienen la representación de diez personas en las pasadas elecciones, estas de 2022 serán las últimas donde tengan los cupos asegurados.
Violencia en el periodo preelectoral
Además de las elecciones legislativas del próximo marzo, el 29 de mayo también se celebrarán las presidenciales. Sin embargo, los periodos preelectorales y la aprobación de las Curules de Paz prevén un escenario de violencia con amenazas y asesinatos a liderazgos sociales. La Misión de Observación Electoral registró 304 hechos de violencia contra liderazgos políticos, sociales y comunales durante los primeros siete meses del periodo preelectoral –13 de marzo al 13 de octubre del 2021–. Lo que representa un incremento del 125% frente al mismo periodo de 2017. Y destaca que septiembre fue el mes más violento, coincidiendo con la puesta en marcha del calendario electoral de las Curules de Paz y el inicio del registro de comités de inscripción de las candidaturas.
“En Colombia se ha dado siempre un incremento de las violencias en época preelectoral. Es una constante en el pasado y después de los Acuerdos. En las coyunturas electorales que se han dado en estos cinco años hemos tenido un resurgimiento de las violencias, los chantajes, las amenazas y los asesinatos. Es algo que forma parte de todo este concierto de horror en Colombia y es una alerta frente a las elecciones que vienen. Pero esto no tiene que ser así; se puede hacer un pacto político y ético muy fuerte para la superación de los discursos del odio”, afirma Camilo González, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz.
Y esto está pasando en el Catatumbo, donde Ascamcat denuncia los señalamientos y estigmatizaciones por parte de altos cargos militares a la organización. “Ojalá esté equivocada, pero sería muy duro que nos cobrasen las curules de Paz con Juan Carlos. Esto es una campaña de desprestigio contra la asociación”, resalta Olga Quintero, también lideresa de Ascamcat, que denunció estos señalamientos en Barcelona durante las XIX Jornadas de la Taula (Mesa) Catalana por la Paz en Colombia.
Aun así, para el candidato por el Catatumbo, ahora el principal reto es asegurar que el voto sea libre, consciente y que el estado colombiano genere todas las garantías para que quien quiera participar, lo pueda hacer: “Colombia tiene dos vías para alcanzar el cambio: las calles, que yo creo que se ha logrado mucho a pesar de la negativa del Gobierno, y las urnas. Y ahora lo más cercano son las urnas para tratar de cambiar el rumbo de esta nación”.
Los partidos socialdemócratas , PSOE, UNIDAS PODEMOS son un tapón mental, como la Iglesia Católica, para la concienciación de los trabajadores.