Sociedad

PorTodas | La historia de Esperanza

Este feminicidio pone sobre la mesa cuestiones como los mitos que hay en torno a la violencia machista contra mujeres mayores.

En El Campello han sido asesinadas cuatro mujeres desde que hay estadísticas. ELVIRA MEGÍAS

La historia de Esperanza, asesinada en El Campello (Alicante) a los 87 años, es sobre todo una historia de grandes silencios que interpelan y suscitan importantes reflexiones sobre la violencia machista. El bloque de apartamentos en el que residió o veraneaba con su familia es hoy un complejo muy común en este pueblo de 26.000 habitantes, donde hubo dos asesinatos machistas previos y uno posterior, según indican las estadísticas oficiales desde que se inició el registro en 2003. Estamos ante una torre alta de pisos con una zona común con jardín, garaje y piscina privada para la comunidad, rodeada por una valla y una puerta que impide el acceso a no residentes. También allí, como es habitual en la zona de playa, un portero que conoce al vecindario se hace cargo de los asuntos comunitarios. 

Pese a estar empadronados en este municipio, el matrimonio que conformaban Esperanza e Hilario no es recordado por hacer vida social aquí. Sí eran conocidos y recordados en el recinto residencial, aunque, desde hacía unos años, ya solo iban en verano. Y aquí fue donde sucedieron los hechos, el 25 de agosto de 2014. Ella fue asesinada y su marido, Hilario, de 90 años, se suicidó, según determinó la investigación judicial.

Una de las imágenes más desconcertantes de este caso y que más interrogantes abre es la de su velatorio. Esperanza fue velada junto al cuerpo también sin vida de su presunto agresor –al suicidarse, no hubo juicio ni, por tanto, sentencia condenatoria–. ¿Qué ocurre para que una familia vele a su madre, abuela o tía, junto al hombre que presuntamente la asesinó? ¿Puede ser la negación una estrategia para sobrevivir al horror? Como explican diversas especialistas, disociar y apartar temporalmente lo sucedido puede ser un recurso para posibilitar seguir adelante, una respuesta adaptativa postraumática o una posición ideológica de no reconocer en los hechos el ejercicio de poder sobre las mujeres que llamamos violencia machista.


Así comienza la historia de Esperanza, un nuevo caso documentado en PorTodas, con texto de Anna Gimeno y fotografías de Elvira Megías. Este feminicidio pone sobre la mesa cuestiones como los mitos que hay en torno a la violencia machista contra mujeres mayores. Sobre el caso, sobrevoló la idea de una muerte pactada por ambos, algo absolutamente descartado desde el primer momento por la investigación y el Gobierno.

La propia negación de la violencia de género, explica la antropóloga Purificación Heras, puede ser una forma de gestión del duelo por parte de la familia, pero también “una construcción apoyada en las creencias patriarcales según la cual el asesino se erige en la autoridad que sabe lo que ella necesita, que decide por la víctima y actúa sin contar con ella”.

Puedes leer la historia completa aquí.

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