Economía | Opinión

Nadia Calviño y el PIB. ¿De qué estamos hablando?

El economista Fernando Luengo critica el "demagógico e hipócrita brindis al sol" de la vicepresidenta Calviño al hablar del PIB

La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. POOL MONCLOA/JM CUADRADO

Ahora resulta que Nadia Calviño, vicepresidenta segunda del gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, dice que el Producto Interior Bruto (PIB) no mide bien lo que pretende medir, el proceso de creación de riqueza. Y eso lo ha dicho cuando el Banco de España ha rebajado las previsiones de crecimiento formuladas por el Gobierno.

Hay políticos –no se puede generalizar al respecto, pero, francamente, abundan– que son maestros en retorcer la realidad o salir por los cerros de Úbeda con tal de justificar sus posiciones. Hay muchísimos ejemplos al respecto y este es el último, al que, con toda seguridad, seguirán otros.

Sobre el tema que nos ocupa, las previsiones en materia de crecimiento, las rectificaciones (ajustes, por decirlo de manera benevolente) de las instituciones y centros de prospectiva que se ocupan de realizarlas son continuas. Normal, ante un panorama tan volátil e incierto como el que estamos viviendo. Las últimas estimaciones realizadas por diferentes organismos apuntan a una desaceleración del ritmo de crecimiento e incluso las hay que vaticinan una nueva crisis.

Pero, en mi opinión, por importante que sea este asunto, el meollo no está aquí, en la dificultad de anticipar escenarios. Nadia Calviño ha dicho, literalmente: «El PIB es un indicador muy importante, pero no refleja adecuadamente factores clave de progreso económico, por ejemplo, sobre el medioambiente, la digitalización y la cohesión social». Estas declaraciones suenan, como acabo de señalar, a intentar salir del paso, para no moverse ni medio milímetro de su planteamiento inicial.

Me pregunto si la vicepresidenta pretende abrir un debate sobre los defectos de este indicador. Creo, sinceramente, que en absoluto, más allá de este demagógico e hipócrita brindis al sol. Toda la política económica de este Gobierno –y digo «este Gobierno» con todas las letras– está impregnada de la lógica del crecimiento, de que es posible, necesario y viable continuar creciendo. 

Sí, se habla de sostenibilidad, de mejorar los estándares de eficiencia, de promover el ahorro energético, de utilizar energías renovables, de las posibilidades que abren las nuevas tecnologías, de que la estrategia económica esté gobernada por el tándem verde-digital. Se habla de muchas cosas, pero lo cierto es que toda la política económica está orientada a conseguir más cantidad de bienes y servicios, al aumento del PIB. El productivismo impregna todas las decisiones del Gobierno y también las de las instituciones comunitarias y globales. 

Entre tanto, la temperatura media del planeta aumenta y las previsiones –que ya no son pesimistas, sino realistas– apuntan a que en pocos años se podrían superar en 3 grados los niveles preindustriales, la degradación y desaparición de los ecosistemas sigue su curso, lo mismo que los episodios climáticos extremos, el abastecimiento de materiales estratégicos ha rebasado o está cerca de hacerlo los picos de producción, enfrentándonos a problemas de escasez y de disputa por su control. Y asociado a todo ello la desigualdad en renta y riqueza alcanza niveles históricos. Nada de esto tiene en cuenta el indicador del PIB, que, más bien, oculta o maquilla esta realidad.

No se trata de que esta métrica esté mal construida, que es evidente que lo está. Ya es hora de reconocerlo y de ser consecuentes con este reconocimiento. En este sentido, hay que aplaudir los estudios encaminados a poner en valor otros indicadores, de perfil más cualitativo y mejor diseñados. Pero, atención, no estamos ante imperfecciones a corregir, del mismo modo que tampoco se trata de anomalías o sesgos del capitalismo. 

Buenos o malos indicadores. Nos podemos enredar y permanecer en esta discusión, a la que no quito ni un gramo de relevancia, pero de poco valdrá si no abordamos los temas de fondo, que tienen que ver con los cimientos de un modelo económico que está agotado, que no funciona y que, por esta razón, necesita ser cambiado. 

Mucho me temo que en ese camino no nos encontraremos a Nadia Calviño.

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Comentarios
  1. DIA POR EL DECRECIMIENTO
    El 29 de octubre de cada año se celebra el Día por el Decrecimiento, un día simbólico que recuerda la gran crisis del sistema económico conocido como crac del 29, y que ahora cobra una nueva dimensión a la luz del del marasmo de emergencias que nos acechan, empezando por la que envuelve a todas, la emergencia climática.
    Si la crisis del 29 supuso, además de una reestructuración global del capitalismo, la Gran Depresión y la llegada de los fascismos, las crisis y emergencias del presente nos sitúan en un escenario terminal, en el que el crecimiento exponencial e indefinido, consustancial al sistema capitalista, ha llegado a los límites de un planeta finito, y de la misma sostenibilidad de la civilización humana.
    Por eso son cada vez más las voces que plantean un cambio de sistema, una salida del capitalismo salvaje que nos ha traído a esta encrucijada histórica en la que estamos.
    Los síntomas de que estamos ante una crisis de mayor trascendencia y globalidad que la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado, no dejan de acumularse:
    Una crisis energética….
    La incapacidad de sustitución de las energías fósiles por energías renovables…
    Una emergencia climática …
    Mientras tanto, y empujando en la misma dirección suicida del crecimiento, el llamado “capitalismo verde” ha encontrado en los fondos Next Generation, un balón de oxígeno para seguir creciendo, amparado en el mismo desvarío de la ausencia de límites.
    Estaríamos pues asistiendo a los primeros síntomas de una enorme recesión/depresión económica y, seguramente, a una profunda crisis sistémica que nos llevará más pronto que tarde, si no le ponemos remedio, a distintas formas de colapso….
    https://www.ecologistasenaccion.org/182624/dia-por-el-decrecimiento/

  2. Nadia Calviño , esa » ¿ liberal……….? que terminará premiada con su » correspondiente puerta giratoria » cuando deje el trileo y engaño que es lo que llaman » política española» .
    Mientras tanto , tu Nadia : a hacer todo el daño que puedas a la clase exclavizada antes » trabajadora» ( que te lo recompensarán con creces), y los de las bases de la P$$$$$$$$$(—)€€€€€€€€€€€ , pues eso………
    Salud.

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