Crónicas | Sociedad
PorTodas | la historia de Ena
Siete años después, en el pueblo hay personas que continúan sin ver signos de violencia machista en este caso, recogido en las estadísticas oficiales.
Por un instante, el tiempo vuelve atrás. O parece volver atrás. Cuando dos personas hoy muertas estaban vivas, cuando el hombre aún no había matado a la mujer.
Un coche aparca en la puerta de la casa, grande, majestuosa, algo deteriorada. En realidad, son dos casas separadas –o unidas– por una escalera. Del coche se baja una chica con atuendo amarillo. Es la cartera, que no llama ni una sola vez a ninguna de las dos puertas, que introduce un sobre en un buzón blanco; que regresa al vehículo y se va.
La escena se va con ella, rápida. Y el tiempo corre hasta hoy, cuando sabemos que Estanislao, frente a aquellas dos casas juntas pero separadas, como una metáfora de la situación de la pareja, mató a Ena de un golpe en la cabeza, llamó a la Guardia Civil y luego se ahorcó. Eso es lo que ocurrió el 24 de junio de 2014, en el Bierzo, en Cubillos del Sil, un municipio leonés de unos 1.800 habitantes.
“Este no es un caso más de violencia de género», continúan explicando en el pueblo siete años después. Lo dicen en un bar, donde nadie levanta la cabeza ni parece poner el oído cuando desde una pantalla gigante, en uno de los programas estrella de la mañana, una tertuliana también dice que una veintena de mujeres han sido asesinadas en lo que va de año.
Nadie parece escucharlo mientras toma su café o echa un vistazo a la prensa local, que sobrevive en las mesas a pesar del coronavirus y las crisis. Es julio. Cada uno está a lo suyo, como sucede en casi todos los lugares. Y la frase de aquella tertuliana se pierde en el ajetreo del desayuno con la misma facilidad que se desvanece en el plató de televisión, donde debaten sobre otro crimen cometido días atrás, el de Samuel Luiz, en A Coruña.
Al suicidarse el hombre, no pudo celebrarse un juicio y no hay, por tanto, una sentencia que aclare qué ocurrió exactamente ese día, y tal vez otros días, como a veces sucede cuando se produce la vista, donde se descubren cosas que antes nadie había presenciado, oído o escuchado. Lo que se sabe con certeza de este caso, según la investigación judicial a la que ha tenido acceso PorTodas, es que Estanislao tenía una condena de cuatro meses de cárcel y una orden de alejamiento de 15 metros de Ena por agresión un año antes. Y que a Ena, demandada por Estanislao, se le impuso una orden de alejamiento de la misma distancia hacia él para «garantizar el derecho a la libertad de deambulación, sosiego y paz social de Estanislao». Ambos habían presentado una demanda de divorcio […].
Así comienza la nueva historia documentada en PorTodas, por Olivia Carballar con información de Pablo Batalla y fotografías de Álvaro Minguito. Puedes leer la historia completa aquí.