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Hispanidad en la izquierda y la envidia de ‘völkisch’

"Si alguien de izquierdas usa el concepto Hispanidad como elemento positivo solo puede deberse a ignorancia", escribe Antonio Maestre

Trabajadores limpian una estatua de Cristóbal Colón en México DF. REUTERS / GUSTAVO GRAF

Habemus día del akelarre patriótico. Comienza la hemorragia ultra, la apología imperial y el supremacismo colonial. Pero de esos ya hemos hablado mucho. Ahora es tiempo de los acomplejados de izquierdas que por no saber qué hacer contra la extrema derecha prefieren plegarse para no molestar demasiado, que les contraten en sus think tanks y con suerte se compren sus libros, les hagan promoción y compartan sus columnas. Se les podrá distinguir porque usan mucho la palabra Hispanidad, a veces con definiciones revisionistas que solo sirven para ocultar sus intenciones y obsesiones. Por el medro también, pero eso es menos visible aunque igual de ostentoso. 

Si alguien de izquierdas usa el concepto Hispanidad como elemento positivo solo puede deberse a ignorancia sobre su etimología y sobre el contexto histórico y político que hace imposible despojarlo de una concepción que está impregnada de la visión supremacista de Ramiro de Maeztu, del obispo Gomá, el integrista Zacarías Vizcarra y el nacionalcatolicismo. Porque no, que Miguel de Unamuno use algo no lo convierte en aceptable ni en una idea asumible para la izquierda. Adorar y mitificar la historia de España solo es posible desde unos postulados nacionalistas que buscan la victimización y la glorificación de un pasado histórico que, como todos, tiene luces y sombras. Asumir la propia historia como un proceso desmitificado es lo que se debe exigir a una izquierda ilustrada y racional. 

Pero no nos engañemos, las más de las veces no se debe a la ignorancia y sucede únicamente que esta gente no es de izquierdas y solo se aviene a plegarse a los marcos e ideas de la extrema derecha porque les favorece personalmente y evitan así asumir el coste y el desgaste personal de enfrentarse a ellos en un contexto de avance de la reacción. Presentarse como la izquierda imperiófila les proporciona réditos inmediatos. Existe una pulsión en esa progresía timorata que adora los usos y costumbres de la extrema derecha. Les da vergüenza asumir que anhela las ideas de patria, nación e imperio que manejan los fascistas con soltura. Se podría decir que tienen envidia de völkisch, esa idea de comunión popular basada en unas culturas, tradiciones y nación común que conforman el nacionalismo y que tan bien maneja la extrema derecha de manera histórica y que la izquierda tiene que abandonar por ser un terreno yermo para el desarrollo de sus postulados. 

El imperialismo es una idea a combatir desde cualquier postulado progresista, algo que se ve con normalidad cuando es el de los EEUU, pero que les cuesta asumir cuando se trata del que fuera español. Si quieren encontrar una idea de comunión y solidaridad entre pueblos, la izquierda tiene una que puede que ya no les suene, se llama internacionalismo y tiene todos los elementos de unión libre entre individuos proletarios del mundo, hablen la lengua que hablen y vivan en el país que vivan. Sin bota colonial que les pise el cuello, ni raza que les someta.

La España que la izquierda tiene que reivindicar allende las fronteras es la del exilio, la de quienes que aún yacen en tumbas extranjeras de lugares que fueron su destierro y hogar obligado, las de quienes tuvieron que huir a esos países donde, cuando se los trató como a iguales, recibieron a lo mejor de nuestra patria con cariño, respeto y dándoles un calor que la España que adoraba y creó la idea y símbolos de la Hispanidad les había arrebatado. 

Gilles Deleuze reformula en su Abedecedario la visión de la izquierda para conceptualizarla como una manera de percibir el mundo. Una percepción internacionalista, cosmopolita y de largo plazo que contrapone a aquella que da preferencia a la nación y las políticas para los de tu mismo espacio territorial. Transitar los espacios contrarios a las ideas de percepción del mundo de Deleuze, que es donde habita el internacionalismo, conduce al repliegue identitario, los intereses del propio pueblo frente a los del extranjero, la visión idealizada del imperio y la concepción supremacista de que hubo un tiempo en el que tuvimos que salvar a otros pueblos y razas. La defensa de la Hispanidad es la repulsa misma de los principios fundamentales sobre los que se sustenta la ideología de una izquierda que merezca llamarse así. Quintacolumnistas ha habido siempre

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Comentarios
  1. Celebrarlo [el genocidio] es dar armas para que nos sigan sometiendo, para que nos sigan humillando.
    Es prácticamente un milagro que sigamos aquí. Somos descendientes de un Pueblo que sobrevivió a un intento de genocidio, la pérdida de las vidas de nuestros antepasados, el olvido de nuestra espiritualidad, nuestra cultura, nuestras tierras y recursos naturales, todo por una percepción distorsionada de superioridad occidental y un autoproclamado derecho divino a dominar a otra gente. Somos dolorosamente conscientes de que no debe permitirse que la historia se repita.
    La llegada de Colón al continente americano supuso el comienzo de una historia de exterminio por enfermedades importadas contra las que los indígenas no tenían inmunidad, pero también por la violencia, esclavitud, saqueo, robo de tierras y recursos que llega hasta nuestros días.
    Se estima que solo hacia 1600, 56 millones de indígenas habían muerto a causa de la llegada de los españoles al continente americano (alrededor de un 90% de la población).
    Todavía ves muchos de los efectos, las consecuencias de esos contactos, porque no fueron deseados.
    “La invasión provocó que muy pocos hablen nuestra lengua madre y muy pocos continúen las formas antiguas ceremoniales, porque a través del dolor terror esclavitud, violación, sometimiento y terribles acciones querían borrarnos, querían desaparecer nuestro linaje. Pero nuestra fortaleza de espíritu es más grande y seguimos existiendo.
    https://www.survival.es/campanas/descolonizar-la-historia

  2. No me imagino a Alemania celebrando el día que decidieron poner en marcha » la solución final….» para el genocidio y exterminación de distintas culturas a las que consideraban inferiores.
    La patochada del desfile bien la podrían montar los 18 de Julio que por lo menos ; les quedaría justificada la celebración de la juerga……………
    HISPANIDAD = GENOCIDIO Y SAQUEO .
    Salud.

  3. Pues eso, puesto que es un absurdo sentirse culpable por lo ocurrido hace 500 años, lo normal para un adulto es reconocer los fracasos cometidos tanto las ventajas aportadas –reconocer tiene poco que ver con ese infantilismo de pedir perdón y se corresponde con a sunción de la herencia recibida en lugar de con la culpa del hecho- para asimilar en el intento de una conducta que madure la cultura. Pero acomplejados y culpables (que nace de la necesidad de ocultar parte de los hechos, que no de todos) hay que negar (y en la negación esta la debilidad) tanto que las cosas fueron como fueron como que el que otros lo hicieran igual no sirve a la emancipación: seguimos siendo esclavos de las opiniones ajenas.

  4. Ya estamos con el conmigo o contra mí que tanto te gusta Antonio… Entre estar a favor del imperialismo español (que lo hubo, como en tantos otros países europeos), y renunciar al concepto de patria y a sus símbolos por completo (entregándoselos a la derecha) hay muchos grises… El no revisionar la historia con la mentalidad del siglo XXI es fundamental, y el andar pidiendo perdones por hechos sucedidos hace 500 años es un absurdo. ¿Acaso no se deriva en mayor medida la situación actual de Latino América del intervencionismo del imperialismo yankee del último siglo que del imperialismo español del siglo XVI? ¿A quién le pedimos perdón? ¿Mexicas?, ¿Toltecas?, ¿A los primeros humanos que llegaron desde Siberia?
    Vuestra postura es claramente de ignorancia, y de no entender cómo las civilizaciones se han expandido y mezclado a lo largo de los años (si, mediante la conquista). Seguir con vuestro buenismo y pensando que en España el sentirse español es de fascistas como si la clase obrera no tuviera un sentimiento de pertenencia a su país… Os irá genial…

  5. Me considero de izquierda pero Creo que por ahí te equivocas seriamente Antonio ..; Puedo estar de acuerdo contigo en algún aspecto .., pero lo del día del “genocidio” que tanto le gusta a la nueva progresía y la izquierda mediática sobra , me parece que ser revisionista y seguir dorándoles la píldora a los anglosajones con lo de la “leyenda negra “no es buena idea. Por mucho que se repita una mentira no se transforma en verdad. Ninguna nación se arrepentirá de su pasado ni siquiera los colonos ingleses que solo dejaron reservas de indios en norte america porque esos si que los pasaban a fuego y cuchillo ..

  6. Pues algo así. Porque reconocer los hechos de lo ocurrido, que debería ser un signo de evolución y de acercamiento social que rompe con el supremacismo del ayer para caminar en la igualdad de hoy, no es otra cosa que repudio de la humanidad y de valores, que, justo, la indignidad intenta evitar recurriendo a esa llamada a l confrontación y la diferencia planteados ahora de otra manera. Si ya no se puede borrar, como entonces, a la victimas desde el poder militar, convirtámoslas en victimarios acusadores y beneficiarios de alguna aportación tras la que escondernos.
    Cuando se habla de un repliegue indentitario de este tipo, ni siquiera se está retroceso un una concepción limitada de la tradición y la cultura que se retrocede al pasado, sino a una acomplejada percepción de la misma que no se atreve a reconocer sus errores y que refugia en aquellos que sienten el mismo miedo.

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