Dossier #LaMarea84 | Mirar a Cuba desde una posición incómoda

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Si alguien todavía duda de que el capitalismo conduce a la destrucción del planeta, debería leer el último informe del IPCC, elaborado por el mayor panel de especialistas en cambio climático. Sus conclusiones no son nuevas, pero están más documentadas que nunca.

Aun así, muchos se negarán a creer a esta organización ligada a la ONU. Puede que tampoco vean criticable la actuación en Afganistán de Estados Unidos y la OTAN – de la que hablamos también en La Marea 84-, pero la invasión del país que ahora abandonamos y dejamos en manos de los Talibán se justificó con argumentos tan falsos como todos los que se usan para maquillar guerras cuyos verdaderos objetivos no pueden exponerse a la opinión pública. Mejor hablar de mujeres indefensas salvadas por hombres blancos, una vez más.

En cualquier caso, a partir de ahora será aún más difícil saber qué ocurre en ese lugar estratégico para transportar gas defi nido por EE.UU. como “la Arabia Saudí del litio”. Y en este contexto, ¿por qué dedicamos el dossier a Cuba? ¿Por qué nos complicamos la vida?

La razón es que las imágenes que el pasado julio llegaban desde la isla nos suscitaron muchas preguntas. Y en medio de tanto ruido y propaganda decidimos hacer un esfuerzo para que nuestra compañera Patricia Simón pudiera ver de primera mano qué estaba ocurriendo.

No queríamos encontrar respuestas desde el sofá de casa. Deseábamos escuchar a las cubanas y cubanos que salieron a protestar y también a los que no lo hicieron. Sin turismo y sin divisas, los habitantes de ese país, referente para personas de izquierda de todo el mundo, se enfrentan a los peores meses de asfixia económica desde el Período Especial. La COVID-19 les está golpeando fuerte, a pesar de que Cuba ha vuelto a sorprender desarrollando una vacuna propia.

Mientras, la población sigue sufriendo escasez y falta de medicinas tan básicas como antiinflamatorios y antibióticos. Podría sonar paradójico, pero no lo es si se tiene en cuenta el bloqueo impuesto por EE.UU. El embargo sigue marcando la vida de los cubanos, nada se explica sin él. Pero el embargo no lo explica todo. Esa es una de las frases más repetidas por las personas entrevistadas para este reportaje. Muchas de ellas critican el cinismo con el que EE.UU. crea las condiciones de penuria que son el caldo de cultivo para un estallido social.

Pero, como también remarca el periodista Juan Pin en estas mismas páginas, “a las 10.000 personas que salieron el 11 de julio a la calle no las pagó la CIA”. Por eso nos alejamos de las trincheras y nos acercamos a Cuba desde distintos ángulos. Como nuestra portada, nos obligamos a mirar distinto. La posición puede resultar incómoda al principio, pero creemos que vale la pena. Trabajamos para gente con espíritu crítico, como solemos decir.