Internacional

Manifestaciones en Cuba: “¡Habla con el pueblo!”

Relato de una periodista cubana: "Tratan de explicarles a los de aquí cómo funciona su país. Hay una palabra: Cubansplaining".

Protestas en contra y a favor del Gobierno en La Habana. REUTERS

Hoy es martes 13 y llevo dos días de monólogo en el chat de WhatsApp con mi familia, dejando mensajes para que los vean en algún momento. No tienen Internet por datos desde el 11 de julio, domingo nublado, cuando comenzaron las manifestaciones. Estoy en La Habana, en Cuba como ellos, y he logrado conectarme a intervalos, usando VPN

“Es un servicio que yo te estoy pagando; es una falta de respeto, asere”, decía un hombre que trataba de coger un taxi. “¿No es cambiar lo que tenga que ser cambiado? Vamos a empezar por ellos…”, replicaba otro junto a él. Serían las tres de la tarde, y aún no se sabía del primer muerto confirmado, un muchacho de 36 años. 

No fui a las protestas, ni a reportear, porque les tengo miedo a las represalias y al coronavirus; aunque miro las fotos y hubiera querido estar ahí, para sacudirme yo también tanto hartazgo y frustración. Ayer mi mamá me pidió que no escribiera nada, por favor, “hazlo por mí”. Le contesté que firmaría con seudónimo. “Al final se enteran igual – insistió–, ellos cuando quieren saber algo, lo saben”. 

Eso: el miedo. 

Lo primero que vi fueron las imágenes de San Antonio de los Baños (a 30 kilómetros de la capital), donde comenzó todo. Los vecinos marchaban lento, entre palmadas y reclamos. Las redes sociales decían que ya había paisanos en Santiago de Cuba y otros lugares… A las cuatro de la tarde se presentó en cadena nacional el presidente, Miguel Díaz-Canel. Terminó su alocución exhortando a los revolucionarios y los comunistas a tomar las calles: “La orden de combate está dada”. 

Así dijo, y luego los medios oficiales lo repitieron, sin empacho, como si no fuera el principio de una confrontación entre cubanos, gente contra gente. Al otro día, lunes, el presidente afirmó que no había convocado a la violencia, sino a defender la revolución. Las dos veces esperé que hablara de diálogo y conciliación, que llamara a la calma, como dicta no ya la alta política sino el sentido común. Pero no

Crecí en un barrio de esos donde viven personas que ahora, sin empacho, han calificado de marginales y delincuentes. En el barrio, cuando se formaba una bronca, casi siempre había más de uno que intervenía para “desapartar”, y otros más que gritaban “¡oyeee, suéltalooo!”. 

Eso: el sentido común.  

Para intentar entender lo que pasa en Cuba se puede mirar las compraventas e intercambios en Facebook y Telegram. “Por fa alguien q tenga internet quién ha visto culeros desechables de adultos” (sic), preguntó Gladys en uno de los Dónde hay?, grupos de WhatsApp organizados por municipios, para informar sobre el (des)abastecimiento. 

Cerca de mi casa algunas tiendas ni siquiera abren, o los trabajadores están conversando, mientras llegan –o no– los productos. Cuando sacan algo, enseguida se arma la cola. Es cola o nada. “Ay, qué lucha pa vivir. ¿Verdad, joven?”, me dijo un día una viejita detrás de mí, y no le pude responder. Cualquiera que haya esperado horas para comprar pollo o aceite (siempre racionado) sabe que el malestar venía fermentando desde hacía rato. 

Lo mismo con los medicamentos y el transporte, y los apagones, los cuales, en San Antonio, por ejemplo, habían durado más de ocho horas. Casi como el descalabro de los 90, pero esta vez con wifi y datos móviles. Ya la gente soportó un Período Especial (de hecho, no lo superamos completamente); pedirles que aguanten otro es demasiado. Y encima, la pandemia desbocada: el 11 de julio se reportaron 6.923 nuevos casos diarios y 47 fallecidos, récord de los meses anteriores. 

Enero comenzó con la denominada “tarea ordenamiento”, mediante la cual se eliminaría la doble moneda (CUC, paritario con el dólar) y se unificarían las tasas de cambio. El aumento de los salarios no alcanzó para cubrir la pronosticada inflación, el recorte de subsidios y el alza de los precios. Aunque necesarias, las medidas se fueron aplazando por años, hasta ahora, el peor de los momentos posibles: la reforma financiera vino a instalar una crisis dentro de la crisis

Todo ello esboza la respuesta corta de por qué el 11-J. La respuesta larga incluye décadas de autoritarismo, falta de participación política, de transparencia y rendición de cuentas, derechos limitados, burocracia, precariedad y transformaciones socioeconómicas lentas e incompletas. 

En palabras del intelectual Julio César Guanche, “la situación cubana viene dando señales hace mucho de que un escenario como el que vemos ahora mismo llegaría. La enorme mayoría de las advertencias fueron desoídas”. 

*** 

El canciller Bruno Rodríguez arrancó su conferencia de prensa a las 4.30 de la tarde. Dijo que no hubo un estallido social, sino desórdenes de manera limitada. Malabarismos sintácticos antes que reconocer que sobran motivos legítimos para protestar. 

Cuando una corresponsal extranjera le preguntó por la represión, contestó que en Europa se ha presenciado más violencia en estos casos, y que se utilizó “un mínimo de fuerza policial”. Y, sin embargo, ahí están los vídeos de uniformados y agentes de civil golpeando personas, disparando incluso; las fotos de tropas especiales con cascos y escudos en un despliegue nunca visto. En Cuba es ilegal portar armas de fuego; las armas las tienen ellos. 

Criminalizar las protestas los equipara a las derechas neoliberales de América Latina; a Piñera declarando que Chile estaba en guerra, o a Duque llamando terroristas a los manifestantes colombianos. Por demás, tachar a algunos, o muchos, de “indecentes” y “vulgares” encierra harto clasismo. 

El ministro de Exteriores habló de la asfixia que provoca el bloqueo de Estados Unidos, y de una campaña desestabilizadora en redes sociales, basada en la etiqueta #SOSCuba. Cierto. Se engaña quien niegue las manos peludas que también nos aprietan desde afuera (Trump se encargó de revertir con saña lo que se avanzó en la época de Obama)

En cambio, el canciller omitió que ese hashtag y el #SOSMatanzas han movilizado la solidaridad ciudadana hacia esta provincia (actual epicentro de la pandemia) mediante más de 40 iniciativas dentro y fuera del país. La narrativa del vandalismo y la violencia –condenables vengan de donde vengan– también hace aguas. 

“(…) ¿No nos dice nada que los manifestantes ataquen precisamente tiendas en divisa, estaciones policiales y patrullas? Sí, nos dice lo que se evita reconocer. La gente rompió las tiendas a las que no puede entrar, porque su existencia precariza aún más sus vidas. Se volcaron patrullas porque no estaban ahí para protegerlos, sino para reprimirlos. La violencia de sus actos es también una ruptura con todos los símbolos del poder”, explica la investigadora Carolina García Salas. 

Esas “tiendas en MLC” (Moneda Libremente Convertible), que comenzaron vendiendo solo electrodomésticos, y luego se extendieron a alimentos y aseo, materializan la desigualdad creciente. Usted puede tener delante el café o el champú, pero si no cuenta con las divisas fuertes, no puede comprar. 

Truco: muchos de quienes no reciben remesas adquirían los dólares a sobreprecio en el mercado informal, para depositarlos y así acceder a los productos en MLC –siempre mejor surtidos–. Sin embargo, en junio, los bancos dejaron de aceptar depósitos en dólares, supuestamente por las dificultades para tramitarlos hacia el exterior. 

En medio del fuego cruzado, entre los de aquí y los de allá, quedan los más desfavorecidos.

***

Para el miércoles 14 el servicio de datos se fue recuperando. En el grupo de la familia primero escribió mi hermana, luego mi prima, y por último mi tía: 

Hola aquí estoy la más inteligente de las hermanas

Jaja

Ya conectada

La sonrisa me trajo una leve sensación de normalidad. Tan leve que se me borró cuando vi patrullas y policías en Centro Habana, apostados en las intersecciones del Malecón; o los “boinas negras” por Vía Blanca, espalda con espalda en sus jeepies descubiertos. “Es del carajo… la vigilancia esa ahí arriba de uno”, se quejaba una señora a la entrada de un solar en la calle San Lázaro. 

En otra comparecencia televisiva el Gobierno anunció acciones para reducir los cortes eléctricos, y nuevas medidas que podían haberse ejecutado antes, como la eliminación temporal de aranceles y límites de cantidad para las medicinas y alimentos que traigan los viajeros cubanos. 

Pienso: la presión popular funciona, pero no hacía falta sangre para llegar ahí. “¿Tú sabes cuánto hubiese podido llevar mi hermano en diciembre, si no hubiesen existido esas restricciones?”, me escribió una amiga. 

Hubiera preferido, por ejemplo, que dejaran de construir hoteles, los cuales hemos visto crecer por semanas, en Miramar y el Vedado, a pesar de la situación tan aguda. (¿Hoteles, en serio?). Suena lógico canalizar esa inversión hacia los problemas más acuciantes, pero de eso tampoco dijeron nada. 

***

Enseguida salió el presidente Biden a expresar su apoyo. Cínico. Desde las dos orillas han querido interpretar a su manera el reclamo en las calles. Díaz-Canel habló de mercenarios y “revolucionarios confundidos”, mientras en la Florida aseguran que la gente pide democracia y “el fin de la dictadura”. 

“Lo que uno y otro han hecho es arrogarse el derecho de determinar qué es lo que el pueblo cubano piensa, desea y necesita. Tan acostumbrados están a ser ventrílocuos, que cuando el pueblo decide hablar por sí mismo, en forma de estallidos populares, unos y otros le endilgan sus intereses”, señala el investigador Wilder Pérez Varona. 

Organizaciones y figuras de izquierda se han pronunciado a favor del Gobierno, siguiendo la línea discursiva de la “manipulación imperialista”. De paso, tratan de explicarles a los de aquí cómo funciona su país. Ya inventamos una palabra para eso: Cubansplaining

Entretanto, deberían escuchar la demanda de los santiagueros, quienes frente al comandante Ramiro Valdés, gritaban: “¡Habla con el pueblo!, ¡Habla con el pueblo!”. 

***

El viernes me pusieron la tercera dosis de Abdala. Una alegría apagada, y un miedo menos. El sábado 17 convocaron a un “acto de reafirmación revolucionaria”: miles y miles en el Malecón, como si no hubiera Covid

Ya hoy es miércoles 21: pasaron 10 días y no hay información oficial sobre el número de detenidos, mientras una lista colaborativa recoge más de 500 casos, jóvenes muchos de ellos, incluso menores de edad. Varios de quienes han sido liberados cargan con medidas cautelares, o causas como “alteración del orden” o “incitación a delinquir”. Los testimonios son desgarradores. 

El presidente y las autoridades han dulcificado su retórica y apelan a la paz y a deponer el odio. Llegan tarde: qué palabras pueden contra la desesperación de las madres, o de quienes postean fotos contando: “Fulano es mi amigo, y está preso”. La televisión manipula y distorsiona a mansalva. 

Aunque terminó el apagón digital que nos tuvo ciegos y mudos, todavía la conexión falla y a ratos hay que seguir usando VPN. Desde la sociedad civil, las artes o la intelectualidad se pide diálogo. Qué difícil ver más allá del dolor y la incertidumbre y la desesperanza

–¿Cómo andas, Margot?, saludo a la vecina, y me devuelve un gesto de “más o menos”.

–Así estamos todos, mija… 

Es que nadie puede estar bien en esta situación, responde. 

* Amelia Ruiz es un pseudónimo.

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Comentarios
  1. A la iglesia, desde el dossier que le dedicaron hace unos años, tampoco la » tocan» en La Marea. O muy indirectamente y muy de tarde en tarde.
    Como si no fuera un importantísimo pilar del sistema que debemos superar.

  2. Pues ya me gustaria a mi que en Colombia, en Chile, en Ecuador, en Perú, en Guatemala, etc etc etc etc. cuando hay una manifestación trataran a la gente como en Cuba. Por poner solo un ejemplo, en Colombia ya van más de 60 personas asesinadas, más de 500 personas desaparecidas, miles de personas heridas, muchas mujeres violadas, y todos los días continua habiendo masacres.
    Resulta sorprendente que en el artículo la referencia al bloqueo sea tangencial, como si fuera una cuestión secundaria. Si en cualquier país europeo hubiera un bloqueo como el de Cuba a los 3 meses el pais estaria hundido en la miseria más absoluta y posiblemente sería un estado fallido.
    Lamento que en La Marea salgan estos artículos tendenciosos y nada equilibrados.

  3. Sebastián:
    Y encima Cáritas, creo haber leído recientemente, recibe los fondos de ayuda humanitaria de la Comunidad Económica Europea.
    Para empezar no quiero caridad, quiero que se respeten y cumplan mis derechos humanos pero por lo que veo la pobreza está sometida a la caridad y alguien está interesado en que sea Cáritas, la Ong. de la iglesia católica, (pero a la que la iglesia católica no sufraga)la que a los ojos de la sociedad pase como la gran benefactora, «la gran obra social que está lleva a cabo».
    ¿

  4. Aquí en Europa las situaciones similares a Cuba las arregla Caritas y los Bancos de Alimentos. Tendría que haber ayuda internacional de Caritas para la gente de Cuba a través de caritas .

  5. Prueba a asaltar un supermecado y no digamos a volcar un vehículo policial en España y verás lo que te pasa. En el País Vasco hay chavales que se han comido años de talego por quemar un cajero. Si quieres que vuelva el capitalismo a tu país y se lo repartan a cachos lo dices y en paz.

  6. CLAUDIO KATZ: CUBA INCLINA LA BALANZA DE AMÉRICA LATINA.
    Un completo análisis político para entender la coyuntura cubana, las fuerzas en disputa y las implicaciones de la batalla
    Las protestas en Cuba ilustran un descontento que obedece -escribe el economista argentino Claudio Katz – al criminal bloqueo acentuado por Estados Unidos durante la pandemia. La derecha redobla la agresión desde Miami e intenta revertir las adversidades políticas que afronta en la región. El futuro de todos los proyectos latinoamericanos de soberanía, desarrollo e igualdad se juega en la defensa de la revolución. A diferencia de las miradas socialdemócratas y dogmáticas el grueso de la izquierda comprende esa disyuntiva (…).
    Las protestas callejeras son datos cotidianos de América Latina que no sorprenden a ningún analista. Pero su irrupción en Cuba ha generado un inusual impacto por las consecuencias de esas marchas para el futuro de la región. Todos los actores políticos del hemisferio saben lo que se juega en la isla.
    La doble vara de los medios de comunicación volvió a operar a pleno. Movilizaciones significativas pero no multitudinarias, sin víctimas ni destrozos de significación fueron difundidas con títulos catástrofe. En las mismas pantallas y diarios apenas se menciona el asesinato habitual de manifestantes en Colombia, los disparos para cegar jóvenes en Chile o el brutal apaleamiento de los que protestan en Perú.
    «Ningún otro país afronta el Covid y la recesión con una restricción tan brutal para adquirir alimentos, medicamentos o repuestos. Debe pagar costosos fletes o seguros y conseguir financistas dispuestos a lidiar con las sanciones de EE.UU.».
    Un ahogo premeditado….
    «El gobierno estadounidense ha multiplicado los sufrimientos de Cuba en el pico del Covid para forzar su rendición. Busca provocar un desastre humanitario para presentar la intervención ulterior como un acto de socorro».
    «Los descontentos han confluido con fuerzas derechistas que siguen un guión elaborado en Miami. Esta combinación de diferentes sujetos ya se verificó en el movimiento previo de San Isidro en noviembre pasado».
    «Quienes promueven un brutal modelo capitalista monitoreado desde la Florida, ocultan que esa regresión conduciría a la misma devastación neoliberal que empobreció a Latinoamérica en las últimas tres décadas».
    «Si el dique geopolítico que sostiene la isla es demolido, no sólo Cuba compartiría las desgracias ya padecidas por todo el Caribe. El efecto de esa demolición sobre el resto de América Latina sería igualmente brutal».
    «Es importante subrayar en el ámbito de la izquierda, que las críticas a la gestión del gobierno deben desenvolverse en el propio campo y no en el bando opuesto de la oposición».
    «Existe una corriente una socialdemócrata que propicia la equidistancia de Miami y La Habana, utilizando argumentos afines a la teoría de los dos demonios».
    La mirada socialdemócrata del conflicto mantiene indefinida su postura frente a la restauración plena del capitalismo, que los millonarios de Miami esperan concretar mediante el desmonte del sistema político cubano.
    «El desarme del sistema político cubano conduciría al suicido de la izquierda. Lejos de abrir las compuertas para rejuvenecer el socialismo, garantizaría la demolición de ese proyecto por un tiempo muy prolongado»
    https://canarias-semanal.org/art/31012/claudio-katz-cuba-inclina-la-balanza-de-america-latina

  7. Que se vayan a Miami con sus tías…..
    A la gente sin valores le va la dictadura del capìtal….
    (¿no se ha precipitado La Marea con este artículo?, sólo pregunto)
    ———————————————-
    CUBA. Surgen en todos los barrios manifestaciones de apoyo a la revolución al grito de «Esta calle es de Fidel» (Videos)
    https://insurgente.org/cuba-surgen-en-todos-los-barrios-manifestaciones-de-apoyo-a-la-revolucion-al-grito-de-esta-calle-es-de-fidel-videos/

    EE.UU. Black Lives Matter (BLM) responsabiliza al gobierno de EE.UU de lo que está ocurriendo en Cuba.
    La organización de Black Lives Matter (BLM) que movilizó a cientos de miles de personas en EE.UU emitió un comunicado a través de su cuenta de Instagram donde culpó al gobierno de los Estados Unidos del bloqueo que sufre Cuba.
    “Esta política cruel e inhumana, instituida con la intención explícita de desestabilizar el país y socavar el derecho de los cubanos a elegir su propio gobierno, está en el centro de la crisis actual de Cuba”, expuso.
    “Desde 1962, Estados Unidos ha impuesto dolor y sufrimiento al pueblo de Cuba al cortar alimentos, medicinas y suministros, lo que le ha costado a la pequeña nación insular un estimado de $130 mil millones”.
    https://insurgente.org/ee-uu-black-lives-matter-blm-responsabiliza-al-gobierno-de-ee-uu-de-lo-que-esta-ocurriendo-en-cuba/

  8. Si los Cubanos tienen el problema de que hay productos en las tiendas que sin el suficiente dinero no se pueden adquirir, llámame loco pero el capitalismo no va a solucionar eso.

  9. Mientras tanto ; en este cortijo ( » democrático……) llamado España , una » democracia saludable y vigorosa según nos leen en la arenga que corresponda , y además añado » pseudo democracia muy muy rentable para los integrantes y componentes de este penoso y moribundo régimen ……….» , pues eso : » est@s pseudo socialistas se cepillan » democráticamente hablando en su argot……… » ; el gran programa de informaciñón y máxima audiencia de : » LAS COSAS CLARAS » dirigido por el periodista Jesús Cintora.
    » GRACIASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS : P $ ( ¿ –?) € ………………… »
    Salud.

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