Opinión
Semana berlanguiana
Peli de Tarde analiza los últimos acontecimientos sucedidos durante la semana como si de un largometraje de Berlanga se tratase
A Berlanga siempre se le echa de menos, pero quizás esta semana su falta se acuse más que en otras ocasiones porque la actualidad viene cargada de elementos berlanguianos que harían las delicias del finado director valenciano. Por un lado, estudiantes encerrados en un hotel de Mallorca a causa de un macrobrote de coronavirus que protestan por la mala calidad de los desayunos, que reciben alcohol de los locales aledaños mediante poleas a través de los balcones y que centran la atención de todos los medios estatales, cubriendo la noticia como si de rehenes secuestrados por unos terroristas se tratase.
Un famoso ventrílocuo detenido por presuntamente liderar un grupo delictivo al se le imputan delitos de integración en organización criminal, estafa, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales. La creación en la Comunidad de Madrid de una Oficina del Español, con Toni Cantó, un exactor y ex de muchos partidos políticos, al frente, cuya función no está definida pero seguro que será muy española y mucho española. Y Pablo Casado presentando su candidatura para protagonizar el remake de La escopeta nacional con su ultimo hit en el Congreso: «La Guerra Civil fue un enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían la ley sin democracia».
Si se me permite la sugerencia, por si andan faltos de ideas, los de la Oficina del Español deberían centrarse en evitar que las productoras hollywoodienses se hagan con los derechos de estas historias. Conociendo a los yanquis, convertirían el asunto en una espectacular película de acción, con Bruce Willis saltando de un helicóptero al tejado del hotel, colándose por los tubos del sistema de ventilación y llegando hasta la oficina de un malvado mafioso, interpretado por Al Pacino. Este criminal, que se haría pasar por un amable ventrílocuo, tendría secuestrados a unos indefensos estudiantes y exigiría una recompensa por su liberación. Todo acabaría con muchas explosiones a cámara lenta, una muerte dramática y Bruce Willis salvando a los estudiantes, ataviados con el uniforme oficial de los Boy Scouts para enfatizar su inocencia.
La Oficina del Español no puede permitir que eso ocurra, no puede permitir que los americanos despojen a esas historias de todo lo español que en ellas hay. Por ello, a falta de Berlanga, deben encontrar a un guionista y director sustituto que sepa ser fiel al espíritu de estos acontecimientos históricos. También a alguien que haga de nervioso recepcionista del hotel, del perfil de José Luis López Vázquez, que se vea desbordado por la situación y que tiemble cada vez que haya que rendir cuentas al corrupto dueño austrohúngaro del establecimiento, que podría interpretarlo directamente Jose Luis Moreno. Por último, para encarnar a la autoridad que se persona en el hotel rodeada de escoltas a conocer de primera mano la situación de los estudiantes (para sacarse la foto, básicamente) y calmar a los furibundos representantes del AMPA que exigen justicia para sus hijos, propongo al propio Casado, muy aficionado a eso de retratarse haciendo que hace cosas.
De esta forma, gracias a la Oficina del Español, tendríamos un film único, un documento que retratase la situación extrema, inhumana que están viviendo unos pobres estudiantes cuyo único delito fue salir de fiesta descontrolada en plena pandemia mundial con el beneplácito de sus padres. Una situación denominada por muchos como «secuestro», esos mismos que hace unos meses, cuando se acogía en hoteles a los migrantes llegados en patera a Canarias, aseguraban que estaban allí a cuerpo de rey, que normal que quisiesen venir, que quién no querría estar en un hotel con todo pagado. Los mismos que, posiblemente, sean más de ley sin democracia que de democracia con las leyes que no les gustan.
Extraordinario análisis de una cruda realidad que nos invita a seguir con atención los siguientes capítulos (acontecimientos), como si de una serie por entregas se tratase. Estaremos atentos a los elementos berlanguianos que nos ofrece la actualidad y ansiosos por leer y contrastar los comentarios que con la calidad y genialidad que le caracteriza son tratados y expuestos por “Peli de tarde”.