Política | Sociedad
Pedro Sánchez y la gran obra de los indultos en el Teatre del Liceu
La visita de Pedro Sánchez al Gran Teatre del Liceu de Barcelona representa el acto de apertura de concesión de los indultos a los presos políticos independentistas, que serán aprobados mañana en Consejo de Ministros.
GUILLEM PUJOL // No hay mejor ocasión para celebrar la obra de cierre del serial del Procés. Todos los actores protagonistas de la tragedia están, de una manera u otra, presentes. Todos interpretan su papel. Incluso los que deciden no participar lo están interpretando. En las ramblas de Barcelona, la gente movilizada por Òmnium Cultural, la Asamblea Nacional Catalana, y los CDR abuchean la comitiva del ejecutivo de Sánchez. Les abuchean, pero no porque no estén a favor de que los indultos sean concedidos, no. Parece paradójico, pero no lo es tanto si se tiene en cuenta que todo se trata de una gran escenificación. Lo hacen porque esto muestra, de nuevo, algo que ya saben: que España es un estado y que Catalunya no lo es. Que Pedro Sánchez puede tramitar los indultos porque tiene la potestad de hacerlo. Y eso, para quién se creyó que Catalunya ya debería ser independiente, es intolerable. Pero son una parte indispensable de la obra, y no podían no estar presentes.
Bajo el título de «Reencuentro: un proyecto de futuro para toda España», el presidente del Gobierno presenta la que debe ser su gran obra. Un papel que Mariano Rajoy no supo ni quiso interpretar. Hay muchas diferencias entre el actual presidente y el anterior presidente, empezando por el hecho de que M. Rajoy está imbricado en una las tramas de corrupción más turbulentas de la historia del Partido Popular y terminando por el hecho de que Pedro Sánchez, en el tema catalán, ha decidido bajar al escenario en lugar de boicotear el acto. Los indultos no son solamente la puerta de la libertad de los presos políticos. Son una oportunidad para configurar una España otra que siempre ha estado allí, pero que siempre ha tenido dificultades en consolidarse. Hoy, esta mayoría es operativa en el Congreso. En la última sesión parlamentaria, la España plurinacional y de mayoría de izquierdas sumó 190 diputados y diputadas. Tras el acto del Liceo, esta mayoría es más fuerte. En una España que necesita urgentemente luchar contra las desigualdades sociales, que necesita regular los alquileres, avanzar hacia la plurinacionalidad y cerrar el paso al fascismo, esta es una buena noticia. A mucha gente le parecerá insuficiente. Pero la política no es más que intentar conseguir la mejor de las opciones viables dentro del marco que establece una correlación de fuerzas existentes. Y los indultos lo son.
Mañana, por fin, se aprobarán en el Consejo de Ministros. Hace unos pocos meses, los indultos eran únicamente una obsesión democrática de los compañeros de trayecto de Pedro Sánchez. Ellos y ellas han sido los miembros invisibles que hacen que las obras puedan salir adelante. Montadores, maquilladores, técnicos de luz y de sonido, directoras de arte. En Común Podemos no recibirá el reconocimiento que debería recibir una vez la obra finalice. Sin ellos, seguro que no se habría llegado hasta aquí. Pero el foco se sitúa en el protagonista, y Pedro Sánchez está decidido, ahora sí, a que los indultos funcionen. Porque Pedro Sánchez ha tomado una decisión que podría no haber tomado – y, lo que es más importante -, que para tomarla ha tenido que enfrentar a rivales de elevada envergadura. Lo decía Junqueras, y lo decía con razón: «es un triunfo que demuestra algunas de las debilidades de los aparatos del estado». El poder judicial (Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial) estaban en contra. El establishment mediático de la caverna aún trina, y lo que es aún más importante (para un político): los indultos, fuera de Catalunya, no son una decisión transversalmente popular.
La obra de los indultos empieza hoy, pero todavía le quedan unos cuantos actos. No se acabará hasta que se haya cerrado el telón, y quizás todavía tendremos que esperar para que esto suceda. Quizás, de hecho, esto no acabe de suceder si España no se aviene a adoptar la autodeterminación como un principio intrínseco a la democracia. Pero por primera vez en muchos años se vislumbra una salida que promoverá el cuidado y la reconciliación por delante de una visión del poder arbitraria y contraproducente a sus propios propósitos.
Indultos no, AMNISTIA.
Doy fé del odio promovido hacia Cataluña desde los medios cavernícolas, ésto se junta con el sopor de las Comunidades que no acabamos de despertar, que aún vamos con corsé mental, así que resulta fácil manipular a las masas.
Hay que buscar un enemigo para entretener al personal, tapar las propias vergüenzas y ir haciendo «caja».
Siempre has sido el motor que mueve la locomotora de las Comunidades dormidas de esta Piel de Toro, te doy las gracias Catalunya por ser un ejemplo de dignidad y coraje.
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El Consejo de Europa exige la libertad de los presos catalanes y el retorno de los políticos exiliados
En un durísimo y crítico informe, el Consejo de Europa reprocha al Estado español, a sus poderes ejecutivo y judicial, el encarcelamiento de dirigentes independentistas catalanes, y exige su liberación y que cese el hostigamiento a los políticos abocados al exilio. Los indultos que este martes ha aprobado el Gobierno español llegan tarde y forzados.
El pleno del Consejo de Europa tumbó, una por una, y por amplia mayoría, las enmiendas presentadas por PSOE y PP que pretendían rebajar el contenido crítico del informe por los acontecimientos conocidos genéricamente como el procés, pero finalmente, el informe ha sido aprobado con un gran respaldo: 70 votos a favor, 28 en contra y 12 abstenciones.
https://arainfo.org/el-consejo-de-europa-exige-la-libertad-de-los-presos-catalanes-y-el-retorno-de-los-politicos-exiliados/