Crónicas | Opinión

Las cuatro caras de los indultos

La concesión de los indultos a los presos políticos del Procés está mostrando las diferentes caras de la sociedad. Todos los puntos de vista tienen sus propios razonamientos, pero sólo hay uno que conduzca a una solución óptima para la mayoría de la sociedad catalana

Autobús pidiendo "Libertad para los presos políticos y exiliados catalanes". ÒMNIUM CULTURAL / Licencia CC BY-SA 2.0

Este artículo sobre la posible concesión de indultos a los presos del Procés se ha publicado originalmente en Catalunya Plural. Puedes leerlo en catalán aquí.

GUILLEM PUJOL | A mediados del siglo XIX, el pensador y escritor Ramón de Campoamor escribió de manera poética lo que, de alguna manera, siempre ha formado parte de la cultura popular: «Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira».

Hay varias maneras –la mayoría mucho menos elegantes– para decir la misma cosa, que al final se resume en una sola: fuera del mundo de la verdad científica, todo es relativo. Ahora bien, la política obliga forzosamente a escoger entre unas y otras posiciones. El caso de los indultos a los presos políticos es un ejemplo claro. Para unos, la concesión de los indultos es una amenaza al sistema institucional español anclado en lo que se ha denominado Régimen del 78. Para otros, en caso de concederse, representaría la rendición del movimiento independentista al aceptar implícitamente.

Pero por muchas «verdades subjetivas» que existan, hay una que aglutina una multitud de sentidos comunes: el indulto no será la solución a todos los problemas, pero es el único camino existente hacia su resolución.

El establishment del R78: indultos como amenaza

La actuación del establishment del R78 obedece a la racionalidad fría de los intereses de la oligarquía burocrática que dice hablar en defensa de los intereses de España. Si algo se aprendió durante el juicio de los presos independentistas es que el último bastión del Régimen del 78 es el custodiado por el poder judicial.

La lógica aplicada no puede limitarse al terreno del derecho. Son demasiadas las incongruencias, demasiados los pasos realizados en direcciones contrarias al derecho europeo, belga, germánico o escocés. Los intereses del establishment del R78 se encarna en los siete jueces del Tribunal Supremo que se oponen a la concesión de los indultos. La excusa: que los presos no han mostrado ningún tipo de arrepentimiento. La realidad: la defensa de una idea monolítica y limitante lo que es y debe ser España.

La decisión del PSOE: los indultos como cálculo

¿Por qué Pedro Sánchez debería conceder los indultos? La respuesta más sencilla que podría darse es que se trata de un tema de justicia: los presos políticos nunca deberían haber entrado en prisión, y, por tanto, deberían salir lo antes posible. Esta respuesta, sin embargo, ignora completamente la lógica de la toma de decisiones de los partidos políticos, que no es otra que la de maximizar su número de votos.

A veces, sin embargo, hay contextos extraordinarios en los que esta lógica falla, y el caso de los indultos es uno de ellos. Al PSOE no le sale a cuenta conceder los indultos, o, al menos, eso les dicen las encuestas. Iván Redondo, cerebro de Pedro Sánchez, declaraba en referencia a los indultos que «A veces no hay una solución fácil, pero siempre hay un camino». Sería difícil imaginar el PSOE actual considerando los indultos en el hipotético caso de que tuviera mayoría absoluta. Pero si se quiere mantener en el poder, debe mirar a la izquierda española y, también, a los partidos nacionalistas gallegos, vasco, y catalanes.

Por ello, en el prisma de Pedro Sánchez, los indultos se analizan desde la perspectiva fría de aquel que, emocionalmente desvinculado de argumentos éticos, actúan calibrando sus costes. Y no hay que desmerecer esta posición. Todo lo contrario. Precisamente porque no se trata de un tema donde el PSOE consiga réditos políticos netos, si los indultos se acaban concediendo, también será en parte gracias a una decisión política racional –pero arriesgada–.

Rendición o heroicidad

La siguiente posición es aquella que implica a los presos políticos y a una parte del independentismo. Ninguno de los presos ha pedido el indulto directamente. La demanda por parte del independentismo (presos y partidos) es la amnistía y no el indulto, porque este implica validar el razonamiento de la sentencia del Tribunal Supremo, que solicita un ritual tan desfasado como humillante como es el de la muestra de arrepentimiento.

Cabe decir que esta es, posiblemente, la posición donde el color del cristal desde donde se observa la realidad es más tupida. En el caso de once de los doce presos, no se puede afirmar que debido a que estos no pidan el indulto, no lo deseen. Solamente Jordi Cuixart se ha pronunciado directamente en contra a que se le conceda el indulto. No pedir el indulto se interpreta como una decisión heroica; solicitarlo representa una rendición. De ahí que las imágenes del abrazo del presidente de Òmnium Cultural con Miquel Iceta hayan levantado ampollas. Al ser el único en mostrarse abiertamente en contra a la posibilidad del indulto, también ha contribuido a generarle un aura de heroicidad alrededor de su figura que ahora se ha visto cuestionada. Sobran motivos para decir que no debería ser así. Nadie está en la piel del otro, y menos si ese otro es una persona que lleva más de tres años encarcelada por unos crímenes que no cometió. El prisma desde donde se miran las cosas a veces es un prisma desagradable e injusto.

Los indultos como principio de solución

Pedro Sánchez sabe que los indultos son una solución parcial a un problema mayor. También lo saben los presos, y también lo saben los políticos de Unidas Podemos, sin los cuales ducha posibilidad nunca hubieran sido posible. La mayor parte de la sociedad catalana –independentista y no independentista– se siente aliviada por la posibilidad de que los presos salgan de la cárcel. La mayoría de la sociedad catalana, de la misma manera que es favorable a celebrar un referéndum, también lo es de la liberación de los presos. Y, al mismo tiempo, dentro de esta mayoría, también se sabe que si bien el indulto es un paso importante hacia la resolución del conflicto, este aún está lejos de poder ser imaginado. ¿Cuál es el prisma del indulto como principio de solución? ¿Qué se ve desde este cristal?

La condición necesaria para comenzar a deshacer un nudo de dimensiones colosales. El único camino posible para que Catalunya– y España -, empiecen a encarar la resolución de unos problemas que vienen de lejos. Enemigos no faltarán.

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Comentarios
  1. Una polémica muy importante ha surgido sobre si conceder el indulto a los presos políticos catalanes u otorgar la amnistía- Es obvio, que este distingo vale también para otros presos condenados por sus acciones ligadas a un motivo político.
    En el INDULTO solo se perdona el cumplimiento de la pena por la que están presos, y en la AMNISTÍA se elimina la pena por la que están detenidos. Obviamente, y tal como dice Jordi Cuixart, no es lo mismo.
    La realidad es que en ambas se sale en libertad pero con la Amnistía se obtiene una avance y con el indulto hay que agradecerle la «bondad» al gobierno de turno.
    ——————————————————–

    Otro presos político que necesitan nuestra solidaridad:
    Óscar Reina, secretario nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadores, realiza un llamamiento a la participación solidaria en la recaudación de fondos para sufragar la multa de 17.000 euros impuesta a Fran Molero, el joven sindicalista andaluz que fue condenado a 5 años de prisión por participar en una manifestación de «Rodea el Congreso».
    Molero fue detenido el 25 de abril del 2013, tras participar en una manifestación en la que la policía cargó duramente contra los asistentes, después de que un grupo de encapuchados comenzara a tirar piedras y a mover las vallas que limitaban el acceso al Congreso.
    En su día, denunció que lo que sucedió aquel 25 de abril fue que «varios policías infiltrados en la manifestación reventaron la protesta”. El sindicalista explicó, igualmente, que cuando lo llevaron detenido a la comisaría de Moratalaz «vio a agentes ataviados con símbolos de izquierda y pañuelos palestinos».
    «Eran los mismos -aseguraba en 2018 – que habíamos visto meter baza ante el Congreso».
    Pese a ello Molero fue procesado y condenado por “atentado a la autoridad y lesiones”, con la palabra de los policías como única «prueba» de la acusación.
    https://www.gofundme.com/f/apoyo-a-fran-molero-para-costear-la-multa-del-25a?fbclid=IwAR3e7zmxkKmaY47XG1SCvvGUZUAlY7JLSLAnPXsDfDC78RYNSAjL_MyM9Fk

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