Sociedad
La igualdad de género que promueve la UE no se traduce en sus políticas y presupuestos
Según un estudio del Tribunal de Cuentas Europeo, la Comisión Europea ha prestado escasa atención al análisis de género de las políticas y programas comunitarios, y ha utilizado pocos datos e indicadores desglosados por sexo.
La igualdad y la perspectiva de género son habituales en los discursos y debates de la UE. Sin embargo, a la hora de la verdad, aún no se traduce como hechos en las políticas y las inversiones presupuestarias de la UE. Es la principal conclusión de un informe publicado por el Tribunal de Cuentas Europeo, que analiza las cuentas comunitarias desde 2014 hasta la actualidad.
«Pese a los compromisos contraídos, los progresos en igualdad son demasiado lentos. Está en juego la igualdad de género en Europa, y sabemos que las repercusiones de la pandemia de COVID-19 varían en función del género», ha afirmado Eva Lindström, miembro del Tribunal de Cuentas Europeo. «Ha llegado el momento de que la Comisión actúe y empiece a utilizar los presupuestos con perspectiva de género en el nuevo ciclo 2021-2027 y en el Instrumento Europeo de Recuperación», ha añadido.
Según el informe, la Comisión Europea ha prestado escasa atención al análisis de género de las políticas y programas de la UE, y ha utilizado pocos datos e indicadores desglosados por sexo. Por ejemplo, de los 58 programas de gasto del marco financiero plurianual 2014-2020, solo cuatro contenían referencias explícitas a la promoción de la igualdad de género como uno de sus objetivos, y solo cinco disponían de indicadores relativos al género. No obstante, en los ámbitos en los que se establecieron requisitos legales detallados, facilitó la incorporación de la igualdad de género en los programas.
Estrategia de igualdad de género
La estrategia de igualdad de género de la Comisión para 2020-2025 señala, además, que «la igualdad de género genera más puestos de trabajo y una mayor productividad». Según un estudio del Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE), la mejora de la igualdad de género podría conducir a un aumento del PIB de entre el 6,1% y el 9,6% para 2050, con un impacto potencial en el PIB en determinados Estados miembros de hasta un 12% para 2050.
«La igualdad entre mujeres y hombres debe promoverse activamente en todas las etapas de la formulación e implementación de políticas, incluso en áreas que pueden parecer no tener relación», insiste el Tribunal de Cuentas. El informe destaca que en los programas examinados en España y Rumanía se había respetado la igualdad de género con más frecuencia durante la fase de preparación que durante las fases de implementación y seguimiento. «Además, ambos Estados miembro habían realizado evaluaciones con anterioridad para determinar si las medidas previstas tendrían éxito en la promoción de la igualdad de género», dice el estudio.
Agricultura
El documento muestra también algunas dificultades que impiden aplicar la perspectiva de género, como esta cuestión que destaca de España y Suecia: Andalucía aplica el presupuesto con perspectiva de género en sus cuentas regionales. Utiliza alrededor del 90% de sus programas para promover la igualdad de género. Sin embargo, dice el documento, se excluye el Fondo de Garantía Agraria de Andalucía porque el sistema de pagos directos no deja margen para acciones positivas en relación con las mujeres.
Sobre Suecia también destaca que aplica presupuestos de género y tiene datos que demuestran las desigualdades en la agricultura. Pero las autoridades suecas explicaron que, dado que el presupuesto de género no es obligatorio según el Reglamento de pagos directos, no pueden utilizarlo para corregir las desigualdades.
«En nuestro dictamen, también criticamos la falta de información precisa sobre los ingresos familiares de los agricultores y la falta de requisitos para que los Estados miembro compilen estadísticas sobre los ingresos agrícolas disponibles. La falta de disponibilidad de tales estadísticas desglosadas por sexo también supone una gran laguna cuando se analizan los efectos de los pagos directos en la igualdad de género», concluye el informe.