Cultura

Boicot a los Globos de Oro por racismo sistémico

Entre los 90 periodistas que forman la polémica Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood no hay ninguna persona de raza negra.

Scarlett Johansson en la última gala con público de los Globos de Oro, en enero de 2020. REUTERS/MARIO ANZUONI

La asociación de la prensa extranjera en Hollywood (HFPA, en sus siglas en inglés) está formada por unos 90 miembros y es la encargada de conceder cada año los Globos de Oro. Entre los periodistas que la componen no hay ninguna persona de raza negra, lo que ha desatado la polémica y multiplicado los apoyos al boicot por parte de las principales estrellas del cine americano. La acusación de racismo sistémico ha sido la puntilla para una organización sobre la que pendían, desde hace años, sospechas de corrupción y quejas por su sexismo.

Scarlett Johansson ha instado a sus compañeros de profesión a que sigan su ejemplo y dejen de participar en las actividades de la HFPA. Según expresó la actriz en un comunicado, las rondas de promoción organizadas por la asociación se convirtieron para ella en un suplicio por la impudicia con la que se manejaban algunos de sus miembros. “Significaba hacer frente a preguntas sexistas y a comportamientos que rayaban con el acoso sexual”, afirmó. Por eso pide a la gente del cine que dé “un paso atrás” hasta que la asociación emprenda una reforma profunda. Tom Cruise, por su parte , ha devuelto a la organización los tres premios que ha ganado a lo largo de su carrera, por Nacido el 4 de julio (1990), Jerry Maguire (1997) y Magnolia (2000). La cadena que ha retransmitido la ceremonia de entrega de los Globos de Oro desde 1996, la NBC, ya anunciado que no lo hará en 2022. Amazon, Netflix y TimeWarner se han sumado también a la campaña de rechazo a la HFPA.

El terremoto comenzó con las acusaciones de corrupción publicadas por Los Angeles Times el pasado mes de febrero. La información recogía el testimonio de Kjersti Flaa, periodista noruega radicada en Los Ángeles (y cuya solicitud de entrada en la HFPA fue rechazada), que aseguraba que los miembros de la asociación aceptaban pagos bajo cuerda de los estudios, las cadenas de televisión y las mismas estrellas a las que premiaban. Su opaco funcionamiento, su restringida composición y la falta de cualificación de alguno de sus miembros ha colocado a la organización de los Globos de Oro contra las cuerdas.

Una asociación sospechosa

Para comprender la errática y sospechosa trayectoria de la HFPA hay que recordar que ésta negó la entrada a su exclusivo club a los corresponsales de The Times y de Le Monde. Sin embargo, tiene entre sus filas a un antiguo culturista ruso que apareció en varias películas de serie B y a la viuda de un actor de Tahití que escribió puntualmente para los medios de su país. Obviamente, no todos los componentes del jurado responden a un perfil tan estrambótico. Entre ellos hay representantes de la prensa respetable, como los periodistas de Le Figaro y El País.

Los Globos de Oro son los segundos premios en importancia de la industria cinematográfica estadounidense, sólo por detrás de los Oscar. La organización ingresó hasta 25 millones de dólares por sus últimas galas de premios, retransmitidas a televisiones de todo el mundo a través de la señal de la NBC.

Desde su primera edición, en 1944, se los considera la antesala del premio gordo de la industria, los Oscar, por lo que no han faltado productores que han hecho, presuntamente, generosas donaciones a la asociación para influir en el voto del jurado. De esa forma marcaban la agenda de toda la temporada de premios. Según lo denunciado por Scarlett Johansson, uno de los magnates del cine que aparecen mezclados en este turbio asunto (otro más) es Harvey Weinstein, juzgado y sentenciado a 23 años de cárcel por varios delitos sexuales.

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