Política
Esperanza Gómez: “¿Buscar la polarización para que la gente vote? A la gente hay que resolverle los problemas del día a día”
La coordinadora de Más País Andalucía, Esperanza Gómez, analiza en esta entrevista los resultados de Madrid y la proyección del partido sobre otros territorios donde gobierna la derecha.
Los buenos resultados de Mónica García al frente de Más País en la Comunidad de Madrid, pueden abrir un nuevo escenario en otros territorios donde la derecha está gobernando con el aval de la ultraderecha. Es lo que ocurre actualmente en Andalucía. Esperanza Gómez (Sevilla, 1974) fue diputada en el Parlamento autonómico y senadora, participó en la fundación de Podemos y formó parte del partido de Pablo Iglesias hasta que Íñigo Errejón configuró Más País. El pasado octubre, Gómez, doctora en Derecho Constitucional, fue elegida coordinadora general de Más País en Andalucía con el 88,8% de los votos.
¿Qué lectura hace de los resultados de Madrid? ¿Serán extrapolables a España en las próximas generales?
El resultado nos refuerza y demostramos que podemos ser una alternativa verde y de progreso, y que una fuerza que reivindica la necesidad de una transición ecológica tiene espacio en España. Ser una fuerza verde era algo que no tenía sentido para algunos sectores. Y la justicia social solo puede venir de la mano de la transición ecológica. La ola verde que recorre Europa también puede implantarse en España. Sobre si puede haber convocatoria electoral pronto o no, yo creo que estos resultados alejan ese escenario.
¿Cree que Pedro Sánchez está desaparecido?
Claro, porque yo creo que se olían lo que iba a pasar. Es un fracaso de Moncloa porque el candidato y la estrategia han sido decididos y pilotados desde Moncloa. Él se puede esconder todo lo que quiera, pero no creo que la responsabilidad sea exclusivamente de Gabilondo, al que le vienen marcando los pasos.
Sobre el éxito de Ayuso. ¿Cree que se debe más a ella o a la desunión de la izquierda? O dicho de otro modo: ¿qué responsabilidad tiene la izquierda en el ascenso de Ayuso?
Para hablar de nosotros, de Más País, me gusta decir que somos una alternativa progresista. A nosotros en concreto no se nos puede achacar nada porque hemos crecido y hemos venido a sumar. Lo que ha podido hacer la izquierda ha sido regalarle el marco discursivo a Ayuso. Ella estaba muy cómoda hablando de comunismo y libertad y no hablando de la cantidad de problemas que tienen los madrileños y las madrileñas, desde la atención primaria, el desastre que ha sido la gestión de la pandemia… Y lo que no puedo entender es cómo el PSOE y Unidas Podemos le regalan el marco y entran en las frases grandilocuentes y no se ponen a cuestionar cuánto vale la vivienda, qué pasa con el metro y todos los problemas que tiene Madrid. ¿Buscar la polarización para que la gente vote? A la gente hay que resolverle los problemas del día a día. Ayuso y Vox se han visto comodísimos en este escenario, diciendo frases vacías ya tenían hecha la campaña. Yo creo que nosotros hemos roto esa brecha y sí hemos hablado de lo que de verdad importa. Y creo que por eso a nosotros nos ha ido bien.
¿Cómo se puede traducir el éxito de Mónica García en Madrid en unas autonómicas en Andalucía?
Nosotros nos presentamos en las generales solo en cuatro provincias. Nos dimos un tiempo de reflexión a nivel federal y decidimos que queríamos construir Más País, pero dejando que cada territorio se organizara como considerara oportuno. Eso suponía que en cada territorio, tenemos unos documentos propios, nos llamamos de una manera y los tiempos los decidimos nosotros. Hay absoluta libertad. Y por eso hay territorios que todavía no están constituidos porque no han tenido tanto tiempo o la pandemia han hecho que paren… Queríamos una asamblea presencial pronto porque queremos un nivel alto de participación aquí en Andalucía. En octubre hicimos el congreso y en diciembre hicimos la inscripción en el registro de partidos. Somos un partido propio, Más País Andalucía.
Tenemos una dirección autonómica y estamos conformando las direcciones provinciales y locales en un proceso también muy abierto, en el que no hay plazos establecidos. Conforme van apareciendo militantes que se interesan por la organización, ellos deciden cómo hacerlo. Y a la vez tenemos reuniones, estamos abriendo conversaciones con algunas formaciones que están en el ámbito local y con las que sintonizamos. Por tanto, habrá territorios en los que estemos nosotros como Más País y otros, como Granada, en los que Más País no se va a implantar porque existe Vamos Granada, que se ha transformado en Vamos Granada Más País Andalucía. Y estamos colaborando también de manera informal con algunos concejales de Actúa y así vamos.
¿Va a haber una papeleta de Más País Andalucía en las próximas autonómicas?
Sí, nosotros nos vamos a presentar. Nos gustaría continuar con la alianza con Equo y tenemos muy buenas relaciones. Nos gustaría presentarnos con la marca estatal pero a la andaluza.
¿Y con otras fuerzas de izquierda?
Nosotros tenemos un marcado perfil propio. Lo sabíamos antes de lo que ha pasado en Madrid y eso ha venido a demostrarlo. Aspiramos, ahora modestamente porque estamos empezando, a liderar el espacio de progreso en Andalucía. Y eso no significa que, si llegamos al Parlamento como deseamos y creemos que puede ser, no lleguemos a acuerdos para que no siga gobernando la derecha. Eso no lo vamos a dudar ni un segundo. Pero desde formaciones diversas y acudiendo con nuestra marca. Sí que estamos abiertos a aquellas organizaciones que compartan nuestro ideario y quieran colaborar con nosotros. Vamos a hablar con ellos, pero lo que no queremos es renunciar a nuestra identidad.
«Juanma no lo está haciendo mal», se escucha en círculos que no son precisamente de derecha. ¿Se debe esa percepción a una falta de oposición?
No me extraña que haya cierto consenso en que Moreno Bonilla no lo ha hecho tan mal porque nadie está diciendo lo que hace mal. Es desolador lo que está pasando en el Parlamento de Andalucía. Por un lado, el PSOE está mirando a su parte interna. No para de hacer cosas pero son cosas de militancia. Pensando en la facción de Susana Díaz y en todas las demás. Y es desolador porque llevan meses. Y, además, les ha costado mucho recomponerse tras perder el gobierno. Ser oposición no es fácil sin tu red clientelar. En eso les está costando, claramente.
Y luego lo que ha pasado en Unidas Podemos, en Adelante Andalucía, la pelea interna, la imagen que eso ha dado, que provoca mucha desafección. Sobre todo, yo creo en el votante de izquierda que se demuestra bastante exigente a la hora de votar y que si no le gusta ninguna de las opciones preferirá quedarse en casa. Por tanto, yo creo que esa percepción sobre Juanma Moreno se produce por incomparecencia de la izquierda ahora mismo. Lo que está pasando con la educación pública a mí me tiene aterrada, porque además nadie habla de ello. Ese es el problema. Yo no he visto manifestaciones como las que hay ahora con tan poca representación política. No hay una oposición. No hay un discurso alternativo. A mí me han llamado algunos colegios donde están cerrando líneas y me alucina que nos llamen a nosotros.
¿Cuáles son las principales batallas en Andalucía?
En el corto plazo, los servicios públicos. La educación pública la van a desmantelar en una legislatura y luego vamos a necesitar 20 años para recomponerla. La falta de apoyo, el cierre de líneas, la ratio tan elevada… Y no en colegios cualquiera, sino en colegios punteros. La sanidad: ¿citas telefónicas de dos minutos y medio? Y lo que está pasando en servicios sociales. Se están gastando mucho dinero en contratar a gente para la tramitación de ayudas y luego las ayudas no llegan. La mayor urgencia que tenemos es que el modelo productivo andaluz basado en el monocultivo del turismo, de poca calidad la mayoría de las veces, va a ser muy difícil que se recupere.
Y aunque se recupere, ¿es razonable esperar que vuelvan los turistas para volver a hacer lo que hacíamos? A ver si funciona el pasaporte de las vacunas y salvamos la temporada… No, salvar la temporada no. Hay que pensar a medio plazo. Y ahora te enteras de que con los fondos europeos quieren construir un teleférico de Granada a Sierra Nevada, una circunvalación en no sé dónde. Cuando nosotros lo que tenemos que hacer es cambiar la estructura andaluza, la industria, que no tenemos, y convertirla en un centro industrial verde. ¿Es fácil? No. ¿Es rápido? No. Pero rendirnos es lo que yo no entiendo. De lo contrario, es condenar a nuestros hijos, a nuestros jóvenes a que aquí no haya futuro. Ahora se cierra Airbus de Cádiz… Yo no sé qué queda.
Hay que apostar por el i+D+I. Y veo que ni la derecha ni la izquierda ahora mismo tienen un plan. Nosotros creemos en la Administración emprendedora, la idea de que la Administración puede ayudar a captar fondos privados para hacer i+D+I y que es fundamental para crear empleo, el empleo no se crea solo. Pero eso requiere que haya gente pensando. En el Gobierno de la Junta, la impresión que tengo, es que no hay nadie pensando en eso.
El vicepresidente andaluz, Juan Marín, dijo que Ciudadanos había hecho una buena campaña en Madrid. Tras la deriva del partido creado por Albert Rivera, ¿cómo ve el futuro de Ciudadanos en Andalucía, donde obtuvo casi los mismos diputados que el PP en las pasadas autonómicas?
Creo que cuando un partido comienza un proceso de descomposición como el que se empezó en Murcia, es muy difícil que sobreviva. Cuando haya elecciones, desde luego el resultado que tienen ahora no lo van a tener. Y si sumaran las fuerzas de la derecha, que espero que no, el problema lo tendríamos porque el socio preferente sería probablemente VOX, como ha pasado en Madrid. Aquí parece que está de tapadillo, pero está marcando la agenda con el pin parental, la violencia machista… Imagina siendo el socio preferente. A mí me aterroriza la idea
Diez años después del 15-M, ¿cómo definiría la sociedad en la que vivimos actualmente?
En estos diez años, nuestra sociedad no ha cambiado a mejor. No creo que tengamos mejores expectativas que hace diez años, para nada. Aquello fue una oportunidad perdida pero sí que demostró que la ciudadanía, cuando se planta, tiene la posibilidad de cambiar los designios de un país. Hay que reivindicarlo por lo que fue. Pero cuando he visto la campaña de Madrid hablando otra vez de fascismo, antifascismo, comunismo o libertad, ¿qué queda ahí del 15-M? Nada.
¿Usted se esperaba la retirada de la política activa anunciada por Pablo Iglesias?
No sé si me lo esperaba pero no me ha sorprendido. En círculos de gente que ha conocido a Pablo no se ha visto como algo raro. Después de dejar la vicepresidencia era extraño pensar que se iba a quedar en la Asamblea de Madrid. Lo que sí me sorprendió fue que dejara la vicepresidencia.
¿Ha hablado ya con Íñigo Errejón?
Hemos intercambiado mensajes entre los territorios, pero cosas muy básicas. Tenemos pendiente vernos. Pero necesitamos unos días de reflexión.
¿Qué papel va a tomar la ultraderecha ahora?
Aunque la ultraderecha no haya crecido y se haya roto esa línea de crecimiento que parecía que iba a llegar hasta el infinito, tienen una presencia fuerte y, lo más importante, son determinantes en gobiernos. Me preguntaban que si había que hacerle un cordón sanitario a VOX. Una vez que están en el Parlamento, hay que trabajar con ellos. Yo nunca pactaría con ellos porque el límite está en el respecto a los derechos fundamentales y, si alguien que te dice que los menas son asesinos o que las mujeres también matan a los hombres negando la realidad, no se merecen que tú pactes con ellos. Eso no significa que si VOX apoya una iniciativa que ha presentado la izquierda la vayas a retirar. Eso es absurdo.
Pero en el lado de los gobiernos, un Estado democrático marcaría una línea roja y diría que yo no puedo ser presidente o presidenta con la presión de una fuerza como esta. Lo que pasa es que el PP, en ese sentido, no tiene ningún pudor. Ya lo hemos visto. Y a mí lo que me preocupa de esto es que piensen que el modelo Ayuso es el que funciona y, por tanto, hay que ser más de ultraderecha que VOX. Está por ver. Yo creo que ese modelo no es extrapolable al resto de España aunque, después de lo que ha pasado, cualquiera sabe. Hemos hecho muchos chistes en Twitter, pero los 64 escaños están ahí.
Como estuvo Trump…
Exacto. Estuvo e hizo todo el daño que pudo. Por eso tenemos que repensar cuáles son las estrategias de oposición. Y creo que el secreto está en hablar de las cosas que realmente importan: ¿Tú llegas a fin de mes? ¿Cuándo te cuesta el piso? ¿Tienes la vivienda aclimatada? Si hay otra pandemia, ¿tu hijo cómo hace los deberes, tiene ordenador? ¿Tu médico te atiende, tienes ansiedad? Todas estas cuestiones desmontan el discurso de la ultraderecha, porque la ultraderecha no tiene discurso para el día a día, lo que tiene son grande proclamas.
He aquí las reflexiones de un curtido luchador:
Frente a lo que nos viene en términos económicos y sociales, frente a lo que puede venir en términos políticos, hace falta sumar fuerzas, programas de mínimos y frentes amplios.
¿Qué parte de esto no se entiende? Ahora no estamos paradiscutir los programas de máximos, porque de entrada los mínimos están siendo atacados. Ya vendrán los máximos.
(Arnaldo Otegi, «Gara», 10/5/2021)
Lo de Madrí
Aunque hay más comunicólogos que madrileños el resultado de las elecciones no ha sido suficientemente explicado. Prácticamente nadie ha opinado sobre el asunto y el paisanaje de la capital deambula por las calles buscando las claves que las almadrabas sociales no aciertan a descifrar.
Parece ser que las y los votantes han elegido a la señorita Ayuso y nadie sabe cómo ha sido. El señorito Marista Mar, madrileño de Valladolid, que es Madrid dentro de Madrid, acertó con su tratamiento homeopático. Menos mal que estoy yo de guardia, sin vacunar y sin cenar, para deshacer entuertos y poner las cosas en su sitio; Las peras con las peras y las manzanas con las manzanas.
Nadie dice que se hayan puesto chis en las cañas para controlar el voto porque todo el mundo sabe que los chis tienen que ser intravenosos o funcionan regular. La alegría de vivir, caca de lujo, la libertad versión Perales, la pandemia chino-cansina y un costillar del porco governo, parecen ser los ingredientes del potaje preparado en Génova para servir, puerta por puerta, de Alcorcón a Chamberí de Pozuelo a Leganés.
A los vagos nos sobra el tiempo y como según dicen los empresarios el tiempo es dinero, no nos falta de nada. Los vagos somos una minoría, una élite subvencionada por Soros, y tenemos el superpoder de gastar una mañana dormitando delante del televisor entre Anas Rosas, Ferreras Roché, Grisús y Paul Cintoras. Si paramos para el café y el cigarro, en todos los curros se fuma, podemos limpiarnos lo que viene siendo el culo con las ásperas hojas del ABC, con cuidado porque llevan grapa, o con la portada de “La Razón” que al ser un periódico de mierda se funde en su mismidad. Tenemos además la posibilidad de seguir sin esfuerzo alguno los ingeniosísimos trinos de candidatas y candidatos esforzándose en convencernos de la bondad diferencial de su exclusivo producto, o de bucear en el yo tuve buscando la explicación definitiva a cualquiera de nuestras más íntimas dudas: ¿Cuantos habitantes hay en Catalañazor? ¿De qué color es la tapa del váter de Kim Yong-un? ¿Es Revilla un illuminati o una anchoa transgénica?
Los vagos somos capaces de leernos las obras completas de Don Benito Pérez Galdós por no hacer un cursillo del paro sobre cómo inventarse un currículum. Por eso reflexionamos más de un día cada cuatro años.
Es difícil pensar, informarse y discernir sobre cortes epistemológicos u ontología mientras repartes pichas en vinagre sobre una bicicleta doce horas al día o te comes un atasco identitario cada mañana a la ida y otro a la vuelta, deslomado y de noche. No es fácil tampoco interpretar gráficos económicos de la unión europea a la vez que crías tres zangolotinas, o zangolotinos, en un armario ropero con baño y cocina sin poder bajar al parque.
La geografía de los misterios también es un factor a tener en cuenta. Madrí resulta que tiene Castilla al norte, Castilla al sur, Castilla al éste y Castilla al oeste y, por un milagro de la Al-Mudaina o de la Santa Transición, no es Castilla. Castilla puede tragarse a León o a La Mancha, morcilla y queso incluido, pero Madrí hace bola. Es, como todo el mundo sabe, otra cosa, tautológica sí, pero en algo se tiene que notar donde vive el Rey de la baraja, donde están los ministerios, el florentinato, el gobierno, el supremo, el constitucional, el millón de subsecretarios, la RAE o los mejores calamares congelados, que vienen a ser lo mismo, los hosteleros que más y mejor maltratan, mal pagan y explotan a sus trabajadores y el lugar en el que no tienes porqué encontrarte con el ex de la señorita Ayuso. Ah, la libertad.
No se debe, dice la gente bien educada, insultar a los electores. No le dejan a uno ni desfogarse. Algunos, no pocos, pueden ir cantando a voz en grito las coplas a perro Sánchez o poner un mariachi a Chepa Rata pero no se les puede llamar tarados y mucho menos fachas de mierda porque son muy susceptibles, se enfadan y no te votan. No todos son gilipollas entre Pinto y Valdemoro, nos ha jodido. Ni siquiera la mayoría. Pero también sería igualmente falso su contrario; No hay idiotas en Madrí igual que no hay homosexuales en Irán, por decreto de los Ayatolás.
Si en Catalunya quieren un referéndum tiene que votar toda España dicen los profesionales del decir. Aseguran así un no a la independencia como la Sagrada Familia de grande. Si toda España votara la independencia de Madrí saldría un si que dejaría pequeño El Escorial y España sería un donut. Dios da pan a quien no tiene dientes.
La madrileñofobia es la versión en neo lengua de un concepto creado para desactivar y convertir en patológico el histórico grito miles de veces coreado en todos los campos de las Españas, así, así, así, así, gana el Madrí. Cosas de los paletos resentidos de la España vaciada que no entienden la magia de la Mahou, ese pis embotellado.
Que sí. Que debajo de la boina sabemos que en la villa de Madrí, como en Rabat, Viena, Beirut, Saigón o Calcuta vive gente maravillosa con problemas reales. Personas que no merecen entrar en generalizaciones, con sus razones específicas, sus fatiguitas y su palpitante corazón. Pero resulta que Madrí, además de villa, donde viven los villanos, nosotros, los nuestros, es corte. Y en la corte viven los cortesanos. Cabe la posibilidad de que los cortesanos sean tirando a comemierdas profesionales de la corrupción, farloperos de misa y puticlub, no necesariamente en ese orden o mercenarios del viva quien vence.
La chulería de la señorita Ayuso parece que es idiosincrática. Dice que el Zendal es la primera maravilla del mundo y que las residencias de mayores en Madrí son como el Ritz. Señorita Ayuso, a vacilar a La Cibeles que es inmune, de piedra y no se gasta. Y no venga mucho por la periferia porque nuestros mejores vecinos, según usted, se fueron a Madrí a servir. Los que quedamos somos lo peor. Gente poco recomendable que cuida ganado y pide favores al señorito. Milana bonita.
… lo de fascismo, cada día está más claro.Lo de democracia, no tanto. Lo que se cuestiona es más bien “Fascismo o Régimen del 78”. Y a estas alturas de la película identificar Regimen del 78 con Democracia casi suena a tomadura de pelo.
O es necesario recordar:
– ¿Quién elige al jefe del Estado? Y vaya dos.
– Seguimos siendo el país con más fosas, con la fundación Franco y el Valle de los caídos.
– El machismo campea casi impune, porque las sentencias son una burla.
– La Iglesia católica sigue gozando de privilegios fiscales y no piensa devolver lo que ha robado legalmente (Inmatriculaciones). Ni el régimen se lo va a exigir.
– La oligarquía heredada del franquismo sigue expoliando al Estado impunemente con la colaboración de una judicatura corrupta y autoritaria guardiana de los privilegios y las esencias del franquismo.
Y etc. etc.
No. Estás elecciones en Madrid no van de “Fascismo o democracia”. La democracia en España es la gran ausente. (José Luís Iglesias – Asturias Laica)
No creo que sea justo lo que dices. Yo he seguido muy al día la campaña de Unidas Podemos en Madrid y lo que dices no es cierto. La crispación ha sido creada y difundida por los mismos medios de comunicación que han linchado a UP desde que entro en el gobierno.
No creo que sea buena idea señalar como responsables a las fuerzas de izquierda y a Mas Madrid, que tiene su historia, sus errores decir que habéis sido los únicos que habéis planteado una oposición correcta.
La soberbia no es buena consejera.
EL MADRID que por lo visto quieren lxs madrileñxs, ¡cuanta cabeza hueca!:
Isabel Díaz Ayuso, la discípula de Aguirre, «condesa del Tamayazo»:
Privatizaciones, neoliberalismo aznariano, o sea el más agresivo, y recortes de derechos, mientras SUBVENCIONARA CON 1 MILLÓN DE EUROS 18 FESTEJOS TAURINOS.
El gobierno de Isabel Díaz Ayuso quiere reactivar la celebración de festejos taurinos dentro de la comunidad, subvencionando con alrededor de un millón de euros para la Fundación Toro de Lidia, que organizará una ‘gira’ de nueve corrida de toros y nueve novilladas.