Sociedad
Dossier #LaMarea82 | Y ahora, ¿qué hacemos con los bares?
Han sido unos de los negocios más afectados por la pandemia: algunos han echado el cierre definitivo y otros sobreviven como pueden. El escenario se plantea incierto para un sector importante en la economía española en el que la precariedad y la explotación ya existían. ¿Qué alternativas hay? ¿Podríamos vivir sin los bares?
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Quién no ha echado de menos un café, esa tostada que ni siquiera tienes que pedir porque el camarero o la camarera ya sabe que la quieres con un poquito de aceite o con el aguacate que tú misma le llevas para toda la semana… Quién no ha visto o ha escuchado o ha leído, durante este año largo que llevamos de pandemia, las dificultades y los ERTE y los malos momentos de personas que han dedicado su vida a lo que les ha dado de comer durante años: el bar.
Estamos hablando de los bares de barrio, de los negocios que han sustentado la economía de muchas familias y de esos lugares que, desde el punto de vista antropológico, han servido de encuentro de tantas y tantas personas que necesitan, por unas circunstancias o por otras, socializar. Como dice el antropólogo José Mansilla en el dossier de este número, los bares en España forman parte de nuestra identidad.
La pandemia, como saben, ha acabado con muchas cosas. Y muchas otras las ha puesto en revisión. La explotación y la precariedad ya formaban parte, también, de esa realidad hostelera que ha sufrido una debacle con las restricciones impuestas por la COVID-19. Y han nacido, además, otras fórmulas cuestionables como las dark kitchen, cocinas industriales fantasma que se sirven de plataformas como Glovo, Deliveroo o Uber Eats para enviar sus pedidos.
¿Qué peso deben tener los bares en la economía española? No lo sabemos con certeza. Lo que sí creemos es que no debe ser mayor, en consonancia con nuestro anterior número, que el que debería tener la ciencia en este país. Eso, obviamente, no quiere decir que los bares deban desaparecer. Sino todo lo contrario. A lo que invitamos con este dossier es a reflexionar sobre los modelos de hostelería y, como argumentan trabajadoras y trabajadores del sector en estas mismas páginas, a ayudar un sector desde la coherencia, no desde la propaganda, como denuncian que hace la todavía presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Esa es otra incertidumbre con la que hemos vivido en este número, publicado antes de las elecciones del 4 de mayo. Pero sí contamos con un análisis interesante que puede darnos una idea de dónde venimos en realidad: se cumplen diez años del 15-M. ¿Dónde estábamos entonces? ¿Dónde estamos ahora? La Marea, por ejemplo, no existía.
Aprovechamos, por tanto, para agradecer a todos los lectores y lectoras que se están suscribiendo a la revista para poder hacer sostenible de una vez por todas este proyecto que –esto también lo saben– necesita muchas más manos. Gracias a quienes estáis desde el principio, a quienes habéis ido llegando. Gracias por estar siempre ahí.
Entre las historias en profundidad, publicamos dos reportajes sobre las consecuencias de los incendios en España. ¿Qué pasa después de las llamas? Viajamos con Cláudia Morán y Brais Lorenzo por el norte, y con Olivia Carballar y Laura León, por el sur.
En este número vamos también a Extremadura, donde Dani Domínguez hace un repaso por los proyectos mineros que se acumulan en la zona. Laura Villadiego analiza el estado del comercio marítimo. Y Mónica G. Prieto nos cuenta desde el Open Arms las vidas que se quedan por el camino.
También incluimos una entrevista con mucha perspectiva de clase con Remedios Zafra, que ha publicado nuevo libro. Y una nueva edición del suplemento cultural, El Periscopio, coordinado por José Ovejero y Laura Casielles. Además, como nota final, el incordio de Ana Carrasco-Conde.
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No lo sé, mientras no sirvan para acusar de terrorismo….
Cómo una pelea de bar acabó en una acusación de terrorismo.
En la madrugada del 15 de octubre del 2016, tiene lugar una pelea en un bar de Altsasu (Navarra); un teniente de la Guardia Civil fuera de servicio es trasladado en ambulancia al hospital. Los médicos confirman que tiene un tobillo roto. La noche termina con dos detenidos que son puestos en libertad dos días después.
La Policía Foral de Navarra se encarga de la investigación, sin embargo la propia Guardia Civil se hace cargo del caso. La noticia salta a la primera página de los periódicos de tirada nacional y Altsasu empieza a aparecer en todos los medios de comunicación como un municipio hostil dividido en dos bandos, donde una parte de la población tiene sometida a la otra.
En una espectacular operación mediática se detiene a ocho jóvenes y siete de ellos son encarcelados a 400 kilómetros de sus casas. Ingresan en prisión provisional bajo un duro régimen reservado a acusados de terrorismo que incluye el aislamiento total durante 22 horas al día y la intervención de todas sus comunicaciones. El fiscal pide un total de 375 años de cárcel por delito de terrorismo. Serán juzgados por un tribunal de excepción; la Audiencia Nacional.
Lo ocurrido sacude de arriba a abajo la vida de los ocho jóvenes y la de sus familias, que tienen que aprender a vivir bajo la presión y la amenaza de una pena de cárcel para toda la vida.
DOCUMENTAL «ALTSASU (AQUELLA NOCHE)» (VÍDEO)
https://canarias-semanal.org/art/30498/documental-altsasu-aquella-noche-video