Política

Ayuso rompe España

La presidenta madrileña promete una improbable bajada de impuestos. Sus políticas, en cualquier caso, ya empobrecen y dividen al resto del país.

Isabel Díaz Ayuso en el plató de 'La Sexta Noche'. LA SEXTA / ATRESMEDIA

Sin impuestos, entre otras muchas cosas, no hay vacunas. La relación entre las vacunas y el descenso en el número de muertes en las residencias para mayores es evidente. Sin embargo, Isabel Díaz Ayuso ha anunciado “la mayor bajada de impuestos de la historia” en la Comunidad de Madrid si gana las elecciones del próximo 4 de mayo. Ayuso, como buena neoliberal, es una jugadora de ventaja. Oficialmente está “contra el Estado” pero en el fondo sabe que el Estado no tiene entre sus líneas maestras abandonar a su suerte a los más vulnerables. Acudirá a asistirlos, mal que bien, en la medida de sus posibilidades y su ideología. Y se aprovecha de eso, claro.

Hace ya muchos años que los políticos del Partido Popular anuncian en sus campañas electorales enormes bajadas de impuestos. Una vez en el poder, nunca las hacen. Rajoy, de hecho, los subió espectacularmente en 2012. Entre otras cosas porque no sería muy inteligente vaciar la caja de la que viven, pero ya volveremos sobre eso más tarde. Articularon, eso sí, procedimientos para que una improductiva clase rentista pagase menos o directamente no pagase. La creación de las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV) sería un buen ejemplo.

En el caso particular de Madrid, se decidió que el impuesto de sucesiones quedara totalmente exento. Por poner un caso concreto: si alguien hereda una fortuna formidable por la cual, según la ley, debería pagar 14 millones de euros en impuestos, la Comunidad de Ayuso le devuelve esos 14 millones. Los saca de la caja pública a la que han contribuido todos los madrileños y las madrileñas (que sí trabajan, pagan impuestos y financian las vacunas y los ERTE que han salvado a tantas empresas de la quiebra) y se los retribuye al rico heredero. El caso, neutralizado finalmente por la Agencia Tributaria, es real.

Con las empresas, aunque no de forma tan obscena, ocurre algo parecido. Una simple búsqueda en Google presenta un listado de compañías que ofrecen sus servicios para domiciliar empresas del resto de España en Madrid y beneficiarse así de sus ventajas fiscales. Ellas se encargan de todo, del cambio de domicilio social y de la gestión del correo. Se trata de introducir un bucle territorial para eludir un porcentaje de impuestos. Esto afecta, evidentemente, al equipamiento de los colegios y al óptimo rendimiento de los centros de salud de toda España.

Madrid, enemiga de España

Ayuso contribuye a la división entre españoles. Lo hace en el plano territorial, al extraer artificialmente recursos públicos de otras Comunidades Autónomas, y también en el plano social, al aumentar la desigualdad entre ciudadanos de primera y de segunda, entre ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres y con peores servicios sociales. En suma, entre señoritos madrileños y trabajadores del resto del país.

Como buena neoliberal, considera que los pobres son pobres porque quieren, porque prefieren hacer las colas del hambre y cobrar la paguita que les da directamente Pedro Sánchez. Y retuerce los argumentos (y la gramática de la lengua castellana) para acusar a sus oponentes políticos. “Porque necesitan Madrid para seguir con su hoja de ruta, que es romper España, dividirla territorialmente y tener ciudadanos de primera y de segunda. Y de segunda, los mantenidos subvencionados [sic] que ellos crean [sic], como las colas del hambre para que la gente dependa de ellos [sic]”, afirmó Ayuso el pasado sábado en un mitin en Collado Villalba.

Quien vea a Ayuso como una persona incapaz, no solo de hablar con propiedad sino de gestionar adecuadamente un gobierno, se equivoca. Ayuso da sopas con honda a Sánchez, a Emmanuel Macron, a Angela Merkel y a Mario Draghi. Incluso al presidente del país que más rápido está vacunando: Joe Biden. Ella, lo asegura sin asomo de turbación, habría hecho en Madrid lo que ningún presidente del mundo ha logrado todavía: “Si no hubiera sido por el Gobierno, yo ya tendría vacunada Madrid al 100%”.

Conviene recordar los días que faltan para alcanzar la inmunidad de grupo (un 70% de habitantes vacunados) en los países en cuestión. Hay varias aplicaciones que lo calculan. Una de ellas, al cierre de esta edición, indicaba que en España faltan 177 días; en Alemania, 185; en Francia, 209; y en Italia, 235. En países como Dinamarca o Finlandia, con menos población que la Comunidad de Madrid, faltan 189 y 198 días respectivamente. Fuera de la Unión Europea, en Canadá quedan 150 días; en el Reino Unido, 115 días; y en Estados Unidos, 79. Ayuso ya estaría en el 0, con el 100% de madrileños y madrileñas vacunados. Ayuso gana a los países más avanzados de Occidente. Ayuso es mágica. Más que mágica: es todopoderosa, porque si uno atiende a sus postulados ideológicos, toda la población de Madrid estaría ya vacunada… ¡y sin pagar impuestos!

La rebaja de impuestos prometida por la presidenta madrileña en funciones no es más que palabrería malintencionada. El PP se vende como partido liberal pero no lo es en absoluto. Es neoliberal, y las diferencias entre una cosa y otra no son menores. Ayuso, como buena neoliberal, no está en contra del Estado. Muy al contrario, el objetivo de un neoliberal es introducir al Estado en el juego económico pero sin que tenga capacidad para actuar sobre el mercado. La meta es servirse del Estado, ponerlo a trabajar para unas élites económicas muy concretas. Se trata de explotar al Estado. Y en determinados casos, de saquearlo. Ayuso, si baja impuestos, será para beneficiar a los millonarios. A los trabajadores y las trabajadoras, muy probablemente, se los subirá, tal y como hizo Rajoy tras la crisis de 2008, para repartir el botín entre los suyos. En cada oficina bancaria de España debería haber un busto de Rajoy en agradecimiento por los servicios prestados.

Dadme la libertad

“Libre, libre quiero ser. Quiero ser, quiero ser libre”. Además de la estrofa de una rumba de Los Chichos podría ser el resumen de la entrevista que Ayuso concedió el pasado sábado en La Sexta Noche. La democracia es una cárcel para la presidenta madrileña. Lo que votan los ciudadanos y las ciudadanas, a su juicio, está mal porque le impiden sacar adelante sus proyectos. Ella necesita, prácticamente suplica, que la dejen libre.

“Ahora mismo, en mi cabeza está ser libre, y tener un proyecto muy claro de ciudadanos [sic] que quieren vivir como digo yo, a la madrileña, que es peleando, sufriendo, pero con pasión, viviendo la vida”, le dijo a Iñaki López, quien preguntaba una cosa y recibía como respuesta un galimatías que poco tenía que ver con lo preguntado. Cuando interrogó a la presidenta sobre su plan para tener vacunado al 100% de la población, Ayuso habló de la mala vigilancia en los aeropuertos, de la ausencia de test PCR en las farmacias y de la excelencia del Hospital Zendal, para concluir que la palabra “imposible” no existe en su diccionario. Entre los hispanos hay un verbo hermosísimo, ya aceptado por la RAE, que sirve para definir esta clase de discursos: cantinflear.

Iñaki López
Iñaki López tratando de entender a la presidenta madrileña. LA SEXTA / ATRESMEDIA

Cuando se le preguntó por la incidencia de contagios en Madrid, que duplica la media nacional, Ayuso, que para todo tiene una respuesta (insólita), recurrió a la excepcionalidad de su región: “Madrid se ha de comparar con sus propias cifras”. Madrid, por lo visto, es incomparable.

“Si no fuera por todo lo que está haciendo Madrid, el país se hundiría”, aseguraba Ayuso, encumbrándose, cuando le sacaban alguna cifra.

—Vamos por orden —rogaba el entrevistador ante un chorreo imparable de divagaciones—. ¿No se hunden las personas que han perdido familiares queridos precisamente porque no se han tomado medidas más restrictivas, como pueden ser el control de los aforos o el cierre de los locales?

—No estoy de acuerdo en absoluto. No hay un solo informe sanitario que diga que la mayoría de los contagios se están produciendo, por ejemplo, en la cultura o en la hostelería.

—Sí que hay estudios que aseguran que la hostelería es una vía de infección. Al igual que la excesiva concentración de gente, como la que hay por ejemplo en el metro, que es competencia de la Comunidad —replicaba Iñaki, luchando a brazo partido.

—Hay que ser conscientes también de que no es lo mismo que una persona con 22 años o con 25 pierda el empleo y que, de una u otra manera, la vida le va a dar muchas oportunidades [sic]. Lo que está pasando, no sólo en este país, pero especialmente en él, que es lo que a mí ahora me compete, es también algo durísimo [sic]. Estamos provocando que personas que tienen 60 o 65 años, que no tienen capacidad para recuperarse, después de toda una vida creando empleos, se vayan directamente a las colas del hambre. Y eso también es salud. Y esas familias que ven cómo cierran sus negocios a cal y canto, como está pasando en toda España, son personas que tienen que pagar nóminas, los alquileres, y es que no es gente que pierde solo el empleo, es gente que se arruina para toda la vida. Estamos obligados a conjugar las dos cosas. Y salud y economía no están enfrentadas [sic].

En realidad, sí lo están. Igual que medioambiente y economía. Pero ese sería tema para otra discusión. Iñaki López, que escuchaba a la presidenta haciendo esfuerzos titánicos por comprenderla, le respondió con cifras: el PIB de Madrid baja y el paro sube.

—No estoy de acuerdo —respondió Ayuso—. Iñaki, las cifras que tú quieras.

—No, no, las que yo quiera no. Las que son.

Pero nada. Ayuso tiene “otras cifras”, que en realidad son “las mismas”, y que dicen lo contrario. Y así todo.

El discurso de la presidenta de Madrid es tan oscuro, desconcertante o fantasioso que llegó a afirmar, en la misma entrevista, que empresarios y autónomos no quieren ayudas para afrontar la crisis de la COVID-19: “A estas alturas hay que preguntar al afectado, y te puedo asegurar que 10 de cada 10 te dicen que preferirían que no les hubiesen arrebatado sus vidas y sus proyectos comerciales, su dinero, y no estar ahora con una ayuda que, insisto, siempre llega tarde y llega poco [sic]”.

“Durante los dos últimos años no he podido gobernar con libertad”, añadió quien ha contado durante este tiempo con el apoyo solícito de Vox y, aunque con diferencias, con la lealtad de Ciudadanos. “Cuando he llevado deducciones fiscales a la asamblea [¡más deducciones, que no se diga!] me las han tirado abajo”.

“Lo que necesito ahora, teniendo un gobierno que ha pasado los dos años más difíciles que uno pueda imaginarse [tampoco es muy difícil imaginarse cómo será dirigir un gobierno local en Siria, pero hay que entender que con Ayuso todo es embrollado y superlativo], tengo un gobierno de grandes gestores [sic]. Con ellos quiero hacer un gobierno muy potente y tener la fuerza parlamentaria suficiente como para no tener que estar en brazos de ningún otro partido [¿negociar? ¿pactar? ¿eso en qué democracia se ha visto?] y sacar ya los presupuestos [en dos años ha sido incapaz de aprobarlos] y empezar a gestionar como una apisonadora [sí, han leído bien, imaginen el rodillo aplastándolo todo a su paso]”.

“Quiero sacar esto adelante, y cuando uno no es libre y tiene que estar todo el rato frenándose… [en una dictadura, efectivamente, todo es mucho más fácil]. Necesito fuerza parlamentaria”, imploró a la audiencia de La Sexta.

“No quiero depender de nadie. Soy una mujer libre e independiente y tengo un proyecto muy claro para Madrid. Y necesito empezar a crear empleo y bajar los impuestos de manera histórica en cuanto me sea posible… en cuanto salgamos ya de esta situación”. Ojo al matiz. Luego no digan que no les avisó y que no los bajó. O que se los bajó sólo a los ricos.

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Comentarios
  1. La ausencia del impuesto de sucesiones no le está quitando dinero al municipio como sugiere el articulo. Este dinero ya ha pagado impuestos en el momento en que el fallecido trabajó por el. El impuesto de sucesiones es un impuesto confiscatorio.

  2. Los impuestos de sucesiones y donaciones se centran en la persona que recibe la herencia, no tiene nada que ver con la persona fallecida.

    Es curioso, pero ya que admiran tanto al sistema americano, Bill Gates ya ha anunciado que sus herederos no van a recibir todo su patrimonio.

    La mayor parte va a una fundación.

  3. La mayor ventaja de Ayuso es el momento actual de cretinez e ignorancia supina del gran rebaño. Y ya se sabe: los pueblos de ovejas engendran gobiernos de lobos.
    Está ahí por la cretinez (salvo algunos vivos que viven a costa de los demás) del rebaño.
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    LIBERTAD PARA ESCLAVIZAR: LAS FALACIAS DEL ESLOGAN «COMUNISMO O LIBERTAD»
    La mentira reina en el mundo capitalista actual que algunos llaman de la “pos-verdad”. No es nada nuevo. Desde hace muchas décadas los grandes propagandistas saben que una mentira repetida muchas veces se convierte, para sus receptores, en una verdad.
    El lema “Comunismo o Libertad”, que la derechista Isabel Díaz Ayuso ha elegido para su campaña a la reelección como presidenta de la Comunidad de Madrid, contiene píldoras de falsedad cuya reiteración persigue que una ciudadanía de escasa formación política las metabolice como una verdad simple de malos y buenos. Para los fines de la propaganda, no hay nada como fabricar un muñeco de madera animado y hacer creer que es un ser vivo.
    Según Díaz Ayuso y sus aliados neo-fascistas de Vox, existe un “comunismo” que acecha en los partidos “de izquierdas” contendientes, en este caso: PSOE, Podemos y Más Madrid.
    Esta estrategia de la confusión no es nueva, ni original. Es una copia de la que aplicó en Estados Unidos el ultraderechista Donald Trump durante la última campaña electoral en la que aspiraba a revalidar su mandato. En varias ocasiones le oímos a él o a otros de su bando político decir que sus rivales demócratas son comunistas -¡Ahí es nada!
    Para estos ultraliberales, (nos hallamos ante una internacional ultraliberal muy bien organizada y financiada) ya se presenten como conservadores moderados o como abiertamente fascistas, libertad significa “libre mercado”. Para que ese “mercado”, es decir, la economía capitalista, sea “libre”, necesita despojarse de la intervención del Estado. De ahí que aboguen por rebajar o anular completamente los impuestos directos a los empresarios, mientras se mantienen a la clase trabajadora; y que el Estado no redistribuya esa riqueza en forma de servicios a la sociedad (sanidad, educación, transportes, prestaciones por desempleo, discapacidad, pensiones, residencias…).
    Libertad significa para ellos no sólo explotar al máximo a la clase trabajadora acabando con las leyes que regulan las relaciones laborales y con todo derecho laboral (vacaciones pagadas, días de asuntos propios, permisos de maternidad, pensiones…), sino también robarle a esa misma clase todo lo que le pertenece colectivamente. Este robo se consuma, en primer lugar, privatizando los servicios referidos.
    Así estamos viendo cómo en la Comunidad de Madrid y otros lugares, la sanidad está dejando de ser un derecho universal para convertirse en nicho de negocio para beneficio privado. Lo mismo con otros servicios y derechos, como las pensiones de jubilación. La libertad que pregonan los ultra-liberales es la capacidad de convertirlo todo en mercancía -la vivienda, el agua, la energía… hasta incluso la sangre, los órganos y los propios cuerpos enteros de los seres humanos.
    El objetivo ultraliberal es transformar la sociedad en una jungla donde prime la ley del más fuerte. Y, en el capitalismo, basado en la idea del individualismo egoísta, el más fuerte es quien posee más dinero. Por eso repiten constantemente que quienes pasan por dificultades no tienen derecho a pedir ayuda al Estado (a diferencia de los capitalistas, como se ve en los rescates a las empresas y la banca con el dinero de todos).
    Cuando un partido como el de la presidenta de la Comunidad de Madrid te da a elegir entre “comunismo o libertad”, por este último término lo que quiere decir es: “Dejadnos seguir despojándoos de todos los derechos sociales y laborales que habéis conseguido con vuestra lucha, para que podamos extraer más plusvalía de vuestro trabajo y más control sobre vuestras vidas”.
    https://canarias-semanal.org/art/30274/libertad-para-esclavizar-las-falacias-del-eslogan-comunismo-o-libertad
    La verdadera libertad consiste en la autodeterminación, pero no individual, sino colectiva. Esa es la que tenemos que ganar los grupos oprimidos y explotados por el capital, para ser dueños de nuestro destino, con organización autónoma, de clase, única forma de librarnos de la esclavitud de su “libertad”.

  4. Tranquilos que la subida de impuestos que prepara diésel, patrimonio y el
    Impuesto De la Pena, llámese al Impuesto de Sucesiones por perder a un familiar directo hará que España salga a flote.

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