Política

“No estamos entendiendo que la batalla cultural la está ganando la extrema derecha”

Un estudio de la Fundación Rosa Luxemburgo, coordinado por el colaborador de lamarea.com Miquel Ramos, radiografía a la extrema derecha española.

Nora Rodríguez y Miquel Ramos, coautores de informe, durante su presentación en Madrid. DD

“Ayuso no diría la barbaridad sobre el fascismo y el lado bueno de la historia si no fuese porque la extrema derecha está ganando este relato. Y no lo estamos entendiendo”, explica el periodista especializado en ultraderecha y colaborador de lamarea.com Miquel Ramos. Esta batalla cultural que trata de ganar –o que ya “está ganando”–  la derecha radical es uno de los factores analizados en el estudio De los Neocon a los Neonazis: la extrema derecha en el Estado español llevado a cabo por la Fundación Rosa Luxemburgo y coordinado por Ramos.

En el extenso informe, los diferentes autores y autoras que han participado en su elaboración destripan la ofensiva reaccionaria que se viene fraguando en España desde hace décadas: “El Estado español no es un territorio ajeno y para la oficina en Madrid de la Fundación era importante empezar por hacer un mapeo que identificara los tentáculos de la ultraderecha española”, explican desde la organización.

Para Ramos, históricamente se ha prestado poca atención a la extrema derecha en España antes de la irrupción de Vox en el panorama político: “Hoy en día parece que se ha puesto de moda pero el análisis se centra demasiado en Vox y no miran a lo que hay a su alrededor”, defiende. Así, el trabajo realiza “una descripción minuciosa de todo el cosmos” de la derecha radical en España.

Para entender el momento actual, viran el foco hacia al pasado, hacia la revuelta neoconservadora iniciada después de que el Partido Popular perdiese las elecciones del año 2004. Fue a partir de ese momento cuando la maquinaria compuesta por medios de comunicación, think tanks y lobbies ultraconservadores comienza esta batalla cultural contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sirviendo las teorías conspiranoicas de 11-M como elemento vehiculador. Una situación y unas estrategias con muchas similitudes a las utilizadas tras el inicio de la pandemia de la COVID-19.

A pesar de la apertura del objetivo, no dejan de lado a la formación de Santiago Abascal, a la que dedican diferentes capítulos, “porque es Vox quien siembra una normalización de fascismo de la que se aprovecha el resto de la extrema derecha española”, ha subrayado Miquel Ramos durante la presentación de informe. Es por ello que analizan su ideología, su estrategia de comunicación, su relación con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, su vinculación con organizaciones neonazis, sus relaciones internacionales…

A partir de ahí, tanto Ramos como la abogada Nora Rodríguez, coautura del informe, destripan también a la ultraderecha extraparlamentaria y a aquellos grupos y organizaciones sociales que sin presentarse a las elecciones creen que “es importante conocer”. Una extensa radiografía en la que se incluye la presencia de esta ideología en determinados ambientes como el deporte –“principalmente el fútbol”– o en la “subucultura musical del odio”.

¿Una internacional reaccionaria?

Autores como Robert Paxton sostienen la dificultad de la creación de una “internacional fascista”, ya que el fascismo “no es para la exportación: cada movimiento guarda celosamente su propia receta para el resurgir nacional y los dirigentes fascistas parecen sentir poco parentesco, o ninguno, con sus primos extranjeros”, explica en Anatomía del fascismo

Para la Fundación Rosa Luxemburgo, vinculada al partido alemán Die Linke, sí que existe un elemento que vertebra a la extrema derecha universal: las guerras de género. “Es el pilar básico. Aunque haya varias extremas derechas, algunas con una vertiente más ultracatólica y ultraconservadora y otras que utilizan los derechos de las mujeres blancas para esconder una agenda islamófoba, lo que las une a todas es la lucha contra las cuestiones de género”, explican.

Por ello, también dedican algunos capítulos a la batalla de la ultraderecha contra el feminismo y a determinadas conexiones internacionales de la derecha radical española, principalmente con países del Este de Europa como Rusia y Ucrania.

La abogada Nora Rodríguez hace hincapié en la parte judicial de la lucha contra este tipo de ideología, centrándose en el terrorismo de extrema derecha y en los delitos de odio: “No es que haya habido muchas operaciones policiales en este Estado contra la ultraderecha, pero sí es interesante ver que nunca se les ha juzgado por terrorismo. Cuando son condenados es por tenencia de armas, organización criminal, etc, pero con penas muy bajas. A nivel policial a veces sí que se hace un buen trabajo pero a nivel judicial queda en nada”, asegura.

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Comentarios
  1. Y a nadie se le ocurre que la extrema derecha esta ganando el relato por que las organizaciones de izquierdas han decepcionado? Quizas tengamos que hacer autocritica y reactivar los movimientos sociales no subvencionados

  2. Detrás de la ultraderecha, siempre aparecerá un interés económico.
    La ultraderecha, és la garantía principal del interés económico.
    No existe ún interés económico desligado de la ultraderecha.
    La práctica totalidad de los planteamientos de la ultraderecha son de
    contenido económico,o afectan directamente al sistema económico.
    La ultraderecha,ha sido siempre un fiel guardián del poder económico..
    La ultraderecha, detesta el parlamentarismo,la política y la democracia.

  3. Se nos olvida que este es un país sociológicamente franquista, fué adoctrinado en el franquismo y, cómo no se ha rectificado la historia que escribieron los vencedores ¡como se va a rectificar si nunca dejaron el timón de mando! seguimos considerando a los verdugos del pueblo nuestros salvadores y a los demócratas que dieron su vida por la justicia, por nuestros derechos y libertades, a aquellos que aún siguen en las cunetas, consiguieron hacerlos pasar por el enemigo del pueblo. Además de sociológicamente franquista, España es un país que padece el síndrome de Estocolmo y por ahora, no se vislumbra una pronta curación.
    ———————————————-

    Presas en Santa Clara por ser mujeres, pobres y republicanas (El Diario):
    La «Prisión Nueva» en el Convento de Santa Clara, en València, albergó en la posguerra a unas 2.700 mujeres y a los hijos de algunas de ellas, en un espacio de miseria y represión bajo la protección del régimen franquista. «A orillas de una carretera hay un hermoso convento con rosas de primavera marchitándose allí dentro».
    La victoria del bando franquista significó el retorno de obsoletas tradiciones del siglo anterior. Una de estas viejas prácticas otorgó la custodia y la intendencia de las presas femeninas a las órdenes religiosas. La Prisión Nueva Convento de Santa Clara y las reclusas encerradas en ella fueron sometidas al mando de la orden de las monjas Capuchinas.
    En septiembre de 1939, Natividad Brunete se convirtió en la directora de la Prisión Provincial. Los testimonios de presas recordando la brutalidad de sus comportamientos son numerosos. “Estaba como directora Natividad Brunete y su hermana Teresa de funcionaria. Entre las dos le hacían la vida imposible y sufría mucho con ellas; eran malas, gozaban haciendo mal”. “Aquella mujer era como un sargento; iba detrás de todo el mundo exigiendo cosas; entonces fue cuando empezaron a obligarnos a cantar brazo en alto después de las formaciones (…) Todo esto era labor de esa mujer, que era malvada. El paso de esta mujer por la cárcel fue funesto para todos, y durante bastantes años”.
    El sometimiento por parte de las órdenes religiosas convirtió las cárceles femeninas en un espacio de represión, así como de “redención moral”. “las presas tenían que penar porque habían cometido un delito, pero también un pecado”.
    De esta manera, el régimen franquista se sirvió de la religión y la moral para intimidar a las presas republicanas y convertirlas a través del miedo y las amenazas en “pecadoras arrepentidas”. Eran obligadas a asistir a misa o tomar la comunión, incluso se celebraron bautizos y bodas eclesiásticas “con el fin de seguir cumpliendo con ese pacto que el franquismo tenía establecido para las mujeres”. Las monjas recurrieron al chantaje a través de los niños para conseguir hacer efectiva la imposición de estos mandatos religiosos. Por ejemplo, cortando el suministro de medicamentos para las criaturas…

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