Sociedad

#PorTodas | La historia de Piedad

El de Piedad fue el segundo caso en España de condena por homicidio en ausencia de cadáver. Su familia sigue buscándola siete años después.

La madre y la hermana de Piedad, con una foto de ella. KIKE RINCÓN / PORTODAS

El salón está plagado de fotografías, casi todas de mujeres, mirando a cámara y en distintos contextos. La televisión está encendida y llena el silencio de la pequeña estancia donde, en una esquina, sobre una mesa cubierta con un mantelito de hule, Piedad estudia disciplinadamente la Biblia. Abierta de par en par, usa una regla para seguir las diminutas letras de las escrituras. “Esto es lo que me da a mí la vida, yo ya no tengo nada más”, afirma esta mujer, ataviada con un abrigo de plumas en el salón de su casa. Perdió a su hija, con quien compartía nombre, el 4 de abril de 2014. Piedad desapareció sin dejar rastro y, todavía hoy, no se sabe nada de ella

“Lo único que quiero es saber algo, antes de cerrar los ojos para siempre. No sé donde está, si está viva o muerta, pero son siete años ya. Si te vas, dejas algún rastro, pero nada. Y ya nadie la busca”, se lamenta. En aquella primavera de 2014, Piedad se preparaba para asistir a una congregación en Barcelona de los Testigos de Jehová y su hija se ofreció a ir a su casa a peinarla y que fuera guapa. Pero nunca se presentó. A pesar de no haber sido localizado el cuerpo, la familia, la policía y los juzgados asumen que Piedad, de 44 años, está muerta. Y que fue su exmarido quien la mató. 

El de Piedad fue el segundo caso en España de condena por homicidio en ausencia de cadáver. La Audiencia Provincial de Barcelona –posteriormente avalada por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y el Tribunal Supremo– condenó a 15 años de prisión a Mohamed T. por homicidio contra su exmujer.


Así comienza –o así continúa– la historia de Piedad, un nuevo caso documentado en PorTodas. la investigación periodística impulsada por La Marea sobre feminicidios. Con texto de Sandra Vicente y fotografías de Kike Rincón, hallamos un lugar y un tiempo detenidos en los que la familia, que se siente sola, sigue buscando los restos de Piedad casi siete años después. Su exmarido nunca confesó que la mató.

Puedes leer la historia completa aquí.

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