Opinión

Ayúdanos a seguir mirando donde otros no miran

La periodista Olivia Carballar reflexiona sobre el trabajo que se hace en La Marea y la necesidad de contar con más manos. ¡Suscríbete!

Familiares y afectados por la explosión de un transformador de Endesa en un hotel de Tarifa..

«¿Te acuerdas de este artículo?», me escribió hace poco una fuente. El artículo en cuestión no tiene importancia ahora. Aunque la tuvo en su momento. Lo que trataba de expresarme esa fuente con ese mensaje extemporáneo era nostalgia. Y eso fue lo que yo sentí. Nostalgia de los tiempos en los que había manos y redacciones y exclusivas y temas que eran más importantes que las propias exclusivas.

Había tiempo para trabajar, para escuchar a tus fuentes, para quedar con ellas, para contrastar. Había prisas, claro, pero eran las prisas que llegan cuando hay que cerrar. Las prisas buenas, que tampoco hay que dormirse. No eran, ya me entienden, las prisas de ahora, del titular sin pensar, del tuit.  

«Qué pena no tener tiempo para seguir investigando sobre ese tema», le respondí. Y me dio pena escribir eso. Nos pasa constantemente en La Marea. No podemos abarcar todos los asuntos que nos llegan, todas las llamadas, todas las ideas. Ya lo contaba hace unos días mi compañero Dani Domínguez en una carta a corazón abierto en la que pedía, pedimos, más manos, más ayuda

No tenemos corresponsales, ni enviadas especiales ni podemos hacer coberturas a lo grande. En La Marea, si uno vive en Canarias, como le pasa a nuestro compañero Eduardo Robaina, cubre la crisis migratoria. Y si está en Lesbos documentándose para una historia justo cuando se incendia el campamento de Moria, como Patricia Simón el pasado verano, puede enviar una crónica diaria desde Grecia. Luego puede hacer un encaje de bolillos con un viaje pendiente a EEUU para poder cubrir las elecciones. Pero eso, como saben, es cuestión de suerte, de estar un día en el sitio que hay que estar –o costeártelo por tu cuenta– y en el que no podríamos estar de manera natural, como requiere el periodismo, por la falta de recursos.

Y es importante estar porque no siempre se cuentan las cosas que pasan o las que cosas que interesan o las que cosas que a otros no les interesa que se cuenten. En La Marea lo intentamos. Nos pasa, ya saben, con las informaciones que hacen referencia al IBEX. «Casi nunca vemos en el titular la palabra Endesa«, me dijeron algunos familiares afectados por la explosión de un transformador en un hotel de Tarifa en el verano de 2017 en la que murieron dos trabajadoras y varios compañeros y compañeras resultaron heridas.

En La Marea apostamos por contar su historia cuando se olvida el titular del día, cuando las administraciones no prestan tanta atención a las familias, cuando la actualidad deja de ser actualidad para las prisas y se olvida. El caso sigue abierto en los tribunales. Fuimos, costeamos el viaje, invertimos el tiempo necesario sabiendo que dejábamos otras cosas de lado, como la información diaria, por ejemplo

Y algo más: no podíamos permitirnos el lujo de contar solo esa historia. «¿Qué podemos hacer más en aquella zona?», preguntó la directora, Magda Bandera. Así que aprovechamos también aquella cobertura para narrar una nueva ruta de la memoria, la de la playa de Bolonia y las fortificaciones que 30.000 prisioneros construyeron en el Campo de Gibraltar entre 1939 y 1940. En aquella ocasión, al menos, las vistas hicieron más llevaderos el viaje y la sensación de impotencia que te dejan dos historias de desgarro separadas por el tiempo.

Un año después, tras los resultados de las elecciones municipales, cuando los diarios estaban llenos de declaraciones y entrevistas con los nuevos alcaldes y alcaldesas de las grandes ciudades –con razón, obviamente–, nosotros volvimos a Tarifa. Uno de los trabajadores que resultaron heridos en la explosión acababa de ser elegido concejal en el Ayuntamiento de esta localidad gaditana. Le hicimos la entrevista en la playa, con la Isla de las Palomas al fondo, separada del continente por un camino de piedra. «¿Has estado alguna vez ahí dentro?», le pregunté. Y el concejal de Tarifa, como los parroquianos del pueblo, respondieron: «Qué va, nunca».

Después, La Marea entró en la isla y contó cómo era aquel lugar paradisíaco y a la vez nauseabundo donde se ubicaba una de las vergüenzas de España: un CIE. 

Al fin y al cabo, hay una cosa buena de ser «pequeños» en este océano de medios de comunicación: estamos obligados a mirar donde otros no miran, no quieren o no los dejan mirar.

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Comentarios
  1. Periodismo debe ser siempre sinónimo de autenticidad, veracidad e imparcialidad. Nunca cruzar estos dominios. Aunque en la otra línea te busquen el que pases a los antónimos con un puñado de dinero más.

  2. Que sois pequeños, que no tenéis una gran red de corresponsales… no importa.
    Que sois honrados y no os podéis fiar de las grandes agencias… eso os honra aún más.
    Que no podéis hacer periodismo de actualidad… tampoco importa.
    Yo espero de vosotros lo que me estáis ofreciendo: Trabajos serios de investigación, de documentación sincera y de opinión comprometida.
    Reportajes como «una radiografía del sistema policial», dosieres como el de la monarquía, el análisis de las repercusiones de la pandemia en la cultura, 40 años de amnistías fiscales… (por citar los últimos). ESTOS SON LOS TRABAJOS QUE OS HACEN GRANDES y de los que yo, como lector vuestro, me siento orgulloso.
    Muchísimas gracias y seguir siempre así.

  3. Soy un modesto lector de «La Marea» que está muy orgulloso de serlo y además suscriptor. Por razones que no son del caso, siempre me ha gustado leer y no he necesitado verme no confinado, porque esta palabra se debería utilizar para referirse a un castigo. Me he visto afectado y limitado en mi libertad de movimientos a causa de una pandemia, lo cual se reduce a «estar en cuarentena» como consecuencia de un estado de alarma decretado por quien puede y está habilitado para ello.
    Es un honor y un placer, casi diría una necesidad, seguiros leyendo. Ojalá haya suerte y podáis continuar con vuestra labor. ¡Muchas gracias por vuestro esfuerzo! Con gente como vosotros se puede confiar en el futuro, aunque el mío sea bastante limitado…

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