Opinión
Hacen falta más manos
El periodista Dani Domínguez cuenta a la comunidad de 'La Marea' que necesitamos 2.000 nuevas suscripciones antes del 30 de abril
Era domingo y 14 de febrero, elecciones catalanas. A mediodía, nuestro compañero Miquel Ramos nos avisaba de que las imágenes que iba a mandar nos iban a impresionar. “Tenemos el listón alto”, contestaba Antonio Maestre en referencia a las personas que formamos parte de ese grupo de mensajería. En efecto, el vídeo daba escalofríos: decenas de personas participaban en un acto-homenaje a la División Azul, los españoles que combatieron junto a Hitler. El resto de las imágenes son conocidas: proclamas antisemitas, saludos neonazis, negacionismo, loas al fascismo…
Aunque era domingo, la mayor parte de la redacción estaba trabajando. Unas, dando los últimos toques al Magazine climático y con el ojo puesto en la nueva revista La Marea, que deberíamos haber mandado a imprenta antes del 20 de febrero. Otras estábamos descansando ese día. Pero desde un principio tuvimos claro que lo que nosotros acabábamos de ver tenían que verlo también nuestras lectoras y lectores.
Nuestras manos se pusieron a trabajar. Había que gestionar la publicación del vídeo, editarlo, darle contexto a la información… No ha sido esta la pieza más complicada en la que hemos trabajado en los últimos meses. Otras sí han llevado horas y horas para contrastar datos, montar videos y audios, como sucedió apenas unas semanas antes cuando publicamos cómo se estaban organizando en redes cacerías contra las personas migrantes que estaban en Gran Canaria. O en junio, cuando desvelamos los disparos de un exlegionario contra fotos de varios integrantes del Gobierno.
Esta avalancha de trabajo no es algo que nos sorprenda. Podemos decir que estamos incluso acostumbrados, pero, como personas que somos, si nuestras manos trabajan en una cosa, tienen que dejar de lado otras. La repercusión de la noticia sobre las proclamas nazis en el cementerio de la Almudena de Madrid fue tal que dedicamos varios días a recoger las reacciones políticas, judiciales y diplomáticas. También nos descolocó que un lobby sionista nos pusiera en su punto de mira, claro que, tras la publicación de los videos de las amenazas a migrantes en Canarias, YouTube nos canceló el canal sin previo aviso. Recuperarlo también nos llevó un buen ‘rato’.
La redacción de La Marea la componemos ocho personas, de las cuales solo dos están a jornada completa. Por suerte, contamos con magníficos colaboradores y colaboradoras. Cuando estas informaciones que hemos enumerado antes caen en manos de un equipo tan pequeño, nos obliga a desatender otras tareas imprescindibles y a sobrecargarnos todavía más, si es que eso es posible.
Varias de estas exclusivas han acabado en investigaciones judiciales, lo que nos hace reafirmarnos en la importancia del trabajo que hacemos, aunque ello nos cueste ataques que ponen en duda nuestro trabajo. Sin embargo, esta carga sobre una redacción tan pequeña y de manera sostenida en el tiempo hace mella y agota.
Ni siquiera nosotros mismos comprendemos cómo somos capaces de sacar adelante este trabajo, al cual hay que sumar la actualización diaria de lamarea.com y Climática, suplementos y proyectos como #yoIBEXtigo y #PorTodas, la revista bimestral La Marea, la atención a nuestra comunidad de suscriptoras y lectores… Todo ello, viendo que los números rojos son la norma en lugar de la excepción, cómo ocurrió en 2019, año en el que tuvimos casi 60.000 euros de pérdidas, convirtiéndose en uno de los peores ejercicios económicos desde el nacimiento del medio.
2020, sin embargo, volvió a abrir la puerta de la esperanza. Nuestra economía mejoró, como puede verse en las cuentas que publicaremos en breve. Aun así, sigue sin ser suficiente. Estamos dispuestos a llegar hasta donde las fuerzas nos dejen, pero tenemos claro que hacen falta más manos. Hacen falta más manos para corroborar todas las informaciones que tenemos guardadas por falta de tiempo para dedicarnos de pleno a ellas. Hacen falta más manos para poder editarlas, para reflexionar con calma, para evitar que seamos periodistas multitarea y apagafuegos. Hacen falta más manos para reforzar la parte audiovisual y de infografía. ¡Incluso para montar una campaña como la que hoy os presentamos!
Si todo lo que os hemos contado al principio lo hemos hecho con unos recursos mínimos e incluso incurriendo en pérdidas económicas, ¿te imaginas lo que seríamos capaces de hacer si logramos ser sostenibles? Queremos más manos haciendo posible La Marea. Ese es nuestro objetivo: 2.000 nuevas suscripciones antes del 30 de abril para consolidar un proyecto que merece la pena y que llevamos muchos años construyendo junto a todas y todos vosotros.
El modelo económico de La Marea es el que es, y así seguirá siendo. Detrás de la cooperativa que edita este medio no hay grandes empresas, como tampoco las hay en las páginas de esa revista que cada dos meses llega a los buzones de quienes os habéis suscrito. Lo único que nos mueve a sentarnos delante del ordenador un domingo tras otro a mediodía es el periodismo libre y de servicio público. El periodismo que desenmascara el odio, el que apunta con el foco hacia aquello que se mueve entre las sombras, que suele ser el sitio predilecto de quienes no quieren ser vistos.
Como decía, así seguirá siendo mientras quieras que siga siendo. Por eso te pedimos que, si tu situación económica lo permite, te suscribas a La Marea. Si ya te has suscrito, que animes a hacerlo a quien creas que puede tener interés en leerla. Necesitamos 2.000 nuevas personas abriendo La Marea; 2.000 nuevas suscripciones que sujeten el periodismo independiente; 2.000 nuevos pares de manos, en definitiva, que nos agarren con fuerza.
Gracias por estar ahí,
«Ni siquiera nosotros mismos comprendemos cómo somos capaces de sacar adelante este trabajo»…
Seguramente estáis haciendo un buen trabajo y es por ello que recibís asistencia extra.
Así como las energías de los peores genocidas andan por ahí inspirando a los suyos, también las personas que quieren un mundo más justo, sensato y sabio cuentan con la inspiración y ayuda de grandes personas, grandes en sensatez, virtudes y sabiduría.
Espero que, una vez más, se pueda superar el bache…