Política
Sánchez o lo que pasa cuando no se escucha (y se alaba) a la ultraderecha
El presidente del Gobierno obvió el discurso contra los migrantes pronunciado por Santiago Abascal y llegó a elogiar su "sentido de Estado".
Mientras el líder de Vox, Santiago Abascal, difundía ayer un mensaje xenófobo y repleto de hechos alternativos desde su escaño en el Congreso, el presidente del Gobierno no estaba escuchando. Esa fue, al menos, la impresión que dio Pedro Sánchez a tenor de su intervención: “En algunos momentos de destello, señoría, usted demuestra más responsabilidad de país y más sentido de Estado que el líder de la oposición”. El presidente estaba en otra cosa, enzarzado en una pelea con el Partido Popular por su negativa a apoyar el decreto de los fondos europeos.
Abascal, en su línea habitual, emparentó en su discurso inmigración y delincuencia. Usó la crisis migratoria de Canarias para colorear un puñado de frases no respaldadas por ningún dato real y rebosantes de odio al extranjero: “Con la complicidad de todos los partidos, se está condenando a esa tierra a la inmigración masiva, a la invasión migratoria, a la inseguridad en sus calles, a la ruina”.
Según informaciones recientes difundidas por La Marea, son las personas migrantes las que están sufriendo persecución, acoso y amenazas. Este jueves, además, el delegado del Gobierno en Canarias ha informado de que las infracciones penales en las islas cayeron un 6% durante el último cuatrimestre de 2020, coincidiendo con un mayor repunte migratorio.
Abonado a la demagogia populista, el líder de Vox incluso llegó a decir lo siguiente: “Se está condenando a los canarios a las colas de paro mientras vemos a los inmigrantes ilegales bañándose en las piscinas de los hoteles que han sido cerrados a los turistas”. Abascal le hablaba directamente a Sánchez. Le recriminó explícitamente que incitara “al odio y a la violencia” contra Vox en Catalunya. “Le acuso de no defender los intereses de los españoles. No defiende ni nuestra libertad, ni nuestra soberanía, ni nuestras fronteras, ni nuestra seguridad, ni nuestro bienestar”, añadió. El presidente, mientras tanto, manoseaba su mascarilla y miraba al infinito.
La respuesta que pedía Abascal, cuyo discurso conlleva a institucionalizar el odio en la Cámara baja, no llegó por parte del Gobierno sino de la diputada de Bildu Bel Pozueta. Solo entonces se comprobó que alguien sí estaba escuchando. La política navarra aseguró que no valía la pena rebatir “las barbaridades y mentiras” expresadas por el líder de extrema derecha y tildó a los integrantes de su formación de “fascistas, racistas y xenófobos”.
La postura exhibida por el presidente del Gobierno podría obedecer a la estrategia de eludir un debate abierto con Vox, que solo redundaría en más publicidad y más minutos de televisión para un partido que necesita ese canal, sobre todo después de la suspensión de su cuenta oficial en Twitter. Aunque también podría ser interpretada como falta de sensibilidad a los derechos humanos, lo que contradice su discurso. Sánchez decidió, en cualquier caso, recurrir al argumentario y las respuestas guionizadas y continuar su debate (escrito de antemano) con Pablo Casado a cuenta de los fondos europeos. Un debate en el que tampoco salió bien parado.
La negativa del Gobierno a publicar el informe del Consejo de Estado sobre el reparto de ese dinero no ha sido convenientemente justificada. La vicepresidenta Carmen Calvo se limitó a echar balones fuera diciendo que el PP quiere desviar la atención del “verdadero informe”, en referencia a las últimas revelaciones de Luis Bárcenas. Un “y tú más” que vuelve a dejar en evidencia la falta de transparencia del gobierno de coalición.
Enzarzados en esta dinámica parlamentaria de bustos parlantes, PSOE y PP se desentienden de las maniobras de Vox, que sigue aumentando apoyos y que espera dar un fuerte aldabonazo en la inminente cita electoral catalana.
El telón de fondo de Catalunya
El discurso xenófobo que llevó por primera vez a Xabier García Albiol a la alcaldía de Badalona en 2011 podría impulsar esta vez a la formación de ultraderecha en las elecciones al Parlament del próximo 14 de febrero. De hecho, hay varias encuestas que adelantan un sorpasso de Vox al PP. Incluso se baraja que el partido presidido por Pablo Casado se convierta en fuerza extraparlamentaria, aunque esto sería difícil ya que el límite para obtener un escaño es del 3% y el PP lo alcanzaría en la provincia de Barcelona (en ninguna otra). El resurgimiento del caso Bárcenas y la escasa relevancia pública de Alejandro Fernández, su candidato a president, no ayudan precisamente al PP.
Según un inesperado sondeo del CIS, el candidato del PSOE, Salvador Illa, ganará las elecciones catalanas con el 23,7% de los votos, cuatro puntos por encima de Esquerra Republicana. Vox efectivamente superaría al PP y se certificaría el derrumbe de Ciudadanos. La formación naranja, apuntan desde el centro que dirige José Félix Tezanos, pasaría de la primera a la quinta posición, perdiendo 17 puntos porcentuales desde los anteriores comicios autonómicos.
Presupuestos del Ministerio de Defensa, que ya sabemos que al final se destinan a masacrar pueblos, a expoliarles sus recursos, por medio de la organización terrorista Atlántico Norte, EXIJAMOS LOS PUEBLOS DE LA ORBITA DE LA OTAN QUE SE DESTINEN A PROYECTOS DE DESARROLLO DE LOS PAISES MAS EMPOBRECIDOS, PROYECTOS AGRICOLAS, GANADEROS, POZOS Y ABASTECIMIENTO DE AGUA, A ESCUELAS, CULTURA, HOSPITALES, PLANIFICACION FAMILIAR, VALORES (pero no los que imparten los religiosos misioneros), QUE SEPAN LUCHAR POR SU PAÍS MÁS JUSTO Y NO SE DEJEN ENGAÑAR POR LOS CANTOS DE SIRENA DEL CAPITALISMO QUE VEN EN LA Tv.
EL CAPITALISMO ES LA MUERTE DEL MUNDO, DE LA ALEGRIA, DE LOS VALORES, DE LOS DERECHOS Y DE LAS LIBERTADES.