Internacional
Bloquear Yemen, el último favor de Trump a Arabia Saudí
En una maniobra diplomática de última hora, el presidente estadounidense incluye a los rebeldes hutíes en la lista de grupos terroristas.
La última maniobra diplomática de Donald Trump antes de abandonar la Casa Blanca amenaza con empeorar la peor crisis humanitaria del mundo. Según anunció el pasado domingo su secretario de Estado, Mike Pompeo, Estados Unidos incluirá a los rebeldes hutíes de Yemen en la lista de grupos terroristas. Esto bloquearía la ayuda humanitaria que hoy recibe, con cuentagotas, una población arrasada por la guerra civil, la COVID-19 y las hambrunas.
Yemen es el escenario de un conflicto bélico que recuerda a los desarrollados durante la Guerra Fría. Tras el telón de fondo de su guerra civil, dos potencias de Oriente Próximo dilucidan allí su poder geopolítico: Arabia Saudí e Irán. El movimiento de la administración Trump se traduce como un último golpe al gobierno de Teherán en la cabeza de los yemeníes. Aunque, como indican John R. Allen y Bruce Riedel, del centro de investigación Brookings, los hutíes “nunca han atacado ni a estadounidenses ni a israelíes”. La guerra, que se alarga desde 2015, ha dejado un saldo de más de 17.500 víctimas civiles, según Human Right Watch. Ahora, como indica la Agencia de la ONU para los Refugiados, más de dos millones de desplazados encaran un duro periodo de inseguridad alimentaria.
Con este escenario, organizaciones de todo el mundo han salido a censurar la decisión del gobierno estadounidense. “Es puro vandalismo diplomático”, aseguraba David Miliband, presidente del Comité Internacional de Rescate. “La decisión de la administración Trump de designar el movimiento hutí en Yemen como una organización terrorista internacional es temeraria y destructiva”, decía por su parte Hardin Lang, vicepresidente de Refugees International. “Es difícil imaginar una decisión más irresponsable”, añadió.
Las partes en conflicto
La milicia hutí, enfrentada al presidente yemení Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, está compuesta fundamentalmente por zaidíes próximos al chiísmo y recibe asesoramiento y apoyo militar –limitado, según varios expertos– por parte de Irán. Los funcionarios del Consejo de Seguridad de la ONU desplazados a la zona no han podido hallar pruebas de una implicación directa iraní. Esto no frenó las acciones ofensivas de Estados Unidos, entre las que se incluye el asesinato, a principios de 2020, del general iraní Qassem Soleimani por medio de un ataque con un dron.
Además, los bombardeos por parte de Arabia Saudí a la población yemení se suceden con frecuencia desde hace años. Sus abusos han sido denunciados por instituciones pro derechos humanos. En este caso, los saudíes sí que han recibido el apoyo público del gabinete de Trump. El pasado 24 de diciembre, sin ir más lejos, anunció en el Congreso norteamericano el acuerdo para vender armas al régimen saudí por valor de 500 millones de dólares. España, durante el mandato de Mariano Rajoy, también vendió armas a Arabia Saudí que luego se usaron para bombardear a civiles yemeníes.
Para justificar la decisión de incluir a los hutíes (ideológicamente enfrentados al wahabismo promovido por Arabia Saudí) en la lista de terroristas internacionales, Mike Pompeo escribió en Twitter que se trata de “impedir la actividad maligna del régimen iraní en la región”.
Además de a las bombas saudíes, los yemeníes se enfrentan a una malnutrición severa, brotes de cólera y la epidemia de la COVID-19. Con la última decisión estadounidense, “la tambaleante economía de Yemen recibirá un golpe devastador”, afirmó Mohamed Abdi, director para Yemen del Consejo Noruego para Refugiados. “Conseguir alimento y medicinas –en un país que depende en un 80% de las importaciones– será incluso más difícil que ahora. El gobierno estadounidense debe asegurar que ningún bloqueo impedirá la entrada de comida, combustible y medicinas en un país que vive inmerso en una catástrofe humanitaria”.
La última decisión de la política exterior estadounidense en Yemen “¿ayuda a poner fin al conflicto o al menos salvaguarda la vida de los yemeníes que lo sufren?”, se pregunta Hardin Lang en el comunicado de Refugees International. Y concluye: “Falla en ambos aspectos”.
Israel, Arabia Saudí y EEUU, detrás de ataques suicidas en Irak’
Hezbolá iraquí acusa a Israel, Riad y EEUU de estar detrás de atentados suicidas y advierte al príncipe heredero saudí de secuelas de su apoyo a la violencia.
El Movimiento de Resistencia Islámica de Irak (Kataeb Hezbolá) ha calificado este jueves a los regímenes israelí y saudí y Estados Unidos como el “eje del mal” y los ha acusado de los ataques suicidas de hoy en un mercado de Bagdad, la capital del país árabe.
A través de un comunicado, ha advertido al príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman, de sus complots contra el pueblo iraquí y su intención de apoyar la reanudación de las operaciones brutales en Irak.“Le habíamos prevenido anteriormente que no jugara con la cola del león, porque este fuego se extenderá al reino del mal y se apoderará de su débil trono. A pesar de estas advertencias, [él] no solo no renunció a estos crímenes, sino que, aún más, llenó sus manos con sangre de inocentes. Por lo tanto, pagará el precio por esta decisión”, reza el documento.Hezbolá iraquí ha señalado que la coincidencia de este crimen con la llegada al poder de la nueva Administración estadounidense muestra que el eje del mal continúa moviéndose en la dirección de su plan para poner de rodillas al pueblo de Irak, que insiste en la retirada de las fuerzas extranjeras de su patria.